LA FAMILIA DANKWORTH KELLY VI
¿Quién irá a reclamar la virginidad de Christopher?.
Capítulo 6.-
Al salir de la habitación, se encontró con que en la sala, a la luz de las llamas de la chimenea, estaba su padre, lamiendo el culito aún virgen de Christopher, a Jackson sobre Christopher, en un 69, mientras Neil y Randolph llenaban cada uno los agujeros posteriores de Jackson, mientras Neil bombeaba incesante el coño de Jackson, Randolph le tenía encajada completamente la verga por el culo al moreno Omega.
En seguida Patrick se excitó tanto que su verga de lobo se hizo presente, al igual que sus colmillos, y su cuerpo se hinchó un poco más, luciendo aún más imponente… No quedando atrás su verga, que casi era ya del tamaño de la de Neil y del grosor de la de Randolph.
¡SOBRINO! Dijo Neil, quien era el que podía ver más directo a Patrick. Que bueno que despertaste… Ven y únete a nuestra fiesta…
Uffff… Hijo… Estamos estimulando…
¿El celo de mi hijo? Interrumpió Patrick a Reginald, ubicándose junto a él, con las manos apoyadas en la cadera y la verga apuntando al techo. ¿Pero no se te olvida algo?
¿Qué cosa? Dijo Reginald sin poder disimular el asombro y deseo que le causaba ver a su único hijo de esa manera.
Que eso es tarea del padre… No del abuelo…
¡JAJAJAJA! ¡ASÍ SE HABLA SOBRINO! Dijo Randolph, quien estaba todo bañado en sudor teniendo un aspecto muy varonil y dominante, mientras arremetida tras arremetida disfrutaba del culo de Jackson. A lo que Patrick sonrío asintiendo.
Como tú digas hijo, dijo Reginald, dejándole espacio a Patrick para que siguiera lamiendo el culito de Christopher y ubicándose a cuatro patas junto a él.
En seguida Patrick ocupó el lugar de su padre, quien detalló la enorme erección de su hijo, y la vio tan irresistible que no pudo evitar comenzar a mamar esa delicia de verga que tenía en frente.
Mientras Patrick iba lamiendo el culito virgen de su hijo, el cual poco a poco se iba abriendo, dando paso a su lengua, y Jackson estaba en un 69 con Christopher, Patrick comenzó a tocar con su dedo índice el punto donde el coñito infantil de Chris se escondía. Lo sintió palpitando, y su verga dio un respingo dentro de la boca de Reginald, haciendo que tuviera arcadas. Luego, con uno de sus colmillos, perforó la punta de su dedo, untó su sangre en la piel de Christopher y se abrió una pequeña hendidura, de donde salió un pequeño coño, rosado, con los labios de cachorrita más hermosos que había visto en la vida.
Instintivamente, se dedicó a lamer, con mucho cuidado y esmero ese delicado coño tan especial que tenía su cachorro guardado tan en secreto… No llevaba ni siquiera cinco minutos lamiéndole el coño a Chris, cuando salieron sus primeros flujos vaginales, directo a la boca de Patrick, impregnando toda la casa con un nuevo aroma, un aroma a rosas y durazno, y tal cual era el sabor, que Patrick degustaba.
Este aroma hizo que fuera aumentando la excitación de todos los demás, sobre todo la de Randolph, quien ya le había dado a su «pequeño príncipe», doble tanda de su leche de rey para que no pudiera olvidar el sabor del macho alfa que lo iba a desvirgar y preñar.
Mientras que Christopher, por su parte, jugando con las bolas de Randolph y Neil, desde la posición que estaba, y jugando a atrapar la verga de Randolph cuando la sacaba del culo de Jackson, sentía que su papá le estaba haciendo algo que le daba muchas cosquillas y a la vez sentía el amor de su progenitor. Pero desconocía lo que era.
