LA DISTRIBUIDORA. (2).
Las cosas con Cristian se aceleran y está “para cualquier negocio”..
Tras cartón entraron en el living los padres de Cris, Juan ya había cerrado el negocio y se apoltronó a mirar lo que yo hacía. Ni recuerdo las pavadas que me preguntó y ya quedaba poco por hacer, ajusté los empalmes habiéndole puesto suficiente teflón y le pedí que abriera la llave del paso del agua, la que hizo esto fue Ruth y desde la cocina nos gritó preguntando si perdía.
El trabajo estuvo bien hecho, aún a pesar de los “sobresaltos” por la “tocadita” de culito y de la charla con Cristian que ellos no conocían, no había pérdidas por ningún lado y me puse a recoger los escombros en unas bolsas, las dejé en la calle porque siempre había alguno que los necesitaba y se los llevaba, regresé a barrer el living y a dejar todo impecable, salvo el agujero que quedó en la pared, eso lo taparía al otro día.
Le pedí a Ruth que me alcanzara una silla alta para subirme y que me dejara libre la pileta del lavadero, en el interín me puse la camisa que me alcanzó y procedí a sacar los filtros del acondicionador de aire que estaban tapados y negros de mugre. Con un cepillo chico y detergente los dejé como nuevos y luego de secarlos con un trapo los volví a colocar, el cambio de aire se notó al instante en que lo pusieron en funcionamiento. Se hicieron como las ocho y media de la noche y luego de recoger las herramientas y declinar la invitación a cenar que Juan me hizo a desgano, me volví para mi casa.
Dejé las herramientas en los lugares de donde las había sacado y mi vieja me avisó que apenas llegara mi padre cenábamos, faltaba como media hora y me metí al baño a hacer algo que hacía mucho que no llevaba a la práctica, la “paja” se tornó necesaria porque la calentura acumulada entre la madre y el nene me habían “cargado” mal la cabeza y los huevos.
Después cené y me fui a dormir pensando en cómo podía hacer para “pasarme por la piedra” a Ruth, se notaba demasiado que las ganas le afloraban y Juan no me generaba ninguna simpatía como para tenerlo en consideración. En la mañana ayudé en la carga de los repartos y cuando a media mañana había mermado el movimiento propio de la Distribuidora, me llamó Juan…
- Sergio, hágame el favor de fijarse que es lo que va a necesitar para tapar ese agujero, además ahora se me viene encima una maroma más, mi mujer insiste en que luego habrá que pintar esa pared, así que vaya viendo si se anima.
- Animar me animo, pero se lo aclaro ahora para que no hayan dudas después, primero hay que esperar que esa pared se seque y luego, una vez pintada se va a notar mucho la diferencia con las otras paredes del living, que no le resulte extraño que quiera hacer pintar todo el living, desde allí en más usted sabrá.
- Tiene razón, eso no lo había pensado, ya me imagino lo que puede pasar porque conozco el paño, de allí a querer hacer pintar toda la casa sería dar un paso. Con tal de que no me hinche las pelotas en el negocio le podría llegar a dar el gusto, hágame un presupuesto de materiales y de mano de obra para pintar todo, para usted solo, no quiero meter a nadie más en mi intimidad de mi casa.
- Hacerlo solo me llevaría casi dos meses, ¿cómo vamos a hacer con el trabajo de la Distribuidora?
- Usted haga el presupuesto de mano de obra, el sueldo que yo le pago acá es aparte y se dedica sólo a pintar mi casa, yo me arreglo con el negocio.
- De acuerdo, déjeme ver que es lo que voy a necesitar y le hago los números, ahora voy a comprar un poco de cemento y arena para tapar esa pared.
Me fui a comprar el cemento y la arena pensando que le iba a salir más barato que contratar a unos pintores profesionales, a mí el trabajo no me asustaba, de hecho, había ayudado a mi viejo a pintar toda mi casa y sabía lo que tenía que hacer, pero me iba a llevar unos buenos Pesos de arriba y se me abría el camino a la posibilidad de plantarle unos excelentes cuernos a “Juancito”.
No quería ni pensar en el nene porque el pendejo con su forma de contar, con sus modos y también con su culito me trastocaba todas las neuronas y sacaba a flote instintos que no sabía que existían en mí, de sólo imaginarme que le arrimaba la pija al culito o a la boca me excitaba de manera que no conocía.
