JUGANDO CON MI VECINITO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenía 5 añitos cuando una mañana jugando en el fondo de casa con el vecino de al lado que tenía 12 añitos, más o menos, me empieza a tocar todo y también mi pitito, yo me reía mucho, porque sentía cosquillas en la casita que habíamos hecho en un rincón que lindaba con el fondo de la casa de él.
La casita estaba armada con cañas y cartón en y no se veía nada desde afuera. Mi mamá me dejaba jugar con el, porque ella decía que era muy bueno y que me cuidaba cuando ella se iba a trabajar de sirvienta.
Era de todos los días que el bajaba mi pantaloncito, y jugaba con mi pitito con una mano y con la otra jugaba con el suyo. A mi se me paraba y se me ponía muy duro mi pitito al igual que el suyo.
Un día me dijo
Quieres que juguemos a papá y mamá, yo he visto como juegan mis padres, te gustaría jugar conmigo?
Pero quien va hacer de papá si somos los dos varones? Pregunte
Y si te parece tú. Que eres el más chico. Puedes hacer de mamá, ya que mi mamá es más joven que papá-
Entonces tiramos un cartón en el piso, el me desnudo totalmente y luego se desnudo quedando los dos acostados, me comenzó a besar en la cara, en las orejas y luego en la boca, a mi me gustaba mucho eso, me sentía muy bien, así que lo dejaba, frotábamos nuestros pititos uno contra el otro.
Un día el trajo un tarrito con un tipo de grasa y mucho papel que se usaba para el baño.
Comenzamos con nuestro ritual, si se llegó a algo nuevo, el cuello, las orejitas, la boca y siguió bajando, me beso mis tetitas y luego mi ombligo hasta que llego a mi pitito y se lo metió todo en la boca, ah que rico que se sentía.
Fue ahí mientras me chupaba que el tomo de la grasa y me unto mi culito y poco a poco me metió un dedito de el, al principio me molestó y le pedí que lo sacara pero el sacó un poco y volvió a meter bien suave, cada vez que entraba yo sentía una electricidad que recorría toda mi columna y llegaba a mi boca que involuntariamente suspiraba, era algo fantástico que nunca había sentido. Por esos suspiros el se sintió indicado de meter otro dedito que me dolió pero que comprendí que pasaría rápido como había pasado el dolor del primer dedo, y así fue cuando comencé de nuevo a suspirar, el me puso en posición de perrito y de una sola estocada me metió todo su pitito dentro mío, NNNNNNOOO, sácala me duele mucho.
Aguanta un ratito mi mamá también dijo lo mismo cuando papá se la metió toda, pero en un ratito paso y ella pedía que le diera más que estaba muy rico.
En realidad así fue. Porque al ratito no me dolía y volvían esos golpes eléctricos que recorrían mi columna vertebral. Yo gozaba como loco y el me preguntaba
Te gusta? Te gusta?
Si mucho, mucho , mucho
El me daba duro hasta que quedaba quieto y sentía dentro de mi palpitar su pitito. Luego me lo sacaba se limpiaba con una toalla de mano que había traído y me decía.
Ahora chúpamela, como yo te la chupe, y obediente yo se la mamaba mientras le metía un dedito mío en su culito, el se retorcía todo cuando le chupaba la cabecita de su pitito.
Luego nos besábamos y nos vestíamos programando para el día siguiente.
Esa fue mi primera vez y duró todo un año. Mi culito estaba más que adaptado a tu pito y era todo goce estar con el jugando en nuestra casita. Un día que mamá tuvo que viajar con papá me quede en casa de este vecinito y la señora me dijo que dormiría con Juancito, así se llamaba, así que dormí toda la noche con su pitito dentro de mi culito, el me decía al oído, eres mi mujercita, y yo con una risita le respondía que si.
Sabía que nadie debía saber lo que hacíamos, porque había oído a mi mamá hablar del asunto de otros niños y manifestaban que había que pegarle mucho para que aprendieran que esas cosas no se hacen.
Papá había criado unos chanchos y un señor del vecindario quería comprarlos, era un señor de unos 30 años como mi papá, la cuestión que nosotros estábamos en lo nuestro, porque ninguno de mis padres estaban, el señor vivía solo a dos cuadras de nuestra casa y hacia chacinados.
El entró y fue directo al chiquero para ver los chanchos, luego se ve que quiso recorrer todo el fondo y sin nosotros darnos cuenta, ahí estaba él en la entrada de nuestra casita.
Que hacen par de chanchos. Ahora voy a decirles a vuestros padres lo que estaban haciendo.
No. Por favor no diga que nos vio, nuestros padres nos van a pegar mucho, por favor,
Y que me van a dar por mi silencio.
Pídanos lo que desee, pero por favor no diga que nos vio.
Mañana los quiero en casa a esta hora, estamos.
Esta bien Señor
Ah. Y dile a tu padre que hoy vaya que vamos a cerrar trato con los animales
Si señor.
Y se fue. Nosotros quedamos llorando. Porque no sabíamos que podía pasar al otro día
Eran las 9 de la mañana cuando le dijimos a nuestros padres que nos íbamos a la canchita del barrio y fuimos a la casa del Señor. Golpeamos a la puerta y esta se abrió,
Entren, los estaba esperando.
Al entrar nuestra sorpresa fue enorme. El estaba completamente desnudo y su pito parecía un mango de pico grueso y lago y se notaba bien duro, subía y bajaba amachándose con el movimiento del cuerpo
Que están haciendo, quítense la ropa, acá somos todos hombres o no?
Nos llevo a su dormitorio, se tiró en su cama de matrimonio y nos miró diciéndonos,
Bueno a desnudarse y vengan junto a mí.
