La granja (6): El sueño de Dan
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Crom.
Faltaban pocos días para el nacimiento del nuevo integrante de la familia, todos estábamos muy pendientes del estado de Diana, nos preocupábamos por que no le faltara nada, la pobre ya estaba aburrida por tratarla prácticamente como una niña indefensa y nos lo hizo saber y de una manera no muy amable, así que después de la pequeña charla que tuvimos la dulce Diana salió por la puerta de enfrente, Cris iba a detenerla pero el tío Albert lo detuvo, era mejor que se desestresara, pero las horas pasaron y no se supo nada de ella.
Eran ya las 10 de la noche, había comenzado a llover fuertemente y Diana aun no regresaba, nos separamos para buscarla por los alrededores pero no aparecía por algún lado, empezábamos a temer que algo le hubiera sucedido, pensábamos ya lo peor hasta que tocaron la puerta, todos nos miramos extrañados pues no esperábamos a nadie.
Fui a abrir apresuradamente y vi la escena, Diana siendo cargada por un hombre, que apenas tenía puesto un short jean y con su torso completamente desnudo y repleto de vellos por todos lados, estaba descalzo también, quede muy impresionado al ver su perfecta fisionomía, se podía comparar a la de mis primos o las de Albert.
Diana – exclamaron todos al unísono.
La encontré desmayada hace unos instantes muy cerca de aquí – dijo el hombre mientras dejaba a Diana en el sofá grande.
Por favor alguien quien la lleve a la habitación, necesito revisarla – Dijo tía Patricia.
Cris la cargo en sus brazos la llevo a la habitación y regreso con nosotros a la sala, todos queríamos hacerle las respectivas preguntas a aquel extraño.
Muchas gracias, por traer a mi mujer, estábamos muy preocupados, la habíamos buscado por todos lados y no la encontrábamos – dijo Cris aliviado.
No te preocupes, pero la próxima vez alguien debe acompañarla, en su estado es muy vulnerable a los peligros de afuera – dijo el hombre.
Por cierto me llamo Evan – dijo el hombre plantando su mirada en mí.
Evan me intimidaba y a la vez me atraía enormemente, tenía una sensación muy extraña y pareciera que su presencia me excitara, podía sentir como por mi cuerpo recorría una ola de calor, reconocía aquella sensación la cual me pasaba únicamente cuando quería sexo.
Observándolo detenidamente estaba, cuando la voz de Erick me trajo a la realidad.
¿Has estado vestido de esa manera en plena lluvia y con el frio que está haciendo? – interrogo Erick.
Si, ya estoy acostumbrado – respondió de lo más natural.
¿Ósea que siempre vistes de este modo? ¿No tienes más ropa? Dijo tío Albert y todos reímos.
Siempre visto así y si tengo más ropa, gracias por preocuparse – dijo Evan riéndose.
¿Es un tanto extraño no creen? Digo estar vestido de esa manera con el clima que hace y todo eso.
Que estuviste haciendo – interrogo Cris extrañado.
Si muy extraño pero todo tiene su explicación, es que la verdad mi familia y yo recién nos hemos mudado a la granja vecina que está a unos 15 minutos de aquí.
– hablo Evan.
Ah la granja de los Fernández – Exclamo Albert.
Y bueno mi perro se escapó y pues mis hijos y yo salimos a buscarla, llegue hasta aquí y justo la lluvia me agarro, ya cuando estaba decidido a regresarme fue cuando vi a tu esposa – dijo mirando a Cris – correr de lo que al parecer era mi perro, y pues cuando quise atraparlo el bendito huyo otra vez, después me percaté de que tu esposa estaba desmayada así que me acerque la cargue y las traje – termino de relatar Evan.
Pero como supiste que ella vivía aquí – interrogo Erick.
Lo supuse, por lo que estaba muy cerca de aquí – respondió Evan.
Diana se encuentra bien ahora, dijo que vio un lobo se asustó, corrió y cuando logro esconderse se desmayó, felizmente no se golpeó – dijo Patricia bajando de las escaleras.
Todos le volvimos a agradecer por el gesto que tuvo Evan, de no ser por él, Diana hubiera estado en peligro.