Al regresar de comprar fui directamente a tocarle la puerta a Ruth para comenzar a trabajar en la pared, me atendió con una toalla envolviendo su cabeza y otra más grande envolviendo todo su cuerpo, “pasá, pasá rápido”, -me pidió con una sonrisa cómplice- y una vez adentro, volvió a hablar…
- Si el celoso ve que te recibo así me hace un escándalo…
- No es para menos, envuelta en esa toalla le alborotás los ratones a cualquiera.
- ¿Y los tuyos?, ¿Cómo se ponen los tuyos?
- Mejor no te contesto porque vamos a hacer cagadas.
- Yo quiero que me contestes, soy una señora casada mal atendida, ¿no te das cuenta que desde ayer me tenés recaliente?
- Me di cuenta y estoy igual que vos, pero me gustaría tomarme mi tiempo para hacerte gozar hasta que digas basta.
Ruth se había jugado todas las fichas y le dije esto último haciéndola girar y arrimándola a mi cuerpo, no tardó en estremecerse toda y no pudo evitar un gemido de satisfacción cuando le besé el cuello y apreté con mis manos sus tetas turgentes de pezones endurecidos, también le apoyé el bulto de mi pene erecto y le dije:
- ¿Te alcanza esto para darte cuenta que también me tenés muy caliente?
- Parece enorme, dejame verla y te doy una chupadita rápida.
- Aguantá a que se den las circunstancias, por una chupadita sos capaz de generar un quilombo enorme y no vamos a gozar ninguno de los dos…
Se lo dije moviéndome hasta el living mientras ella me seguía. Dejé las cosas en el suelo y escuchamos que se abría la puerta de la cocina que daba a la playa de la Distribuidora, el salto que dio hasta el pasillo interno y de ahí al baño fue como la reacción de un felino, era Juan que venía a preguntar si había comprado todo lo necesario, le mostré que sí y en un balde me puse a preparar la mezcla de arena y cemento para poner alrededor de los caños…
- ¿No va a preparar la mezcla con cal?, yo vi que le ponen cal a la mezcla para revocar las paredes.
- Eso es para las paredes en las que sólo hay mampostería, cuando hay cables eléctricos o de agua se utiliza sólo cemento con arena para taparlos, la cal se come todo lo que es plástico o elementos blandos. Menos mal que no se puso a hacerlo usted, le duraría poco el trabajo.
- Tiene razón mejor me dedico a lo que sé, ¿dónde está mi mujer?
- No sé, me abrió la puerta y después no la vi más, tenía unas toallas en la mano, estará en el baño o en el lavadero. -La buscó, se pusieron a hablar y yo me dediqué a lo mío-.
Al rato regresó Juan a decirme que la mujer tenía que ir a visitar a la madre e iba a regresar tarde, que cualquier cosa que necesitara se la pidiera a él. Le contesté que se quedara tranquilo y se fue dejándome solo, detrás de él salió Ruth, me dijo lo mismo, además agregó, “voy a buscar la posibilidad de escaparme el fin de semana, puede ser el sábado en la tarde y vemos que podemos hacer” … Le hice señas para que me llamara por teléfono y salió por la puerta delantera para irse en el coche.
A las cuatro y diez de la tarde aparecieron los dos chicos, fueron a cambiarse el uniforme escolar y bajaron enseguida, ambos vestían los shorcitos ajustados, la nena como parecía ser una costumbre, se acercó a saludarme y me salió decirle, “¿cómo está la mujercita más hermosa del barrio?”, bajó los ojos, se puso toda colorada de vergüenza, contestó “bien” y se fue rápido para su habitación, pensé que me había excedido, pero no la llamé.
Detrás de ella vino Cris y su saludo fue más desinhibido, yo estaba arrodillado tratando de alisar la pared y me abrazó pasando sus brazos por mi cuello, su beso fue sonoro y dado muy cerca de la comisura de mis labios…
- ¿Cómo estás hermoso, me extrañaron vos y tu cola?, -no pude contenerme y me arrepentí al instante, pero la contestación del nene me puso en órbita enseguida-:
- Yo estoy bien pero mi cola está un poco enojada…
- ¿Qué pasó, te enojaste o te peleaste con alguien en el cole?
- No, ella está enojada porque vos ayer la tocaste y le pasaste el dedito, pero no me dejaste tocarte el pito duro, -lo que estaba un tanto “morcillón” se endureció en un parpadeo-.
- No podemos Cris, ahora está de nuevo duro porque piensa en tu cola, pero no puedo sacarla acá, puede entrar cualquiera y se armaría un lío bárbaro.