Patrick siguió lamiendo, hasta que vio aflorar el clitoris de su hijo, era todo rosa, con la punta un poco más roja, parecía un botón de rosa que suplicaba ser profanado, lo lamió y lo chupó muy suave y delicadamente una y otra vez, así estuvo unos minutos, tal vez 20, hasta que Chris tuvo sus primer orgasmo y acabada doble, tanto por su deliciosa verga, que Jackson tenía hasta casi la garganta, y por el coño… Inundando tanto la boca, tanto del uno, como del otro de sus fluidos. Y así como se mostró, su pequeño coño, se ocultó, apenas su padre terminó de limpiar sus jugos.
También los orgasmos de Jackson se aceleraron, quien terminó llenando la boca de Christopher de su leche Omega, y al eyacular, también apretó el culo y el coño de una manera tal, que los machos que le estaban dando verga no se pudieron contener y aullando anunciaron sus últimas corridas dentro del omega.
En seguida, Patrick se ubicó en un 69 con su padre, sobre la alfombra de piel de oso que cubría el suelo de la sala. Ambos machos bufaban de placer… Y se llenaron las bocas mutuamente en muy poco tiempo…
Luego de acabar, todos quedaron exhaustos, por lo que decidieron dormir un poco. Quitaron la mesa de centro de la sala; sobre la que estuvieron Christopher y Jackson, a un lado, y ahí, sobre la alfombra de oso, se acomodaron los seis: Patrick, Christopher y Reginald hacia un lado, con Christopher en el medio, y Randolph, Jackson y Neil con Jackson entre ellos.
Todos durmieron muy plácidamente hasta que el hambre les hizo despertar. El primero en hacerlo fue Randolph, quien cuidadosamente se soltó del agarre de Neil, dejándolo abrazado a Jackson. Miró el reloj de péndulo y vio que eran ya las 11h00. Si yo tengo hambre, los demás van a querer comer cuando se levanten, pensó.
Salió al patio trasero de la casa y de ahí se dirigió hacia la huerta; el cielo estaba nublado, pero aún siendo verano se sentía un calor agradable al estar bajo el sol, cosechó algunos tomates, algunas cebollas y papas, de regreso, pasó por el gallinero sacando algunos huevos.
Al llegar a la cabaña nuevamente, se percató de su desnudez, y sonrío, recordando que en casa, en la que debería ser su casa, no le era posible andar así, tampoco sentirse tan cómodo y tan a gusto como se sentía al poder estar de esa manera, en manada, desnudo, sólo cubierto por sus densos vellos, con sus olores naturales presentes, teniendo sexo con un omega que le daba la boca, el culo y el coño sin tener que rogar ni exigir, todo para evitar problemas con su esposa. Ella era la que le quitaba todo lo divertido a la convivencia.
Tal vez podría quedarse una temporada con su sobrino, él no le diría que no, ya que le ayudaría con los animales, los trabajos de carpintería, con los cultivos, además, Jackson preñado, iba a demandar verga muy frecuentemente, y tal vez Patrick no iba a tener cómo saciar las ganas de Jackson, además, si además del cambio definitivo de su sobrino, se le venía encima el celo reproductivo a Christopher, quería ser él, su tío abuelo, quien se hiciera cargo de desvirgar completamente a ese tierno y lindo cachorrito, e incluso dejarlo preñado.
Además, también quería ser quien se encargara de enseñarle todo lo necesario para darse a respetar, ya que por su condición de Omega siempre iba a estar al asedio de los alfas, quería protegerlo.
