La entrepierna de Joaquín 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por RockoMiranda.
Lamento el retraso aquí les dejo el enlace de mi primer relato http://www.
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Me describo nuevamente, soy un chavo de 27 años, alto, atlético, atractivo y con unas nalgas bien formadas y redondas (herencia de mi madre y de la madre de ella).
Ese día fue único, nunca iba a olvidar como un niño de 8 años tocó, sobó y saboreó, la verga venosa, grande y gorda de un hombre de 35 años.
No me volví a aparecer en la casa de mis amiguitas sino hasta tres días después, ya que me daba algo de miedo de que pudiera decir don Joaquín acerca de lo que sucedió, no sabía que iba a decirme, me regañaría, le diría a mis padres; no sabía que iba a suceder.
Tres días después de lo sucedido regrese, recuerdo que era sábado y eso significaba día de juegos todo el día, fui corriendo impaciente a casa de mis amigas, toque la puerta y nadie salía volví a tocar y nada, cuando me di por vencido y creía que nadie saldría, la puerta se abre era don Joaquín quien aún se encontraba durmiendo quien abría la puerta y ahí estaba ese hombre de 35 años grande y robusto que solo vestía un bóxer holgado y gastado, ahí de pie ante mí con el torso desnudo y las piernas peludas y gruesas de igual manera, desnudas; me que hipnotizado por la vista, cuando levante la mirada don Joaquín preguntó:
-que quieres?
-nada solo vine a buscar a sus hijas para salir a jugar, dije con voz tierna
-ellas no están, salieron con mi esposa a visitar a su familia fuera de la ciudad, me dijo don Joaquín
-y regresaran pronto? Pregunte
-lo dudo, siempre se tardan, contesto
Al escuchar esto me sentí desanimado, no sabía que hacer mis planes se vinieron abajo, adiós a mi día de juegos…
-bueno les podría decir que las vine a buscar, le dije a don Joaquín
Al escuchar esto don Joaquín supo que ya me iría, en su mente saber qué tipo de pensamientos malévolos pasaron y me detuvo:
-ya te marchas? Pregunto con ímpetu
-si, conteste, pues no están mis amigas y solo quería jugar con ellas
-si quieres las esperas un rato aquí y podría ver televisión, tus caricaturas que tanto te gustan, dijo
-si porque no conteste
Entre a la casa y me senté como de costumbre frente al televisor, encendí y busque mis caricaturas, para cuando volteo a ver no veo a don Joaquín, se había desaparecido.
Regrese la mirada al televisor y me entretuve con las caricaturas, escucho como una voz me decía:
-estas cómodo ahí, pregunta
-si gracias, aquí estoy cómodo, conteste
Cuando volteo a ver era nuevamente don Joaquín quien ya estaba de regreso en la sala, caminando en la sala me conto que mis amiguitas no regresarían sino hasta la tarde, que almorzarían haya con la familia de su esposa, contándome todo esto don Joaquín se sentaba en su tan tradicional sillón frente al televisor, lugar donde yo estaba solo que en el suelo, sentando de lo más cómodo.
A todo esto don Joaquín seguía vistiendo lo único que traía ese bóxer suelto y gastado, yo lo seguía con la mirada, no desapartaba mis ojos de ese hombre, yo un niño de 8 años viendo como un hombre de 35 años anda ahí en su sala semidesnudo vistiendo nada más que un bóxer holgado y muy gastado.
Don Joaquín se sentó y al instante se a cómodo como de costumbre, abrió ampliamente sus piernas y se tiró para atrás, cuando el hizo este movimiento una de sus grandes y peludas bolas salió por la manga de su bóxer, no sé si por inercia o porque el señor estiro su mano para devolver esa preciosa bola a su lugar, cuando bajo la mirada hacia mí, notó como yo miraba nuevamente su entre pierna, el aún seguía con la mano entre sus bolas; vio mis ojos clavados en su entre pierna, quito la mano de entre sus bolas y nuevamente salió una de ellas, mis ojos eran dos platos blancos, abiertos a más no poder y claro ese hombre se deleitaba con las miradas de un niñito.
