La cama fue testigo de la primera vez (4)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era un niño muy guapo, tanto así que las niñas se fijaban en mí para jugar a la comidita, para mi edad, mi estatura era un poco más alta a la de otros niños, mi culo siempre ha sido puntiagudo y he tenido brazos y piernas gruesas, a las niñas le gustaban. Mi primer beso fue a los 6 años, me lo dió torpemente Jenny baborreándome la boca, ella tenía 9, sentí temor pero después me gustó, fue la primera niña que se montó y me sobó la verga, claro está, lo hizo vestida. Pasó un buen tiempo y fue Blanca de 12, la primera niña que sobaba su vagina sobre mi verga, lamentablemente vestidos.
Fue precisamente que cuando cumplía mis 6 años conocí a un niño recién llegado con sus padres a trabajar en la finca que por más de 2 siglos pertenece a mi familia, él se llama Rufino, un niño de 9 años, fue mi primer experiencia sexual, seguramente desde el lugar donde vino ya lo habían culiado porque sólo pasaba rozándoce la verga con sus manos o en los árboles, abría sus labios finos, su mirada con ojos entreabiertos y su aliento aumentaba cuando se introducía sus manos por debajo de su pantaloneta y al dismulo se la sacaba y olía lo que topaba de su verga, lo mismo hacía dismuladamente cuando orinaba, al poco tiempo, esto se hizo costumbre en los niños del lugar pues Rufino era un niño blanco, con pelo lacio castaño, ojos achinados y piel suave, muy amigable y pegaba sus costumbres. Debo reconocer que al principio no me gustaba eso, pero me llamaba la atención su verga parada y cómo se les montaba por detrás a los niños de mi finca.
Estando en un lugar apartado de la finca, acompañé a Rufino a cortar unas hojas de plátano para hacer tamales, desde el principio del camino me fije que observaba mi verga y mi ciulo, me miraba y se reía, jugando me sobaba el machete por delante y por atrás, seguramente estaba comprobando mi genio, al principio me negué a que me tope pero después me dejé pues también yo lo hacía. Luego de hacer la faena, me dijo que recogiera las hojas porque iba a cagar, al rato, a mi también me dieron ganas de orinar y a lo lejos lo vi cagar, pujar y limpiarse el culo. Ruifino se volteó y vio cómo inocentemente parado yo lo veía, salí corriendo porque hasta ese momento sentía verguenza, porque era un niño tosco y fuerte.
Rufino no salía del lugar, recuerdo que era una especie de hondonada limpia rodeada de espeso monte. Escuchaba dentro de la maleza que Rufino me llamaba: ¡¡¡Vladimir ven a ver una cosa!!!! me acerqué y junto a él vi que disimuladamente habia rozado una pequeña área del lugar, me mostraba unos animalitos coleópteros que no me llamaban la atención y de repente puso su boca detrás de mi oreja con un aliento rico, soplándome la palabras en mis oídos me dijo:
– ¿Quieres desnudarte?
– no.
– ¿Por qué?
– Porque eso es malo, es malcriadez.
– Mira yo lo hago y no tengo miedo ni es malcriadez, cuando tu te cambias y te duermes lo haces desnudo, eso no es malcriadez, quien te dijo es o es mentira.
Rufino se desnudó con rabia muy rápido y por primera vez sentí un deseo disimulado, no me dió tiempo a pensar y me tumbó sobre el área rozada, sus piernas se abrían y cerraban, sus manos acariciaban mis brazos cogidos, acercó su aliento salido de nariz y boca que topaba mi cara, sus ojos sinceros se veía el deseo de poseerme, girando como lagarto en pantano sobre mí se sobaba su verga desnuda buscando la mía dentro de mi pantalón, estando así, sentía miedo, quería apartarlo pero él seguía encima mío, y lanzaba su aliento sobre mi pelo, soplándolo y besándolo, me besó el cuello… hasta que luego de un rato a la fuerza me hizo poner boca abajo, yo seguía vestido, se me montó encima y sentía cómo con fuerza con su cintura, cadera y su verga culiaban mi culo vestido, al poco tiempo de haberse movido como loco se quedó quieto sobre mi espalda sintiendo su aliento sobre nuca y mi pelo, tenía miedo que alguien llegara pese a ser un lugar muy apartado. Me giré de costado, él se levanto y vi como parado y desnudo orinaba, se dió la vuelta y vi su verga rojita, delante mío se hacía la paja estirando y encogiéndose su verga para los lados, para arriba y para abajo.
Estaba un poco nervioso al ver eso por primera vez, Rufino se acercó, me abrazó, sentía que le pertenecía, era su recio carácter, yo del asombro me dejaba, a fin de cuentas era mayor y su físico superior, le tenía temor. Me dió un beso en la boca y me hice para atrás, me miraba serio, me sobaba el culo, sentí sus manos pasar por dentro de mi camisa frotándome el pelo, me tumbó y me volvió a culiar como antes, ahora yo me dejé, confieso que pese a todo el culeo mi verga no se paraba. Rufino se levantó y me bajó el cierre, le pregunté:
¿Qué haces?
– Déjate Vlado, quiero culiarte mejor.
Pregunté: ¿Que es eso?
– Algo muy rico que quiero que pruebes.
Le dije: No quiero, me da miedo.
– No te va a pasar nada, vas a ver que te va a gustar, eres el único de la finca que no culea.
Mientras hablábamos Rufino me desnudó poco a poco… me sobaba el culo, me bajaba los pantalones, vio que mi verga canela no se paraba y comenzó a darle palamditas, no pasaba nada porque estaba nervioso, luego empezó a frotarmela con sus dedos y sentí un gusto… era mi primera paja, se paró mi verga por primera vez.