Pensando en esto, su verga, en forma humana, se endureció y comenzó a lubricar tanto, que dejó las cosas en el suelo y comenzó a masturbarse ahí mismo, sintiendo el sol y la brisa que le acariciaban además de una llovizna incipiente, cuyas gotas iban cayendo suavemente y de paso calmando poco a poco el calor que sentía, mientras, Randolph se acariciaba el torso con una mano, recorriendo su cuello, su enorme pecho, sus pezones, duros y faltos de una lengua, mientras que la otra la movía de arriba para abajo, lenta, pero firmemente, rodeando su enorme y gruesa verga, rezumando presemen casi compulsivamente, descorriendo y recorriendo su prepucio una y otra vez, dejando de a ratos a la vista su gran glande rojo, brillante, grueso, el cual sobresalía por encima del tronco de su verga, acariciándolo suave con el pulgar, sintiendo todo el borde, con los ojos cerrados, mientras iba estimulando sus pezones, duros, erguidos. Aprovechó la soledad que el que los demás durmieran le brindaba para acariciarse también sus grandes, firmes y peludas nalgas, luego, como si fuera su propio amante, movía su mano hacia delante, firme, el contacto de su palma callosa le resultaba excitante. Poco a poco, volvía a acariciar su abdomen, fuerte marcado, y por último, ascendía a sus grandes pectorales para volver a apretar sus pezones.
De pronto sintió como un cosquilleo desde la punta de los dedos de los pies, el cual iba subiendo lentamente por todo su cuerpo, al llegar a la altura de sus rodillas, éstas se tambalearon un poco, volvió a enderezarse y sonrió feliz, ya su orgasmo se acercaba, bajo la llovizna, bajo el sol, al aire libre, nunca se había sentido tan libre, tan excitado, el cosquilleo ascendió por sus duros muslos, hasta que sus testículos sintieron la necesidad de explotar, haciendo que Randolph jadeara una y otra vez, mientras aminoraba la velocidad de la paja mañanera que se estaba haciendo, se sentía como si su lado humano no existiera, era él, el lobo, el animal, el seductor, el protector, el que una vez que deja su semilla en un útero no deja de velar por la criatura y de enseñarle todo hasta que ve que puede arreglárselas sin él.
El que busca un lugar apartado, lejos de ojos ajenos, para poder saciar su lado salvaje, dominante, montar como es debido a quien sea. Sea una hermosa hembra loba, o un guapo Omega. Cualquiera de los dos le servía. Pero los Omega eran más dados a ser sumisos ante él, eso le gustaba. Jackson, Christopher, Jackson, Christopher, Jackson, Christopher… Pensaba una y otra vez, se imaginaba a Christopher de la edad de Jackson, pariendo sus cachorros, seis, once, los que fueran… Viviendo como dos hombres, ambos casados, ambos con sus hijos, con los hijos de ellos dos, además de ser, por su rol de alfa, él, Randolph, quien iba a desvirgar a los hijos que llegara a tener con Christopher.
Súbitamente, tras tener estos pensamientos, se contrajo su abdomen y haciendo que con una gran potencia, sobre la tierra del patio se derramaran once chorros de blanca, espesa y caliente leche de macho, era su leche.
Lentamente, como quien no quiere despertar de un sueño muy placentero, abrió los ojos, recogió con su dedo índice el remanente de su leche en la punta de su verga y se lo llevó a la boca, le supo muy bien. Sólo con la suya hacía esto, así sabía si quien la bebiera, la iba a disfrutar.
Después, se sentó sobre la escalera de la entrada trasera, y tras encorvar su espalda un poco, lamió su verga y sus bolas, para asegurar que no hubiera restos. Ya su verga perdía rigidez y el prepucio volvía a cubrir su majestuoso glande.
Una vez acicalado, caminó unos pasos hasta salir del alero, se siguió mojando, para luego sacudirse bajo el agua, recogió la cosecha y los huevos para entrar a cocinar. Se volteó para mirar donde había sido derramada su leche hacía poco, y sonrió, se sentía joven nuevamente, haciendo cosas que disfrutaba, sin la presión de ser el «esposo perfecto» que quería su esposa.
