LA FIESTA COSTUMBRISTA ii
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por hot_3814.
La fiesta Costumbrista 2
Retomando lo sucedido con razón de la Fiesta Costumbrista relatada en mi primera entrega, y luego de la increíble experiencia vivida con Miguel y su hijito Esteban aquella noche, luego de la correspondiente ducha procedimos a acomodarnos para dormir, y como disponían de una cama grande del tipo King, dejamos al niño al medio y nosotros a sus costados.
A los pocos minutos Miguel dormía ruidosamente y yo pensaba en lo que acababa de vivir.
Por la mañana me despertó un movimiento en la cama, y algunos murmullos y gemidos, me pude dar cuenta que Miguel ya estaba dando cuenta del culito del niño, a quien estaba clavando de costado.
Al mirarle el niño me sonrió cerrando sus ojos y emitiendo unos sonidos que indicaban placer.
Su padre en tanto le susurraba lo rico que estaba preguntándole si le gustaba a lo que el respondía que sí.
Luego de algunos minutos en esa posición, Miguel se arrodilló y puso al chico de espaldas levantando sus piernecitas hacia los hombros y procedió a clavarle su estaca de carne.
De un envión llego hasta el fondo sacando un fuerte gemido al chico y empezando un mete saca intenso y profundo que poco a poco se fue acelerando hasta acabar entre gemidos y gritos de placer de ambos.
Se quedaron en la misma posición unos instantes y Miguel me invito a que siguiera yo, diciéndome que era “desayuno de campo”.
Lógicamente no esperé que me lo repitiera y tomé su lugar rápidamente logrando una rápida penetración.
Ayudado por la dilatación y humedad debido a la reciente preñada que le había hecho su padre.
Lo empecé a gozar suavemente, un mete saca de punta a cabo, sacando completamente mi verga y luego clavándola al fondo una y otra vez, besando su boca, su cuello, introduciendo mi lengua en sus orejitas y susurrándole lo rico que estaba, con lo que él se retorcía de placer haciéndome sentir cosas increíbles.
Este cumulo de sensaciones me llevaron rápidamente al clímax pegando una acabada de proporciones, inundando su culito con mi leche caliente que se había acumulado durante la noche solo para ese culito ya no tan virginal.
Mientras estaba en estas labores, Miguel ya se había duchado y estaba vistiéndose y me invito a bañarme para tomar desayuno, lo cual hice rápidamente.
Una vez vestido me fui al comedor donde Miguel ya había preparado un reponedor te , pan amasado y leche fresca.
Llamó a Esteban a que se vistiera y compartiera con nosotros.
Reclamó que era remolón, pero le dije que se había ganado con creces quedarse algo más en la cama.
Creo lo entendió que dejo de llamarlo.
Entre tomábamos el desayuno, le pregunte como se había iniciado todo y me respondió que la madre del chico a quien él amaba, se enredó con un vendedor viajero.
Esteban tenía 10 años, me señaló que ella no miro para atrás por irse con aquel personaje ni pensó en su hijo.
Por distintas razones en su infancia el no vivió con sus padres y la pasó muy mal,así que decidió que su niño no pasaría lo mismo y decidió que vivieran juntos, contra la opinión de lo abuelos y parientes.
Habló con Esteban, le dijo lo que había sufrido cuando tenía su edad por vivir con otras personas y que no quería eso para él.
El chico a pesar de su edad lo entendió y acordaron arreglárselas solos en los temas domésticos, que estudiaría y todo estaría bien.
Y así empezó la vida en conjunto.
Una tarde que estaban abrazados viendo televisión, Esteban ya casi en los 12 años Miguel en algún momento tuvo una erección, que no pasó desapercibida para el niño.
Si bien nada dijo, la sorpresa al notar tamaña herramienta se hizo evidente, Miguel se acomodó el miembro y el niño le preguntó que le pasaba.
Le explicó que era algo natural y que antes su madre sabia como ayudarlo con ello y como ahora no estaba debía buscar cómo arreglarse.
Dentro de su inocencia el chico le dijo que, si la mamá no estaba, él podía hacerlo que le enseñara como.
Miguel algo dubitativo le preguntó si estaba seguro a lo que el chico asintió, le dijo que quizás sería algo difícil pero el insistió en aprender.
Ante esto se sacó los pantalones quedando solo en bóxer, en donde se notaba en su majestuosidad el trozo de carne que escondía, tomo su manito y la puso sobre el pene, a lo que el exclamó ¡Oh, que grande y caliente que está! Ante esto lo sacó al aire y le dijo que tenía que darle besitos y chupar como un caramelo a lo que el chico respondió con avidez.
Le enseñó a tener cuidado con sus dientes y prontamente lo hacía con calidad de experto, tomándolo con ambas manos y mamando con fruición, mientras lo hacia lo miraba a los ojos y le sonreía feliz de darle alivio a las molestias a su padre a quien amaba tanto.
A poco andar de esa primera mamada, Miguel empezó a sentir un cosquilleo que anticipaba una pronta eyaculación, acelerada por lo caliente de la situación que se unía a la larga abstinencia aliviada solo en parte con algunas pajas furtivas en la ducha.
Le advirtió a su hijo que le saldría una leche caliente que él debía tragar lo más que pudiera, así que apenas terminó de decirlo empezó a sentir los espasmos del placer y a lanzar chorros de semen caliente que casi ahogan al chico saltando en todas direcciones, chorreándole la cara y tragando hasta donde podía.
Miguel gemía y sentía estar en el limbo, situación que duró casi una eternidad de placer de macho hasta que por fin soltó un último chorro quedando exhausto.
Miró a Esteban y vio su cara que chorreaba de su leche, su pelo estaba marcado de blanco, así como su ropa y por todos lados, sin contar que su boca aun saboreaba la leche ingerida.
Sonriente el niño le preguntó si lo había hecho bien, a lo que respondió con un beso apasionado en su boca y ahí pudo sentir el sabor de su propio semen.
Le abrazó con cariño y pasión y le dio las gracias asegurándole que lo hacía mejor que nadie que haya conocido.
¿Mejor que mamá preguntó? SI, MEJOR QUE MAMA.
(continuara)
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