La cama fue testigo de la primera vez (8)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto ocurrió aproximadamente hace tres años cuando todavía tenia en mi mente fresca los últimos culeos de ÑUCO y Adriancito, mi tia Margarita que labora de enfermera en hospital público haciendo turnos (De cariño le digo Margot) se hizo de compromiso con Rigoberto, un señor que se separó con el tiempo de su mujer ya que fue a vivir a España dejando la custodia de su hijo Stalin de casi 9 años, con el tiempo se separaron y meses después se unió mi tia diciendonos que Rigoberto es el amor de su vida desde niña, Rigoberto trabaja de chófer de camiones que transportan ganado en la hacienda del papá de Felipe. Fueron a vivir casi un año en los cuartos de arriendo del galpón de mi casa debido ya que ellos estaban reparando su casa lejana a la mía.
En ese tiempo me hice muy amigo de Stalin, tanto así que mi atracción sexual se incrementaba más al ver su pelo castaño, su culo bien puntiagudo, labios finos, aliento fresco bien cuidado y su piel blanca casi como la pulpa del durazno pálido bien perfumada, le gustaba los juegos de video y las películas.
Una noche nos fuimos de pesca mi papá, Rigoberto, Faustino (papá de Byron un chico que culié y relataré pronto mi cogida con él y con su sobrinito Alexander) Stalin y yo a pasar redes de pesca por el río, Stalin cometió una imprudencia de meterse al río caudaloso sin cuidado, Rigobertó lo regañó y me dijo que lo llevara en castigo al camión, lo hice, lo dejé y me regresé porque la pesca estuvo buena, luego de un buen rato me pidieron que vaya al camión a ver costales (saquillos) para poner más peescados, el camión se encontraba muy lejos del lugar, cuando llegué vi a Stalin subido en la perrera del camión (lugar superior de la carrocería donde se colocan toldas o cubiertas, cabos, tubos, etc) vi su culito punteando hacia mí, estaba acostado de perfil, por referencia de mi tía sabía que tenía sueño profundo, vi su shortcito aún mojado que moldeaba su culito, su espalda subía y bajaba por su respiración, no me contuve mas, me acerqué, oli su cuerpito pasé mi lengua por sus orejas y chupaba con mis labios su oreja y sus labios, mi verga se paró y suavemente me acosté de perfil, ahora que me narro esto, se me para la verga porque recuerdo que mi satisfacción fue grande al ver su cuerpito bien formadito y esa piel tan bien cuidadita, digo de un entenado de enfermera, decía que acostado de perfil saque despacito mi verga de 15cm del short y comencé a rozarsela sobre la espalda cuidadndo que no despertara, le bajé con sigilo y dificultad su shortcito y vi la rayita de su culito de durazno, comencé a sobarse de ariba a abajo mi verga y noté que se movía por efecto del sueño, era tanta mi arrecherá que puse mi boca a la altura de su pelo, ya acasi acababa y gemí, pensé que se iba a desperta, pero nada, seguia igual de dormido, eso creí yo, me bajé rápido de la perrera donde estaba Stalin y junto a la llanta me hice una pajota para que me saliera leche, me di cuenta que Stalin se había despertado porque me decía: Vladimir ¿Qué haces Vladimir? le contesté que orionando y se volvió a meter en la perrera.
Pasó el tiempo y una noche estuve en casa de Stalin viendo una pelicula, Rigoberto salió con urgencia a un flete de ganado a la capital para venderlo en el camal, dijo que retornaría en la mañana, mi tía se despidió de nosotros pues tenía turno nocturno en el hospital me percaté que dejó la llave de la puerta junto a unas maticas y le dijo a Stalin que ya sabía donde quedaba la llave, se despidión de nosotros con un beso y me dijo que en cuanto termine la pelicula me fuera a casa, asentí.
Durante la película veía como Stalin emitía un suspiro fuerte característico de su persona, su mirada inocente fija en la pantalla, sus dedos entrecogidos, estaba sin zapatos sus piecitos bien ricos formaditos se moviían deliciosamente y tan solo con suave pantaloncito de pijama de tela suave que se amoldaba su verguita que para su edad era grande, me gustan mucho sus labios cuando se los muerde, me imaginaba que era una invitación para culiarlo.
