La entrepierna de don Joaquín
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por RockoMiranda.
Recuerdo que todo empezó cuando yo era aún un niño, tenía para aquel entonces unos 7 u 8 años y me encantaba jugar con mis vecinas, eran unas niñas divertidas, la situación está en que siempre me mantenía en la casa de ellas, jugando a lo que se nos ocurriera.
Recuerdo que solo llegaba de la escuela dejaba tirada la mochila y me iba a jugar; así fueron muchos años hasta que a eso de los 7 u 8 años empecé a notar que no me eran tan indiferentes los niños, en especial los hombres grandes, recuerdo que en las tardes nos sentábamos frente al televisor de la casa de mis amigas viendo caricaturas, a cierta hora de la tarde llegaba don Joaquín, el padre de mis amigas, don Joaquín era un hombre de unos 35 años, era alto, robusto y con una voz ronca que hasta cierto punto era seductora, las chicas y yo sabíamos que nuestro tiempo en el televisor había acabado, pues don Joaquín al llegar a casa, solo quería acomodarse, para ello él se cambiaba su uniforme del trabajo, quitándose esa ropa tan incómoda y cambiándola por una camiseta fresca y cómoda y por un short corto y holgado, recuerdo que en particular se ponía un short anaranjado que era extremadamente holgado, don Joaquín era un hombre que en particular se sentía cómodo no usando ropa interior, se imagina cuanto le gustaba usar ese short anaranjado.
Indagando en mi mente vienen a mis las imágenes de la entre pierna de don Joaquín, volviendo al relato, las chicas y yo nos resignábamos a ya no ver más caricaturas, yo al ser visita me sentaba en el suelo junto con la más pequeña de las niñas, las otras en el sofá, como todo niño me sentaba enfrente del televisor, justo donde don Joaquín se sentaba para ver sus aburridas noticias, en ese momento cuando él se sentaba y gustosamente abría sus piernas para poder respirar libremente, era ese momento cuando yo volteaba a ver, recuerdo cómo fue que me empezó a llamar la atención don Joaquín, veía sus piernas llenas de pelos y regresaba a ver las mías, lampiñas, tersas, de niño, y regresaba a ver las piernas de le firmes, gruesas y robustas, fue entonces cuando mis ojos llegaron más allá de las piernas, empecé a ver más adentro, mi sorpresa fue ver dos grandes bolas peludas, grandes y gordas; me gusto ver más adentro de las piernas de don Joaquín. Y desde entonces siempre esperaba a que don Joaquín llegar del trabajo para ver los que desde hacía un tiempo le llamaba la atención
sus dos grandes bolas, que para ese entonces no sabía que eran, pero a pesar de eso quería ver más mucho más, no sé cómo o cuando pero don Joaquín se dio cuenta que me gustaba ver sus piernas y un poco más, entonces fue él quien decidió mostrarme más, debido a mi tan intenso interés en ver su entrepierna el empezó a enseñarme más, recuerdo que se sentaba, se tiraba hacia atrás en su silla y abría ampliamente sus piernas, era entonces cuando yo hacía mis movidas, irme moviendo poco a poco hacia atrás de enfrente del televisor hasta llegar a unos dos pasos de donde él se sentaba, para que mi vista quedara cerca de sus piernas y de esas dos grandes bolas, ya estando allí y él dándose cuenta de mi pequeña presencia empezaba con sus pequeños y sutiles masajes a su entrepierna con eso obtuvo lo que él esperaba, mi atención, yo me perdía en el movimiento de su mano hacia su entrepierna, el televisor ya no existía, mis amiguitas desaparecían a ellas no les gustaban las noticias, se iban de la sala al patio a seguir jugando, yo no, yo seguía muy entretenido en mis asuntos, volviendo a los masajes en la entrepierna de don Joaquín, recuerdo la primera vez que vi su gruesa y venosa verga, yo veía siempre que cuando el empezaba a masajearse la entrepierna algo crecía allí, pero que era, no lo sabía
hasta que una vez él la saco (su verga) por una de las mangas del short, recuerdo con claridad cada detalle de esa primera vez que vi su verga, primero solo veía sus bolas, peludas y grandes, cuando el por fin saco la mano de la manga del short anaranjado, vi la cabeza de su verga, era una verga con prepucio, estaba con el prepucio arriba cuando la saco, eso sí cuando estaba dura y firme, mis ojos estaban fijos hacia su verga y sus bolas, cuando al fin salí de mi embriagadora e hipnotizaste vista, él me estaba viendo fijamente y con una sonrisa macabra, no sabía qué hacer, fue entonces cuando don Joaquín me llamo hacia él, y guiando mi mano la llevo hasta su verga, la cual estaba caliente y palpitante, mi mano tan pequeñita no alcanzaba a cerrarse cuando agarre su verga, tomando el mi mano que aún estaba sobre su verga, movía mi mano de arriba hacia abajo
sus ojos se pusieron en blanco, la agitaba sin parar, se perdió en el suave toque de un pequeño niño de 8 años, a quien él estaba enseñando los placeres de la vida, me ínsito a seguir tocando más su verga, me jalo hacia él y me dijo que le diera un besito a su verga, no sabía que era eso, pero él me insistió y me dijo que me gustaría, animado por sus palabras hice lo que me pidió, le di un beso en la punta de la verga, me dijo que me la metiera en la boca, lo hice y un gemido escapo de su boca, su mano se plantó atrás de mi cabeza como invitándome a seguir, inexpertamente seguí y los gemidos de don Joaquín iban en aumento no sabía que pasaba, pero su mano seguía atrás d mi cabeza, como diciéndome que siguiera, ya no aguantaba más me separe de él y su mano instantáneamente se apodero de su verga, empezó a masturbarse el mismo, yo seguía ahí cuando de pronto todo su cuerpo empezó a tensarse, no sabía que pasaba, pronto escuche un gemido más fuerte y al mismo tiempo vi como un líquido blanco salía de la punta de su verga
no sabía que era eso, solo vi que el quedo como satisfecho y con una sonrisa dibujada en su rostro, iba a preguntarle qué era eso cuando la magia se perdió cuando a la distancia se escuchó el abrir del portón, era la esposa, la mamá de mis amiguitas quien llegaba un par de horas después que su esposo. Solo la toque por un corto tiempo, pero eso fue el inicio de vida actual.
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