Estaba completamente desnudo a su merced… Rufino me empujó y se montó sobre mi espalda, ahora sentía su verga tibia sobre mi inocente culo que por primera vez le daba a un niño, olía la tierra con gusto y mi aliento hacía salir polvo al pujar, topaba la yerba cortada con mi boca, fue hermosa la experiencia, la naturaleza fue testiga de mi entrega, me gustó desde ese momento, sentía como su verga blanca rozaba mi culo canela, me dio la vuelta y rozaba su verga en la mía, fue la primera vez que sentí una verga que rozaba mi verga y pelotas. Mirándome en esa posición Rufino me besaba, yo me dejé, porque me gustaba, estaba descubriendo una faceta sexual inolvidable, me dijo que abriera mis piernas para culiarme mejor y así nuevamente culiaba mi verga rozando mi culo. Me decía:
¡¡Esto es culiar!! ¡¡Lo aprendí con mi primo!! ¡¡Culea!! ¡¡Culea!!
¡¡ Ahh !! ¡¡ Ahh !! ¡¡ Ahh !! ¡¡ Mmmmm !!! ¡¡ Ahh !! ¡¡¡Eres mio !! ¡¡Miiio!!! ¡¡¡Miiioooooo!!! ¡¡ Culea Vlado!!! ¡¡Culea!! ¡¡Culea!!! ¡¡ Culea mi verga Vlado!!!!!
Yo desde abajo lo empujaba hacia arriba y al hacerlo pujaba, Rufino se dió cuenta nos dimos la vuelta y ahora yo desde arriba lo culiaba, Rufino se puso de espaldas y fue la primera vez que mi verga tenía contacto con un culo desnudo, sentía cómo Rufino me ayudaba a culiarlo al subir y bajar su culo desde la tierra y yerba. Nos levantamos y fuimos a orinar, por primera vez con mi picha roja, estaba muy nervioso y desconcertado, lo veía a Rufino y me daba vergüenza, se acercó, me besó me punteó la verga por el culo y susurrando al oído me dijo que ya sabía culiar rico y que no contara a nadie.
Al día siguiente, jugábamos con los autitos, Rufino con astucia se llevaba corriendo mis avioncitos favoritos de colección para que lo persiga y llevarme a ese lugar donde culiamos por primera vez, cuando estuvimos allí, Rufino se desnudó y yo lo seguí, me dijo:
– Ahora te voy a enseñar a mamar
– ¿Qué es eso? le pregunté
– Algo que es más rico que lo de ayer
Me tumbó, me besó torpemente, puso su verga en mis labios y sentí el olor a verga por primera vez, abría despacio mi boca y sentí su pene que entraba y salía muy despacio. Luego le hice lo mismo a Rufino, mientras mi verga entraba él con la lengua la sobaba como si fuera un helado, de pronto, vimos una culebra y salimos del lugar. Fuimos al río y alli nos desnudamos, nos abrazamos y en esa posición dentro del agua frotábamos nuestras vergas, nos sobábamos nuestros culos con las manos, en la playa, orinabamos y apostábamos quién lo lanzaba más lejos, el me ganaba pues su verga blancota era más grande que la mía, Rufino le gustaba besarme, yo me dejaba porque con él aprendí a culiar y en buen tiempo creí que le pertenecia, pues cada vez que se acercaba sentía mi piel de gallina recordando nuestros momentos de culeo, por debajo de la mesa me sobaba los pies y a veces con sus manos me cojía la verga, yo de igual modo le respondía, nuestros alientos se unian cada vez que el me culiaba: yo siempre boca abajo y el boca arriba en la mayoría de los casos era "su mujer", me defendía en la ciudad de otros niños mayores creando en él mayor mi dependencia.
Necesitaba estar con él, se me hizo una necesidad, antes tenía recelo ahora era obseción de sólo pensar en cómo me culiaba, me agitaba la verga, cuando me veía a cierta distancia en los árboles, riendose se masturbaba metiendo sus manos por dentro de su short haciendola para atrás y para adelante, era señal que deberiamos culiar, yo también lo hacia desde la distancia mirándolo y correspondiendo la arrechera, hacía gestos haciendo con su mano una "o" con los dedos y con el dedo de la otra mano lo metía por esa "o" era la señal que quería culiarme.
De noche nos escapábamos al baño a culiarnos, mamábamos nuestras vergas, besabamos nuestras espaldas, sobábamos nuestros cuerpos, Rufino se untaba jabón en la verga y me la pasaba con el pecho y me decía que era su "leche", tanto culiabamos hasta que nuestras vergas se ponían rojas y orinabamos juntos cogiendonos y sobándonos nuestros culos Rufino me abrazaba y me decía que culiaba rico.
Después de tres años de culiar en el monte se fue con sus padres a otro pueblo, recientemente en visita a mi casa, lo ví mas corpulento, no hemos hablado de nuestra experiencia, fue mi gran amor y guardo mi arrechera hasta ahora. Esa "cama verde" fue testigo de mi primera relación sexual. Rufino fue mi maestro en el culeo, con él parendí nuevas sensaciones, desde ese momento mi verga no deja de pararse, mi aliento aumenta al recordar su verga llena de arrechera.
En la próxima entrega, narraré breves historias reales de mi actividad sexual.
Pueden hacer llegar vuestros comentarios a avpa_27@yahoo.es con gusto contestaré sus inquietudes privadas.
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