La cama fue testigo de la primera vez (1)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Vladimir ahora tengo 19 años y les contaré mi verdadera historia de hace cuatro años, con Manuel (ÑUCO), un excepcional.
Era una tarde de verano cuando mis padres y hermana salieron a la finca y quedé solo en casa, una villa de construcción mixta, mi cuarto está en la parte posterior, me desvisto y me acuesto en mi cama de 2 plazas, yo estaba muy caliente, al ver revistas pornográficas que me prestó un amigo, tanto así que mi picha virgen ardiente de 15cm comenzó a latir tan fuerte, y empece a pajear, mis dedos los hacia pasar por mi culo virgen para luego olerlos y excitarme más pensando que era el culo de mi profesora que tanto deseaba, uni dos almohadas pensando en ese culo, de repente, me asusté al escuchar ruidos… observé por la ventana a ÑUCO, mi vecinito travieso, un guapo hijo único, que pateaba su pelota contra la reja. De súbito me levanté y mientras me ponía la pantaloneta por la ventana empecé a verlo solito en calle desierta sin amiguitos, llevaba una pantaloneta roja ajustada que podía observarse las línea de su culito con las curvas moldeadas de sus nalgas tan punteadas y tan vibrantes como su pichita que al momento de saltar se moldeaba a la suave tela de su inerior negro que el claro rojo de la pantaloneta le permitía ver. Sentí una angustia y mi corazón empezó a latir fuertemente al verlo, no entendía el por qué pero observé hacia los lados y diagonal a mi casa en donde vive y me acerqué diciéndole:
– Hola ÑUCO ¿Y tus papís?
– Responde: En mi casa, pero están durmiendo y no quieren que los moleste, siempre sucede cuando papi viene de viaje, escucho ruidos y conversaciones, pero no hago caso, no pelean, me sacan a jugar y vuelvo cuando me llaman.
Mi pensamiento fue: ¡Qué coincidencia! ¡Quieren culiar!
Le dije:
¿Hace qué tiempo saliste?
Responde: Un ratito, me llamarán tarde o como siempre, se olvidan.
Le dije:
-ÑUCO compra dos helados en la esquina, yo te tengo el balón y vienes a jugar a mi patio, así te cuido de los carros.
-Responde: Bueno, voy y vengo a la carrera para que no se derramen.
Estando en mi sala sentados juntos probamos los helados y sentí su piel suave de sus piernita frotarse sobre la mía, me excitaba más y más sobre todo al ver su piel canela, sus labios finos chupando el helado, voz de suave aliento, pelo lacio negro, un olor sudado que de repente sin comprenderlo hizo que mi verga se alzara, le dije:
– ¡Mira!… ¿Has visto esto antes?
ÑUCO observa mi verga parada y se ríe. Queda en silencio mirando su helado.
Insisto preguntándole:
– ¿Juegas con la tuya cuando duermes?
ÑUCO seguía riéndose y me responde: Si,
– ¿Quieres que juguemos sólo un ratito?
– ¡No sé!
-Anímate, ¿tienes miedo? No va a pasar nada, te va a gustar, vamos toca la tuya, cuando viste la mia se te paró la tuya.
ÑUCO se rió timidamente y me dijo que le sucedía cuando jugaba con la niña de al lado. entonces yo le dije que le iba a enseñar a que lo haga mejor y de un salto estuvimos en la cama "nuestra" cama. Primero me saqué la camiseta y él hacía lo mismo, luego el pantalón y en calzoncillos nos sentamos en la cama.
