LA HIATORIA DE MI VIDA 5. “La Visita De Mi Tío”
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Elcoyoludo.
Yo me sentía culpable, pues había traicionado a William y no solo a él sino también a mi padre,
pero sabía que al final de cuentas lo había hecho por amor a William, mi novio.
Al llegar a mi casa
sentí mi ano muy abierto pero era normal después de todo David me había abierto con sus 22cm.
mi padre me pregunto que por qué había tardado tanto y le respondí que David estaba
componiendo unas cosas de un amigo suyo, cosa que no era cierta.
Quería ir hacerme una paja a mi cuarto, pero mejor no quise, ya que mi madre iba a ir a sacar su
turno nocturno al hospital y ya que era sábado y tal vez mi padre me dejaba quedar con él.
Para no
pensar en eso, encendí la tv en lo que llegaba la hora del almuerzo.
Almorzamos y yo aún seguía caliente desde la cogida que me dio David y no me dejo acabar, para
no pensar en mi calentura decidí hacer mis tareas de la escuela.
Al cabo de un rato llego David para terminar el trabajo de los cables y por suerte mi padre al ver
que yo estaba haciendo mis tareas no me pidió que le ayudara a David, pues al verlo me ganaba la
culpa y me sentía sucio por traicionar la confianza de William.
Mi padre le dijo a mi mama que iba a salir hacer unos mandados y que llegaría a tiempo para irla a
dejar al hospital, mi padre tomo el carro y se fue quien sabe dónde.
Mi padre llego y para ese entonces David ya había terminado su trabajo, además de componer el
carro de mi padre, mi padre le pagó lo acordado por dicho trabajo y David se fue, agradeciéndole a
mi padre.
Y ya que mi padre llego antes de la hora de la salida de mi madre, dispuso ir a darse un
baño en lo que se llegaba la hora.
Se llegó la hora en que mi padre tenía que ir a dejar a mi mamá
al hospital y se fueron.
En lo que llegaba mi papá, apague la tv y me dispuse a ir a bañar, me fui a bañar, lave bien todo mi
cuerpo como de costumbre y ya que días antes mi padre me compro un enema y cada vez que me
termino de bañar me hago un lavado de rutina, lave muy bien mi recto y al terminar me pongo
desodorante de ruedita, pues el de spray quema.
Me termine de bañar, esperando a que mi padre llegara, no espere mucho, mi padre llegó a eso de
las 7:00pm.
Había traído pizza para cenar, viendo la tv, comimos normalmente como lo hace un
padre con su hijo.
Terminamos de comer, mi padre antes y se fue a cepillar sus dientes, luego termine yo y fui hacer
lo mismo.
Mi padre subió a su cuarto y luego subí yo.
mi padre se encontraba hablando por
teléfono, al parecer con alguien que trabajaría con él, espere a que mi padre terminara de hablar
por teléfono para tocar su puerta, por suerte no tardo más de 5 minutos hablando.
Al percibir que mi padre ya había terminado, dispuse a abrir la puerta, abrí la puerta del cuarto de
papá.
Yo: ¿Qué haces?
Papá: nada, apunto de ir a dormir.
Yo: ¿quieres que me duerma contigo? Pregunte algo tímido, pues sentía pena que me rechazara.
Papá: pues, si quieres, puedes quedarte aquí.
Señalando su cama.
Pasé y me senté al borde de la cama, esperando que mi padre diera el primer paso, al ver que no lo
hacía, ya que buscaba unos papeles, me comencé a quitar la camisa y luego el pantalón, después
de todo, así debes de dormir cuando lo haces con alguien que te atrae sexualmente.
Me quede
solo en bóxer, mi padre encontró lo que buscaba e inspecciono y lo coloco en otro lugar.
Yo me
acosté en su cama, tapándome de la cintura para abajo.
Papa: ya regreso, solo voy a ir a tomar un vaso de agua.
Yo: bueno.
Mi padre salió del cuarto y fue a la cocina a tomar agua, rápidamente regreso, cerró la puerta.
Recogió mi ropa la que me había quitado y la puso encima de un mueble y comenzó a desvestirse,
primero quito su camisa, yo observaba como se deshacía de cada prenda, observe su pecho y
abdomen los cuales lucían igual de perfectos como la última vez, luego desabrochó su cinturón,
desabotono su pantalón y los quito completamente, también puso su ropa donde puso la mía.
Mi
papá había quedado solo en bóxers, eran de color celeste con elástico gris y en el yacía un enorme
bulto.
Mi padre se subió a la cama y se acostó dándome la espalda, cubriendo, con la misma sábana con
que yo me tapaba, su cuerpo de la cintura para abajo.
Yo no sabía qué hacer, así que me deje guiar
por mis instintos, me di la media vuelta, quedando mi pecho en su espalda y mi pene cerca de su
cintura, lo abrace y guiado por mis instintos toque su pecho desnudo para bajar por su abdomen
hasta llegar al elástico de su ropa interior, abrí su bóxer metiendo mi mano en el, toque su
recortado vello púbico hasta que agarre su hombría la cual se encontraba en completo reposo, mi
padre al sentir mi mano en su miembro detuvo mis movimientos en seco con su mano.
Papá: hoy no Alex, estoy cansado.
Retirando mi mano de su entrepierna con la suya.
Saco mi mano de su bóxer y me dio un beso en esta, yo no dije nada, solo le di un beso en el
hombro y entendí que quería descansar, me retire de su cuerpo y me acosté dándole la espalda.
Me quede bien caliente, pues no estaría bien masturbarme en su cama.
Al otro día muy de temprano mi padre me levanto y me dijo que me fuera a mi cuarto, yo obedecí,
tome mi ropa y me fui a mi cuarto porque mi madre no tardaría en llegar.
Después de que mi madre llego, todo el día transcurrió normal, excepto que mi madre dijo que ya
solo la otra semana iba a sacar sus turnos nocturnos.
Yo sabía que significaba eso.
