Jugué con fuego y me queme
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Ezequiel, tengo 22 años.
Estoy de novio hace un año, y la hermana de mi novia tiene un hijo, Martín se llama, tiene 15 años, es un gordito simpático pero muy afeminado.
La família de mi novia vive en Ramos Mejía y yo vivo en la zona del Once, en Capital Federal.
Siempre que voy a casa de mi novia, Martín y yo bromeamos mucho, nos llevamos re bien.
Siempre que no hay nadie le digo que me gusta su colita, él se ríe y dice que estoy loco.
Más de una vez le toqué el culo, pero se va, no me deja que le meta mano.
Poco a poco se fue acostumbrando a que le toque la cola, ya casi no me decía nada.
Una vez estaba en la cocina, buscando cervezas para llevar afuera, donde estabamos todos, y Martín sale del baño, envuelto en una toalla, «estas recién bañadito», le dije metiendo mi mano debajo de la toalla y le apreté las nalgas.
«Vamos a terminar teniendo problemas», me dijo, pero se dejaba acariciar las nalgas.
Él se fue a su dormitorio y yo con las cervezas donde estaban los demás.
Así siempre que podía le metía mano, en una ocasión saque mi pija e hice que me la acaricie y le diera unos besos.
«Ya te cogieron Martín?», le dije guardando mi pija que estaba dura, «no, todavia soy virgen», me dijo y se fue.
Martín ya no decía nada si le tocaba el culo, o él mismo me decía que le deje darme besos en la pija.
Yo estaba loco por cogerlo, tenía que inventar algo y llevarlo a mi casa, ya que ahí siempre había gente.
«Martín y si un día de estos te vas a casa en vez de ir a estudiar?», le dije, aprovechando que estaban todos en la piscina, «dejame que lo piense», me dijo.
Pasó el fin de semana y me fui a casa.
El miércoles fui a cenar a casa de mi novia y me quedé a dormir, cuando me iba, Martín me dijo que lo lleve al instituto.
Pero realmente fuimos a mi casa, entramos, Martín dejo la mochila en el sillón del salón y yo le apretaba las nalgas, «me vas a dejar que te rompa la colita», le dije besando su cuello, «mmmmmm, sí, te voy a dejar que me hagas la colita», me dijo tirando su cabeza para atrás, dejando que le desabroche el pantalón, se lo empecé a bajar, junto con sus calzoncillos, le mordia el cuello, jugaba con sus nalgas, Martín gemia y quería besarme la boca.
Yo evitaba el beso, mordiendo y besando su nuca, saqué mi pija y se la pasé por la raya del culo, «hay esa pija», decía Martín buscando mi pija con su mano, «dale besitos», le dije, viendo como Martín me miraba y se arrodillaba frente mío besando y lambiendo mi pija, abrió su boca y la metió dentro.
«Para Martín que me la raspas con los dientes», le dije.
Volvió a besar y pasar su lengua por toda mi pija, la volvió a meter en su boca, y ahora la chupaba con mas cuidado.
«Como la chupe?», me dijo poniéndose en pie, pasando su lengua por sus labios, «muy bien para ser la primera vez que chupas una pija», le dije y nos fuimos a mi dormitorio.
Nos desnudamos, Martín me quería besar la boca, pero yo no lo dejaba, él me acariciaba subiendo y bajando el prepucio de mi pija.
«Estoy deseando que me la metas», me dijo dejando que le bese el cuello y sus pechos.
Lo hice poner en cuatro en el borde de la cama, le envaseline bien el ojete y pasé bastante vaselina por mi pija, le dije que se abra sus nalgas y le apoyo la pija contra el ojete, «relajate Martín, que te voy a romper la colita», le dije, empujando y escucho como Martín se queja cuando le empezó a entrar.
«Despacio, metela despacio», me dijo dando gemidos a medida que le iba rompiendo el culo.
Me tomé mi tiempo en hacer que mi pija entre toda en la colita de Martín, hasta que aplaste sus nalgas contra mi pelvis.
Lo empecé a coger despacio, la movía para los costados, la sacaba y se la volvía a meter.
Escuchaba como Martín disfrutaba, como con apenas voz me decía que lo coja más fuerte, así estuvimos un buen rato cogiendo, hasta que le llené la colita de leche.
Cuando se la saqué salió bastante sucia, su ojete le sangraba, veía como pujaba y salía mi leche.
«Que rica cogida me diste», me dijo llendo al baño.
Así fue como lo empecé a coger al sobrino de mi novia.
Una mañana se me aparece en casa, nos saludamos y nos fuimos a la cama.
Martín estaba chupando mi pija, cuando bajó hasta mis huevos, me levantó las piernas y me empezó a chupar el ojete.
Fue una sensación maravillosa, me hizo estremecer de placer, siguió chupando mi pija y siento como me mete un dedo en el culo.
Yo me retorcia de placer, y cuando mete el segundo dedo y los movía dentro de mi cola, fue tanto el placer, que me acabé en su boca.
Martín siguio moviendo sus dedos dentro de mi culo y chupando mi pija.
Yo seguía re caliente, al punto que me hizo dar vuelta y sólo, sin que me lo pida, me abrí las nalgas.
Martín se acomodó sobre mi, sentí como acomodaba su pija contra mi ano y empecé a gemir de placer cuando me la empezó a meter.
Sentía abrirse mi ano, como su pija entraba en mi culo, como me estaba cogiendo y yo gritaba de placer.
«Dame más, dame más», le gritaba sintiendo su pija salir y entrar de mi cola.
Martín me estaba cogiendo tan bien, que sentía mi pija dura, aplastada contra la cama.
Yo gemia, movía mi cola para los costados disfrutando de como la pija de Martin entraba y salia de mi ojete.
Estaba disfrutando tanto, que me volví a acabar sin tocarme la pija.
«Llename la cola de leche, dame toda tú lechita en mi cola», le gritaba abriendo mis nalgas lo más que podía.
Martín me cogía mas fuerte, mas rápido, hasta que se deja caer sobre mí y sentir como palpitaba su pija bien adentro de mi culo, me hizo morder las sábanas para ahogar el grito de placer que sentí.
Martín seguía acostado sobre mi, respirando agitado, su pija seguía bien adentro de mi cola.
Ahora nos cogemos mutuamente con Martín, nos chupamos las pijas, tragamos la leche del otro.
Yo sigo con mi novia, cogemos como todas las parejas, pero sentir como Martín me coge, eso no lo supera nada.
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