La cuarta despedida
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ELLECTOR.
Ese día salí a tomarme un café en el local de la esquina, vivo en una zona comercial de mi ciudad en Venezuela y me queda cerca muchos cafés y locales de comida, esa mañana salí con la intención de distraerme un poco y aprovechar que tenía esa mañana libre, soy diseñador gráfico tengo 24 años, soy de estatura promedio, muy blanco, practico natación desde hace un par de años, así que tengo la espalda ancha, los brazos y el abdomen definidos, al igual que piernas gruesas y lampiñas y unas nalgas redondas y un poco grandes, esto último debido a que corro todos los días.
Cómo les comenté ese día estaba libre y quise tomarme un café como quedaba cerca del apartamento salí con un short de jean que me marcaba un poco las nalgas y una franela normal, camine un poco viendo unas cosas en mi celular y de pronto alguien me habla al oído y me dice “Hola otra vez” no reconocí la voz y al voltear lo vi, era mi ex novio, habíamos terminado una relación de 1 año cuatro meses antes.
Mi ex, es un año mayor que yo, es abogado, lo conocí en las clases de natación y desde ahí me encanto, el mide 184cm es acuerpado pues juega rugby, tienes los ojos marrón claro es ligeramente moreno y tiene una sonrisa que me vuelve loco.
Rompimos nuestra relación de una forma san, simplemente decidimos no estar más tiempo juntos y lo aceptamos, aunque no habíamos tenido mucho éxito en dejarnos por completo, en el trascurso de esos cuatro meses tuvimos relaciones tres veces, cada vez que lo veo terminamos follando. Esta vez no fue la excepción.
Apenas lo vi supe que esta sería la cuarta despedida, me miro y sonrió me saludo con un abrazo fuerte.
-Ex: ¿Cómo has estado? Ya paso un mes desde la última vez que te vi.
-Yo: Bien, como siempre, si ya pasaron algunos días.
-Ex: Si, ¿tienes planes?
Supe todo lo que esa pregunta implicaba y el trasfondo de la misma, pero sin embargo no pude deshacerme de él, o más bien no quise hacerlo.
-Yo: Pues solo iba por un café y luego de vuelta a la casa, ¿tienes planes?
El solo sonrió, hizo una seña con su cabeza de que camináramos y fuimos a comprar los cafés.
Luego de conversar un poco, fuimos a mi casa, apenas entramos en el elevador, el me beso apasionadamente, eso me aceleró el corazón pues, no acostumbrábamos a tener ese tipo de acciones en lugares públicos, así estuvieran solos.
Llegamos al departamento y al cerrar la puerta se abalanzó sobre mí, acostándonos en el sofá de la sala y quitando mi camisa apresuradamente. Se quitó su saco, su camisa y quedo solo con su pantalón, nos seguimos besando apasionadamente mientras el apretaba mis nalgas y mordía mis orejas.
Fuimos a la habitación ya para ese entonces él había quitado mi short y solo estaba en bóxer. Quite su pantalón y su bóxer y me senté en la orilla de la cama mientras él se paraba frente a mí, con su pene de 20cm totalmente erecto, debo confesar que ese era su atributo favorito para mí, era totalmente recto, con el grueso ideal y siempre, siempre sabia a rico a limpio.
Metí su pene en mi boca lo más profundo que pude, eso le encantaba, lo lamí, lo chupe, le daba pequeños mordiscos en su glande mientras el gemía como un toro, es muy varonil, besaba sus bolas las metía en mi boca, jugaba con mi lengua por su ingle, su pene y sus bolas, me encantaba chuparlo completo.
El separo mi cabeza de su pene, me levantó me tiró a la cama y se montó sobre mí, quito mi bóxer y enseguida se dispuso a lamer mi ano, él era un experto haciéndolo siempre me causaba un gran placer cuando lo hacía, metía su lengua en mi agujero, lamia todo mi ano, mordía mis nalgas e introducía de vez en cuando uno o dos dedos, así duro unos minutos hasta que por fin yo le pedía que me cogiera.
Se puso el condón, me puso en cuatro viendo hacia la cabecera de la cama, busco lubricante de mi gaveta, él sabía dónde estaba todo, lubrico mi ano y su pene y sin mucho rodeo me penetro de un golpe, eso me encantaba, mi ano estaba acostumbrado a él de cierta forma y ya no sentía dolor. Me daba embestidas descomunales jalaba mi cabello y movía su cadera rápidamente, yo lo detuve le indiqué que se acostara y me senté sobre su pene, amaba ver su cara de placer mientras yo subía y bajaba de su pene, luego me levanto y me alzo entre sus brazos, me llevo a la mesa de la computadora puso mis pies sobre sus hombros y me siguió cogiendo estando de pié. Así duramos unos 10 minutos hasta que yo acabe sobre mi pecho y el acabo dentro de mí.
Nos acostamos a descansar un poco, mientras conversábamos de cómo nos iba y nos reíamos de nuestras cosas, luego de una hora en eso, nos levantamos fuimos a bañarnos juntos, el me la mamo hasta que acabe y yo lo masturbé.
Cuando se marchaba pues tenía que ir al juzgado a las 11 me beso y dijo en mi oído.
-Ex: Nunca nadie superara tus polvos, tu culo es el más rico de todos.
-Yo: Jajaja, igual que tu pene amor.
Él dice que no puede superar mi trasero, y la verdad yo tampoco me canso de su pene, es el mejor sexo de mi vida y nuestra química sexual es increíble, pero lamentablemente en lo demás no congeniamos, afortunadamente estoy seguro de que esta no fue la última vez, y que vendrán luego más despedidas como esta.
Se que quizás no tengamos futuro como pareja, pero siempre que quiera tener una buena sesión de sexo, el estará para mí.
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