La Banda de Rock
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Es uno de los recuerdos que más atesoro en mi mente. Cuando las clases comenzaron, me sentía un poco timido, siempre lo he sido, aunque soy amigable y muy alegre. A mi no se me nota nadita de gay, pero me fascinan los otros chicos. Estaba encantado de ver los chicos, tan hermosos que había en mi grupo 10-I y que seríamos compañeros por todo ese año. Me llamó mucho más la atención uno de melena larga pero bien asicalada, que luego supe se llamaba Arturo, chico espigado, alto, de piel blanca como el nácar y de un cuerpo precioso. Igual uno llamado Oved de mediana estatura, una cara de niño travieso muy linda y un paquete que se le marcaba en la entrepierna, que no podía uno dejar de mirar. Unas chicas encantadoras y muy guapas. Todos nos presentamos y así inicamos aquel semestre tan prometedor para mi, por lo menos intelectualmente, pensaba yo. Y perdonen, mi nombre es Roig.
En esos días el profesor y mis compañeros me escogieron para ser el Presidente de la clase y tener la responsabilidad de planificar y llevar a cabo la Fiesta de Navidad del salón. Arturo fue seleccionado como mi ayudante Vice-Presidente, y Marta una de las chicas, como Tesorera. Comenzamos a planificar y entre estudios, asignaciones y proyectos para notas académicas…nos reuníamos y con los demás chicos vocales, se empezó a vender en la escuela y fuera de esta; chocolates, bizcochos, pan de maíz, pastelillos y donas, para ir sacando fondos. La panadería que nos los proveía se quedaba con una parte y nosotros con otro % más las gancias. Y lo más lindo es que así fueron creciendo nuestros lazos de amistad. Arturo y yo, ya eramos inseparables, igual Oved y otros que se llamaban Gilberto, Luis, Frank, Reynaldo, etc. Todo iba en marcha, sobre ruedas y sin descuidar nuestras responsabilidades académicas.
Ya para entonces a mis 13 años yo habia conocido por primera vez el amor homosexual, al tener relaciones sexuales con un bello chico llamado Junior, quien era novio de una de mis mejores amigas. Fueron tantos los recados y comunicaciones que yo efectuaba entre ambos, novios, que me enamoré de él y él de unos 14 años, se dio cuenta, respondiendo a mis anhelos, convirtiendose en el primer hombre en penetrarme y en hacerme ver la gloria con sus besos, caricias, más con su fantástica manera de poseer mi cuerpo. Con él aun seguía en esos momentos y aunque él y mi amiga seguían juntos….siempre nos entendíamos. Pero vamos a mi relato a lo que os quiero contar.
Un día Arturo nos explicó al grupo y a mi que él dirigía una Banda de Rock en la cual era bajista y Oved tocaba el organo músical. Nos invitó a verlos tocar, y todos fuimos a la actividad, que fue maravillosa, disfrutamos a mares, era la música del momento. La cosa es que Arturo nos dijo que ellos amenizarían la fiesta de nosotros, que no teníamos que pagar ni gastar en la música, que feliz nos hizo eso a todos. Ya teníamos reservado el lugar dónde se realizaría la actividad.
Un domingo por la tarde Arturo me llamó por teléfono, para que lo acompañara dónde el ensayaba con su Banda de Rock y los conociera a los otros músicos. Encantado anoté la dirección y llegué allí. Era una Discoteca, que cuando no estaba en uso, se las prestaban para sus ensayos, por su acústica, localización y dónde la estrenduosa música no se escuchaba fuera. Era un lugar muy obscuro con luces fosforescentes violetas, todo decorado en grandes cortinas, mullidos sofáces y elaborados adornos. Bello y alucinante lugar!
Conocí a los otros tres chicos, de los cuales omitiré sus nombres, Arturo y Oved ya eran de mi grupo. Ellos ensayaron, yo estaba muy contento y en descansos, charlabamos reíamos, bromiabamos. Luego pusieron música rock por los artoparlantes del la Disco y uno de ellos sugirió jugar al esconder. Todos aceptamos y yo me sentía como pez en el agua, con aquellos hermosos adonis, de pelo largo en lindas melenas, haciendome pasar uno de los mejores momentos en mi vida…y lo que faltaba! Uno se tapaba la cara, contaba hasta el diez y los demás nos encondíamos, que divertido era, las cortinas y equipos de la Disco eran los escondites.