En la tarde como a eso de las 3:00 un se estaciono un auto desconocido, casi nadie le puso
atención, ya que mi padre y yo estábamos viendo tv y mi madre estaba en la cocina haciendo algo.
Tocaron a la puerta, mi padre fue abrir ya que yo estaba terminando mi tarea, abrió la puerta.
Papá: ¡Diego!, hermano.
Diego: ¡Andrés! ¿Cómo estas hermano?
Era mi tío Diego, hermano de mi papá.
Se dieron la mano y un abrazo de hermanos.
Papá: pasa, pasa ¡que milagro que vengas por acá!
Tío: venía a visitar, ya que me dieron unos nos días libres.
Pero ¿Cómo han estado?
Papá: bien.
Mi madre salió de la cocina y fue a saludar a mi tío, yo seguía haciendo mi tarea.
Papá: Alex, ven a saludar a tu tío.
Me levante y fui a saludar a mi tío.
Mi tío es un hombre de 29 años casi 30, es muy guapo y de muy
buena condición física, mide alrededor de 1:76mtrs, hombros anchos, piernas aparentemente
gruesas, brazos grandes.
Cabello castaño claro, corto de los lados y lo suficientemente grande de
arriba para hacerlo algo hacia atrás, barba muy corta como de 3 días, ojos color café oscuro, labios
rosas, cejas perfectas.
Al parecer mi tío es bastante metrosexual.
Andaba con una apretada camisa
celeste, manga larga, arroyada hasta los codos, metida en su pantalón de color azul oscuro que le
quedaba apretado y en ellos se formaba un bulto bastante notable.
Yo: ¿Qué tal tío? Extendiendo mi mano para saludarlo.
Tío: que tal, campeón.
Apretando mi mano y halándome hacia el para darme un abrazo.
Yo: bien.
Tío: ya creciste bastante, ya te hicieron crecer las muchachas ¿verdad? Viéndome de pies a cabeza.
Yo solo sonreí
Yo: si solo han pasado 2 años desde que viniste la última vez.
Mi tío alboroto mi cabello.
Mi tío Diego es el único hermano de mi papá y en lo que a mi
concierne, se quieren como hermanos, a mi tío también creo que le caigo muy bien, tal vez se deba
a que soy su único sobrino.
Mi padre lo invito a pasar a la sala, conversaban y conversaban, yo estaba escuchando lo que
decían, su conversación fue bastante extensa, pues tenían tiempo de no hablar.
Mi tío antiguamente trabajaba en un gimnasio como entrenador, estudio para abogado pero no
quiso seguir y lo dejo a medias y ahora trabaja para una muy reconocida empresa, donde tiene un
buen puesto, según él.
Mi tío es el típico macho, soy de todas pero de ninguna.
Por tal razón no
tiene esposa, ni mucho menos hijos, bueno que sepamos.
Mi padre lo invito a que se quedara todo el tiempo que quisiera, mi tío acepto pero dijo que solo
iba a tardar 3 días.
Mi padre recibió una llamada del trabajo dónde lo iban a contratar, salió para
hablar con plenitud, yo me quede con mi tío.
Tío: ¿ya tienes novia?
Yo: no, todavía no.
Él no sabía que soy gay y no pensaba decírselo.
Tío: ahh y que pasa, yo a tu edad ya andaba con una y otra.
Mamá: por eso, no te has casado.
Acercándose a la sala, donde mi tío y yo nos encontrábamos.
Tío: sonrió.
No le hagas caso, ella saber que le hizo a Andrés.
Ambos sonrieron y gracias a mi madre mi tío ya no me siguió preguntando de mujeres, ya que
conversaron largo rato.
Luego mi madre se levantó y fue a preparar la cena.
Yo me encontraba
masajeando con William, mi novio, para ese entonces mi padre ya había dejado de hablar por
teléfono y mi madre dijo que era hora de cenar, mi padre invito a la mesa a mi tío, donde siguieron
su plática.
Después de cenar, mi padre le mostro a mi tío en el cuarto que se podía quedar.
Era el cuarto de
visitas, mi madre ordeno el cuarto y mi tío fue a su auto a sacar una maleta, donde de seguro
llevaba su ropa.
Llego la hora en que dormíamos y todos nos fuimos a dormir en nuestras
respectivas habitaciones.
El día lunes iba de maravilla con la visita de mi tío Diego, desayunamos y después de desayunar mi
padre dijo que tenía que salir, salido quien sabe dónde en el auto de mamá.
Mi tío constantemente me molestaba haciendo comentarios que si tenía novia o novias.
A eso de
las 9:30am mi madre dijo que tenía que ir a comprar unas cuantas cosas de la despensa.
Mamá: Andrés se llevó el auto, saber a qué horas va a venir y tengo que ir a comprar unas cosas
que hacen falta.
Tío: si quieres te llevo.
Mamá: no, como crees, de seguro estás cansado del viaje de ayer.
Tío: no, vamos y así aprovecho para conocer el lugar.
Mamá: mmm…bueno, solo voy por unas cosas.
Mi madre fue a traer algo a su cuarto y rápidamente regreso.
Tío: ¿ya estas lista?
Mamá: si, ya.
Tío: ¿vas? Alex.
Yo: mmm…
Tío: vamos.
Yo: solo me voy a ir a poner los zapatos.
Fui a mi cuarto a ponerme mis zapatos y baje rápido, para entonces mi tío y mi madre ya estaban
en el auto esperándome, me subí y mi tío Diego puso en marcha su auto y fuimos hacia el súper
mercado.
Llegamos al súper y mi madre le dijo a mi tío que iba a tardar un poco, que si quería fuera a dar
una vuelta y que regresara en unos cuantos minutos.
Mi madre bajo del auto, mi tío y yo nos
quedamos en el auto.
Tío: ¿quieres ir a dar una vuelta?
Yo: bueno.
Mi tío subió los vidrios y puso en marcha su auto y fuimos a dar unas vueltas.
Dimos una vuelta en
todo el pueblo y luego mi tío se fue por una calle donde las casas quedan dispersas, mi tío se
quedaba viendo para todos lados.