- Podríamos ir a mi habitación, ¿vos no te animarías a meterme el pito duro en mi culito como quería hacer mi primo?, es más grande, pero yo quiero saber que se siente, él me decía que me iba a gustar, te juro, te prometo que no cuento nada.
¡Me explotó la cabeza!, el pendejito, con sus palabras, me estaba pidiendo que me lo cogiera, lo peor del caso es que me puso loco la idea de intentarlo, las neuronas alborotadas se fueron todas de paseo a la cabeza de mi pija, aunque, por otro lado, pensaba que iba a ser muy difícil entrar por allí…
- Cris, tenés que entender que mi pito en muy grande para tu culito, vení, tocalo a través del pantalón y te vas a dar cuenta, -le brillaron los ojos cuando acercó su mano y me tocó recorriendo todo el tronco excitado-.
- Sí que es grande, pero yo quiero que pruebes, me gustaba mucho cuando me tocaba el agujerito con la punta del pito, ¿cómo se llama cuando te meten el pito en el culito?
- Coger, eso se llama coger.
- Eso, así decía mi primo, ¿querés ir conmigo a mi cuarto y probamos si me podés coger con tu pitito?
Me lo decía en voz baja, pero con toda la intención y las ganas se le notaban. Estaba a punto de decirle que sí, la pija me dolía y parecía a punto de explotar, nunca me había pasado una cosa así y mucho menos con un nene, posiblemente no se lo podría meter, pero, aunque sea me la iba a hacer chupar y le metería los dedos para comenzar a dilatarlo, traté de levantarme y la voz del padre me hizo poner los pies sobre la tierra, “Cris vení para el negocio, no vaya a ser cosa que estés molestando a Sergio”.
Regresó mi cordura de golpe y le dije: “Andá, andá con tu papá y otro día vemos cómo podemos hacer, te prometo que primero te lo voy a chupar todo y te va a gustar”. Se fue con la intriga de la chupada de culo y me apuré a terminar el trabajo antes de reventar mis pantalones.
Como a la media hora terminé, salí y le dije a Juan que ahora había que esperar que el material fraguara bien, además, que lavaría el balde y otras cosas en el baño del fondo. Nunca fui de hacer barullo para moverme, entré al baño, dejé el balde, el fratacho y la cuchara en la pileta y me bajé el cierre para disponerme a mear, me sonreí porque estaba todo pegoteado por el líquido seminal y usé un mingitorio. Pensaba en Cris cuando escuché su voz quejumbrosa en los reservados del fondo…
- No entra, no entra, no hagas fuerza porque me hacés doler, no quiero que me lo metas, le voy a contar a mi papá.
- Abrite el culito con las manos para que pueda metértelo, al principio te duele y después te gusta, si le decís a tu papá yo le voy a decir que vos viniste a buscarme y te va a moler a palos.
- Ayyyy, no entra, me duele, no quiero, no me gusta, no seas malo, no quiero que entres en mi culito.
- Bueno, no grites, si no querés que te coja chupámela o le cuento a tu papá.
- No quiero, me da asco tu pito, noooo, oooggg.
No puedo explicar el ataque morboso que me agarró apenas escuché la voz de Cris y de Alfredo, que era el que estaba con él tratando de cogerlo, en lugar de enojarme lo primero que pensé es “abrile el culito que después la mía le entra más fácil” e hice algo más… Subido al inodoro del reservado aledaño filmé todo con mi celular, se veía claramente a Cris con la mitad de la pija de Alfredo en la boca, hacía arcadas y el empleado no lo dejaba salir de esa posición porque le tenía apretada la cabeza con las manos y forzaba su boca como si estuviera desesperado.
No llegó a acabarle en la boca pues le hablé antes: “No le vas a poder contar nada al padre porque primero te voy a matar yo, pendejo hijo de puta, abrí la puerta o la tiro abajo” … El susto que se pegaron los dos y la cara de terror que a ambos se les dibujó, me alegraron el día. Alfredo atinó a abrir la puerta y Cris se subía los shorcitos apurado cuando entré, “Cristian, esperame al lado de la pileta y no abras la boca”, salió raudo y blanco como un papel, entonces lo tomé del cuello a Alfredo y le di un par de puñetazos en el estómago.