Al estar bajo el alero de la casa se sacudió nuevamente, para no dejar todo el suelo mojado al pasar. Limpió bien las plantas de sus pies en una alfombra que había bajo la puerta, para no entrar con los pies embarrados. Si una cosa no le gustaba, era tener que limpiar. Una vez dentro, vio que los demás seguían durmiendo,
Neil y Jackson se habían aproximado a Reginald, quien se había girado para quedar frente a Jackson, dándole la espalda a su hijo y su nieto, quienes estaban abrazados muy tiernamente.
Randolph se secó bien las manos y encendió el fogón de la estufa, el calor lo iría secando mientras cocinaba.
Consiguió un delantal, el cual al colocárselo, le dio risa, porque la parte que debía cubrir su pecho, apenas quedaba a tres dedos de distancia entre sus dos pezones. Esto no le importó, y decidió dejárselo.
Sacó con cuidado un pequeño caldero sobre el cual colocó las cebollas, y las papas con un poco de aceite. En un cuenco mezcló los huevos, con un poco de ajo, orégano y albahaca. Cuando mezcló, el olor fue despertando a los demás.
Buenos días hermanito, dijo Neil abrazando a su hermano por detrás rodeando su cintura, metiendo sus manos por debajo del delantal, y así iba agarrándole la verga y las bolas mientras le recostaba su erección mañanera contra las nalgas.
¡Buenos días! Como puedes ver, ya estoy preparando el desayuno… Lávate la cara y ve a despertar a los demás.
Jajaja… ¿No sientes cómo amanecí?
Sí, pero ya sabes mi respuesta, te amo, inmensamente, pero ese monstruo no lo veo en planes para dejarte meterlo en mi.
Jajaja. Ni el mio, ni el de nadie. Lastima que papá fue el único que pudo gozarse este culito… Dijo Neil apretando las duras y grandes nalgas de Randolph con ambas manos.
Como debe ser… Ahora ve a despertar a Reggie y los muchachos.
Bueno, pero aunque sea, déjame besarte…
Nooo… Después vas a querer montarme, y no voy a permitir que eso pase. Anda con Jackson… Jajaja. Tremenda fiesta nos dimos ayer con él… Yo le llené tres veces el coño y el culo, ¿y tú?
Aaaahhhmmm… Cincoooo dijo bostezando y estirándose Neil mientras sonreía.
Jajaja… Nada mal, y sin llorar… Jajaja…
Si, sin llorar.. Jajaja.
Neil fue a despertar a los demás y al acercarse encontró a Jackson muy ocupado mamándole la verga a Reginald, mientras Patrick lo cogía por el coño y Chris le mamaba la verga mientras que Reginald, quien tenía a su nieto suspendido en el aire, le mamaba la verga al cachorro…
Ehhh… ¿Van a venir a comer? Preguntó.
En breve tío… Dijo Patrick, mostrando sus colmillos, quien estaba a punto de acabar… AAAAUUUU… AAAAUUUU… Aullaba Patrick anunciando que había acabado dentro del coño de Jackson, dejando más de su semilla dentro y quedando abotonados. En ese momento Reginald le llenó de leche la boca a Jackson, quien acabó en la de Christopher y este en la de su abuelo.
Después de ese clímax, Reginald, con cuidado, bajó a su nieto hasta quedar encima de Jackson, cuya verga se mantenía dura por el abotonamiento. Gentilmente, Patrick apartó a su hijo y se recostó encima de Jackson, hasta que se bajó la inflamación del nudo. Una vez liberados, Patrick procedió a lamerle el coño y esta vez quedaron aún más expuestos los labios del moreno. Luego de ese momento lleno de placer, Patrick le dijo a Jackson:
¿Qué tanto sabes acerca de mi abuelo?
Pues… Quien sabe más cosas respecto a tu familia es mi tío. Yo no tengo mayor información al respecto. ¿A qué viene esa pregunta en este momento Patrick?
Luego te comento.
Papá… Tío Jackson, vengan a comeeeer…
Ahí vamos tesoro… dijo Patrick levantándose y ayudando a Jackson a levantarse también.