Yo: ¿A dónde vamos?
Tío: espera, solo quiero saber dónde queda la casa de una ex, a ver si vive por aquí todavía.
Ah
aquí quedaba.
Donde había que haber una casa, ahora había un gran negocio.
Tío: bájate y te compras algo y preguntas si aquí vive Jennifer y si te dicen que si dile que la busca
Diego.
Dándome un billete.
Yo: bueno.
Baje del auto y fui a comprar una gaseosa y unas golosinas, le pregunte a un joven sobre Jennifer y
luego regrese al auto con mi tío.
Tío: ¿Qué te dijeron?
Yo: que no la conocían, esto fue lo que compre, toma.
Tío: es tuyo.
Luego mi tío siguió a delante, al parecer ya no habían más casas, le dije a mi tío que si podía parar
porque ya no aguantaba las ganas de orinar.
Mi tío detuvo el auto, rápido me baje y fui a orinar a la
orilla de la carretera, mi tío bajo del auto y a la orilla de la carretera, al lado mío se colocó.
Tío: yo no aguantaba tampoco.
Bajo el cierre de su pantalón y soltó un chorro de meados, yo me sentí apenado, pues cuando
estábamos orinando paso un auto, pero mi tío seguía como si nada.
Por curiosidad o sin querer
voltee mi cara hacia donde mi tío, dirigiendo mi mirada a su entrepierna, en un vistazo vi una
pequeña parte del pene de mi tío, un poco más de la punta, la cabeza de su pene tenía la punta al
descubierto y de ella salía un chorro de orina.
Regrese mi mirada hacia el frente pero la curiosidad
era grande, así que de nuevo voltee mi mirada a su entrepierna, mi tío se dio cuenta esta vez.
Tío: si quieres tómale una foto.
Con ironía.
Yo no dije nada y regrese mi mirada hacia abajo, pero de reojo lo observaba.
Mi tío sacudió a su
amiguito y lo aguardo y se fue al auto, yo aún no terminaba, al fin termine, subí al auto como si
nada y mi tío lo encendió para regresar por mamá, durante el camino al súper mercado,
conversábamos con mi tío.
Llegamos donde habíamos dejado a mi mamá, pero no estaba, mi tío me mando a ver si aún
estaba adentro, obedecí y mi madre se encontraba cancelando, termino de cancelar y al verme me
pidió que la ayudara, eran muchas bolsas, le ayude a llevarlas al auto de mi tío, las metimos,
subimos y mi tío emprendió el viaje de regreso a casa.
Llegamos a casa y mi tío nos ayudó a bajar las cosas que mamá había comprado.
Mi padre aun no
había llegado, para todo esto ya eran las 11:30am.
En lo que mi madre hacia el almuerzo yo me fui
a duchar para ir al colegio, mi tío se quedó viendo tv y mi madre en la cocina cocinando.
Baje para almorzar, comí un poco ya que el almuerzo real aún no estaba.
Yo estaba preocupado
pues mi padre aun no había llegado y él era quien me iba a dejar.
Yo: mi papá no ha llegado y sabe que tengo que ir a estudiar y ya se me está haciendo tarde.
eAlgo
molesto.
Tío: ¿vas a ir a estudiar? Vamos, yo te llevo.
Yo: bueno.
No me hice del rogar ya que de lo contrario tendría que faltar, cosa que no quería hacer, tome mis
cosas y me fui al auto.
Gracias a mi tío no falte ese día, de camino a la escuela platicábamos acerca
de cómo me iba en la escuela, hasta que llegamos a dicho establecimiento.
En la escuela todo fue normal incluso con William, quien me dijo que posiblemente le iba a
confesar a sus padres que era gay, yo me sentía feliz por él, pero también preocupado porque si no
lo aceptarían, la vida para él no sería fácil.
También nos dijeron que el próximo día no iban haber
clases porque era un día festivo.
Al salir de la escuela me percaté de que el carro de mi tío estaba
estacionado, cerca de la salida del colegio.
Mi tío bajo el vidrio y me hizo una señal, yo me despedí
de William dándole la mano y camine hasta el auto de mi tío, me dijo que subiera, subí y nos
dirigimos a casa.
Mi tío me dijo que él se había ofrecido para ir por mí y que mi padre ya había
llegado hace rato.
Llegamos, mi padre ya había llegado como lo dijo mi tío.
Mi madre se encontraba haciendo la cena
aunque muy temprano, bueno, se debía a su trabajo nocturno en el hospital.
Cenamos y luego mi
padre se fue a dejar a mi madre a su trabajo, me quede solo con mi tío.
Tío: Alex, me voy a bañar, ¿dónde queda el baño?
Yo: allá.
Señalando el lugar más inhóspito de la casa.
Mi tío subió, a su momentáneo cuarto.
Yo me quede viendo tv al mismo tiempo que le escribía a
William.
Después de un rato llego mi padre quien pregunto por mi tío, le dije que estaba en su cuarto, mi tío
al oír a mi padre bajo.
Yo aún me encontraba escribiéndole a William, mi tío bajo sacudiéndose su
cabello húmedo, acercándose al lugar donde yo estaba.
Tío: no dejas a la novia en paz, ¿verdad?
Sonreí.
Tío: ¿Cuántas tienes? eres mujeriego.
Mi padre se dio cuenta que los comentarios de mi tío me hacían sentir incómodo.
Mi tío se sentó
en el mismo sillón conmigo.
Mi padre me observo y también a mi tío.
Papá: Diego, no sé si ya te diste cuenta que Alex, se siente avergonzado cuando le hablas de novias.
Tío: no, ¿Por qué?
Papá: mira, no quiero hacerlo sentir mal pero creo que es mejor que te lo diga.
Él es homosexual.
Tal vez mi padre hizo lo correcto, pero yo me sentía muy avergonzado y solo agaché mi rostro.
Pensé que mi tío al ser muy macho y mujeriego me iba a rechazar.
Tío: no, no lo sabía.
Alex, siento haberte hecho sentir mal.
