KHALIL 2
Khalil llega al campamento.
El viaje hasta el campamento duró cuatro días con sus respectivas noches. Khalil sentía agotado su culito ya que durante el camino ese hombre de no más de 40 años se había encargado de abrírselo bien a base de cogidas cada vez que se le antojó. El niño no oponía resistencia ya que pronto aprendió que su señor se enfadaba con facilidad. Tenía muy presente los golpes que le había propinado cuando intentó rechazar la polla del adulto la segunda vez que lo preñó.
La segunda noche del viaje después de cenar fugazmente el señor se abrió el chapan, dejó caer sus amplios pantalones al suelo e indicó a Khalil que se aproximara mientras se recostaba sobre su pakul que ahora hacía la función de manta. El niño quedó atontado viendo la pija del afgano, nunca antes había visto una polla adulta. De dimensiones considerables, al menos para un niño, la polla erecta estaba ligeramente curvada a la derecha. Era oscura y llena de venas que le daban la apariencia de un tronco.
Khalil se acercó y una mano hizo que se hincara de rodillas entre las piernas del hombre. Una voz le dijo que chupara y ante su tardanza un bofetón cruzó su cara. Torpemente al principio empezó a chupar aquella polla que lo había desvirgado la noche anterior. Pronto aprendió y guiado por la mano del adulto imprimió velocidad a sus movimientos. El niño sentía cierta satisfacción al comprobar que el tono de voz de su violador se volvía más suave mientras le animaba a continuar con la felación.
Cuando el soldado le desvistió bruscamente y lo puso a cuatro patas, el niño recordando la noche anterior puso cierta resistencia que fue neutralizada por un golpe en la espalda que lo desplomó. Lo siguiente que sintió fue el dolor de su culo mientras se iba abriendo para dar cabida al trozo de carne invasor. Inmovilizado por el peso de su agresor , el niño no pudo más que gruñir mientras se le llenaban de lágrimas sus ojos.
El cuarentón resoplaba de placer mientras su miembro entraba y salía del tierno culito. No le importó el llanto del niño ya que se consideraba con el derecho de saciar su masculinidad. No estaba haciendo nada más que lo que establece la tradición. Él como muchos hombres en Afganistán deben aliviarse en los culos de los niños debido a la segregación de su sociedad.
Por su parte Khalil empezaba a notar que el dolor desaparecía para dar paso a un cierto placer que pronto terminó cuando el adulto le llenó el culo con su esperma.
– Muy bien, aprendes rápido. Ahora descansa que mañana al amanecer continuaremos nuestro camino.
Khalil obedeció sintiéndose extraño, le hubiese gustado que el hombre hubiese seguido más tiempo dentro de él. No lo hubiera dicho pero le quedó esa sensación de no haber terminado por completo, aunque se sentía contento con las palabras recibidas.
Así pues, al amanecer del quinto día llegaron al campamento situado en las frondosas montañas del Norte.
Al llegar la noche, Khalil compartió té y algo de comida con los soldados del campamento. Se sentía intimidado por aquellos hombres. No se apartó de su iniciador hasta que uno de los otros 12 hombres lo agarró del brazo y lo llevó a una tienda contigua.
Este hombre de nombre Nesar era alto, delgado pero fibrado y lucía una tupida barba negra como casi todos los demás. Tranquilamente se desnudó frente al chico que lo contemplaba con sus enormes ojos. El fuerte pecho de Nesar estaba cubierto por un ensortijado vello que descendía en una fina columna para ensancharse otra vez en su pubis . De entre la maraña de vellos emergía una buena polla deseosa de deslecharse.
Nesar acarició la cabeza del niño y con suavidad la guió hasta su falo. Se tumbó por completo y dejó que el niño trabajara por su cuenta. Nesar no quería precipitarse y correrse enseguida, así que cerró los ojos y dejó que la pueril boca chupara y chupara a su ritmo su palpitante polla. Nesar salió de su éxtasis cuando oyó voces del exterior que le apremiaban para que terminara y diera paso a otro. Colocó al niño boca arriba, separó sus piernas, se escupió en la mano y después de embadurnarse la polla fue entrando despacio pero sin pausa en el culo del niño. Nesar ahogó los sollozos de Khalil mientras lo follaba con su propia boca. Le tenía sujeta la cabeza con sus manos y lo miraba fijamente mientras lo penetraba tranquilamente. Lo besaba cuando veía que iba a quejarse y le susurraba que no hiciera ruido.
Khalil quedó prendado del soldado. Dejó que el hombre lo penetrara profundamente, sin prisas… De repente las manos que sujetaban su cabeza taparon su boca mientras Nesar le clavó salvajemente unas cuantas estocadas y se derramó.
Antes de irse Nesar le dijo a Khalil que se esmerase en usar su boca con sus compañeros y que piense que todo tiene un final.
Uno tras otro fueron pasando los 11 soldados restantes. Khalil tuvo la suerte de que el tiempo que llevaban sin follar hizo que parte de ellos se corrieran en su boca o al poco de iniciar la penetración. Aún así Khalil termino exhausto y tan lastimado por tener que aguantar la invasión sin descanso de su ano por pollas de diferentes tamaños que tuvo que pasar unos días recuperándose.
Super excitante tu relato amigo, saludos 😁 😁