Jugando al escondite II.
no dejaba de pensar en Marcelo, en su polla y lo que habíamos hecho, me había dado por el culo y me había gustado mucho, me había desvirgado ya no era virgen, ahora lo que más temía era el que me llamaran maricón y se burlaran de mí, eso me tenía preocupado, .
Al día siguiente cuando me desperté, ya iban dar las 11 de la mañana, me había quedado dormido, me había costado mucho el quedarme dormido la noche anterior, no dejaba de pensar en Marcelo, en su polla y lo que habíamos hecho, me había dado por el culo y me había gustado mucho, me había desvirgado ya no era virgen, ahora lo que más temía era el que me llamaran maricón y se burlaran de mí, eso me tenía preocupado, y así estuve dándole vueltas a lo que había hecho con Marcelo, pero ya estaba hecho, ya no había vuelta atrás, además que me había gustado, me había gustado mucho. Así fue como cansado de darle vueltas al tema, al final terminé quedándome dormido.
Así que miré la hora que era una vez ya me había espabilado, me levanté, fui a mear, luego fui a desayunar, saludé a mi madre, y fui a duchar, pues siempre lo hacía por la mañana. Mi madre no me había dicho nada, pero soltaba un olor a sexo y semen que hasta yo mismo lo notaba, claro que mi madre desconocía lo que había hecho la noche anterior, así que a saber qué pensaría.
Estando en la ducha, procuré lavarme bien el culo, lo notaba algo hinchado, no me dolía, pero lo notaba algo hinchado, cuando pasé el jabón por mi agujerito, lo lavé a conciencia, incluso presioné con mis dedos mi abertura anal, comprobando que efectivamente lo tenía algo hinchado, pero no sentía dolor alguno, hasta mi esfínter se habría con facilidad y no me dolía, lo enjaboné y lavé a conciencia. Luego de ducharme, me vestí y bajé a jugar a la calle como de costumbre, estábamos de vacaciones de verano así que prácticamente pasábamos el día en la calle.
Iba nervioso y con ganas de ver a Marcelo, así como estaba nervioso por si alguno de los amigos me decían algo. Ya iban a dar las 11 y media cuando ya vi a casi toda la pandilla, al primero que vi fue a Marcos, a Marcelo no se le veía por ninguna parte por lo que me dejó un poco triste, tenía ganas de volver a verlo, sobre todo quería que me volviera a coger.
Al llegar a donde estaban casi todos, Marcos me llamó para que me sentara junto a él.
Dani, ven que quiero hablar contigo, me decía para que me acercara a donde estaba él.
Nervioso por ver lo que me iba a decir, allí fui, sentándome a su lado.
Oye, que tal a noche, os estuve esperando, pero no aparecisteis, así que como se me hacía tarde me fui. ¿Ya te desvirgó? Me suelta así a bocajarro, al momento ya me puse como un tomate de rojo, era incapaz de decir nada.
Marcos al ver mi reacción ya se dio cuenta, ya lo sospechaba por saber a dónde me había llevado Marcelo, así que como no era tonto, ya lo daba por hecho, ahora solo buscaba la confirmación, y aunque yo no dije nada, no fui capaz, al ver mi reacción ya se lo estaba confirmando.
A ver, Dani, ya se ha dónde te llevó Marcelo, sabía también que tenía ganas de romperte el culito, así que 2 más 2, pues son 4 y no hay otra. Pero dime como fue, fue doloroso; al momento mi cabeza se movió negándolo, era incapaz de decir nada, pero inconscientemente mi cabeza quería negar aquello que escuchaba y así lo hizo; ya estaba confirmado, ya no era virgen, Marcelo me había desvirgado.
Y no tienes dolor alguno, volví a mover la cabeza en señal de negación, pero lo que no iba a decirle era que tenía el ano algo hinchado, eso jamás se lo diría.
Entonces te gustó, me quedé mirándolo sin afirmar ni negar, no quería decírselo, me daba mucha vergüenza.