Muchacho por el amor de Dios que haces así, te vas a resfriar o es que acaso no tienes frio – dijo tía Patricia alcanzándole una toalla a Evan.
No se preocupe señora como le dije a los caballeros estoy acostumbrado – dijo Evan recibiendo la toalla y pasándola por su cuerpo al instante.
Muchacho que podemos hacer por ti – le pregunto tío Albert.
No se preocupe, me gusta ayudar desinteresadamente – contesto Evan.
Por lo menos quédate a cenar – dijo Patricia.
Si quédate – exclame yo, motivo por el cual todos quedaron mirándome.
Bueno pero con una condición – dijo él.
La que quieras- conteste yo al instante.
Que me lleves de regreso a casa porque ya he caminado suficiente – Evan dijo.
Está bien – dije yo pero esta vez menos excitado.
Pero antes permítenos presentarnos, este es mi hijo mayor Erick, mi segundo hijo Cristopher, mi sobrino al que queremos como nuestro hijo Dan, mi esposa Patricia y bueno ya conoces a mi nuera Diana, faltan los pequeños hijos de Erick pero ya están durmiendo – termino Albert.
Lo que Evan producía en mi era inexplicable, sentía todo mi cuerpo arder, era lujuria, me imaginaba haciendo un millón de cosas con él, algo en mi me decía que debía de tener sexo con aquel semental, y estaba dispuesto a hacerlo.
Ya estando sentados en la mesa empezaron las preguntas de rigor.
Patricia: Cuántos años tienes Evan.
Evan: Tengo 40 años señora.
Patricia: En serio te calculaba unos 3 y no me digas señora, llámame por mi nombre.
Evan: Es que tengo muy buena genética.
Albert: A mí también llámame por mi nombre, nada de señor.
Evan: Bueno está bien, gracias por la confianza.
Erick: Cuéntanos sobre tu familia, bueno si se puede, claro está.
Evan: Totalmente, bueno pues vivo con mis dos hijos mellizos de 20 años y mi novio.
Cris: ¿Eres gay?
Evan: Si, ¿no tienen ningún inconveniente con eso no?
Albert: Nada que ver muchacho, por el contrario gracias por tener la confianza para contarnos sobre tu vida privada y familiar.
Bueno ya es demasiado tarde, la cena termino hace rato – dijo Evan levantándose de la mesa.
Miramos el reloj y efectivamente era demasiado tarde.
Tío Albert me prestas el auto para llevar a nuestro nuevo amigo – pregunte yo.
Claro sobrino, llévalo a casa, es lo menos que podemos hacer- dijo Albert dándome las llaves.
Detrás de él estaba Erick quien me miraba extrañado por mi actitud.
Maneja con cuidado – me aconsejo Erick, y acto seguido salimos.
Subimos a la camioneta y la pusimos en marcha, todo se puso en silencio, se notaba la tensión, pero en lo único que pensaba era en alejarme lo más que pueda de la casa y en sexo principalmente, casi no lo podía contener, era como si mientras más me acercara a él, más me quemaba.
Llegamos a la casa de los Fernández pero nadie había ahí.
Sabía que todo era mentira – finalmente dije yo.
Si decía la verdad, créeme que no estarías aquí – dijo él.
¿Qué verdad? ¿De que estas hablando? ¿Quién eres? – dije yo excitado.
¿Si te lo digo no me lo creerías? – dijo Evan esbozando una sonrisa.
Sentí tu olor a kilómetros de distancia, vinimos a buscarte, mi hijo mayor y yo, solo que las cosas no salieron bien – dijo el mirándome a los ojos fijamente.
Eres como nosotros – término por decir.
¿Que soy como ustedes? ¿A qué te refieres? – dije yo extrañado.
Lejos de asustarme, me intrigaba estar ahí, aquel sujeto tenía un imán que hacía que deseara estar cerca de él, que me poseyera en ese mismo instante, tenía todas las intenciones del mundo de lanzarme encima de él, pero por alguna extraña razón una especie de autocontrol no me lo permitía.
Qué pasaría si te dijera, que lo sobrenatural existe – dijo el serio.
¿Cómo los fantasmas o algo así? – dije en un tono despreocupado.
