La Consulta Médica
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Antes de comenzar mi relato, es bueno comunicarles que no es la primera vez que escribo en esta página, así como que tampoco es la primera vez que tengo relaciones sexuales con un hombre, porque de eso se trata la presente historia y, aunque soy casado y me gustan las mujeres, igual estoy acostumbrado desde joven, a estar de vez en cuando con algún hombre, disculpen también mi sinceridad pero a mi edad no hay que estarse guardando mucho las cosas.
Mi anterior relato se llama "MI AMIGO, SU AMIGO Y YO", por si les interesa, en esa oportunidad conté acerca de un trío que hice con un pana y un amigo de este. Está por aquí en Comunidad Erótica, es cuestión de buscarlo. Ambas son historias verídicas que espero les gusten y despierten ese morbo que llevamos por dentro.
En la actualidad tengo 55 años, soy moreno, de 1,78 cm. de altura, complexión normal y no uso barba ni bigotes. Me considero un tipo normal y no mal parecido, bastante serio aunque gozo de un buen sentido del humor. Vivo en una ciudad del interior de Venezuela. La historia que quiero comentarles o narrarles tiene que ver con un médico con el que me traté recientemente un problema hepático. De verdad nunca creí que aquel médico, tan serio y profesional pudiese tener ese diablo en el cuerpo y menos que se pudiera desatar como lo hizo aquella mañana de una de mis consultas con el.
Espero no aburrirlos mucho pero quiero que se formen una idea del porque llegué a donde llegué con el Dr. Todo comenzó porque comencé a orinar un poco más amarillo de lo usual, lo que me hizo comentarle a un médico amigo el problema, enseguida me recomendó realizarme unos exámenes sanguíneos los cuales arrojaron unos niveles considerablemente altos, en vista de eso me sugirió ir a un especialista puesto que él no lo es para este tipo de cosas. Si mal no recuerdo acudí un día miércoles de principios de marzo de este año, a la consulta con el especialista. Tenía años que no me consultaba por lo que me encontraba un poco incómodo y nervioso a la espera del médico, no obstante había quedado de primero para ser atendido. El Dr. llegó puntual a su consulta y me hizo pasar.
Comenzó con un interrogatorio normal y de rutina a manera de llenar mi historia clínica, antecedentes familiares, enfermedades sufridas y esas cosas, de más está decir que he sido una persona bastante sana, sin embargo del interrogatorio y los análisis que llevé surgió como aparente causa de mis dolencias que tenía el hígado un poco inflamado. De inmediato el médico pasó a revisarme físicamente, me ordenó quitarme la camisa y a aflojarme los pantalones, me hizo sentar en una camilla y comenzó a auscultarme con su estetoscopio por el pecho y la espalda, luego me ordenó acostarme para hacerme un ecosonograma abdominal. Me revisó todos los órganos abdominales con su aparato, me ordenó bajarme los pantalones hasta media pierna y me revisó hasta las bolas y entre ellas y mi ano con el aparato ese. Luego lo soltó y con sus manos comenzó a manipular mi pene, todo con mucha seriedad y profesionalismo, me peló el pene, me tocaba las bolas, todo con cierta brusquedad por lo que no me causaba ningún placer. En ese momento creí que todo era parte de la consulta y hasta contento salí de allí con mis indicaciones y por el hecho de que me hicieran aquel reconocimiento tan "exhaustivo". Me ordenó realizarme otras pruebas sanguíneas y me dio otra cita.
Acudí puntualmente como la primera vez. Revisó los análisis, anotó los resultados, me preguntó como me sentía y esas cosas. Debo decirles que el médico en cuestión es un tipo alto, blanco, fornido, con aspecto medio salvaje puesto que es casi calvo y usa bigotes y barba tipo candado. Es de poco hablar salvo los aspectos técnicos sobre sus indicaciones. Esa vez igualmente me revisó y repitió la misma operación con mi pene y mis testículos, yo no no notaba nada raro puesto que era más bien rústico en su accionar, aparte de que no me inspiraba nada morboso. Pero entre la tercera y cuarta consulta, tuve que ir a solicitarle me cambiara unas órdenes porque debía llevarlas al Seguro para certificar el reposo que me había dado. Fue una tarde y como no era día de consulta medio conversamos de cualquier cosa mientras me daba el nuevo documento, sin embargo, en un momento me preguntó, sin mas allá y sin más acá, que como estaban mis erecciones, la pregunta me agarró fuera de base, no se a que se refería específicamente y el al ver mi cara de sorpresa enseguida me dijo que lo que pasa es que cuando el hígado está enfermo las erecciones no son normales, tienden a bajar, pero que con algunos ejercicios se pueden recuperar. De verdad no le respondí nada, ya me estaba marchando, tomé las ordenes pero me fui con esa interrogante en le mente, ¿por que me preguntó eso?, ¿será que vio algo malo en el ecosonograma y no que lo ha querido decir?. Me despedí de él y me dije a mi mismo que en la próxima consulta me sacaría esa duda. De verdad que a mi últimamente las erecciones me han bajado un poco, ¿pero como supo?, ¿sería por eso que me prohibió la ingesta de alcohol hasta por un año?.