- No te mato porque no quiero ensuciarme, mirá el video que grabé, no le voy a decir a Juan que te eche, pero a partir de mañana te quiero lejos de Cris y haciendo silencio con todo el mundo, si llegás a acercarte al nene o abrir la boca con alguien, una sola palabra que digas y te denuncio, vas a parar a la cárcel por violación de un menor y allí te van a cagar a palos y te van a coger hasta los perros.
- Pero, pero, estoy seguro que al nene le gusta, -otro golpe lo hizo doblar en dos-.
- Es un menor y aquí dice que no quería, es violación, ¿qué fue lo que no entendiste?… Creo que va a ser mejor que se lo diga a Juan así no jodés más.
- No, por favor Sergio, por favor, no digas nada, no voy a abrir la boca, ni lo voy a mirar, voy a trabajar callado, mi viejo me corta los huevos antes de ir en cana.
- Fijate en lo que hacés, recordá que yo tengo el video y no me va a temblar la mano…
Lo dejé temeroso y llorando a moco tendido, salí para acercarme a lavar el balde y las demás cosas, al poco rato Alfredo salió del baño y ni nos miró al salir. Cris no decía nada, estaba asustadísimo y le hablé serio, con cara de enojado, “primero me decís que querés mi pito duro y me mentís porque tengo un video en que lo estás mamando a Alfredo, no sé si hablar con tu papá o esperarla a tu madre, ¿qué irán a decir cuando vean esto?” …
Le mostré la parte final del video y se puso a llorar desconsoladamente… “Me van a matar a palos, yo no quería Sergio, fue Alfredo que me obligó, me dijo que le iba a decir a mi papá que yo era un putito y tenía que dejarlo que me la metiera”. Lo seguía mirando serio y no le decía nada haciendo que se pusiera más nervioso, hasta que le volví a hablar pensando las cosas a medida que se las decía:
- Te voy a decir lo que tenés que hacer a partir de ahora, si hay algo que no hacés o lo olvidás, le doy el video a tus padres y lo mando a tu colegio para que todos se enteren, ¿entendiste?
- Sí, Sergio, lo que vos me digas, por favor, guardalo, voy a hacer todo lo que vos me digas.
- A partir de este momento vos sos MÍO, nadie tiene que saberlo, pero vas a hacer todo lo que yo quiera. Vas a dejar de usar esos shorcitos con los que se te ve el culito, vas a ser muy seriecito y a no darle confianza a ningún otro hombre o chico mayor, repetilo, -me repitió todo palabra por palabra-.
- Vas a dejar que yo te haga lo que quiera, me la vas a chupar cuando yo quiera, dejarás que te coja cuando yo quiera y te aguantarás cualquier dolor, un sólo grito y mando el video.
- ¿Me vas a meter en el culito tu pito grande?, ¿cómo vas a hacer?, recién Alfredo no pudo, -reaccioné tirándole fuerte de los pelos-.
- ¿Qué es lo que no entendés?
- Sí, sí, está bien, no me tengo que quejar y dejar que me la metas.
- Además, me tenés que contar por qué es tan vergonzosa tu hermana.
La pregunta se me ocurrió en ese momento y se la largué, la nena también tenía un hermoso culito e intentarlo, a esta altura, no me molestaba.
- No sé porque es así, ella está enojada conmigo porque quería que mi primo la cogiera, yo no la dejé y como mi mamá lo echó dijo que fue por culpa mía. ¡Bingo!…
- Bueno, vas a tener que amigarte con ella y decirle que me viste el pito duro y que, si ella quiere, vos me vas a convencer para que la pueda coger y nada de peleas, tenés que hablarla para que venga a pedírmelo.
- Dale, voy a hacer como con mi primo, yo le iba contando de a poquito todo lo que hacíamos hasta que se decidió a pedírmelo.
- Por ahora es todo, vamos a darnos un beso de amantes y después te vas rodeando la casa para entrar por adelante, que no te vea tu papá, cualquier cosa le decís que estabas jugando en el frente.
Besar no sabía, pero ya aprendería, me encantó perforar su boca con mi lengua mientras sorbía sus labios, tenía unos labios apetitosos y si a eso le sumo que dos dedos de cada mano acariciaban sus nalgas desnudas pasando por un costado del shorcito más el sonido del gemido que emitió, daba para penetrarlo ahí mismo, gritara o pataleara, ¡me tenía del tomate el pendejito!…
Continuará…
Que abusivo eres con el niño
El putito ya lo Tenes, mantenerlo así, que aprenda quien es el macho👍 vamos por mas los tres están calientes con el Alemán, dales pija a lo grande!!!
10/10