Evan dio una carcajada burlona y tras ello dijo:
Algo así como el tatuaje que tú tienes, es un hombre lobo verdad – dijo señalando mi brazo.
Te transformaras en un tatuaje, eso sí que es lo más sobrenatural que vería – dije en un todo burlesco.
A continuación, bajó de la camioneta y se puso enfrente de ella, dio una enorme sonrisa y luego se inclinó de golpe, pude ver como la piel se le separaba del cuerpo dando cabida a una enorme bestia idéntica a la del tatuaje que me había hecho en el brazo, la escena era sacada como de la película de Van Helsing.
Finalmente se irguió por completo, y ahí estaba, una gran bestia con un pelaje negro como la oscuridad, como de dos metros, tal vez un poco más, la cabeza era grande con enormes orejas puntiagudas los colmillos de igual manera y el color de sus ojos eran negros como su pelaje con enormes brazos también que terminaban en enormes garras, un torso grande y ancho con pectorales prominente, una cintura estrecha y una piernas con aspecto entre humano y de animal, y finalmente una verga y testículos demasiado grandes pero que eran proporcionales a su cuerpo.
La bestia aulló, y mientras la intensidad del aullido fue disminuyendo él se fue destransformando, regreso a la normalidad y había quedado completamente desnudo, su piel estaba intacta como si no hubiera pasado nada, observe a sus pies y su short estaba roto junto con los restos de piel cuando se transformó.
Lo extraño era que yo no estaba asustado por el contrario estaba excitado, y me quede alucinando con lo que estaba viendo, yo baje del auto y me puse frente a él.
Al fin me crees – pregunto él.
Te creo tanto como la calentura recorre mi cuerpo, me excitas, me produces lujuria, cógeme – dije yo lanzándome a sus labios.
El correspondió el beso salvaje que le estaba dando, perdí el equilibrio y me recosté en la camioneta que estaba atrás, mientras lo besaba con una mano masturbaba su pene que desde el principio estaba erecto, era grande al igual que de los hombres que tenía en casa, con huevos gordos y grandes peludos como me gustaban.
Vámonos al granero, no queremos que alguien pase por aquí y nos vea – dijo el separándose.
Deje el auto donde estaba y nos dirigimos al granero.
Nada más entrar me dispuse a quitarme la ropa pero él me detuvo y con una fuerza fuera de lo común me arranco las ropas fuera de mi cuerpo, me quede desnudo a su entera disposición con la verga erecta y chorreando cantidad de líquido preseminal que a comparación con el presemen de aquel semental me dejaba pobre, si el mío solamente formaba un pequeño hilillo, el líquido de él formaba un charco en el suelo.
Si en tal cantidad era el precum que emanaba no me podía imaginar la cantidad de semen que eyacularía, lo mire y se sonrió, sabía que me había sorprendido por lo que estaba viendo, su pene vibraba y mientas más lo hacía más liquido expulsaba, me arrodille ante el como si de una reverencia se tratase y con mi lengua recogí el presemen en el aire, hasta que pose mi boca directamente sobre la fuente.
Evan se estremeció y emitió una especia de rugido, me trague todo ese mástil caliente hasta la garganta, es increíble lo que produce la excitación incrementa los sentidos y la sensibilidad de tu cuerpo al grado que pude sentir como su liquido iba resbalando por mi garganta mamada su pinga como un bebe a su biberón.
Mantenía mi ritmo mientras que el me acaricia la cabeza y no dejaba de mencionar lo buen chico que era, sus palabras me animaban a seguir, pare un momento y con mis dos manos rodeo su verga y con mi boca succionaba el glande hasta dejarlo muy rojo, el solo emanaba sonidos de indudable placer, se apoyó a una columna de madera.
Estábamos inmersos en un inmenso placer el recibiendo la mamada y yo haciéndosela, me encanta tener una verga en la boca, pero recobro el sentido que el placer le había arrebatado, y de una sola estocada me hundió la verga hasta el fondo de la garganta, increíblemente no sentí molestia o dolor alguno, mi garganta solo abrió paso, pareciera que el placer, la lujuria, la arrechura anestesiara mis sentidos.