En una Arturo, no le dió tiempo a esconderese o lo disimuló, y se escondió conmigo, quedó atrás de mi, yo me puse nervioso al sentir su respiración agitada en mi cuello, casi en mi cara, su cercanía, su rico olor… para más decir que se me paró mi verga, a la vez sentía el duro paquete de Arturo entre mis nalgas, por encima de la ropa. Nos quedamos calladitos, solo nuestros cuerpos se estrechaban, pero yo paré más mi culo y comenzé a moverselo en circulos, eso lo puso a cien, y me abarazó por la cintura mientras comenzó a besarme por el cuello, las orejas, que delicia era todo eso que sentía en ese momento. Roig, mamamelo por favor me pidió él, pero yo le dije, que si venía uno de los chicos, nos descubrían, que no. Él insistía y yo ya no pude más, me bajé mis pantalones sacando mi verga que comenzé a jalar furiosamente y Arturo hizo lo mismo. Yo me bajé ante sus muslos y quedé maravillado de aquel grande y lindo pene, blanco y rosadito en la cabeza como su dueño. Me lo metí todo en la boca, sabía exquisito, a macho, a sexo, lo chupé bien rico y Arturo se retorcía de placer…se nos olvidó dónde estabamos!
Cuando más concentrados estabamos en lo nuestro, nos interrumpió aquel grito a coro, que aun me parece escuchar: AJAHHH LOS AGARRAMOS, CABRONES, JA, JA, JA, JA…!!! Yo me puse bien rojo como un tómate, pero Arturo no se inmutó, y les dijo que no molestaran, ustedes saben como es esto, no molesten…así les dijo Arturo. Ellos riendose contestaron que ellos también quería participar y los muy frescos se comezaron a desvestir, quedé estupefácto al ver aquellas vergas eréctas a más no poder, Arturo me dijo que si seguíamos adelante y yo le dije que sí, siempre y cuando nadie supiera todo eso. Aunque yo temblaba de pies a cabeza, comenzé a mamarles los penes uno a uno, mientras ellos me manoseaban todo, al fin pude conocer la verga de Oved, era gordísima, por eso se le marcaba tanto aquel paquete me volvía loco. De repente sentí aquel escalofrío en mi culo, era Arturo que me devoraba mi hoyito a lenguetazos, yo gemía y los penes casi no me dejaban hacerlo, hacía arqueadas a cada rato, por que los chicos en su arrechura me la metían hasta la garganta. Se turnaban y seguían ellos también, mamando mi culito, que cedió a las puntas de aquellas golosas lenguas. Estaba yo en el cielo, si así se puede decir lo que es gozar tanto.
Arturo fue el primero en penetrarme, no me dolió mucho por la dilatación de sus lenguas y dedos. Tenía un pene en el culo, otro en la boca y los otros se la jalaban y me rosaban sus penes por la espalda, laterales…era yo su puta en aquellos instantes. La verga de Oved, esa si me dolió al entrar por lo gruesa, pero cuando mi culo se acostumbró a su mete y saca, vi querubines y angeles a mi alrededor, a parte de todos mis chicos rockeros que me estaban cogiendo. Los hicimos en todas las posiciones habidas y por haber, ninguno de ellos se tocó o gozó entre ellos…yo era la ninfa allí, el objeto de su placer. En fila india me cogieron una y otra vez, inundandome de semen en boca y ano.
Cuando terminamos, desfallecidos juramos jamás decir nada a nadie, eso me dio tranquilidad pero no me importaba, había vivido el mejor encuetro sexual de mi vida, en mis escasos quince años. La vida transcurió y yo segui con Arturo y los demás chicos haciendo el amor, pero separadamente. El hombre es un ser egoísta, y quiere las cosas solo para él. Así ellos individualmente me citaban para sus casas o en sus autos y me llevaban a hacerme gozar, las delicias del sexo. Mis enamorados me hacían prometer, que no me acostaría más con otro y yo lo juraba cruzando los dedos hacía atrás, ja, ja, ja.
La Fiesta de Navidad fue un éxito, todo quedó a pedir de boca. La Banda de Rock, tocó de maravilla, y Oved cantó una balada-rock que me dijo que él escribió pensando en mi, eso me hizo sentir muy dichoso. Pero en los baños del lugar de la fiesta, me di mil besos y estrujones con ellos a cada rato. Arturo siempre ha seguido mi amistad al igual Oved. Ya todos se casaron y sentaron cabeza…hasta que por coincidencia nos encontramos, que nos vamos corriendo a un motel a dar rienda suelta nuestros deseos.
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