La cama fue testigo de la primera vez (9)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Había pasado buen tiempo desde la última vez que le rompí el culo, durante un buen tiempo seguimos viéndonos, solamente eran roces rápidos y pajas cortas en las que mirabamos nuestros penes erectos, el de Stalin estaba creciendo. Durante los meses que vivió en el galpón de arriendo de mi casa minimo eran 2 veces por semana que culiabamos, ya sea en la noche en el baño, en la casa de finca, en los matorrales como dos bestias salvajes y a veces solos en el río, girando nuestros cuerpos desnudos que brillaban al contacto con el sol, era maravilloso.
Fue aún mejor de rico cuando en una fiesta en mi casa por el cumpleaños de Rigoberto yo calladito tomaba cerveza, Felipe, de su casa trajo escondida una botella de Whisky, nos encerramos a tomarla en mi cuarto con Mario y Hugo. Eestaban jugueteando ÑUCO, Adriancito, Byron, Stalin, Elvis, Michael y otros niños en la periferia de mi casa viendonos por la ventana tomar.
Debo confesar que en horas de la madrugada me quedé dormido, confieso que esa botella tomada entre tres fue el inicio para futuras libaciones pero que solo me dio un poquito de mareo, por eso mi sueño profundo.
Sentí los rayos de sol en mi cara pero lo que me despertó a desgana fue la música de rock latino y baladas que todavía tocaban los sobrevivientes de la chupa o libación, cerré mis ojos, de pronto, sentí cómo la puerta de mi cuarto se abría, era Stalin que la cerraba con seguro por dentro, notó que no abría los ojos, para él, seguía dormido.
Estaba en mi cama boca abajo con las piernas abiertas un tanto, me acuerdo que solo estaba cubierto por la sábana sólo en calzoncillo de manga corta con botones en la parte delantera, Stalin despacito hizo a un lado la sábana, sentí que sus dedos frotaban la raja de mi culo, luego poco a poco me pasaba la mano por la espalda, creía que seguía dormido, de reojo cerca de mi cara vi su pene parado, me besó el cuello, pasó su aliento y su boca por mi pelo, me gustaba, pasaba sus manos poco a poco deslizando mi calzoncillo y sobaba con caricias por entre mis piernas mis pelotas llenas de pelos, noté que se sacaba la ropa despacito hasta quedarse desnudo, abrió sus piernas y sobó su verga sobre mi culo, dejé que lo haga, no me daba por despierto, mi verga se paró al momento en que rozaba su verga, más cuando chupaba mi culo, su lenga se introducia en mi culo, chupaba con babas los pelos de mi verga, era una sensación rica, Stalin se sentía muy seguro y queria culiar apasionadamente, con mis ojos cerrados pensaba cómo culiarlo formidable.
Para facilitar su tarea, me puse suavente de perfil aún haciendole creer que estaba dormido, se puso detrás mio alzó y puso su piernita sobre mi pierna vie de reojo sus piecitos de piel blanca de durazno que me enloquece, cómo rozaban mis piernas y penetraba despacio su verga en mi culo, me voltée, lo vi, nos reimos y sin más me monté suavemente sobre su espalda y le introduje mi verga en su culo, se reía.
– Es bueno que me vengas a ver Stalin.
– Aprovecheé que están dormidos y borrachos para que me culees… te necesito.
– Vladimir… mi culión favorito.
– Abrete de piernas, arodillate sobre la cama, dobla codos y brazos sobre la cama
– Asi mi perrito, te voy hacer aullar.
– Si… Stalin, culeame, métemelo.
– Ahi teva mi amor, siente como te culeo, escucha mi verga en tu culo, siente mis pelotas
– Aaah ahhh ahhh aahh asi, asi, asi… Stalin asi… Stalin te quiero culéame
– Eres mío, mío Vlado no quiero acabar
– Virate quiero que me mames la verga, arodillate, sujetamela y mama asi.. asi..
– Glup Glup, Stalin.. la tienes rica métemela de nuevo, quiero sentirla. ¡hazlo Stalin!
– Abrete Vlado las tapas de tu culo, ahi va saliba, dame un piquto de la tuya, eso, eso… levanta bien tu culo, así .. asi.. vladi asi Vladi.
