LA ASESORIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Así llega el jueves, a las 8 de la mañana mi secretaria me informa que está la persona enviada para la asesoría de nuestro departamento que si le podía pasar, yo ya estaba preparado porque le dije que adelante. Así entró a mi oficina un joven treintañero, estatura media (1.68 m), complexion normal, moreno claro, corte de pelo estilo militar, rostro jovial, mostraba cordialidad, simpatía y seguridad, me extendió la mano y me dice Carlos a sus órdenes, mucho gusto, tome asiento y revisemos su programa de trabajo. Le hablé al contador y a la encargada de finanzas , les dije chequen todos los procesos y Carlos sonriendo me dice, de acuerdo señor, mañana a las 4 de la tarde necesito estar con todo su personal para analizar resultados y de ser necesario establecer las acciones para corregir lo que sea necesario, yo le dije de acuerdo, salieron de mi oficina, se dirigieron hacia el área operativa y yo continué con mi trabajo.
Llega el viernes 4 pm, sala de juntas, el diagnóstico estuvo bien, solo pequeñas fallas, nos felicita por estar al día, despide al personal y se queda conmigo. Ya en privado los dos me hace algunas recomendaciones referentes a actitudes del personal que él apreció y que era importante yo lo manejara con ellos, etc. le pregunto si desea le diga al chofer lo lleve al aeropuerto, refiriéndome que su vuelo sale hasta el día siguiente por la tarde, que lo lleve al hotel, a lo cual le digo, si gustas yo te llevo y aprovecho la ocasión para invitarte un trago en el bar del hotel y así agradecer tus recomendaciones, el aceptó. Llegamos a su hotel, me dijo subiría a su habitación, yo le dije que lo esperaría en el bar. El calor estaba extremo así que una cerveza bien fría me caería bien, además era viernes. A la media hora entra Carlos, con una camisa blanca y unos pantalones color caki, antes de llegar a la mesa donde yo estaba, se dirigió al mostrador del bar a solicitar aceitunas, pude apreciar un trasero redondo, paradito, sabroso!.
Tomó asiento y pidió una cerveza igual. Así nos dieron las nueve de la noche, ya con algunos tragos, estuvimos tomando submarinos (cerveza y tequila) por lo que ya estábamos bien entonados, le comenté que era hora de despedirnos que a que hora salía su vuelo para enviar al chofer de la empresa por él, sin embargo el me dice tengo tequila en el refrigerador del cuarto, en el congelador, que dices?, le entramos?, bueno dije yo , ya estamos aquí, te sigo. Efectivamente fuí detrás de él pudiendo apreciar ese trasero masculino, apretadito y sabroso, el viró a verme, sorprendiéndome en mi contemplación, ofreciendo una sonrisa. Subimos al elevador, marcó su piso, abrió su habitación y entramos. Sacó el tequila, añejo, frío, sirvió dos caballitos y salud. Platicamos de la empresa, de la supervisión, cuáles eran las debilidades del departamento, y él me pregunta y cuál es su debilidad jefe?, yo ya mas tomado que nada, le dije tu trasero tan rico que tienes, él se sonrojó, sonrió y me dijo: en serio?, yo solo asentó con la cabeza, se levantó de su silla, acercó su rostro al mío y me roso los labios con sus labios, pero pierde el equilibrio y cae practicamente sobre mí, lo que aproveché para tomarle su trasero con mis dos manos y apretárselo. Se me quedó mirando y me preguntó, de verdad los quiere?, yo solo lo miré. Nos pusimos de pie, lo abracé nuevamente, me empezó a besar apasionadamente, le introduje mi lengua en su boca, la cual él empezó a succionar, me bajé a su cuello, empezamos a quitarnos nuestra ropa, hasta quedar solo en boxers
Le pedí se girara para que me diera la espalda, lo cual obedeció, efectivamente mi ojo clínico no me podía fallar, trasero de hombre perfecto, me recargué sobre él, pudo sentir mi erección en todo su esplendor, giro su mano hacia atrás y me sobó la verga desde su base hasta la punta, trato de medir su grosor, levanto sus nalgas y las pegó más a mi pene y huevos, inicié movimientos copulatorios estando los dos aún en calzones, apreciando como aumentaba su frecuencia respiratoria, lo tome de las caderas y lo apreté a mi pelvis llevándolo casi a rastras hacia la cama, lo acosté boca abajo, me subí sobre su cuerpo-esto me encanta hacerlo, y me produce mucho placer, besar su espalda, nuca, ver como suspiran y su piel se pone de "gallina", su ronroneo, mientras voy bajando hasta sus nalgas, le retiré sus calzones, pudiendo tocar la piel de sus nalgas, lisas, duras, redonditas, se las mordí, lamí, él solo suspiraba, le separé las piernas y a lamer su ano, limpio, con buen olor, cerradito, él solo gemía y levantaba su trasero, lo viré boca arriba, acomodé sus piernas sobre mis hombros, subiendo y bajando sus caderas para que mi pene erecto rosara su raya, lo cual lo enloqueció pidiendome que lo penetrara por favor, le dije si traía condones, lo cual fué positivo afortunadamente, me lo coloqué e intente invadir su recto venciendo la resistencia de su esfínter, lo cual no lograba, hasta que fuí al baño, tomé un frasco de crema, se la unté en el ano y a intentarlo de nuevo
Llogré vencer la resistencia de su esfinter, al entrarle la cabeza, pegó un grito y me dijo esperate, dejame sentirte ahí, que rico, si supieras lo que siento me dijo, es super placentero, obedecí, después le comenté ya?, y me dijo continúa, hice presión y poco a poco mi verga de 19 cms fué avanzando poco a poco, venciendo la estrechez de las paredes de su recto, sentí su palpitar interno, hasta que quedó toda adentro, podía ver su rostro de placer, agaché mi cabeza y le dí un beso, al cual correspondió salvajemente, empecé a meter y sacar suavemente, mientras el suspiraba, así estuvimos por 10 a 15 minutos, le digo me quiero venir y tu?, me dijo, dale por favor, no pares, y empecé con mis arremetidas más fuertes, mis huevos pegaban en sus nalgas y solo escuchabamos el splash!, splas!, antes de venirme él pego un grito, eyaculó fuertemente que le cayo semen en su barbilla, sebtí las contracciones de su esfinter y eyaculé dentro de él con un placer infinito.
Espere que terminaran las contracciones de su esfinter, que me sorprendió la intensidad y frecuencia, dejaba de palpitar y al intentar retirarme aunque no estaba ya erecto, volvía a presentar contracciones al ritmo de 5 o 6 veces, así estuvo como en tres ocuatro ocasiones, diciendome, esperate, no te retires, así por favor. Al final me salí, exausto, él con una cara de satisfacción, me comentó tengo mucho sueño, puedo?, yo le dije adelante. al rato dormía profundamente, me dí un baño, salí de la habitación, dejándole un recado escrito: Gracias Carlos por el placer que me proporcionaste, que descanses, buen viaje….y gracias por tu asesoría..
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