Al ver Marcos que no tenía intención de contestarle, por su cuenta ya supuso que sí, que sí me había gustado, ahora ya tenían en la pandilla a 2 maricones a los que dar por el culo, así que, sin pensarlo 2 veces, va y me dice, cuando me vas a dejar probar a mi tu culito, quieres que vayamos ahora, es buen momento, decimos que vamos a buscar a Marcelo y vamos a donde fuisteis ayer, allí nadie nos va a molestar, ¿qué te parece?
Dios, mi cabeza estaba que me echaba humo de lo colorada que se me estaba poniendo la cara, una cosa es que me gustara lo que había hecho con Marcelo, y otra es que me fuera dejar coger por todos a cualquier momento y cada vez que me lo propusieran, así que moví la cabeza en señal negativo, no quería ir en aquellos momentos con Marcos, quería sí, pero quería que fuera con Marcelo, y de momento no salía de ahí. Claro que pronto se me iba a caer la venda de los ojos y más pronto que tarde, supe que iba a ser la putita de todos.
Marcos se sonreía mirándome para la cara, sabiendo que tarde o temprano iba a ser suyo como ya lo era de Marcelo, sabía muy bien que mi culito tenía los días contados.
Seguimos hablando y al poco aparecía Marcelo, como yo no había bajado a la hora convenida, fue a dar una vuelta y ahora ya venía. Al verme junto a Marcos, ya vino para donde estábamos sentados nosotros.
Que tal dormiste, culo bonito, me dijo con toda la intención, sabiendo que no había acudido a la cita por quedarme dormido.
Bien, me quedé dormido porque ayer estaba cansado y no era capaz a quedarme dormido, le contesté.
¿Pero estás bien, no te pasa nada, no te duele nada?
Moví la cabeza negándolo a la vez que le contestaba que no, que no me dolía nada.
Marcos al escuchar lo que Marcelo me preguntaba y lo que yo le contestaba, se reía sabiendo por lo que Marcelo me lo preguntaba, y eso le confirmaba más aún que ayer yo había sido desvirgado, que Marcelo ya me había roto el culito, vamos que ya no era virgen e iba a estar al servicio de la pandilla, cosa que yo todavía desconocía por completo.
¿A qué hora tienes que estar en casa? Me preguntaba Marcelo.
A las 2 para comer, ¿por qué me lo preguntas?
Es por si nos da tiempo a dar una vuelta, quiero que vengas a un sitio que conozco y quiero que veas a ver que te parece, me decía con la clara intención de que fuera con él, seguro que era para volverme a coger y la verdad es que yo tenía muchas ganas, así que me levanté y le dije que bueno que fuéramos que ya eran las 12 y media y si era lejos no nos iba a dar tiempo.
Bueno pues vamos, marcos, si viene Jorge le dices a donde fui, dile que quiero hablar con él, a lo que Marcos asintió con la cabeza, sabiendo a lo que Marcelo me llevaba y a donde lo hacía, cosa que yo desconocía por completo.
Mientras íbamos andando, Marcelo al ir los 2 solos, ya me habló más directo.
Dani, pero no tienes dolor ninguno, ni molestias.
No, le contesté, no me duele nada, solo noté algo hinchado el ano, pero no me duele nada, lo lavé y me metí un dedo y no me dolió, ¿a dónde vamos? Le preguntaba por saber a dónde íbamos.
Vamos al mismo sitio de ayer, allí nadie nos va a molestar y podemos repetir lo de ayer, es para que tu culito se acostumbre y no te duela nada, pero si dices que no tienes dolor alguno, pues mejor, así ya podremos hacerlo más veces, ¿no te parece?
Vale, la verdad es que yo ya tengo ganas de volver a hacerlo, Marcos me lo propuso ahora mientras tú no estabas, pero le dije que no, quería estar contigo primero, además que no quería que lo supieran los demás, no quiero que me anden llamando maricón y burlándose de mí.