Así las cosas llegó el día de la cuarta consulta. Pasé de primero igualmente, revisión de análisis y para la camilla semidesnudo. Me revisó con el aparato de ecosonografía y afortunadamente me había recuperado bastante bien de mi afección. Pero estando así acostado sobre la camilla y él revisándome, le recordé lo conversado en la otra fecha acerca de mis erecciones, noté que se entusiasmó con la pregunta y como me tenía a su merced enseguida me sujetó por el pene fuertemente y comenzó a pelármelo y tocarme las bolas. Me dijo que las erecciones generalmente bajan con el hígado inflamado, pero que con un buen estimulo se recuperan, que sólo había que hacerme unos ejercicios, me decía todo esto sin dejar de tocarme y mirar mi pene que medio reaccionaba. Como quien no quiere la cosa, me hacía movimientos de arriba hacia abajo como pajeándome, pero como ya les comenté, lo hacía muy duro, de verdad no me excitaba en lo absoluto mientras seguía y me conversaba de los ejercicios que a su juicio mejorarían mis erecciones. Sin embargo, no fue sino hasta que hizo un comentario con una voz un poco extraña, de que yo tenía el guevo "grueso", que comencé a entrar en razón y a sospechar un poco de aquella manipulación que estaba llevando a cabo.
Recuerdo que mientras me tocaba le pregunté a que ejercicios se refería, que cuales eran, entonces me respondió que -había que estimularme el guevo como si fuera una "paja" (masturbación)-, y mientras mas se entusiasmaba tocándome me comentó que si yo quería y no tenía problema con eso él podía hacerme una vez por semana los "ejercicios", pero que como notaba que yo era un tipo muy serio de repente no aceptaba aquello. Debo confesarles que a esa altura de la conversación el seguía manoseando mi pene como pajeándome y tocándome debajo de mis bolas. Ya un poco más entusiasmado y al ver que yo no me había opuesto a sus toqueteos, me continuo hablando y con voz un poco cambiada por la emoción supongo, me dijo que también con "mamadas" se podían hacer los "ejercicios", me preguntó si mi esposa me lo mamaba, que si a mi me gustaba, le dije que si, que a veces me lo hacía y que a quien no le iba a gustar una mamada.
En este punto pude reparar en su mirada la cual la tenía clavada en mi pene mientras seguía tocándome, era una mirada de lujuria, de excitación, noté entonces como con cierto desespero me bajó de un tirón los pantalones hasta mas abajo de las rodillas y abrió mis piernas, yo seguía acostado en la camilla. Mi pene había comenzado a endurecerse no obstante la rusticidad de aquel hombre al manipularlo, el seguía en lo suyo y poco a poco mi pene reaccionaba y se erectaba, él con voz temblorosa seguía alabando su grosor a medida que crecía mi guevo. En ese punto yo me había abandonado un poco y me hice a la idea de lo que se avecinaba, total yo no soy ningún angelito y en ese momento supe por experiencia en donde iba a terminar todo aquello. Cuando mi pene estuvo a tope de su erección, a aquel hombre se le hacía agua la boca, lo miré de reojo y pude notar su excitación al tiempo que me decía -lo tienes grande y grueso-, me hacía la paja y me tocaba con su otra mano debajo de las bolas, por ahí también se puede manipular la próstata y el como médico lo sabe mejor que nadie y a eso estaba dedicado en ese momento. Supongo que no pudiendo aguantar más su excitación, con voz entrecortada me preguntó si aceptaba una mamada, yo solo atiné a decirle que si..!!