Ven para acá campeón.
Me tomo por el
cuello (abrazándome) y alboroto mi cabello.
Papá: Diego, Gaby no lo sabe y conoces como se puede poner si se entera, así que si puedes
mantener el secreto hasta que Alex le cuente, no estaría de más.
Tío: no te preocupes, tú tampoco.
Refiriéndose a mí.
Yo: bueno, gracias.
Respondí muy avergonzado.
Tío: que no te de pena, no solo por eso vas a dejar de ser mi sobrino.
Luego mi padre me mando a mi cuarto a dormir y él y mi tío se quedaron conversando.
No sentí a
qué horas me quede dormido, ni mucho menos cuando se fue a dormir mi padre y mi tío.
Al otro día, mi madre llego a la misma hora pero antes de ir a descansar hizo un poco de comida
para desayunar, mi padre, mi tío y yo desayunamos.
Yo me encontraba saliendo de mi cuarto con mi celular en las manos, poniendo mi pie en el primer
escalón de arriba.
Tío: vas a quedar ciego.
Golpeando mi teléfono en la parte de atrás con su mano.
Un pequeño golpe basto para que el teléfono se me resbalara de las manos, intente agarrarlo pero
no pude, mi teléfono cayó por las escaleras haciéndose añicos.
Yo: mi teléfono.
Tío: lo siento.
Mi tío bajo las escaleras y tomo con sus manos lo que quedaba de mi celular, yo baje
desconsolado.
Tío: lo siento Alex, ya no sirve.
Yo: era el único que me habían comprado.
Tío: no te preocupes, mira que te parece si vamos y te compro otro.
Solo me baño y vamos ¿sí?
Yo: bueno, pero me esperas porque después me baño yo.
Tío: bueno.
Mi tío fue al cuarto donde se quedaba y luego salió con una toalla sujeta a su cintura, solo le di un
vistazo y en lo que mi tío se duchaba me fui a mi cuarto, decidí hacerme un lavado como de costumbre al irme a bañar.
Mi tío salió de bañarse, yo escuche y después de hacerle el lavado a mi
recto, fui a bañarme.
Salí de ducharme me vestí bien, me puse fragancia en todas partes y Salí de mi cuarto, para
entonces Diego mi tío estaba platicando con mi papá en la sala.
Yo: ya estoy listo.
Mi tío se puso de pie, en ese instante me quede boca abierta, pues mi tío se miraba más guapo de
lo normal y olía delicioso.
Tío: entonces vamos.
Mi tío le había dicho a mi padre lo sucedido y donde iríamos.
Le dijo a mi padre que ya íbamos a
regresar.
Subimos a su auto y nos dirigimos a nuestro destino.
En el transcurso del camino conversábamos
con mi tío, yo me sentía incómodo:
Tío: ¿Por qué no me dijiste que eras gay?
Yo: no sé.
Tío: ¿Qué te dijo Andrés cuando le dijiste?
Yo: me pego.
Tío: te fue mal, pero que bueno que no te hecho de la casa considerando que él es mujeriego y
enojado.
Yo: no.
Tío: ahora ya sé porque me mirabas tanto cuando estábamos orinando.
Yo: yo, yo no.
Mi tío hizo una mueca de sonrisa.
Tío: ¿tienes novio? O ¿con quién masajeabas tanto?
Yo: mmm…si, si tengo.
Tío: y tu papa lo sabe.
Yo: si, él fue el primero en enterarse y por eso me golpeo.
Tío: tu mama no sabe nada de eso ¿verdad?
Yo: no, no se lo vayas a decir.
Llegamos al mercado, mi tío subió los vidrios del auto, los cuales eran polarizados, mi tío estaciono
el auto cerca de una farmacia, me dijo que esperara un momento, bajo de su auto y se dirigió a la
farmacia, no tardo mucho regreso de inmediato.
Cuando subió traía una bolsa con el logo de la
farmacia y en dicha bolsa traía algo.
Encendió el auto y salimos del mercado, agarrando otra
dirección, yo pregunte a dónde íbamos pero él me cambio el tema.
Tío: ¿Por qué te gustan los hombres?
Yo: mmm…por la misma razón que a ti te gustan las mujeres.
Tío: sonrió.
Y los padres de tu novio saben lo de ustedes.
Yo: todavía no.
Tío: entonces, supongo que no han tenido relaciones.
Yo no dije jada y solo atine a sonreír.
Tío: ahhh…ya sé que quiere decir esa sonrisa.
En nuestro recorrido mi tío observaba a las orillas como buscando algo.
Después mi tío cruzo a otra
calle de terracería.
Yo: ¿adónde vamos?
Tío: espera, ya casi llegamos.
En el transcurso de la calle de terracería, observe que casi no había casas.
Tío: ahora sé porque te me quedabas viendo constantemente.
Yo: no, para nada.
Cosa que no era cierta, pues cada vez que lo miraba, mi mirada se perdía en su belleza.
Llegamos a un lugar, me di cuenta que nos acercábamos a un auto-hotel, pero no le di la más
mínima importancia.
Al acercarse mi tío bajo aún más la velocidad y entro a dicho lugar.
Yo: ¿a que venimos aquí? Supuse que algún conocido o conocida trabajaba ahí.
Mi tío no me respondió y metió su auto en donde se estaciona el auto, se estaciono.
Tío: yo sé que te gusto, mira que te parece si entramos y hacemos algo.
Yo: ¿Qué cosa?
Tío: no me digas que no sabes a que se viene hacer a estos lugares.
Yo: bien, pero no puedo hacerlo.
Conversábamos sin salir del auto.
Y claro que no podía tener relaciones con él y no porque fuera mi
tío, sino porque ya no le quería ser infiel a William o a mi padre.
Tío: no te voy a chantajear ni nada, pero hace tiempos que no he tenido sexo con alguien y sé que
tú también quieres.
Yo: pero yo tengo novio.
Tío: olvídate de él un momento, mira te lo voy a poner así: solo cogemos y regresamos como si
nada.