Tú no te preocupes por eso, lo de que no lo sepan los demás, va a ser difícil, Marcos ya lo sabe y a los otros no podemos ocultárselo, somos todos de la pandilla y lo que es de uno es de los otros, me decía Marcelo.
¿Y eso que quiere decir, que tengo que dejarme coger por todos?
Bueno, de momento no, pero si quieres estar con nosotros, tienes que dejarte coger por ellos también.
O sea, ¿igual que Jorge?
Sí, igual que Jorge, pero no te preocupes, de momento solo será conmigo, después ya verás cómo te va a gustar, me decía todo serio.
Bufff, pero eso a mí me da mucha vergüenza, le decía yo a Marcelo.
A Jorge al principio también le daba mucha vergüenza y ahora está contento, ya le preguntarás, ya verás como es verdad lo que te digo.
Y cuando me di cuenta, ya habíamos llegado al sitio donde la noche pasada había sido desvirgado, era un alpendre que estaba abandonado y ahora usaban los mayores para ir a fumar porros y hacerse pajas, era también donde se cogían a Jorge, aunque también solían hacerlo en los bajos de un edificio de la calle, eran unos bajos destinados a una especie de galerías comerciales, pero que a causa de la crisis, nunca fueron utilizados, vamos que estaban todos vacíos y eran utilizados por todos, y también solían ser usados por indigentes para dormir por las noches.
Al entrar, Marcelo me hizo entrar primero a mí, y al darse cuenta de que venía con el pantalón vaquero, me dijo:
¿Por qué no te pusiste las bermudas como ayer? Son mucho más cómodas y si tenemos que vestirnos rápido es mejor.
Ya, pero es que tenía que echarlas a lavar, le contesté.
Joder, ¿y no tienes otras para poner?
Las que tengo me quedan algo flojas, y además no tienen elástico como las de ayer, tienen un cordón para apretar en la cintura y si me tiran de él, me caen las bermudas, por eso no las puse.
Pues joder, son ideales, póntelas por la tarde así probamos a ver que tal van, y puedes ponerlas sin el slip, así aún mejor, ya verás como tengo razón.
Y sin que pudiera rebatirle lo que me decía, ya me abrazó por detrás empezando a mordisquearme las orejas y cuello, cosa que me hacía estremecer y gemir del gusto que me daba, era uno de los puntos más sensibles que tenía, hasta me hacía temblar del gusto que me daba que me hicieran eso.
Marcelo al verme temblar y soltar ligeros gemidos, ya supo que me tenía en sus manos, ya había descubierto mi punto débil y sabía cómo someterme para que me entregara a él.
Mientras seguía dándome mordisquitos por el cuello y las orejas, me susurraba al oído, a la vez que me iba aflojando la correa del pantalón, así mi culito bonito, mira cómo tiemblas y cómo te gusta lo que te hago, ya verás cómo vas a querer que te cojan todos, ya verás como tú mismo nos vas a venir a buscar para que te demos por el culo, tienes un culito muy sensible, es un culito que está hecho para darle verga, me iba susurrando a la vez que ya me estaba bajando el pantalón.
Una vez ya me lo hubo bajado junto al slip, haciendo que me apoyara sobre la pared al igual que ayer, empezó a revisarme el agujerito. Pasaba sus dedos mojados en saliva, comprobando que efectivamente mi esfínter estaba algo hinchado pero que no me dolía, al menos yo no me quejaba nada al meter el sus dedos.
Sí, lo tienes algo hinchado, ya se ve a simple vista, pero eso es normal, ayer aún eras virgen y es normal que se te hinche un poco, lo importante es que no te duele, me decía volviendo a pasar su mano mojada de saliva.
Mientras me lubricaba con una mano, con la otra se fue sacando su anaconda como terminé por bautizarla, el cabrón estaba a tope de empalmado, me tenía ganas, ni siquiera me dejó chuparle la polla, se la mojó con su saliva y así como me tenía con el pantalón y slip sobre los tobillos, una vez ya tenía preparado y dilatado mi agujerito, al igual que el día anterior, colocó su verga en la entrada de mi ano, me dijo que sacara un poco más el culo para fuera y según me estoy inclinando a la vez que echaba el culo para afuera, ya siento como me entra su polla por el culo.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Chillaba notando como su polla me abría el culo y se incrustaba en lo más profundo de mis entrañas, apenas me había dolido, cuando quise darme cuenta ya me tenía la polla metida hasta los huevos.