Podía sentir como la pinga de aquel hombre, tan macho, tan rudo, entraba y salía de mi garganta, si alguien hubiera estado ahí en ese momento se hubiera asustado tanto de ver la escena pues el falo se podía dibujar en mi esófago.
Continuo embistiéndome la boca hasta que se detuvo en seco, mi cara estaba roja, por fin pude tomar aire, me miro a los ojos, y sonrió lujuriosamente y me giro bruscamente, busco con su glande la entrada de mi ano, y de un solo tirón me introdujo bien adentro su verga, puse mis ojos en blanco, no sentí dolor alguno, el placer que sentía volvió hacer de las suyas.
Sentí como su glande choco contra mi próstata, una enorme satisfacción de sentirme lleno que me puso la piel de gallina recorrió mi cuerpo, nos quedamos estáticos por un momento, el recostó su cabeza en mi espalda y aspiraba fuertemente mi olor, me lamia y me daba mordiscos al mismo tiempo que yo llevaba una de mis manos para sentir sus huevos que estaban pegaditos a mis nalgas, peludos y mojados.
Ambos tomamos fuertemente aire, nos incorporamos, con sus manos grandes me tomo fuertemente de la cadera, y me comenzó a embestir fuertemente, el sonido de su pelvis chocando contra mis nalgas se podía escuchar por todo el granero, tan fuerte eran las embestidas que si no era porque Evan me sujetaba por la cadera yo hubiera salido callándome hacia adelante.
Embestida tras embestida y el macho aún no se cansaba, mas por el contrario mis rodillas no resistieron y se doblaron cayendo por inercia al suelo, Evan que cayo junto conmigo no se separó ni un momento de mí y siguió dándome muy duro en el piso como perros, tal vez esa era su pose favorita pensé, disfrutaba cada segundo y cada centímetro de su verga, me quebraba lo más que podía y me aferraba a la paja del lugar.
Nuestro cuerpos estaban empapados de sudor, la calentura iba en aumento, dudaba a chorros todo mi cuerpo estaba mojado, no decíamos palabras algunas, solo emitíamos sonidos de placer y excitación, gire mi cabeza para mirarlo a los ojos mientras me seguía tomando como animal, era hermoso, facciones rudas, sus ojos se encontraron con los míos, y hubo una conexión, aquella conexión que me era tan familiar, una conexión que solo la compartía con mi tío y mis primos.
Cada musculo de su cuerpo se tensaba, cada vena se hinchaba, se inclinó hacia mí y busco mi boca con la suya, y me devoro mientras me embestía, el tiempo paso y ese hombre no daba tregua, pero mi cuerpo de humano respondió y eyacule una buena cantidad de semen, Evan seguía detrás mio metiendo y sacando la verga de mi cuerpo y tras unos minutos más termino por vaciarse dentro mío, daba una embestida cada vez que un chorro de leche salía por su uretra, no fue mi imaginación pero a lo mucho fueron 20 chorros, tal vez fuera por su condición mitad bestia.
Me desplome en el suelo cubierto de paja, cansado, mi macho, porque así lo consideraba después de haberme tomado, se desplomo junto conmigo, su pesado cuerpo casi me quita la respiración, sentía su aliento recorrer mi nuca, al cabo de un rato se levantó, al hacerlo sentía como su verga salía dentro de mí, dejándome un enorme vacío, no quería que saliera.
Me tengo que ir – dijo dándome la espalda.
Quédate un rato más – le dije poniéndome de pie rápidamente.
No puedo tengo que regresar con mi familia, falta una hora para que amanezca y tengo que llagar a casa – dijo el con un tono de lastima.
Solo unos minutos, vamos acostémonos por allá – dije señalando en una esquina donde había un montón de paja que parecía una cama.
Cuéntame más de ti, ¿Por qué me buscabas? ¿Por qué dices que soy como tú? – dije interrogante.
Tu no solamente, tu familia también, pero te lo diré a su debido tiempo, cuando te vuelva a buscar, tal vez no será mañana, ni la próxima semana, ni el próximo mes o año, pero créeme que te volveré a buscar y sabrás todo – dijo el muy serio y mirándome a los ojos.
Está bien le dije – mientras acomodaba mi cabeza en su pecho.