Mi tío Diego puso su mano sobre mi pierna mientras me hablaba.
Yo no sabía que hacer o decir.
Yo: pero yo no cojo, hago el amor que es diferente.
Atine a decir.
Tío: sonrió.
¿Con besos y todo eso?
Yo: pues sí.
Tío: mmm…pues lo hacemos, solo no vayas a pensar que soy… dijo con una mueca de sonrisa.
Yo: es que, no sé, es que William.
Tío: no te preocupes, solo asemos el amor como tú dices y sigues como si nada con tu novio.
Mi tío con su mano me tomo de la barbilla y me hizo voltear hacia él, mi tío se acercó a mí y acerco
su rostro al mío, cerro sus ojos y con sus delgados labios, beso los míos, fue un pequeño beso, yo
cerré mis ojos, dejándome llevar.
Mi tío separó sus labios de los míos y con una pícara sonrisa sexi,
dijo.
Tío: ¿entramos?
Yo: espero que sepas la diferencia entre hacer el amor y tener sexo.
Mi tío sonrió, quito el seguro de las puertas del coche y bajo, no sin antes tomar la bolsa que había
comprado en la farmacia.
Yo me sentía inseguro pero ansioso.
Mi tío hablo por un pequeño aparato donde dijo que quería tal habitación, deposito el dinero en
una pequeña ventanita donde solo servía para depositar el dinero.
Puso el dinero en la ventanita y
la cortina de la cochera se cerró.
Yo nunca había ido a un lugar como ese, en ese lugar había un
letrero donde decía que tres horas valían cierta cantidad de dinero.
Yo me sentía nervios.
Tío: no estés nervioso.
Mi tío parecía como si nada y al parecer no era la primera vez en un lugar así.
La cortina se cerró y
con ella la puerta de la habitación se abrió.
Pueden entrar dijo alguien atreves del comunicador.
Mi
tío me abrió la puerta, pasé y luego él, cerró la puerta.
En aquella habitación había una cama grande, un televisor encendido, un espejo arriba y otro en la
pared a lado izquierdo de la cama.
Mi tío me voltio hacia atrás, viendo lo a él.
Tío: ¿estás bien?
Yo: sí.
Sin decir otra palabra, mi tío me tomo de la cintura, pegando mi cuerpo al suyo.
Pego sus labios a
los míos y comenzó a besarme despacio, yo lo tome por el cuello y le seguí el paso, nos besábamos
como locos.
Mi tío me apretaba fuerte a su cuerpo, mientras nos comíamos a besos.
Sus labios
sabían delicioso, su barba de tres días me hacían sentir estar con un macho de verdad.
Nuestras lenguas se rozaban constantemente, yo pasa mis manos en su fornido cuello y acariciaba
su cabello, mi tío por otra parte, aparte de apretar mi cuerpo al suyo, tocaba mis nalgas y las
apretaba con sus grandes manos.
Tío: ¡ya te enseñaron a besar bien!
Yo no dije nada y solo atine a seguirlo besando.
Nos seguíamos comiendo a besos, mi tío coloco
una de sus manos detrás de mi cabeza haciendo que ambos abriéramos más nuestras bocas, yo
metí mi lengua hasta su paladar y la meneaba dentro de su boca y a medida que nos besábamos,
yo mordía sus labios.
Mi tío tomo mi camisa por abajo y comenzó a subirla con el fin de quitármela, la quito y seguimos
comiendo a besos.
Mi tío Diego me hizo caminar hacia atrás sin dejar de besarme con dirección a
la cama.
Me cargo con sus fuertes brazos un pequeño momento, para tirarme a la cama, quede debajo y el
encima de mí, sin dejarnos de besar.
Yo metí mis manos en su camisa para quitarla, la cual le
quedaba algo ajustada al cuerpo.
Cabe mencionar que mi tío Diego es de cuerpo marcado, gracias
a su antiguo trabajo.
Mi tío me ayudo a quitar de su camisa.
Su cuerpo era perfecto para mí, tiene unos pectorales marcados y duros, un abdomen marcado, no
exagerado pero si se notaba cada cuadro que en él se formaba, sus brazos eran grandes y gruesos y
su cuello fornido.
En su pecho casi no tenía vello, pues mi tío es metrosexual por tal razón se depila
el pecho, su vello apenas comenzaba a crecer de nuevo y sus pezones eran rosaditos, pues mi tío
es de piel más clara que yo o que mi padre.
Mientras nos seguíamos comiendo a besos, yo acariciaba su pecho y abdomen.
Mi tío en un
movimiento me hizo quedar arriba de él.
Metía sus manos donde se encontraba mi cinturón el cual
desabrocho y luego desabotono mi pantalón, claro lo hacía sin dejarme de besar.
Me hizo el
pantalón con todo y bóxer abajo hasta media nalga; mi tío llevo sus manos a mis nalgas y en ellas
metió sus dedos, sin penetrarme, solo acariciaba mi raja.
Yo deje de besarlo y me baje de la cama para quitar mis zapatos, calcetines, pantalón y finalmente
mi bóxer color naranja con elástico azul con gris, me deshice de todo esto rápidamente, con algo
de pena, claro.
Mi tío también se puso de pie y se acercó a mí para besarme, nos seguimos besando de pie como
al principio, lleve mis manos a su cinturón para desabrocharlo y mientras yo hacía esto mi tío
quitaba sus zapatos con sus pies, después de desabrochar su cinturón, desabotone su pantalón y lo
hice hacia abajo, su pantalón cayo por sí solo, mi tío lo termino de quitar con sus pies.
Al estar mi cuerpo pegado por completo al de mi tío, pude sentir que estaba duro al igual que yo.
Mi tío besaba mi cuello y yo el suyo.
Con mis manos baje su bóxer hasta media pierna, mientras
besaba su fornido cuello, al bajar su bóxer sentí como su miembro salió brincando y como toco mi
estómago; era caliente.
Tome su hombría con mi mano.
Ahora besábamos nuestras bocas.