Dios, ya Marcelo me volvía a tener ensartado en su larga verga, yo me revolvía del gusto que me acababa de dar, solo había notado un ligero pinchazo cuando su polla me abrió el culo y cuando iba a pedirle que parara, ya me la tenía metida hasta los cojones, ya podía notar su vello púbico pegado a los cachetes de mi culito y sus bolas pegadas a la entrada de mi abierto ano.
Joder notaba como mi culo se había abierto y la polla de Marcelo me llenaba por completo, abría la boca a la vez que todo mi cuerpo temblaba al encontrarme ensartado en aquella larga verga que Marcelo poseía, tenía los ojos como platos, tremenda envestida que me acababa de dar, me había dejado sin aire, todo mi cuerpo se había estremecido a la vez que me erguía, notando como aquella verga entraba en mí.
La Hostia Dani, que culito tienes, joder como se tragó mi verga tío, es como si se la chupara para dentro, Dios que gusto y que calentito se siente, ¿Te gustó? ¿Te gustó cómo te abrí el culito?
Yo movía la cabeza en señal de que sí me había gustado, pero era incapaz de abrir la boca, me había dejado sin aliento.
Joder Dani, tremendo gustazo te debe estar dando, joder te dejé sin habla, joder que carita de felicidad se te ha quedado y mira cómo tiemblas, me decía el cabronazo mientras me mantenía ensartada la polla hasta los mismísimos cojones, claro que me había dejado sin habla, no podía hablar, solo me salían gemidos por semejante gustazo que me estaba dando.
Al ver que yo no protestaba, Marcelo empezó poco a poco con las enculadas y al oír como gemía de gusto, aquello lo animó y empezó a cogerme sin contemplaciones.
¡Ay que gusto Dani! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba como un poseso Marcelo dándome por el culo salvajemente.
Yo estaba que lloraba del gusto que me daba, los gemidos empezaron a ser tan continuos, que ahora eran como un lloriqueo, hasta Marcelo me preguntó si estaba llorando.
Cuando me lo preguntó, apenas podía hablar, moví la cabeza negándolo, hasta que pude decirle que no, no me dolía, era porque me estaba gustando mucho y no podía aguantar de lo que me gustaba.
Así estuvo dándome por el culo un buen rato cuando Marcelo empezó a decir que se corría.
Me corro, me corro, ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto!
Me estaba llenando el culo de leche, me estaba preñando con su semen por segunda vez en mi vida.
A mí las piernas me temblaban, no quería que me sacara la polla del culo ni que dejara de abrazarme, me sentía mejor que nunca, no quería que aquello acabara, pero la polla de Marcelo se fue desinflando hasta que ella sola se escurrió de mi culito, dejándome dentro todo el esperma que su polla había soltado.
¿Estás bien? Me preguntaba Marcelo todavía preocupado por mis lloriqueos.
Yo que aún no me había repuesto, moví la cabeza diciéndole que sí, claro que estaba bien, joder estaba en el Nirvana.
¿Te gustó! Me pregunta Marcelo mirándome a los ojos pudiendo ver la carita de felicidad que tenía.
Sí, le dije moviendo a la vez la cabeza, sí me gusta que me la metas por el culo, se siente muy rico le decía a la vez que le echaba la mano a su polla ahora flácida, acariciándosela, joder como me gustaba aquella polla cuando me la metía por el culo.
Nos vestimos y así sin limpiarnos, salimos de allí volviendo para donde estaban los del resto de la pandilla.
Los 2 íbamos todavía sofocados, se notaba a las leguas de que veníamos de follar, a mi me daba la sensación de que todavía llevaba la polla de Marcelo metida por el culo, tenía esa extraña sensación de llevar algo metido por el culo, hasta al andar me sentía raro.