Me arreché más cuando puso sus piernitas sobre las manos de los muebles abriendose bien de piernas y mostrándome su amoldada verguita y la rayita de su culito por la descostura de su pijama, me sobaba el pene, al principio Stalin no se daba cuenta, lo hice más rápido y de reojo haciendose el tonto disimuladamente se bajaba su manito por el culito y su verguita queriendo imitarme inocentemente lo hacía en forma torpe para su tierna edad.
Terminó la pelicula instantes después, me despedí de Stalin, le dije que se durmiera, me fui a mi casa, estaban todos dormidos, en mi cuarto, me daba vueltas pensando en ese culito, mi verga no dejaba de estar parada, estaba a punto de pajearme pero decidí esperar un tiempo, fui al baño de mi casa me puse a cagar y desnudo me paré sobre el inodoro para ver por la clarabolla que la luz de la casa de Stalin estaba apagada, ya estaba durmiendo.
Por largo rato me daba vueltas en mi casa pensando cómo podría culiarme el culito de Stalin… decidí acercarme a su casa y por la ventana gracias a la luz de la luna pude ver a Stalin abierto de piernas dormido inocentemente, su expresión facial me gustó era una invitación a culiar, cogí la llave, entré despacito, sería cercano a las 2 a.m. de acuerdo a su reloj cuando me acerqué a su camita para una persona, le metí la mano por debajo del pijama, no tenía puesta la camisa, respiraba aceleradamnete, me puse caliente, empecé a manosearle su verguita y sus pelotitas estrujándoselas dulcemnte con el cuidado de que no se diera cuenta, le sobé el estómago, pasé mis dedos por sus labios finos y pelo castaño riquisimo, despacito le bajaba el pijama hasta que vi toda su verga descubierta, con la puntita de mi lengua la saboreaba, mi verga hace rato parada pedía su culo, quería virarlo, era tan rica su verguita que con cuidado me la metí toda en mi boca y con mi lengua sobaba y chupaba sus suaves pelotitas, me bajé mi short, me aridillé sobre él con mis piernas abiertas y puse a sobarle mi verga en la suya, sobé sus piernas y en el intento de virarlo de perfil noté que se despertó.
– ¿Qué haces Vladimir?
– Déjate un ratito Stalincito.
– No, ándate a casa, debes dormir.
– Déjame acompañarte, quiero dormir contigo.
– ¿Por que me bajaste el pijama, que haces?
– Culiar, esto se llama culiar, quitate el pijama.
– Eso mi stalin, eso, eso,
– Ahora abre las piernas, vas a sentir rico mi amor.
– ¿Qué me vas a hacer Vladimir?
– Ya te dije que te iba a culiar
– Asi como te lo hice en la perrera
– ¿Si… eso era? Vladimir, me senti raro.
– Si. estabas despierto ¿Verdad que te hacias el dormido?
– Si, pero me dio verguenza mirarte, no sabía que era, pensaba que me limpiabas.
– Stalin… Ahora sabes que eso es culiar.
– Pero eso he visto que lo hace Margarita con mi papito.
– Nosotros también podemos hacerlo, dejate, estoy arrecho
– ¿Qué es eso?
– Estar apunto de clavarte mi verga, mira ¿Te gusta?
– Ahhh, es grande, mira, la mía es pequeñita.
– ¿Quieres culiar con montadas?
– Esta bien, enseñame Vlado.
– Abrete de piernas, no te muevas, solo siente lo que te hago
– Así… así.. ¿Te gusta cómo te rozo tu verga en la mía?
– Si se siente rico, mira se alzó la mía.
– Je je je, se te paró, ahora te la mamo y verás que rico
– ¿Qué es mamar?
– Ahora lo vas a saber, voy a meter mi boca ern tu picha asi… asi.. asi…
– ¡Mmmmm! ¡se siente rico! ¡Mas… mmaasss Vladiiiimiiiirrrr!
– ¡Me orino! ¡Me orino!
– Vamos al baño, tu primero Stalin.