Su pene estaba como roca y era
enorme y muy grueso, tanto que no lograba abarcarlo por completo, pero aun así lo comencé a
masturbar.
Deje de besar los labios de mi tío, para besar su fornido cuello y bajar por su pecho, en su pelvis se formaba una V que conducía a la felicidad, su pene estaba completamente libre de
vello, estaba completamente depilado y solo habían unos cuantos pelos que empezaban a crecer.
Llegue hasta su hombría, la cual era de 18cm y muy gruesa, lucia hermosa, ligeramente hacia
arriba, casi era completamente recta, su glande estaba descubierto limpio y el resto de su virilidad
estaba libre de grandes y notables venas, de su amigo colgaban unas hermosas, depiladas y
grandes bolas.
Me puse de rodillas, tome su hombría con una mano, acerque mi cara a su balano,
olía a fragancia cara, puse mis labios en la punta, le di un beso y abrí mi boca, metiendo su glande
en mi boca.
Mi tío al sentir mi húmeda y caliente boca, cerro sus ojos, yo comencé a mamar suavemente ese
delicioso pedazo de carne, metiendo y sacando un poco más de su glande de mi boca.
Mi tío
estaba con los ojos cerrados y con la boca abierta disfrutando de mi boca.
Saque su pene de mi
boca y pase a lamer sus grandes bolas, no me cabían juntas en la boca y para no lastimarlo lo hacía
con delicadeza pero con mucho entusiasmo, lamí todo el tronco de su miembro una y otra vez.
Su
pene estaba lleno de mi saliva.
Luego metí su pene en mi boca, lo más que pude, hasta que su glande llego a mi paladar, solo pude
meter la mitad de ese rico pedazo de carne en mi boca, pero mi tío, puso sus manos detrás de mi
cabeza, metiendo más de su pene en mi boca, su glande llego a mi garganta, mi tío soltó un leve
gemido.
Yo sentí ahogarme y ganas de vomitar, que tuve que separarme un poco sin dejar de
mamar.
Ahora yo por si solo le hice garganta profunda a mi tiito, me lo quería tragar.
Mi tío soltaba
gemidos, detuvo mi cabeza y comenzó a follar mi boca, que rico se sentía, aunque sentía arcadas.
Mi boca estaba siendo follada a gran velocidad, yo solo dejaba mi boca abierta, permitiendo que el
pene de mi tío entrara y saliera.
Yo babeaba, pues mi boca al estar abierta y yo degustando ese
delicioso pedazo de carne, sin poder tragarme la saliva solo la dejaba salir de mi boca; la quijada
me dolía del cansancio, pues la tenía muy abierta por el grueso del miembro de mi tío Diego.
Mi tío detuvo sus movimientos y me puso de pie, me dio un beso y me levanto para acostarme en
la cama sin dejarme de besar, me tiro en la cama y de pie termino de quitarse su bóxer y
calcetines.
Tomo su pantalón que se encontraba en el piso y saco su billetera, la abrió y saco un
condón.
Se subió a la cama y con sus fuertes brazos me sujeto y me acomodo en la cama,
quedando a lo largo de esta.
Mi tío tomo la bolsa que había comprado en la farmacia y de ella saco un bote, uno de lubricante.
Dejo a un lado el bote y el condón y se tiró encima de mí para seguirme besando.
Dejo de besarme
y abrió mis piernas y de rodillas se metió en ellas, agarro el condón, me miro y se detuvo.
A mí no me importaba si lo hacíamos con o sin condón, era lo de menos.
Para mí lo importante era
que me lo hiciéramos con amor.
Me miro a los ojos y sin destapar el condón dijo:
Tío: ¿quieres que lo use?
Yo: no sé, tú decides.
Mi tío saco el preservativo de la bolsita y se lo puso.
Se detuvo un momento, me miro a los ojos.
Tío: sabes que, mejor sin nada.
Esta vez no.
Mi tío se quitó el condón y lo tiro por ahí, aun lado de la cama.
Tío: casi con nadie siempre lo uso, pero como eres de la familia será mejor que no use nada.
Yo no dije nada, solo pensé en lo afortunado que era yo.
Mi tío tomo el frasco de lubricante y
coloco una cantidad en su pene, unto todo su miembro y también puso en mi culito un poco.
Puso
su mano en mi muslo para abrirme mejor y con la otra sujeto su pene.
Mi ano estaba a su
disposición.
Yo me encontraba acostado viendo al techo, con las piernas abiertas y entre ellas mi tío de rodillas,
abierto para que su pene estuviera a la altura de mi huequito, con una mano en mi pierna para
abrirme mejor y la otra sujetaba su pene que apuntaba a su destino, mi hoyito.
Yo con una mano agarre mi pene y testículos para enseñarle a mi tío mi agujero en todo su
resplandor y con la otra acariciaba el marcado abdomen de mi tío, mientras él con su pene jugaba
con mi esfínter.
Con su gran pene hizo presión en mi esfínter, al parecer mi ano se negaba a darle
paso a mi tío, mi tío hizo más presión, mi esfínter perdió la batalla y su pene había triunfado
logrando entrar en mí ser.
Solo la cabeza de aquel miembro había logrado entrar.
Yo solo atine abrir mi boca dejando escapar
un leve gemido de dolor, sabía que ese dolor que me atormentaba, solo lo sentiría un momento y
luego desaparecería dándole lugar al placer.
Puse mi mano en la pelvis de mi tío, indicándole que se detuviera, mi tío entendió el mensaje y se
detuvo dejando solo su glande dentro de mí.
Mi tío no espero mucho y siguió adentrándose en mi
interior, yo lo deje entrar sin más, aunque el dolor era grande e insoportable.
Mi tío entro por completo.
Yo al sentirlo, sujete a mi tío por las piernas, indicándole que no hiciera
más movimientos, para que mi esfínter se adaptara a sus dimensiones.
Mi tío entendió el mensaje
y no hizo más movimientos, quedándose quieto dentro de mí.
