KHALIL 3
A la fuerza ahorcan.
El consejo de Nesar cobró sentido para Khalil después de la visita de Shahram.
Shahram fue el segundo en entrar en la tienda y en el culo del niño aquella noche. Aunque joven era de aspecto imponente, entró contrariado por haber tenido que esperar tanto tiempo y sin perder ni un segundo puso de rodillas al niño frente al camastro y empujó su espalda para que se apoyara.
Khalil no tuvo tiempo de ver bien a su siguiente abusador ni tampoco de reaccionar, aunque de nada le hubiera servido. Shahram tenía los huevos cargados de lefa desde hacía semanas, ya que no solía masturbarse. Su polla dura entró con dificultad en el ya usado ,pero no ensanchado hasta el límite, ano del niño. Si Khalil hubiera visto lo que ese hombre de aspecto rudo tenía entre sus piernas habría echado a correr con las pocas fuerzas que le quedaban.
Khalil no vio el pollón de Shahram, Khalil sintió el pollón de Shahram y gritó de puro dolor. Las risas y vítores del exterior se mezclaron con los bufidos del hombre y el llanto del niño. Todo se nubló. Khalil quería salir de ahí, quería que le sacaran el hierro que destrozaba su culito, suplicaba que parara. La respuesta… unas manos que separaron sus nalgas, un escupitajo en la entrada de su cuevita para facilitar la penetración y un rugido de satisfacción al conseguir entrar por completo.
Shahram pasó sus fuertes brazos por debajo de los brazos de Khalil y entrelazó sus manos en la nuca del niño. Inmovilizado por completo Khalil solo podía dejar que sus gritos le ayudaran a aliviar el dolor. Milagrosamente el culo del nene se ensanchó lo suficiente como para no sufrir un desgarro ante semejante falo.
Shahram propulsaba sin descanso su pelvis con movimientos largos que entraban y salían una y otra vez en la deliciosa cueva. ¡ Si Khalil hubiera podido sentir lo que sentía Shahram en esos momentos ! ¿ A caso no piensan lo mismo ? Esas paredes cálidas y suaves del ano que abrazan la polla y la animan a no parar, esa sensación sin igual que hace que los hombres pierdan la razón hasta deslecharse, esa imposibilidad de parar haciendo oídos sordos a cualquier otra realidad. Si Khalil hubiera sentido eso, hubiera entendido todo.
No hay mal que cien años dure y la inundación del culo del niño por la lefa del grandullón llegó por fín. El alivio fue inmediato. El alivio del calvario del niño y el alivio de Shahram al llegar al éxtasis con la expulsión de sus abundantes mecos.
Shahram se desplomó por unos minutos sobre el niño, necesitaba recobrar el aliento y que le bajara el sofoco del cuerpo ya que con las prisas no se había quitado ninguna prenda y ahora se veía empapado. Ese tiempo fue suficiente para que Khalil tomara consciencia de su situación y por pura supervivencia se recompusiera y tomara la decisión de seguir el consejo de Nesar, esmerarse con su boca.
Afortunadamente Hamid, el tercero y Jawid, el cuarto se deslecharon rápidamente en la boca del niño.
Parecía que el destino se apiadaba de Khalil , Ahmad, el quinto, tenía una pinga mediocre que prácticamente no se hizo notar en el culo del niño.
La fortuna continuó remando a favor de Khalil ya que el sexto hombre, Ramin se presentó con una bolsita de tela e hizo que la chupara mientras lo enculaba después de inspeccionar su ano enrojecido por el uso y el abuso, pero sin signos de desgarro.
-Seré rápido esta vez. Chupa esta bolsa y me lo agradecerás más adelante.
EXCELENTE. El tema, la trama, la estructura, el cuidado con que se construye la narración y el ritmo.
«¿A caso no piensan lo mismo ? Esas paredes cálidas y suaves del ano que abrazan la polla y la animan a no parar, esa sensación sin igual que hace que los hombres pierdan la razón hasta deslecharse» esa interpelación al lector es sencillamente fantástica, logra ubicarlo no solo en la acción del relato sino en ese colon infantil que en sus convulsiones involuntarias exprime y ordeña el garrote de carne haciendolo expulsar su jugo de vida.
Lo dicho, un relato y una serie EXCELENTE.