Al acercarse a la mesa, Patrick observó que su padre estaba al centro, a su derecha estaba Randolph, frente a Randolph estaba Christopher, a la derecha de Christopher y frente a Reginald estaba Neil, y los puestos de los extremos de la mesa estaban libres, Patrick se sentó entre Randolph y Christopher, mientras que Jackson se sentó entre Neil y Reginald.
Randolph se levantó y alzó su copa para hacer un brindis:
Ejem… Querida familia, no imaginan lo feliz que me siento al estar en estos momentos con ustedes… Espero que todos los días sean así de especiales, disfrutando de tan maravillosa compañía, en verdad me alegra mucho poder celebrar mañana el cumpleaños número seis de nuestro querido Christopher, quien sumado al cambio de su padre, mi amado sobrino Patrick, también tendrá un ligero cambio. Ya que va a pasar, de ser niño, a ser un hombre joven, y como tal, capaz de tomar sus propias decisiones, hacer sus elecciones, y enfrentar las responsabilidades de las consecuencias que estas puedan generar. Así que… Quiero brindar por…
De pronto, interrumpiendo el brindis de Randolph, se abrió la puerta de entrada y todos vieron un lobo descomunal, 1,50 metros de alto y desde la punta del hocico hasta la punta de la cola, fácilmente medía 3,20 metros, el cual miraba fijamente al interior de la casa.
JAJAJAJA… PERO QUE ESCENA TAN CONMOVEDORA… se escuchó por toda la casa. Síiii… Patrick tendrá su cambio… Christopher también, así como lo tuviste tú Randolph, así como lo tuviste tú también Neil, e incluso, Reeeeeginald… Hola mi bebé hermoso… Jajajaja… Pues… Espero que me nombren durante la preparación de la ceremonia, e incluso, ser bienvenido a celebrar, porque de lo contrario, cosas pueden suceder… Disfruten de su comida… Y tras dar el mensaje, se alejó corriendo. Dejando a todos sin poder moverse e ir detrás de él. Ya pasados unos minutos fueron reaccionando.
Pero… ¿Qué demonios? ¿Será posible? Dijo Reginald.
¿Qué fue eso? Preguntó Jackson asustado.
Eso no, Jackson, ese… Ese es Ulises Alexander Sigrud Dankworth. Mi papá… Dijo Neil, cuyo semblante se había tornado pálido.
Por Christopher y Patrick… Dijo Randolph saliendo de su estupor dando luego un sorbo a su copa.
Y ahora… ¿Qué podemos hacer? Preguntó Jackson.
Pues… Hay algo relacionado con unas piedras, unas piedras que están en un cofre debajo de la cama de la casa donde vivíamos, Maggie me dijo que las buscara.
¿Piedras? ¿Maggie? ¿De qué hablas Patrick? Maggie… Maggie no puede haberse comunicado contigo. ¿Cómo? Preguntó Reginald.
Sí pudo, en un sueño, que a la vez no lo era tanto.
Patrick, dijo Randolph tomándolo del brazo, yo sí te creo que hayas conversado con ella, pero responde algo… ¿Tuvieron sexo durante ese sueño?
Ehhh… Sí, ¿por qué?
¿Acabaste dentro de ella?
También…
Bueno… Ojalá el mito sea cierto, y eso funcione…
¿Cuál mito? Preguntó Jackson que no entendía nada de nada.
Hay un mito respecto a seres queridos que han partido y se convierten en espíritus protectores, ellos, cuando sus seres queridos vivos están en peligro, pueden volver, pero muy poco tiempo, lo suficiente para derrotar al enemigo que ronda… Y según cuenta la leyenda, «esos espíritus toman fuerza de la energía de vida de la persona con quien se comunican, así es como pueden encarnar». Y en este caso, Maggie la tomó de la semilla de Patrick, en caso que fuera verdad… Pero hasta ahora, sólo es un mito… Dijo Neil. Por ahora, creo prudente ir a buscar esas piedras. Yo me ofrezco para acompañar a mi sobrino. ¿Alguien más?
