La estupidez más morbosa de mi vida.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por gordito19madrid.
Estando con un buen amigo en su casa nos dimos cuenta de que era muy tarde y que el metro ya habría cerrado. Aún así declino su oferta de quedarme a dormir (en camas separadas) en su casa y me voy corriendo a coger el metro. Todo parece bien al ver la entrada, picar el tiquet, y meterme en el metro. Pero en la parada siguiente el metro no acepta pasajeros, y, literalmente, nos echan a la calle. Yo me veo en un apuro, y sin saber que hacer, decido ir andando a mi casa, que si bien es un buen trecho, me gusta andar y no tenía sueño.
Así que ahí estoy yo, con 17 años, caminando por la calle a las 2 de la madrugada, escuchando mi música del mp3, cantando en bajito y preguntandome si algún coche se fijaría en mí, pararía, y viviría una aventura sexual de la que siempre me acordaría siempre. En estos pensamientos estaba, ya que no me había masturbado en todo el día (algo rarísimo en mí) cuando se para un coche al lado mio en la calle Mendez Alvaro. Me quito el auricular ya que el conductor me esta hablando:
-¿Tienes un cigarillo?
-No, no fumo.
-¿A dónde vas?
-A plaza eliptica.
-Sube, que te llevo.
Y entonces mis pensamientos se disparan. ¿Decir que no, como haría mi “yo” normal? ¿O rendirme a lo que es un deseo cumplido en el acto? Mis pensamientos anteriores habían causado un estado de eufória al verme en la situación que me estaba imaginando. Así que cojo el toro por los cuernos y me libero.
-¿Si? ¿Está seguro? Muchas gracias.
Me meto en el coche y la calefacción me relaja aún más. Estoy en un estado de éxtasis, y todos mis sentidos están alerta. El hombre me empieza a hablar de varias cosas que ya no recuerdo. Y sin saber como, llegamos a la primera frase del cortejo.
-Yo ahora cuando llegue a casa me haré una paja, que después del curro es lo mejor. ¿Tú te haces pajas?
-Claro, todos los días.
-A ¿sí? ¿En casa?
-Sí.
-¿Con tus padres en casa?
-Si, me meto a mi habitación y me la pelo.
-Pero, no tendrás porno ¿verdad?
-Sí, en el ordenador.
Entonces el señor, de unos 50 y muchos años, se para en un semáforo en rojo y busca en el asiento de atrás.
-¡Eso es basura! Mira, aquí tengo unas revistas muy buenas ¿por qué no las ves?
Me pasa una revista private, yo la abro, haciéndome el inocente (que se me da muy bien) y la ojeo. Al ver que varias páginas están pegadas me excito aún más. En la revista se ve un trio de una tía con dos hombres “Mira, mira como se la follan” me dice el hombre. “¿Tú tienes novia?”.
-No.-Le digo.- La verdad que no me interesan mucho las chicas.
El se da cuenta de lo que quiero decir pero se hace el tonto también, en este juego ambos sabemos la verdad pero nos gusta. Nos gusta el hecho de que esto sea una clase de sexo, una terapía donde un maduro le descubre a un chaval el placer del sexo.
-¿Tú la tienes tan grande como esos?
-¡No! Ojala, la tengo muy pequeña, mira.
Y sin saber por que me la saco en el coche en marcha, y se la enseño. Él la mira y me dice “no está mal, tampoco ¿Por que no te la pelas, ya que la tienes dura?”. Y empiezo a pelarmela mientras el hombre conduce sumamente despacio para no llegar a nuestro destino. Mientras oigo como comenta las fotos de la revista yo me la pelo. Y entonces él me coge la mano y la pone en su paquete, que esta duro. Yo le magreo y entonces me dice.
-¿Sabes de algún sitio donde podamos hacer algo?
Yo le digo que pare cerca y entre unos matorrales se la como y me la come, y enseguida llega al orgasmo y pajeandose echa y echa litros de autentica leche, yo me quedo estupefacto y él se da cuenta y me dice “Esto pasa cuando no te pajeas todos los días. Llevo una semana sin pajearme.”
volvemos al coche y yo le pido que me deje seguir con la paja. Como estamos llegando al destino el va lento y yo acabo con la revista. Que me regala. Me bajo del coche y nos despedimos, para no volvernos a ver.
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