Luego nos quitamos nuestros interiores y nos quedamos desnudos, el se reía porque mi piel era roja y mi pene bien parado igual que el suyo. Lo senté y le lamia su picha que olia rico mi lengua pasaba por sus bolas y se reía, luego lo acosté y con mi lengua pasé por el ombligo y lo besé, ya no reía, su aliento era acelerado y escuché: ¡hmm! abrió su boca y le metí la lengua, su piel cada vez se penetraba en la mía, era suyo y él era mío. Le dije: ¡Virate! y observé ese culito tan suave y le pasé la lengua, mi nariz y olía. Él, se dejaba, le coji con una mano su verga y con la otra pasaba mis dedos por su culo, quería escucharlo pujar, luego lo puse boca arriba y froté mi berga en su boca, luego la pasé por su naríz y sus orejas y oidos, él se excitaba más con sorpresa dismulada, era tanta mi arrechera que le dije que ya no era virgen de los huecos de arriba, ¿Quieres darme el hueco de abajo?… No contestó, pero para mí su silencio era un sí, pues sobaba mi culo, y me dijo algo que me llenó de alegría:
– Espérate ponerme como le hace papi a mi mami.
Descubrí que ÑUCO el traviesillo, había observado a sus padres culiar y sus risas confirmaban el deseo de que penetre su culo. Se puso a filo de cama boca a bajo y me dijo: ¡Culéame!… Me sorprendí y sentí que desde ese instante ya era mio pero aseveró: ¡Luego yo te hago! Sólamente de mi salió un siiiiiiiiiii.
Fui por vaselina y le froté el culo y me puse un poco en la cabeza de la verga, vi como sudaba su espalda y me excitaba, le pasé las manos suavente por la espalda dandole masajes circulares y pude ver que subía y bajaba su culo: estaba culiando a la cama boca abajo, estaba arrecho y quería verga le pregunte. ¿Quieres mi verga? respondió que sí y le sobé la verga arriba y abajo, Voy a culiarte con amor, y la cabecita de mi verga empezó a puntear, él no se movía, luego a medida que entraba se escucha un ¡¡¡¡ahhhh!!! ¡¡mmmm!! a cada gesto la sacaba y se la volvia a meter hasta que de repente se sintió de ambos un ¡¡¡¡Ayyyyyy!!!! era su culo roto y mi verga desforrada, ambos perdimos nuestra virginidad por la arrechera de ver a otros culiar y ese era nuestra momento, nunca olvidadré esto, confieso que me imaginaba que era a mi maestra a la que le rompía el culo pero luego de sacarle la verga a ÑUCO al ver su cara de despreocupación, me di cuenta que era otro el sentimiento, ÑUCO fue feliz al darme su culo, sin miedos, sin siquiera un reclamo. Al principio me sorprendí al ver mi verga roja, colorada, amoratada, pero más lo hice cuando vi el culo de ÑUCO, mi naciente amor, ensangrentado, lo llevé al baño, nos limpiamos y se quedó sentado un rato en mi cama que en las sábanas tenía rastos de sangre.
Pasaron casi 10 minutos de nuestro primer contacto y le pregunte: ¿Te duele? y me responde: ¡Un poquito!, ya se está pasando voy a cagar al baño y fue allí donde botó el resto de sangre, confireso que estaba preocupado en el escándalo quye se formaría pero al salir del baño mi sorpresa fue grnade cuando vi a ÑUCO desnudo, se acostó otra vez a filo de cama y me pidió que le sobara mi verga a su verga:
¡Culéame el guevo, ahora me toca! Nos frotamos nuestras vergas él me cogío el culo y me lo apretó, se subió sobre mí que estaba boca arriba y me culió la verga luego me puso filo de cama y su vergita frotaba mi ardiente culo… Hasta que escuchamos la voz de su mamá llamándolo, se vistió, le rogué que no contara y le pregunté si le gustó y si quería volverlo a hacer, me dijo que si, pero que él empezaba, yo acepté.
Me confesó que ya lo había hecho antes con sus amiguitos Adrián, Francisco, Michael y Elvis, en el río, pero que ninguno le había sacado sangre. Seguramente porque sus pichas eran pequeñas y la mía de cañón.
Este fue el inicio de mi aventura sexual, luego contaré la verdad de cómo ÑUCO un més dsespués me rompió el culo con su verguita y sexo sincero otros chicos de mi edad en la cama.
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