Entonces sentado como estaba acercó su banqueta hacia la camilla y abriendo su boca engulló mi pene..!!, comenzó a mamármelo de una manera salvaje, me lo chupaba como si quisiera exprimir mis jugos lo que me causaba cierta molestia y así se lo hice saber, tocándole la cabeza le susurré que me lo hiciera suave, entonces mejoró un poco su mamada pero no mucho, estaba como desesperado. Como les dije yo me había abandonado a su mamada y con los ojos cerrados disfrutaba de aquellas fuertes caricias bucales. Entonces comenzó a tocarme mi pecho con una de sus manos temblorosas, me pellizcó las tetillas y subió su mano hasta meterme los dedos en mi boca, eso me sacó de mi concentración y me descolocó un poco pero seguía disfrutando lo que estaba pasando. En un momento se pone de pie y noto que se desabrocha su pantalón y extrae su pene medio erecto, un pene blanco, un poco corto y medio grueso, con una cabeza rosada y limpia. Se acerca hacia donde yacía mi cabeza recostada en la camilla y lo acerca a mi boca, no me dio tiempo para negarme mucho a su ofrecimiento y sin pensarlo me metí la cabeza de aquel pene en mi boca.
El seguía acariciándome el mio y masajeándome por donde podía. Para poder mamar mejor en la posición como me encontraba que era acostado en la camilla, me volteé de lado y seguí mamando aquel guevo erecto ya del todo, sin mentirles les confieso que aquel pene es muy agradable al paladar, provoca mamarlo largo rato. Mientras estaba yo en eso, siento que el busca mis nalgas y rústicamente me las acaricia, busca con un dedo mi orificio anal y me lo introduce sin miramiento alguno cosa que me incomoda pero el no se da por enterado, me saca su guevo de la boca y busca besarme, me dejo e introduce su lengua en mi boca mientras mete mano por donde quiere, siento que aquel hombre domina la situación a su antojo y me dejo llevar. Hace que me levante de la silla y me voltea, me abraza por detrás y me besa la oreja, me susurra al oído te voy a coger..!!, yo no reacciono, ese hombre me lleva a su plano, me domina. Mi primera impresión es decirle que no, que no estoy preparado, él no se inmuta, me dice que no importa que a él le gusta así..!! y mientras todo esto transcurre ya me está acomodando sobre la camilla de espaldas a él, en la orilla, ya está agarrando gel del que se usa para hacer los ecosonogramas y me está untando el culo, créanme pero no podía decirle que no y ni siquiera detener sus intenciones, en verdad no se que me sucedió, y les repito, no soy un ángel y no era la primera vez que me iban a coger, pero de esa manera, sin esperarlo siquiera, jamás..!!
Así, al borde de una de las esquina de las camilla me reclina sobre ella, toma mi pene por detrás y le da una lamida mientras introduce uno de sus dedos muy adentro, siento mi culo abierto y un desconcierto excitante y expectante se apodera de mi mientras espero impaciente el momento en que aquel Dr. casi desconocido, me coja de una vez por todas. Siento al fin la cabeza de su pene en mi culo, trata de entrar pero resbala, no atina, miro a un vidrio que está detrás de nosotros y noto que estoy muy arriba y como tenemos nuestros pantalones a la altura de nuestros tobillos no es muy fácil maniobrar, así que me bajo un poco, echo mi mano hacia atrás y sujetando su guevo lo coloco en la entrada de mi ano, aquel sujeto no esperó ninguna otra señal, de un solo envión me lo introdujo hasta el fondo, sentí un ardor punzante y por poco se me sale un grito, igual que como lo introdujo comenzó el mete y saca, brusco, seco, violento, raudo y veloz.
Siento sus manos gruesas y firmes tomarme por la cintura o afincarse en mi espalda, levanto un poco mi trasero y siento que entra a tope, mi pene se erecta y cabecea al ritmo de sus embestidas, siento un placer salvaje..!!, en un momento de lucidez me doy cuenta de que tiramos sin condón y como pude se lo hago saber pero el no se sale, sigue culiándome a placer y sólo llega a decirme en voz baja -tranquilo yo te acabo afuera-, nuevamente me abandono a sus embestidas y como puedo me pajeo mientras me coge, no me da mucha posibilidad de maniobra puesto que al ser un tipo grande y fornido su peso me sujeta aunque no estuviera del todo montado sobre mi espalda. Siento que acelera sus movimiento al igual que siento que su pene se pone más grueso, se va a venir pienso, y ahora que precisamente yo estaba disfrutando más, acelero mi paja pero no me da chance de acabar con él, siento que se sale de mi culo de un tirón mientras caen en mis nalgas unas cuantas gotas de leche caliente..!!, me levanto un poco de mi posición y sigo dándome en mi guevo hasta acabar encima de aquella camilla….
Espero les haya agradado….! ah y de más está decirle que ese mismo día me dio otra cita, dependiendo de lo que me comenten tal vez les cuente lo sucedido en ella…!!
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