Pues… Obviamente yo. Dijo Reginald.
Yo también iré, dijo Jackson, así pasamos por donde mi tío y busco mis cosas para traerlas aquí. Y con tanto músculo, no tendré que hacer mucho esfuerzo que se diga… Jajajaja.
Está bien, entonces yo me quedo con el pequeño príncipe, ustedes vayan y regresen con bien. ¿De acuerdo príncipe? Preguntó Randolph.
Ajá… Dijo Christopher terminando de beber su té con leche.
Todos se levantaron de la mesa, Patrick tuvo que ponerse las ropas de Randolph porque no había forma ni manera que cupiera en las suyas. Al estar listos sacaron la carreta y se dirigieron a Snows Hill. Randolph y Christopher salieron a despedirse, al ver que iban rumbo a la entrada de la propiedad, Chris sintió que su padre lo abandonaba y salió corriendo a toda velocidad para alcanzarlos, jamás se había quedado en casa sin su padre.
Pero por más que corrió, no logró alcanzar la carreta. Por lo que se detuvo y comenzó a llorar, Randolph se le acercó, lo abrazó y le dijo:
Tranquilo amor, ellos vuelven pronto, no te preocupes. Si no es hoy mismo, será mañana, tu papá no se va a perder tu cumpleaños por nada del mundo príncipe. Ven, vamos a la cabaña…
¡NO! Gritó Christopher en señal de rebeldía.
Vamos… Podemos darnos un baño y dormir un rato.
¡NO QUIEROOO! ¡DÉJAME EN PAZ! ¡QUIERO A MI PAPÁ! Gritó aún más fuerte Chris, a quien el borde del iris de los ojos le cambió a un violeta intenso, mostró unos pequeños colmillos afilados, al igual que unas pequeñas garras y poniéndose en cuatro patas comenzó a correr.
¡CHRISTOPHER ALEXANDER JOHAN DANKWORTH PATRICKSON! ¡VUELVE AQUÍ EN ESTE INSTANTE! Le gritó Randolph viendo que se alejaba a toda velocidad en dirección al bosque.
¡MIERDA! ¡MIERDA! ¡MIERDA! Decía Randolph, a quien no le gustaba esa característica de ser lobo. Pero no le quedó de otra que sacarlo a la luz y correr detrás de su príncipe.
Mientras Randolph corría desesperadamente para alcanzar a Christopher, ya el cachorro había cruzado el río y se había adentrado en lo más profundo del bosque, al verse en casi plena oscuridad se irguió y comenzó a gritar:
¡ULISES DANKWORTH! ¡VEN AQUÍ! ¡TU BISNIETO TE LLAMA!
Shhh… No hay que ser escandalosos hijo… Aquí estoy, desde hace mucho tiempo. Y ya sabía que vendrías a verme cuando se diera la oportunidad… jajaja… Le dijo el mismo lobo que había visto en casa.
¡CAMBIA DE FORMA!
¿Para qué? Dime… ¿Te da miedo este lobo enorme con apariencia feroz? Jajaja… Pobre cachorro… ¿A caso tu padre no te ha dicho que puedes hacer esto tú también? Por cierto, tu papi no está en casa…
¿Cómo sabes que no está?
Yo sé muchas cosas… He visto muchas cosas también, cosas que aún no entenderías, pero… Te las contaré en su momento. Entonces… Tu padre… ¿No te ha dicho que puedes cambiar a forma de bestia? Dijo Ulises lamiendo suavemente la cara de su bisnieto.