Nos desnudamos con resquemos, y subimos a la cama, el se puso de costado y me tomo poniéndome delante de el, su pitote estaba bien caliente entre mis nalguitas, y le dijo a Juancito
A ti te gusta coger, bueno, cógeme bien fuerte, haber méteme tu pija en mi culo.
Creo que ahí los dos respiramos tranquilidad, todo iba a ser mejor de lo que esperábamos.
A ti te gusta que te la metan, me decía al oído, así que a partir de hoy vas a ser mi amada,
Te gusta ser mi amada, yo le respondí moviendo la cabeza afirmativamente. Entonces puso mi colita a la altura de su boca y comenzó a meter su lengua en mi culito y yo empecé a gemir,
Así me gusta como una buena putita. Yo tomaba mis nalgas con mi manos y las abría más para que entrara más su lengua. Era algo maravilloso, nunca vivido.
Entonces el metió el dedo de una mano y le dio un meta y saque hasta que yo dije, aaahhhh que rico, entonces el metió el mismo dedo de la otra mano junto al anterior y comenzó a estirar hacia mi espalda y hacia mi bolitas, abriéndome bien mi culito, me dolía mucho pero aguantaba. Porque sabía que después sería muy rico lo que sentiría.
Juancito seguía dándole duro por detrás, hoy pienso que con el pitito de el poco y nada podía hacer.
El le pidió, ve, cierra la puerta y vuelve a cogerme. Es para que la chusma no oiga nada, esta pieza esta en medio de la casa, y con la puerta cerrada nadie va a sentir
Una vez cerrada la puerta y que Juancito volviera a su faena, el puso un poco de grasa en su pitote, me corrió hasta que volví a sentirlo entre mis nalgas, puso la cabeza en la entrada de mi culo, y empujo.
Ayyyyyyyyyyyyyyy, nooooooooo, por favor sáquemela, no por favor gritaba yo, mientras que sentía que Juancito le golpeaba la espalda.
Puedes gritar todo lo que quieras, nadie te va a oír. Mientras me apretaba con sus dos brazos contra su cuerpo, entró solo la mitad, me dijo. Relájate y descansa.
No, por favor quítemela. No quiero, quiero que mama me peque. No quiero que me la meta más, por favor, lloraba desconsoladamente
Ahora ya es tarde mi amada putita. Vas a ver que te acostumbras y te va a gustar mucho.
Quedamos quietos, unos 5 minutos, para mi fue todo un día.
Me la sacó toda puso más crema en su pito y volvió a meter, despacio, y así entró toda y tal como me dijo no me dolió mas.
Mi amor, ahora quieres gozar con mi pija
Si mi amor le respondí, no sentía nada. Parecía que toda esa parte de mi culito estaba anestesiada.
El sacaba y metía lentamente, la electricidad apareció y mi pitito se puso súper duro, y comencé a gemir como cualquier puta.
Sabía que te iba a gustar. Ahora los quiero día por medio acá. Para coger, sino les cuento a tus padres lo que estaban haciendo en el fondo.
Me besaba las orejas y volteaba mi cara para besarme en la boca. Yo era un suspiro tras otro. Que hermoso lo que estaba viviendo.
En cierto momento el paró me la sacó y me dijo. Ahora cógeme tú mientras tu amiguito se transforma en la segunda amada putita que voy a tener.
Pasé para atrás de él y traté de meter mi pitito en su culote,
Juancito le decía.
Señor , por favor a mí no me haga eso, me va a doler mucho, no quiero,
No seas maricón lo tomó de un brazo y lo pasó para su frente en el aire.
Lo tomó de sus caderas y le empezó a chupar el culo como poseído.
Jancito terminó haciendo lo mismo que yo, abriendo sus nalgas con sus manos para que la lengua entrara más adentro. Luego metió los dos dedos y estiró abriendo bien su culito.
Lo bajó como a mí, y tomándolo de la cadera se la metió toda de una sola estocada. El disminuyo el volumen del grito tapando la cara de Juancito con una almohada, era desgarrador, luego un silencio total, Juancito se había desmayado.
Anda tráeme un vaso de agua de la cocina me pidió, yo fui rápido. Cuando volví el estaba sacando su pija y metiendo mucha crema en el culito de mi amigo, y volvía a meterle ese pijote que tenia se puso de espalda en la cama con mi amigo arriba de él,
Chúpale su pito para que reaccione.
Eso hice, le chupaba el pitito y el le ponía con una toalla agua fresca en su cara, el poco a poco reaccionó y luego de unos 10 minutos de estar ensartado, sonriendo me dijo,
Oye que hermosa mamada que me estás dando.
Y también te gusta tener mi pija dentro tuyo putita? Le dijo él
Si, ya no siento dolor, tus movimientos lentos me encantan, hazme gozar.
Asi el le dio por media hora lentamente hasta que en cierto momento se la sacó, la limpio con la toalla y nos dijo
Bueno terneritas, tomen su lechita, y los dos empezamos a chuparle hasta que recibimos toda su leche en nuestras bocas.
Así fue como a los 6 años me rompieron el culo y a los 13 de Juancito.
Los dos fuimos las amantes de este vecino hasta que un día nos cansamos y ya sabiendo nuestros derechos, lo denunciamos cuando un día el hizo una fiesta de amigos y quiso que todos sus amigos nos cogieran, salimos corriendo y le dijimos a nuestros padres lo que nos quiso hacer como si fuera la primera vez.
El forense certifico que nos habían penetrado. También se dio cuenta que no era de ahora que esto sucedía. Así que nos dijo, bueno, putitas, ahora serán mías, las quiero en casa, y a mi no me van a poder denunciar.
No sé cómo arregló con nuestros padres para que fuéramos a su casa a estudiar.
Pero eso ya es otra historia.
Espero que les guste mi historia
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