Estando Stalin en el baño, un lugar muy apartado y oscuro del galpón de arriendo, a oscuras, me di cuenta que dejó abierta la puerta para que lo siguiera culiando, era tanta mi arrechera que no me importaba el lugar.
Stalin me dijo:
– Ven Vladimir, siguemela chupando, es rico
– ¿Eso es culiar?
– En parte si.
– ¿No es todo?
– No… Stalincito, acuestate sobre la taza, pon tu pecho.
– ¿Ya?
– Ya, ahora… ¿Que hago Vladimir?
– Nada, dejame hacertelo todo.
– Solo avísame cuando te moleste algo ¿Si mi arrecho?
– Si… ¿Por qué me dices así?
– Porque vas a aprender a culiar rico y si te gusta se dice que eres arrecho.
– Ahora voy a bajarte suavente tu pantaloncito pijama.
– Siente como te sobo mi verga por tu culito ¿Te gusta?
– Si… mas… mas…
– Ahora siente mi verga suave. Vas a ser mío.
– Sentiras mi cabeza ¿Te gusta?
– Mmmmm… algo… me duele… despaciiittoooooo… Vladimiiiiirr
– ¿Ya Vladimir?
– Solo fue mi cabeza, deja ponerte crema de afeitar, aqui está, te pondré en tu culo y en mi verga, la luna ayuda mucho con su luz.
– Stalin, eres el arrecho de luna llena.
– Ahora te va despacito.. asi.. asi.. sientela… Staaalliiinnn
– AAAggghh Vladimir, me duele, sácala. saácalaaaaaa. aaghhhh
– Siiiieeentoooo ardencciiiaaaa Vlaaaaddiiiiiiii meee dueeeelleeeeeee
– Falta poco para que seas mio, ya casi, aguanta, aguanta, ya mismo eres mio.
– Eso, eso, aguanta voy despacito.
– Ya está… ahora te la saco, despacito.
– Mira, sangre, me sacaste sangre.. buuaaaa sniff smffff
– No te preocupes, no llores,lavándote se te quita
– Este es nuestro secretito, ¿OK?
– ¿Te gustó nuestro culeo Stalincito?
– Si.. al principio fue rico pero ahora me duele
– Tengo miedo
– Ven acá Stalin abrázame, dejame besarte
– Virate para limpiarte el culo, despacito, eso, eso, eso, ya está.
– Ahora Stalin mámame la verga.
– No quiero ir a mi cama, me duele.
– Vamos rápido.
– Que rica tu cama Stalin pero muy chiquita. desnudémonos de nuevo quiero culiarte tu verga ¿Quieres?
– ¿No duele?
– No tontito, ya pasó lo peor ahora viene lo más rico, te chupo de nuevo el pene y luego te monto la verga ¿Quieres?
– Bueno… si no duele… bueno, aunque me arde todavía el culo, eres grosero.
– Je je je mira como mi verga roza la tuya, ya se te paró
– ¿Te gusta que te culee el penecito?
– Si.. esto es rico, no se lo contaré a nadie es nuestro secreto
– ¿Stalin… Quieres hacerlo más seguido sólo conmigo?
– Si Vladimir porque si se enteran otros nos pegan y nos castigarán muchisimo.
Nos abrazamos y nos punteamos el encima mío culiaba mi culo, su verguita entraba y salía de su culo a{un con dificultad por eso solo le daba girandola para que se dilatar más y babeara, solo que cuando se abría de piernas su culo le incomodaba, aun asi le roce mi verga por sus cachetes y me masturbé en su espaldita colorada de tanto culeo que le chorree la leche cuidando que las sábanas no se mancharan de semen, asi estuvimos hasta un buen rato en que los gallos cantaban hasta las 4 a.m. que entré sigiloso a mi cuarto para luego desde la claraboya de mi baño vi como Stalin entraba al suyo distante del mío a limpirase.
Me enteré días después que Margarita lo llevó al médico para que le vea la iiriutación en su culo porque no aguantaba la ardencia, le dijo al médico que se había accidentado montando su bicicleta sobre tan solo el tubo sin montura y en buche se impactó el culo en el tubo, el méedico con reservas le creyó así como mi tia Margarita, dejé pasar un buen tiempo para seguirlo culiando, historia que contaré después.
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