No… No me ha hablado de eso…
Pues sí puedes… Mira… Y ante los ojos de Christopher, Ulises se transformó en un hombre de apariencia madura, pero mucho más atractivo que todos los que conocía Christopher hasta el momento. Piel blanca bronceada, 2,25 metros de estatura, su cabello, barba y vellos totalmente plateados, como la luna llena, sus colmillos grandes y afilados, su musculatura más desarrollada e imponente que la de Neil, su verga era más larga que la de Neil y más gruesa que la de Randolph, las bolas parecían un par de manzanas bajo la piel cubierta de pelaje plateado, sus ojos eran de un color avellana intenso, con un halo verde esmeralda al rededor del iris con un bosque denso de pestañas negras, como la noche sin luna, alrededor, enmarcados por un par de cejas gruesas abundantes también plateadas.
Christopher, sin saber por qué, se puso en cuatro patas y comenzó a rondar a ese ejemplar de macho. Levantando las caderas, como ofreciendo su culito y dejando ver su pequeño y virgen coño.
El imponente alfa lo cargó como si fuera un recién nacido y lo acunó entre sus brazos y le dijo tiernamente. Mientras lo iba acariciando con sus dedos e iba masajeando el coño aún intacto de su bisnieto haciéndolo gemir y gruñir suavemente:
¿Así está mejor?
Ahhh… ¡SÍIII ME GUSTA! Aaaahhh…
Jajaja… ¿Ves? No había necesidad de temer hermoso cachorrito… Pero mira nada más… También tienes tus colmillos, y tienes garritas… Y… ¿Qué es esto que veo? ¿Será posible?
En ese momento llegó Randolph donde estaban Christopher y Ulises.
CHRISTOPHER… ¿DÓNDE ESTÁS? CHRIST… ¿Papá? Pero… Tú…
Hola hijo, deberías ser más cuidadoso con este pequeño cachorrito… Sobre todo por lo especial que es…
Espera… ¿Cómo es que…? ¿De qué hablas? ¿Especial en qué sentido?
Pues… ¿Habías visto un cachorro Omega sacando garras y colmillos alguna vez?
En realidad jamás había visto un cachorro Omega…
Pues… Te informo que Omega, no es. Mira… Ulises se acercó a Randolph con Christopher en brazos. Le mostró las garras y colmillos de Christopher, y la verga canina del cachorro.
¿Cómo puede ser? Eso no debería suceder…
¿Están plenamente seguros de que su madre era totalmente humana? Preguntó Ulises colocando a Chris en el suelo, quien seguía caminando en cuatro patas por el bosque sin alejarse de los adultos.
Pues… Salvo que fuera un ancestro muy lejano… Pero según Patrick…
JAJAJAJA… ¿Patrick? ¿Hablas en serio? Por favor Randy… Patrick desconocía su especie hasta hace pocos días… Para él, éramos «humanos con costumbres raras». Reginald tuvo que informarle todo.
Entonces… ¿Es un alfa?
Es algo más que eso, es un alfa que puede engendrar y quedar preñado a la vez. Hagamos algo… Para ocultar este pequeño secreto, vamos a darle a beber nuestra orina, cuando terminemos, se va a dormir, te lo llevas a casa, te bañas con él y lo acuestas. Eso hará que este pequeño cambio se esconda, le dormirá el celo real durante cinco días. Mañana tendrá uno falso, para que Patrick tenga el cambio, pero el real, vendrá cinco días después. Ahí va a aflorar su coño y tú vas a reclamar su virginidad. ¿Es lo que más deseas, no? Que Christopher quede preñado de ti…
Sí, es cierto.
Bueno, no hay tiempo que perder… Hay que orinar al cachorro entonces…
Cuando vieron a Chris se estaba lamiendo la verga como lo hace cualquiera de ellos… En lo que se acercaron, él dejó de acicalarse y se sentó como si fuera un perro y comenzó a jadear, esperando que se acercaran los adultos.
Ellos apuntaron sus vergas al cachorro y comenzaron a darle una lluvia dorada entre los dos, Christopher bebía ansioso los fluidos, y cuando terminaron les lamió las vergas para dejarlas bien limpias.