– Mmmmff mmmfff Stalin es rico se siente rico mmmfff aghhhff aghhff culeame
– ¿Sientes mi verga como penetra dentro de tu culo?
– Si, me gusta, ahora Stalin… culeame mi pene.
– Volteate, ponte boca abajo, dejame levantarte un poco la espalda con las almohadas, asi, abre tus piernas, acuerdate que asi me culeas, déjame meterte la verga asi… asi… asi…
– Ahora voy a sobar tu verga ¿Te gusta?
– Si… si… si.. mi Stalin
– Dejame arrodillarme para mamarte tu verga, quiero que me des leche
– Si si Stalin… me gusta hazlo.
– Chupame el culo, estiramelo, asi.. asi.. ahhh uaaahhh aghffrr uahhh uaauuahh
– Stalin… culeas rico para ser chiquito te amo ricura mía, es la mejor visita que me has dado.
– Hagámos el 69 Vlado, quiero que me chupes la verga, via mi papi y Margarita hacerlo, házmelo Vladimir.
– Primero voy a pasar mi lengua por el tronco de tu pene Stalin, te voy a chupar las tetillas… que rico.
– Virate para lamber tu sudor, asi mi amor, ahora chúpame la verga, dáme la tuya, eso… eso… ¡¡¡chuc ¡¡¡chuc!!! ¡¡¡chuic!!! ¡¡¡choc!!! Mmmmaaammaaaaaaa
– Agghhfff aghhfff eres rico mi amor
– Méteme la verga en mi culo, te deseo Vladimir arrecho
– Ahora voy con todo, culea culea culea
– No pares Vladimir, asi, asi, mi aaammoooor, aahhhhhh, ahhh
– Me gusta culiarte borracho eres más rico, lo sabía, lo sabía Vladimir
– No me emborraché, pero se siente rico con alcohol, uno se arrecha más y demora la leche en salir.
Fue una locura, nuestra cama se bamabaleba, estabamos seguros con llave, nos fuimos al baño dizque a limpiarnos porque nos salia una baba blanca y Stalin quería orinar pero que va… seguimos culiando en la ducha… mientras nos enajbonabamos desnudos nos metiámos nuestras manos en nuestros culos nos penetramos la verga con la ayuda de la espuma del jabón fue rico como el río nuestros penes frotandose, lo levante de espaldas a mis piernas a Stalin y asi alzado le introduje la verga apoyando mi espalada en la pared, era ya un maestro de poses por las revistas porno quye veía y siempre me decía que quería hacerlo así viendo las imágenes y yo le complacía.
Me acosté sobre la taza del baño de mi cuarto y me introdujo su verga, luego sentí sus miados dentro y como el resto chorreaba sobre m espalda, lo giré lo puse boca abajo sobre la taza y cogi el culo de Stalin, le estaba haciendo lo mismo que me hizo pero me cansé tanto así que observava como todo su cuerpito subia y bajaba a mi ritmo de movimiento de culeo, me salía leche, y le dejé un poco en su culo y el resto en su espaldita de niño culión, mi verga se puso roja de tanto introducirla, confieso que fue una de las faenas de culiadas más arrechas e impetuosas que he tenido con mi profesor Stalincito un chiquillo al que aún recuerdo.
Le saqué mi verga, nos limpiamos con agua, a turnos cagamos, y el uno limpiaba al otro arrodillandonos para que nos pasasemos el papel higiénico.
Mientras nos vestíamos llenabamos nuestras bocas y labios de besos apasionados estilo frances, estirándonos, oliendo nuestro pelo, chupándonos nuestros cuellos y mordiendonos suavemente nuestra barbilla, creo que estabamos preparados para orgías, o algo así, porque cada vez lo hacíamos mejor.
Con sigilo Stalin antes de salir me besó la entrepierna y el pene, hice lo mismo riendonos, lo vi irse sin problema hacia la calle sin notar siquiera lo que hicimos, alli estaban sus amiguitos que buscaban esferas de botellas de whisky para jugar canicas, en mis adentros decía: ¡¡Que mejor canicas que las que tienen en sus vergas!!.
Pronto continuaré con otros relatos reales de mi vida sexual, espero les gusten, por ahora… chau.
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