Así que nos vio Marcos, el cabrón ya se sonreía, sabía muy bien de que Marcelo me acababa de dar por el culo, sabía que venía recién follado y no dejaba de mirarme, el muy cabrón moría de ganas por darme por el culo y yo se lo podía notar, joder era como si me quisiera comer con sus ojos.
Estuvimos hablando un rato, bueno más bien los que hablaban eran Marcos y Marcelo, cuando de pronto Marcelo dijo que se tenía que ir, que tenía que ir con su padre después de comer, que ya nos veríamos por la tarde como siempre y allí nos quedamos Marcos, yo y otros 2 de la pandilla de pequeños a la que hasta ahora pertenecía yo también, pero, aunque no lo sabía, ya me consideraban de la pandilla de mayores. No era por nada en especial, era porque era otro maricón al que poder darle por el culo, era un culo bonito al que los mayores se iban a follar.
Así que Marcelo marchó, cuando nos quedamos solos Marcos y yo, este me empezó a meter mano a la vez que me decía guarradas y me llamaba maricón.
Cuando me vas a dejar que te la meta por el culo… Tengo ganas de metértela, me decía tocándome con su mano.
Joder Marcos, para quieto si no me voy.
Está bien, pero joder tengo ganas de metértela. Oye Dani, ¿no te duele cuando Marcelo te la mete por el culo? Me preguntaba ahora todo serio.
No, no me duele nada, le contestaba sin darme siquiera cuenta de que le estaba confirmando de que efectivamente Marcelo ya me la metía por el culo y que ya no era virgen.
A Jorge cuando se la metemos por el culo, Dios, no veas como chilla, ahora ya no tanto, solo lo hace al principio y sobre todo cuando le da por el culo Ramón o Marcelo, Jorge dice porque son muy grandes y que hasta que el culo no se le abre de todo le duele un chingo, pero que después ya no le duele y que le gusta mucho.
En eso estábamos hablando cuando veo que me llama mi padre, acababa de llegar y me llamaba para que fuera a comer, así que me levanté y dejé allí solo a Marcos.
A la tarde cuando bajé para la calle, ya pasaban de las 5, como me había pedido Marcelo, me había cambiado el pantalón, me había puesto las bermudas que no me gustaban, tenía que apretarlas con el cordón que tenían y hacerle una lazada. No llevaba tampoco el slip puesto como me había dicho Marcelo, me encontraba raro, era como si fuera medio desnudo, me había estado lavando el culito a conciencia, lo tenía repleto del esperma con el que Marcelo me había preñado por la mañana, me gustaba llevarlo dentro de mis entrañas, pero sin el slip, tenía miedo de que me fuese resbalando y pudiera notarse con aquellas bermudas tan finitas.
Cuando Marcelo y Marcos me vieron, a los 2 parecía que se le iban a salir los ojos de fuera, los 2 estaban que no me quitaban el ojo de las bermudas, hasta disimuladamente en el momento que tenían ocasión, no dejaban de manosearme el culito, cosa que me cabreaba mucho, pues no quería que los otros vieran como estaba siendo manoseado, me gustaba cuando me tocaban el culo, me gustaba mucho, pero me daba mucha
Vergüenza que vieran como me dejaba manosear, no me gustaba que me tildaran de maricón, yo no me sentía maricón, yo me sentía normal, como todos los demás, aunque en mi fuero interno sabía muy bien que sí lo era, me gustaba mucho cuando me la metían por el culo, me gustaba y me hacía retorcer de gusto.
Estuvimos jugando al fútbol primero, pero yo sabía que tanto Marcelo como Marcos, estaban deseando que comenzáramos a jugar al escondite, cómo así sucedió.
Los primeros juegos pasaron sin más, solo me manosearon el culo tanto Marcelo como Marcos así que se les presentó la oportunidad, ambos sabían que todavía era muy pronto para lo que pretendían hacerme y que no era otra cosa que meterme la polla por el culo y follarme como ya empezaba a ser costumbre. El que se salvaba era de momento Jorge que así no lo molestaban tanto a él.