Cerré los ojos por unos minutos y al abrirlos estaba solo busque con la mirada por todos lados y no lo vi, lo llame por su nombre.
Aquí estoy, solo buscaba algo con que taparte por que ya me iba – dijo sonriendo.
¿Te vas a ir sin despedirte y desnudo? – dije yo.
Lo siento, se acercó, me dio un beso y salimos juntos los dos desnudos del granero.
Entra a la camioneta, y ve a casa – dijo él.
Hice caso a lo que me dijo, y tras cerrar la puerta vi cómo se volvía a transformar en un hombre lobo, cuando ya estaba por irse le toque la bocina del auto y dije:
Cumple tu promesa, búscame o te busco y pongo una correa para perro y te paseo por toda la ciudad – dije riéndome.
El solo me contesto con un rugido, y se perdió por el bosque velozmente, tan solo fueron milésimas de segundo y la bestia se perdió en la oscuridad.
Puse el auto en marcha y regrese a casa, los rayos del sol ya se asomaban, felizmente todos estaban durmiendo ya que de lo contrario hubiera tenido que explicar por qué llegue desnudo, mi cuerpo estaba molido, solo llegue a la habitación y Erick estaba durmiendo desnudo, con una erección muy prominente.
No lo dude dos veces y me puse a chupar su pene como si no hubiera mañana, supe que mi primo se levantó cuando presiono mi cabeza con su mano, me tenía aprisionado y me embestía, no emitía ninguna arcada puesto que mi garganta ya estaba amoldada por el pene de Evan.
Cógeme lo más fuerte que puedas y no tengas piedad – dije yo con deseo, aquel deseo que solo un buen macho me producía.
Primito parece que amaneciste demasiado cariñoso hoy día – dijo riéndose.
Compruébalo – lo reté.
No respondo si te hago daño – dijo sonriendo maliciosamente.
Se tomó muy enserio lo que le dije, se puso de pio, me tumbo boca abajo en la cama, se puso sobre mi espalda y me penetro de un solo golpe.
Uy primo entro sin complicaciones, al parecer alguien ya jugo contigo – dijo Erick cerca de mi oído.
No respondí, solo emití un gemido en todo de afirmación.
Erick empezó con su trabajo, me penetraba fuertemente, la cama se movía y chocaba contra la pared, yo solo mordía la almohada y mi primo mordía la nuca, penetrándome lo más fuerte que podía, sentía su pene chocar con mi próstata lo cual me producía espasmos.
Mi primo se esforzaba por complacerme y lo lograba, su resistencia también era impresionante y recordé las palabras de Evan, que todos somos como el, no entendí a qué se refería, pero me concentre en la penetración, mi ano tampoco daba tregua, quería seguir comiendo más y más carne de macho.
Pasaron los minutos y el final se acercaba, Erick descargo toda su esencia dentro de mí, que se mesclo con los restos de semen que me había dejado Evan, yo aún no había eyaculado y quería más, pero mi primo cayo a mi costado exhausto, se levando y fue al baño, yo me quede acostado dispuesto a hacerme una paja, pero una voz me saco de mis pensamientos.
Albert: ¿Hijo vas a demorar en el baño?
Erick: No papá ya salgo.
Abrí inmediatamente la puerta, y llame muy bajo a mi tío para que entrara a la habitación.
Tío pasa, y cógeme como se te dé la gana, estoy full arrecho mírame – le dije a Albert.
No fue necesario decir más, porque Albert al escuchar esas palabras se erecto de inmediato se erecto de inmediato me di la vuelta y así como estaba mi tío se bajó el bóxer y me la introdujo de un solo tirón.
Di un gemido de placer.
Sobrino por lo visto tu primo te dio los buenos días – dijo Albert divertido.
Si y ahora me las estas dando tu – dije casi entre dientes.
Me apoyaba en la manija de la puerta mientras mi tío detrás mío me penetraba, la sacaba y la volvía a meter de un solo golpe, eso me producía espasmos, me sorprendí del nivel de arrechura que tenía, tres buenas vergas en un solo día.