¿Te sientes bien príncipe? Le preguntó Randolph agachado a casi la altura de Chris.
Sí tío Randy. Pero… Aaahhhmm tengo sueño…
Ve, llévalo a la casa y haz lo que te dije. Ah… Por cierto, él no va a recordar que estuvo aquí. Tampoco lo que le pasó físicamente.
Pero…
Anda… O si quieres, los llevo sobre el lomo, creo que puedo con los dos… Dijo William convertido en bestia nuevamente.
Randolph se subió al lomo de su padre con Chris en brazos y este comenzó a correr. Cuando estaban muy cerca de la cabaña, William se detuvo y le dijo a Randolph:
Recuerda lo que te dije, dale un baño y acuéstalo. Mañana amanecerá con el celo falso, Patrick tendrá su cambio, y dentro de cinco días tendrá su celo real, ahí tú vas a tener lo que tanto deseas.
Ojalá pudieras venir a la ceremonia.
No, van a proteger la casa, pero ustedes son bienvenidos al bosque cuando deseen. Ahora debo irme, que estén bien. Te amo hijo. Cuida a mi bisnieto.
También te amo papá.
Así, Ulises volvió al bosque, contento de haber hecho contacto con Randolph y Christopher. Y sabiendo que Christopher iba a ir a buscar «algo» sin saber qué, y ahí estaría él, para llenarlo completamente de él.
Por su parte, Randolph preparaba la tina para darse un baño con Chris, quien estaba entre dormido y despierto. Al sentir el agua tibia, Christopher se abrazó al cuello de Randolph y le dijo entre susurros:
«Te quiero mucho tío Randy, te quiero…»
Yo tambien te quiero mi príncipe.
Terminaron de bañarse, Randolph lo secó muy bien, revisó que no tuviera olor a orina y lo acunó hasta que se quedó completamente dormido, sus garras se convirtieron en uñas, sus colmillos otra vez en dientes, su verga canina se volvió otra vez humana, y sus ojos volvieron a ser los de antes. Al ver esto, Randolph respiró aliviado y acostó a Chris en su cama. El reloj daba doce campanadas cuando escuchó a lo lejos galopes de caballos y diferentes carretas, ya los Dankworth Kelly venían para hacer los preparativos para la celebración del cumpleaños de Christopher y el cambio definitivo de Patrick. Así que decidió quedarse dormido junto a su pequeño príncipe, y se prometió guardar muy bien su secreto.
Al despertar, ya Chris no estaba en la habitación, y fuera se escuchaba un alboroto. Era la familia reunida. Cuando se disponía a salir desnudo del cuarto entró Patrick.
Buenos días dormilón, le dijo sonriente. ¿Te costó mucho que Chris se durmiera?
En realidad no… Estuvimos corriendo y saltando todo el día, y estuvo muy cansado al final.
Jajajaja… Bienvenido a mi mundo… Mira, aquí te traje algo de ropa limpia, no querrás tener problemas con «ya sabes quien».
«¿Ella está aquí? ¿Sophia? Diossss… ¿Qué hice para merecer semejante castigo?»
Jajaja… Sí, aquí está, al igual que toda la gran manada… Así que… Mejor te vistes, todos andamos vestidos, no precisamente cómodos, pero vestidos… Jajajaja. Ya después del cumpleaños y mi cambio, puedes quedarte a vivir aquí si lo deseas, Jackson va a necesitar mucho sexo mientras está preñado, y yo solo no me daré abasto… Jajajaja.
Jajajaja… Tienes razón, dijo Randolph terminando de vestirse. Por cierto… Las piedras… ¿Las trajeron?
Sí, y ya las colocamos, tranquilo. Vamos… Que aúuuun queda mucho por hacer… Jajajaja…
Jajajaja… Vamos, debemos tener todo listo para esta noche.
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