Cuando Marcelo se escondió conmigo esa tarde por primera vez, lo primero que hizo fue empezar a palpar mi culito diciéndome que no sabía porque no me gustaba aquellas bermudas, a mí me gustan cómo te quedan, te hacen un culo muy bonito, me decía magreándome con su mano. Y mira que suave se nota la tela, me gusta además que debajo no te pusiste el slip, ya verás como así cuando me restregué a ti te va a dar más gusto me decía pasando su mano por todo mi culito, haciendo que me estremeciera de gusto.
Mira como te retuerces y gimes, ¿ves? Espera a que se haga un poco más oscuro, ya verás como te voy a hacer chillar, ahora aún es pronto, pero así que empiece a anochecer ya verás lo rico que vas a sentir.
Oye Dani, cuando te toque ir con Marcos, voy a dejaros ir a los 2 solos, es para que no sospechen los demás, sí quieres puedes dejarle que te la meta, a mí no me va a parecer mal, pero si no quieres déjale que se restriegue y se corra en tu culito, lo tienes que anda salido, hoy por la tarde antes de que tu bajaras, me pidió que te convenciera de que lo dejaras, pero solo si tu querías.
Me quedé pensativo mirando para el infinito lo que Marcelo me estaba diciendo, y al momento me encogí de hombros, me estaba dando mucha rabia, estaba pasando lo que tanto temía, ser el nuevo maricón de la pandilla y aunque tenía ganas de llorar, estaba aceptando mi nuevo estatus, era un culo bonito al que follarse.
Cuando ya empezaba a anochecer, cuando le tocó pandar a Jorge, Marcelo dejó que Marcos fuera el que viniera conmigo, ya Marcelo había avisado a Marcos y este me llevó a los bajos abandonados, como ya era casi noche, allí ya no solía haber nadie, únicamente ya bien entrada la noche, en ocasiones iban indigentes a dormir, pero incluso así no solían decirnos nada cuando andábamos por allí.
Nada más meternos en los bajos, Marcos me llevó de la mano al fondo de todo, allí estaba más oscuro y era donde estábamos más ocultos a posibles pilladas.
Al momento de llegar, ya Marcos me pegó de cara a la pared, estaba obsesionado con mi culito, al momento ya se empezó a restregar por mi culo, no dejaba de decir:
Joder que ganas te tengo, como me gusta tu culito, me decía restregándose a mí, no sé cómo hizo, pero cuando me quise dar cuenta, el cabrón ya se había sacado la polla de fuera, tenía el pantalón medio bajado y la polla y huevos completamente de fuera, lo supe porque, aunque no estaba mirando para él, pude notar con toda claridad el semejante empalme que tenía, no era como la polla de Marcelo, pero era bastante más grande que la mía que también ya empezaba a estar empalmada.
Al notarla restregándose por mi culito, aunque todavía llevaba puestas las bermudas, aquello que me estaba haciendo a mi me gustaba, se sentía muy rico por lo que inconscientemente echaba el culito para afuera haciendo que así notara más como se me restregaba, ahí Marcos al ver que yo sacaba el culito para fuera, se animó más y sabiendo que yo me estaba dejando, me abrazó con sus manos a la vez que me deshacía el lazo del cordón que sujetaban mis bermudas. Nada más deshacerme el lazo, las bermudas me cayeron a los tobillos haciendo que Marcos exclamara.
Joder que culito maricón, Dios que rico se siente, me decía ahora restregándome toda su polla por medio de mis cachetes, cosa que me hizo empezar a gemir.
Marcos al escucharme gemir, me pregunta, ¿Te gusta?
Siií, le contesté a la vez que movía la cabeza y sacaba más el culito para fuera.
¿Quieres que te la meta?
¿Me dejas que te la meta por el culo?