Don Joaquín de seguro recordó lo que había pasado días antes y me pregunto sin más miramientos si me gusto lo que había pasado días antes, no sabía que responder, no podía gesticular una sola palabra, lo único que quería es seguir viendo esas bolas y lo que había más adentro, el noto eso y empezó a masajear su entre pierna, yo que estaba ahí inerte sin poder moverme, con mis ojos clavados en esas bolas grandes y peludas, empecé a moverme sin voluntad, mis manos se elevaron en dirección a esas bolas, solo el sonido de un gemido me despertó de mi sueño, cuando volví en si tenía mis manos entre las bolas de don Joaquín y fue el gemido de él lo que me despertó de mi hipnotizante sueño, su voz dijo:
-te gusta jugar con mis bolas
-a voz quebrada, conteste, si
-espera dijo mientras separaba mis manos de sus entre pierna al mismo tiempo que bajaba su bóxer, ahora si continua con tu juego
Cuando don Joaquín se quitó el bóxer una verga venosa, grande y gorda salto ante mis ojos, me le quede viendo y sin que me lo pidiera la tome con mi pequeña mano y la sostuve, la veía y no podía dejarla de ver, empecé a tocarla y a jugarla, era un juego que no quería dejar de hacer.
Los gemidos de don Joaquín iban en aumento y no cesaban; su mano se puso sobre la mía y me marcaba el ritmo de cómo debía moverla, lo estaba masturbando, no lo sabía pero eso era lo que me estaba enseñando, me enseñaba como debía masturbarlo.
Un líquido transparente y viscoso salía de su verga, no sabía lo que era, no se parecía nada a lo que ya había visto en aquella ocasión, la curiosidad de saber que era ese líquido me llevo a tocar la punta de su verga y sin controlar mis actos me lleve ese líquido a la boca, era insípido sin sabor, la voz de don Joaquín me corto del trance en el que estaba, me pregunto qué porque había hecho, que si me había gustado, a lo que le conteste que sí que era algo rico; me dijo que probara más que chupara de la punta de su verga ese líquido; acto seguido lo hice, me metí la punta de su verga a mi boca, saboreaba ese líquido transparente y viscoso, me deleitaba con la verga de don Joaquín y no digamos el, el no dejaba de jadear y decir lo delicioso que era sentir mi boca en su verga, ese hombre se estaba loco al tener su verga dentro de mi boca.
No sé cuánto tiempo estuve ahí pero lo que si se es que me gusto y mucho, yo ya no solo chupaba la punta de la verga de don Joaquín sino que ya chupaba toda su verga, claro que no me cabía en la boca pero bajaba con mi lengua por su tronco, todo lo hacía con indicaciones de don Joaquín quien con su voz me decía que hacer y cómo hacerlo; seguí chupando su verga no sé por cuánto tiempo más hasta que sentí que el cuerpo de don Joaquín se empezó a tensar, sus manos rápidamente fueron tras de mi cabeza como impidiendo que dejara de hacer lo que hacía, yo sin saber que esperar seguía con mi tarea, sus piernas se pusieron rígidas, su respiración se aceleró más de lo que ya estaba, su voz me decía “ya me vengo, me vengo, trágate toda mi leche bebé” no sabía porque decía eso y es entonces cuando siento que su verga se hincha y se hace más gorda de lo que ya es, mi boca apenas podía con el grosor de esa verga y ahora se estaba hinchando más, pero a pesar de eso no la solté seguía chupando esa verga que se volvió mi delirio, mientras chupaba y sentía hincharse esa verga empiezo a sentir un líquido caliente en mi boca, era bastante muy abundante, “trágate mi leche, anda bebé, trágate mi lechita” decía don Joaquín y así lo hice, me trague esa leche calientita que salía de la verga de ese hombre de 35 años, era un mangar que acababa de descubrir, un mangar que no iba a desperdiciar, seguí chupando la verga de don Joaquín hasta que sentí que ya no salía más de ese líquido caliente y espeso; no me quería despegar de la verga de don Joaquín hasta que el mismo me dijo:
-ya bebé ya salió toda la lechita que podía salir
-quiero más, le dije sin despegarme de el
-ya bebe, no saldrá más, me decía
-más, más, más; decía como niño caprichoso
-en serio quiere más lechita bebé, pregunto don Joaquín
-si conteste yo, aun con su verga en mi boca y pasando mi lengua en la punta de su exquisita verga
-muy bien bebé te daré más lechita pero ven vamos a la cama, dijo don Joaquín tomándome de la mano
Y fue así como ese hombre maduro de 35 años me dio lechita ese día, pero la cosa no acabo allí, pero eso se los contare en mi próximo relato
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