KHALIL 5
El que calla otorga.
Después de la interminable noche en la que Khalil conoció a sus «protectores» , tuvo unos días de cierta tranquilidad para que su desvirgado culo sanara.
Casi todo el tiempo estuvo dentro de la que sería en adelante su habitación. Recibió la visita de uno de los jóvenes de la milicia, Nesar el cocinero. Le explicó que estaría a su servicio en la cocina y la aparente preocupación por el estado del niño se tornó deseo cuando inspeccionó su esfínter con signos claros de haber sido usado. Pasó su mano por la raja del niño varias veces y al ver que el niño se mantenía quieto decidió inspeccionar también su interior. Escupió en el culo del niño y lentamente fue introduciéndole un dedo y después dos. El rostro de Khalil reflejaba el dolor que aún sentía cuando Nesar intentó introducir un tercer dedo.
Nesar no tenia pensado satisfacerse con el niño, pero al ver que no se resistía en demasía su polla empezó a endurecerse hasta el punto que no hubo marcha atrás. Se asomó por la puerta para comprobar que todo estaba tranquilo. Sólo uno se sus compañeros estaba en el lugar, ya que el resto había salido a realizar una de sus periódicas incursiones. No vio a su camarada por las inmediaciones y volvió a entrar. Se sacó el pantalón y dejó al descubierto su erección tremenda. Khalil intentó retirarse, asustado, tenía muy reciente la experiencia pasada.
Nesar tocó su cabeza y le aseguró que solo tenía que chupársela un rato mientras se sentaba en la cama y hacía que el niño se arrodillara. La posición resultó cómoda para khalil y empezó a tocarle la polla como queriendo tomar medida de sus dimensiones. La mano de aquel hombre sobre la cabeza del niño indicó debía usar su boca. Khalil abrió su boca y engulló el máximo que pudo. Un jadeo de satisfacción salió de la boca de Nesar al tiempo que se dejaba caer en la cama.
Khalil chupaba y chupaba sin descanso. Sin ser consciente empezó a chupar con ganas ya que le estaba gustando oír al hombre jadear. En eso estaba cuando notó que Nesar se incorporaba y volvía a hurgar en su culo. Se detuvo algo asustado y oyó al adulto elogiar su trabajo a la vez que le mandaba continuar. El culo del niño fue invadido por los dedos de Nesar.
Nesar no lo había planeado. Él era un hombre que no se conformaba con una simple mamada, necesitaba follar para sentirse satisfecho. El placer que sentía ya se había apoderado de él y ya no regía. Separó al niño de su polla y lo apoyó contra la cama mientras el se arrodillaba tras él. Khalil suplicó con la mirada pero de sus labios no salió palabra y ya se sabe el que calla otorga. Aunque a decir verdad de poco le hubiera servido negarse ya que Nesar estaba en modo automático, ahora tocaba follarse al niño.
Empujo al niño contra la cama y lo inmovilizó apretando su espalda con su gran mano izquierda, le separó las piernas con las suyas y apuntó al cedido ojete. No le fue difícil entrar en el niño, pero las paredes del ano seguían estrechas y apretaban la polla de Nesar mientras se abría paso. El grito del niño hizo que tomara consciencia de que tal vez le lastimaba, pero ese pensamiento se esfumó rápidamente cuando tapó la boca del niño. Oír sus gritos acallados por su mano le excitaron aún más y se dejó ir. Bombeó y bombeó sin descanso. No tenía todo el tiempo del mundo y no quería ser descubierto ya que habían acordado dejar que se repusiera durante unos días.
El roce de la polla con las paredes del niño era sencillamente adictivo, Nesar no podía parar. No importaba que Khalil le empapara la mano con lágrimas y babas signo de que no estaba disfrutando. ¿Por qué iba a importar? Era cuestión de tiempo que el niño se acostumbrara a recibir verga. ¿ Acaso importaba si le gustaba al niño ser enculado? Pueden estar seguros que en ningún momento Nesar o sus camaradas se plantearon nada parecido.
Por fin llegó el momento del clímax. Varias estocadas profundas anticiparon una corrida intensa que llenó las tripas del niño.
Cuando se separó del niño vio como su polla estaba cubierta de sangre. Una mueca de satisfacción apareció en la cara de Nesar, era como si lo hubiera desvirgado una vez más. Saber que su polla era capaz de ocasionar esos estragos le llenaba de satisfacción.
Cuando salió de aquella habitación se fue directamente al río para limpiarse y tranquilizarse después de semejante follada. Después se dirigió al espacio que usaban para cocinar y continuó con sus tareas.
Mientras tanto Khalil había recibido una nueva visita que al encontrarlo de rodillas junto a la cama se acercó sigilosamente y sin mediar palabra amordazó al niño y le cubrió la cabeza. Sin perder tiempo hundió su polla en el encharcado culo. Los fluidos que de él salían facilitaron enormemente la penetración. El atacante fue mucho más cauteloso que Nesar. No quería ser descubierto como él había hecho con su compañero, así una vez que se aseguró de que el niño no podía emitir ningún sonido audible desde el exterior se entregó a su faena. Lo enculó sin muchos miramientos pero a diferencia de su camarada empezó a imprimir movimientos más pausados para no emitir ningún ruido. El hecho de controlarse para no ser oído le producía un placer extra al alargar el tiempo de la follada. Solo se detenía cuando estaba cerca de correrse.
Para Khalil no fue exactamente lo mismo. Sin tiempo a reaccionar se vio empalado nuevamente. No sentía el mismo dolor que antes, sus paredes intestinales un tanto irritadas le producían quemazón, pero aquella polla que pausada e insistentemente chocaba con su interior le producían un dolor extraño que se tornó en cierto placer.
El nuevo invasor resultó ser más tardón de lo que le hubiera gustado a Khalil ya que ese cierto placer que sentía se tornó al final en una sensación electrizante difícil de soportar por tanto tiempo. Cuando al fin notó como la polla invasora se ensanchaba para descargar su contenido sintió alivio.
El violador salió con el mismo sigilo que había entrado sin darse a conocer.
Khalil se quedó exhausto, confundido. Le había gustado esa sensación nueva.
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