Moví la cabeza afirmándole que sí, que sí quería, y al momento ya siento como escupe en su mano, como la pasa por mi abertura anal lubricando mi entrada, como colocaba su polla en la entrada, presionaba y al momento de sujetarme por las caderas, ya siento como su polla me entra de golpe por el culo, clavándomela hasta los huevos.
¡Ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gritaba a la vez que me estremecía de gusto pudiendo notar su vello púbico pegado a los cachetes de mi culo y sus pelotas pegadas a mi abertura anal.
Ya estaba, ya acababa de dejar que Marcos me metiera su polla por el culo y la verdad me estaba gustando dejarme dar por el culo por Marcos, ya me tenía bien ensartado y ya me estaba haciendo suyo.
Joder Dani que culito más rico tienes, que suave se siente y que calentito está, me decía empezando a mover su pubis, haciendo que su polla se me incrustara más a fondo.
Joder mira que empalme tienes, joder cómo te debe gustar, pedazo de maricón que eres, la hostia como disfrutas me decía acariciándome la polla y huevos, pudiendo comprobar lo empalmado que yo estaba.
Al momento ya empezó dándome culeadas fuertes y sin contemplación alguna, escuchaba como yo gemía de gusto y me daba sin compasión, me estaba dando por el culo sin ningún miramiento, me follaba a saco.
¡Ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡Dios maricón como me gusta tu culo! Gritaba enculandome una y otra vez, cuando de pronto sentimos llegar a alguien, era jorge que acababa de pillarnos en pleno acto.
Joder, pedazo de maricones, menuda follada que le estás dando, la hostia como gime el cabrón de Dani, pues sí que le gusta que le den por el culo.
Yo creía que me moría de vergüenza, nos habían pillado en plena enculada y allí estaba Jorge viendo sin perder detalle como Marcos me daba por el culo.
La virgen, mira que pedazo de empalme que tiene Dani, joder como le debe estar gustando, decía todo lleno de razón viendo como Marcos me follaba sin contemplaciones, cuando se escucha decir a Marcos que se corre.
Me corro, me corro, ya, ya, ¡ohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! ¡ooohhh que gusto! Gritaba Marcos llenándome el culo de semen, se estaba corriendo dentro de mí, me acababa de preñar haciéndome suyo.
Así que acabó de eyacular y su polla ya había descargado todo el semen que contenían sus pelotas, sacó su polla de mi recién follado y abierto culito, me dio un par de palmadas en las nalgas diciendo:
Tremendo culito que me acabo de follar, espero que no sea la última porque me gustas un montón Dani.
Jorge no salía de su asombro, miraba para mi como me sostenía con las manos sobre la pared, como mi culito estaba completamente abierto, como estaba todo pringado por donde se iba escurriendo parte de la corrida que Marcos me había dejado, como me temblaban las piernas y como seguía jadeando mientras recuperaba la respiración. Vio como me subía las bermudas y me cubría, sin importarme que mi culito estuviera chorreando, y con aquel empalme que tenía.
Cuando salimos de allí, a mí aún se me podía notar el pedazo de empalme que llevaba, además que, al no llevar slip puesto, la polla me hacía una tremenda tienda de campaña, cosa que al principio no me di cuenta, pero tan pronto me vio Marcelo, fue lo primero que me dijo, joder Dani, tremendo empalme que llevas.
Me dio tanta vergüenza al verme, que tuve que sentarme y esperar a que me bajara semejante empalme que llevaba.
Cuando Marcos quedó a solas con Marcelo, escuché que le decía, Joder Marcelo, fue la hostia, es todo un campeón, tremenda follada que le largué, no veas que pedazo de corrida que le solté, se le iba escurriendo del culito, tremendo culito que tiene, Dios que gusto da follarlo.
Jorge que estaba conmigo, me miraba como si fuera un bicho raro, me había visto cómo estaba siendo follado y ahora escuchaba lo que decía de mí Marcos y me miraba raro, o al menos así me parecía a mí, ver cómo me daban por el culo lo debió sorprender y estoy seguro de que caliente y excitado también.
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