Yo no pude dejar pasar la oportunidad de acariciar su cuerpo hasta donde mis manos llegaban, que
era su abdomen marcado, su duro pecho y sus musculosas piernas.
Cuando mi tío considero que
yo ya me encontraba sin dolor, hizo su primer movimiento.
Claro yo aún sentía dolor pero en
menor grado.
Mi tío saco un poco y volvió a meter, luego otra vez.
Yo sentía como el dolor desaparecía
lentamente.
Mi tío se meneaba cuidadosamente para no hacerme más daño, yo podía sentir como
su hombría se meneaba dentro de mí, como su cabeza rozaba mi recto.
Yo puse mi mano en su pubis, la cual estaba depilada completamente, para hacer los movimientos
de mi tío, lentos.
Mi tío sacaba y metía su hombría suavemente.
Mi tío amado, coloco ambas manos en mis dos muslos para abrirme aún más y tener un mejor
panorama de su pene siendo tragado por mi hueco.
Yo tocaba mis testículos para aumentar mi
placer.
Diego mi tío, perdía su mirada en nuestras partes (su pene y mi ano) sin dejar de moverse de
adentro hacia afuera, que rica sensación.
Mi tío, sujeto mis piernas por la parte de atrás de mis
rodillas, para abrirlas a un mas y también mis nalgas y cueva, yo estaba muy abierto gozando del
amor de mi tío, de mi Diego.
Mi Diego, acelero su vaivén.
Ambos gemíamos de placer.
Tío: ha ha ha…
Yo: ohhh…si…mmm…
Tío: ooohh…iffff…ahh…sssshhh…ahhh…
Nuestras miradas se cruzaban, viendo nuestros rostros de placer, al hacer algo tan rico como lo es
el amor.
Yo no podía creer la suerte que tenía, al ser penetrado por un hombre tan bello, tan
fuerte, tan todo como mi tío Diego.
Su pene de 18cm y muy grueso se meneaba libremente en mi interior, ambos estábamos
extasiados haciendo tan bello acto.
Deje de masajear mis testículos para abrir mis piernas con
ambas manos, las abrí lo más que pude.
Mi tío al mirar que yo por si solo habría mis piernas, se
sintió en total confianza para llenar mi vacío y acelero sus movimientos.
Era magnifico sentir a mi
tío dentro de mi cuerpo y alma.
Mi tío adorado, mientras me penetraba moderadamente, acariciaba con sus manos mi abdomen y
apretaba mis pequeños pectorales, que bien se sentía.
Yo: mmm…mmm.
Mordiendo mis labios.
Tío: ooh…si…mmm…que rico…que apretadito…mmm.
Mi tío, en un movimiento descuidado saco su pene por completo de mi agujero sentí una muy rica
sensación y también como un líquido salió de mí.
No era el semen de mi tío, sino el líquido que
sale cuando te exista demasiado, recorrió mi raja, hasta abajo.
Rápidamente mi tío volvió a meter su hombría en mí, de nuevo me sentí completo.
Mi tío siguió
meneándose maravillosamente, su grueso pene rozaba mi ano y la punta de su glande pegaba a mi
próstata o al menos así yo lo sentía.
Tío: mmm…que rico estas.
Yo me sentía alagado que mi tío me dijera eso, considerando que ha estado con muchas mujeres;
era un gran elogio para mi escuchar esas palabras.
Nuestros gemidos se hacían escuchar en toda aquella habitación.
Mi tío extendió sus brazos,
tomándome por el cuello y apretó un poco, sin ahorcarme claro, todo esto lo hacía sin dejar su
vaivén aun lado.
Me miraba directo a los ojos y yo a él.
Nuestras bocas abiertas expresaban nuestro placer, dejando
salir gemidos de placer y gloria.
Deje de abrir mis piernas para acariciar los brazos de mi tío, mientras él me tomaba por el cuello, mis piernas estaban abiertas acogiendo el escultural cuerpo
de mi tío.
Mi tío dejo de apretar mi cuello y dejo caer su cuerpo, no por completo, ya que se sostuvo con sus
fuertes brazos, yo quede en medio de ellos y mis piernas más abiertas de cómo estaban.
Yo solo
atine a acariciar los costados de su cuerpo, ya que era muy ancho y no podía abrazarlo.
Mi tío al estar en esta posición acelero sus movimientos, sus movimientos eran bastantes rápidos e
intensos, con cada uno de ellos podía darme cuenta cuanto me quería.
Yo: ha ha ha…
Tío: oooooh…ohhhhh…
Nos mirábamos directo a los ojos, disfrutábamos uno del otro.
Nuestros rostros eran de puro
placer.
Yo acariciaba su pecho mientras él me penetraba una y otra vez con semejante pene, apretaba sus
duros pectorales con una mano y con la otra acariciaba los costados de su espalda, me gustaba
acariciar tan escultural cuerpo.
Mi tío bajo su rostro al mío y pego sus labios a los míos para besarme al mismo tiempo que me
follaba, que bella sensación.
Mi pene excretaba líquido transparente, que se derramaba en mi
vientre.
Mi ano estaba completamente abierto, adaptado al tamaño de la hombría de mi tío.
Mi tío
dejo de moverse un momento para solo concentrarse en besarme, me beso y yo al él.
Mi tío metió su brazo debajo de mi cabeza y siguió besándome y penetrando nuevamente.
Mi
pene y testículos rozaban su perfecto abdomen, eso me gusta.
Mi tío Diego dejo de besarme para
abrazarme, poniendo su cara en mi hombro en esa posición (misionero) sin dejar de rozar mi ano
con su gran hombría.
Nuestros pechos estaban unidos y con sus embestidas, parecía que quería
unir nuestros cuerpos en uno solo.
Yo por medio del espejo del techo, podía ver su ancha y perfecta espalda y unas blancas nalgas,
también como su cuerpo se movía encima de mí, eran unos movimientos espectaculares.
Lo
abrace lo más fuerte que pude, lo quería todo dentro de mí, lo acariciaba por la espalda, la cual
estaba empezando a sudar.
