La Garganta de un Mamador Experto
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Cuando uno es joven, de atractivo, y caliente, sólo anda buscando donde encontrar acción.
Tengo 19 años, pelo castaño y rizado, cuerpo marcado y de unos 1.
70, y con un muy buen paquete que a muchos les hace agua la boca, 21 cm y gruesa.
Una de las cosas que más me encanta que me hagan es garganta profunda, es muy difícil encontrar a alguien que pueda lograr tragarse mi rabo completo, pero cuando lo encuentro, siento la gloria, y ni qué decir de lo que sentí con la garganta de este desconocido en unas cabinas.
Una tarde me dispuse a ir a uno de estos lugares, unos lugares oscuros con poca luz y computadoras e Internet donde hay unas pequeñas cabinas con gloryholes, casualmente yo fui a que un sujeto me hiciera una mamada porque él me citó ahí, pero sin duda obtuve más de lo que pude imaginar, estaba muy caliente así que fui rápidamente.
Llegué al local, entre a ese lugar oscuro hasta dar con la cabina en la que estaba el tipo que me había citado, él se encontraba viendo porno, así fue como entre susurros me dijo que me bajara los pantalones, que ya sabía yo qué quería él, él tipo no era muy atractivo pero en mi calentura igual me dejé mamar la verga en ese lugar tan pequeño, mamaba típicamente: solo la cabeza del pene, una que otra lamida con la lengua, no me sorprendió nada, así pasaron unos pocos minutos hasta que de repente me avisa que hay un sujeto detrás de la cabina que quiere pasar , me preguntó si quería que lo dejáramos pasar, le dije que por mí no hay problema, así entró este sujeto algo corpulento, alto, con una barba muy poblada de candado, de unos 30 años, él simplemente se limitó a ver el espectáculo, me sentía como actor porno en ese lugar, mientras él observaba cómo el primer sujeto me la mamaba, de repente sólo se hincó para que su cara quedara cerca de mi verga, entonces el primer sujeto se quitó de mi verga, y pasó algo que nunca olvidaré, el tipo con la barba poblada introdujo todo mi pene en un solo movimiento hasta su garganta, simplemente no lo podía creer.
Recuerdo aquel momento con éxtasis, en el momento en que se metió todo a la boca arqueé un poco la espalda e hice mi cabeza hacia atrás en un gesto de sumo placer, tanto yo como la primer persona quedamos sorprendidos, podía sentir sus labios tocando la base de mi pene sudado, tocando mis testículos, y su nariz enterrada en mi vello púbico recortado, su lengua salía por debajo de mi pene lamiendo mis testículos, todo esto mientras tenía mi pene enteramente en su garganta, la cual se sentía fenomenal, estaba caliente, húmeda y sentía como me masajeaba con los músculos de su garganta, de repente sentía sus manos en la parte de atrás de mis piernas empujándome hacia él, ¡¡ÉL QUERÍA QUE LE COGIERA LA GARGANTA!!, sentía que era un sueño hecho realidad, al fin encontraba un hombre con una garganta aguantadora, la cara del primer sujeto fue de celos, pude notar cierto enojo al ver cómo este hombre hizo algo que él no podía, así fue como él regreso a mi verga y empezó a tratar de meterse todo mi pene en su garganta sin éxito alguno , sólo escuchaba como le daban arcadas, como escupía saliva a montones y como le faltaba el aire, todo sin meterse más de la mitad de mi verga, el hombre con barba le decía: -TODAAA CABRÓN, TRÁGATELA TODA- a lo que el primer sujeto sólo respondía: -No puedo, está muy grande- , así el sujeto con barba volvió hacia mi verga y volvió a meterse todo en un solo respiro, y de nuevo el placer intenso volvió a mí, en ese momento vi gestos de muchos celos y decepción en la cara del primer sujeto, el cuál dijo: -Ya me voy- a lo cual se retiró, dejándonos solos a mi y a esa tan preciada garganta.
Así solos yo y este hombre, me dediqué a cogerle la garganta como si de un culo se tratara, sacaba toda mi verga y en una sola embestida se la clavaba hasta el esófago, ambos disfrutábamos mucho esto, cuando todo mi pene estaba adentro, podía sentir cómo movía su epiglotis (una especie de segunda lengua que todos tenemos atrás), lo cual me provocaba mucho placer, podía sentir su garganta moviéndose para darle un rico masaje de garganta a mi verga, y lo que más me encantó, pude ver mi pene sobresaliendo como un bulto en la parte de su cuello, cerca de la manzana de Adán, un bulto el cual me daba mucho morbo ver y sobar con mi mano, así duré un buen rato embistiendo su garganta hasta que sus labios quedaran pegados a mi pelvis y él con chorros de saliva espesa, hasta que no pude más con tanto placer, y terminé eyaculando en su inolvidable garganta, leche directa a su estómago.
Él terminó diciéndome que fue algo increíble, que mi pene era fantástico y que era guapo y aguantador, se despidió y a mí, en mi éxtasis nunca se me ocurrió pedirle el teléfono para repetir lo que fue la mejor garganta que haya disfrutado jamás.
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