Mi tío bufaba, y emitía gemidos ahogados mientras a buen ritmo me embestía, tenía que calmar estos deseos ardientes de ser follado, nunca antes había sentido aquellos, y era lo que Evan me había producido, mi tío seguía penetrándome a par que yo me movía adelante y atrás fuertemente clavándome más y más su verga hasta el fondo.
Dan, nunca te había sentido así, estas irreconocible, pareces poseído – dijo mi tío agitado.
Lo se tío, hoy desperté así – dije entre-ahogado.
Sigue tío no pares- dije gimiendo.
De un momento a otro mi tío acelero las embestidas.
Me vengo- dijo tío Albert.
Hazlo en mi cara tío- dije arrodillándome.
Varios chorros de semen impactaron en mi cara, tras terminar le limpie la verga a mi tío con la boca, se subió el bóxer, me dio un beso en la frente.
Me encanta cogerte de esa manera- dijo eso y abrió la puerta.
Justo cuando mi tío abre la puerta Erick entra por ella, lo miro, me miro y nos miramos, los tres sonreímos.
Amaneció muy caliente hoy – dijo Erick.
Si, y ya lo comprobé – dijo mi Albert saliendo.
Aprovecha que mi papá se metió a bañar para que lo hagas tú también, te ves gracioso con la leche en tu barba y bota bien todos los hijos que te hice porque se te están escurriendo – dijo Erick riéndose.
Miserable – dije en respuesta y salí.
Tío puedo bañarme contigo – dije tocando la puerta.
Si sobrino pasa- dijo desde adentro.
Entre y tras cerrar la puerta me senté en el wáter, puje un poco y todo el semen empezó a salir, tarde más de 1 minuto en expulsar todo ya que era una buena cantidad, Evan había descargado cantidad de semen, me levante y vi lo que había expulsado, me sorprendí ya que era mucho comparado con lo normal, baje la cadena y me metí a la ducha.
Mi tío se apartó y me dejo espacio, el agua me callo directo a la cara, tome champú y me frote el cabello y la barba limpiando los restos de semen, Albert me paso jabón por todo el cuerpo, me abrazo por detrás, mientras su pene volvía a crecer.
Te ayudo a terminar, mastúrbate- dijo mi Albert metiéndome su pinga otra vez.
Empecé una paja frenética, y tras unos minutos eyacule, me tio me besaba la nuca y suspiraba, al fin podía estar tranquilo, saco su verga nos lavamos bien y salimos de la ducha, no sin antes comernos nuestras bocas con un beso.
Tío déjame dormir, estoy muy cansado hoy, no dormí muy bien – dije casi rogándole.
Claro que si campeón lo que tú digas – dijo mi tío.
Salimos de la ducha cada quien a su habitación, Erick ya estaba en el comedor, me seque como pude y sin más me tire a la cama, rápidamente me quede dormido.
Me levante a la hora de la cena, había dormido demasiado, baje y devore todo a mi paso sin decir palabra alguna y cuando termine volví a subir a mi habitación para volverme a quedar dormido, en el transcurso me dije a mi mismo lo extraño del sueño que tuve, volví a quedarme dormido.
Dan, Dan, despierta que tienes – dijo Erick a mi costado preocupado.
¿Qué pasa? – dije casi sonámbulo, con mucho dolor en la garganta.
Estas teniendo un mal sueño, no parabas de moverte y estas sudando frio – dijo mi primo.
Trate de incorporarme pero la cintura me dolía, tome un paño y me seque con el cuerpo, intente pararme pero sentí entumecidas las piernas, que me estará pasando, dije para mí, a no ser que……
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Esta parte es dedicada a mi mejor amigo, mi hermano, le gustaban mucho las historias sobre hombres lobo, vampiros, etc.
, sobre todo Van Helsin (aunque a otros les parezcan mala decía él) lamentablemente se fue de este mundo, pero su recuerdo se queda aquí.
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Espero les haya gustado esta parte de la historia, disculpen si no he publicado nada hasta el momento y es que pasaron un montón de cosas unas muy tristes y pues ahora les estoy cumpliendo.
Comenten, déjenme un privado o escríbanme a onlytalesxxx@gmail.
com encantado conversare con ustedes.
Gracias y practiquen sexo seguro, hasta la próxima.
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