Nuestros abdómenes y pechos estaban sudando del constante
rozamiento.
Podía sentir la respiración profunda de mi tío cerca de mi oído, él también sentía la mía y el sonar
de nuestros cuerpos no se hacía sordo, eran bastante ruidosos por nuestro constante chocar, su
pelvis y mis nalgas.
Mi tío se apoyó nuevamente con sus dos brazos levantándose un poco y me comenzó a penetrar a
gran velocidad, que rico.
Yo: ha ha ha ha ha ha…
Tio: oh oh oh oh…
Gemíamos mientras mirábamos nuestros rostros de entero placer.
Mi tío se separó de mí, sacando
tan grande mástil, me hizo acostarme de lado y él también se acomodó detrás de mí, quedando de
cucharita.
Yo por instinto levante mi pierna, dándole el paso libre a mi tío, cuando él quisiera
entrar.
Diego mi tío, sujeto su miembro y lo dirigió a mi vacío, vacío que pronto volvería a estar completo,
lo coloco en la entrada de mi agujero y empujo hacia adelante, la cabeza entro sin dificultad y
luego el resto sin complicaciones.
Que delicia volver a albergar nuevamente a mi tío en mi cuerpo.
Nos encontrábamos acostados (de cucharita) viendo en dirección contraria del espejo.
Mi tío
agarro mi pierna y comenzó con tan conocido movimiento.
Yo empecé a tocar mis partes,
masajeaba mis testículos y me masturbaba suavemente, pues no quería venirme, aun.
Voltee mi rostro para ver el suyo, nos mirábamos muy vehemente, lleve mi pierna que estaba
levantada, atrás de las nalgas de mi tío, abriendo mis nalgas aún mejor, mi tío avanzo más dentro
de mí.
Mi tío se meneaba suave pero rico, me miro a los ojos y junto sus labios con los míos para
comernos a besos, yo acariciaba su cabeza por la parte de atrás y el acariciaba mi pierna.
Yo tocaba sus enormes bolas y lo poco de su pene que no lograba entrar, restregaba sus bolas con
mis manos, estaban cargadas de semen.
Tio: mmm…ahhh…fffff…
Yo: mmm…haaaa…
Yo no aguantaba más, así que comencé a masturbar.
Sentí una corriente de descarga en todo mi
cuerpo:
Yo: haaaa…mmm…
Lanzando mi semen con gran fuerza ensuciando las cobijas de aquella cama.
Mi tío apago mis
gemidos, dándome de besos.
Yo: mmm…
Tío: ya me voy a venir.
Aunque mi tío no se podía mover con gran velocidad en esta posición, lo hacía como mejor le salía.
La respiración de mi tío comenzó a agudizarse, la respiración de mi tío avisaba lo cerca de su
venida.
Tío: ffff…ha ha ha…
Yo: mmm… me seguía masturbando, a pesar que mi pene ya había perdido su dureza.
Mi tío se ajito aún más, su respiración era como la de un macho en celo y su pene engrosó aún
más.
Tío: haaaa…haaaa.
Soltando sus mecos dentro de mí ser.
Sentí como su caliente viscosidad se derramaba en mi interior.
Yo: mmm…mmm.
Tío: ahhhh…oooh…fffff…
Su néctar inundaba mis tripas y eso se sentía muy bien.
Apagamos nuestros gemidos con un
profundo beso y un fuerte abrazo.
La respiración de mi tío salía entrecortada, su verga dejo de
expulsar la última gota de su jugo de hombre, aun así no perdía su firmeza dentro de mí.
Dejamos de besarnos y su pene aún estaba enterrado en mi orto, firme como soldado.
Mi tío me
abrazo con suavidad dejando su parte dentro de mí, esperando que saliera por sí solo.
Yo acaricie
sus grandes testículos, ya que era lo único que estaba fuera de mí.
Su pene al fin perdió su firmeza y por si solo salió de mi cueva, cuando salió también lo hizo su
leche que se deslizo por mi nalga hasta llegar a las sábanas.
Tío: ¿te gusto?
No sé por qué todos los hombres con que me había acostado me habían preguntado lo mismo, tal
vez era para saber si uno lo había disfrutado al igual que ellos.
Yo: sí.
Era obvio que si lo había disfrutado y quien no disfrutaría hacer el amor con un hombre como él.
Mi tío me dio una suave nalgada y se puso boca arriba, yo aproveche para rascar sus kiwis, mi tío
soltó un suspiro, al parecer le gustaba.
Tal y como lo dijo David a todos los hombres le gusta que le
hagan eso.
Tío: voy a orinar y nos vamos.
Mi tío se levantó de la cama, recogió el condón que no uso y se dirigió al baño de aquella
habitación para ir a orinar.
Me levante también, me di cuenta que la cama había quedado con
grandes manchas de los mecos míos y de mi tío o al menos lo que de ellos logro salir de mi hoyito.
Me puse mi bóxer, pantalón y cuando estaba poniéndome los zapatos mi tío salió del baño
completamente desnudo, su cuerpo era espectacular y su pene estaba sin vida.
Se puso su bóxer
color negro con franjas rojas, que le quedaba muy apretado por su puesto, haciendo notar un gran
bulto, se puso sus pantalones y el resto de su vestimenta al igual que yo.
Mi tío tomo el bote de lubricante, habló por el aparato que íbamos a salir, abrieron y cuando
salimos la cochera estaba abierta, subimos al auto y fuimos de regreso al mercado, donde me
compraría el teléfono.
Lo compro y regresamos a casa a es de la 1:00pm, mi padre pregunto por
qué habíamos tardado tanto y mi tío le dijo porque habíamos ido a dar unas vueltas para conocer
más el lugar.
Mi madre dijo que fuéramos a almorzar antes de que se enfriara la comida y mientras
almorzamos mi padre le comento a mi tío que iba a salir unas semanas, entre otras cosas.
Al otro
día mi tío se despidió de mi padre, madre y de mí, guiñándome un ojo y alborotando mi cabello.
Mi tío Diego se marchó.
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