La historia de Julio
Descubriendo algo nuevo y más rico aún.
Capítulo 6
Desde esa noche en la que recibí mi primera verdadera mamada, siempre que nos hacíamos pajas o mamadas el uno al otro sin dejar ninguna gota de semen por ahí, todo lo comíamos y casi siempre nos besábamos después de esto para intercambiarlo.
Ahora cómo había llegado el invierno ya no íbamos con poca ropa cómo antes, pero cada vez que nos daba la posibilidad nos poníamos los dos desnudos en la misma cama.
Ya no iba todas las mañana para darle besitos cómo antes, pero muchas veces cuándo lo hacía luego se acababa con una mamada completa.
Unas mañanas en la que lo hacía me enteré que Pedro me miraba, pero no dijo nada.
Un día, en el que estábamos solos los dos, él me hizo unas preguntas “¿Se la sigues chupando todas la mañanas?”
“No todas, pero muchas veces, o en el día también”
“Entiendo” contestó, y sigo diciendo “Nunca más me he enterado que me lo hicieras a mí. ¿Sigues también?”
La verdad es que desde que empecé hacer algo más con Tomás, los dos nos habíamos totalmente olvidado de la de Pedro, o sea ya no se la besaba ni chupaba ni nada, en el día o de dormido,
Pero le contesté “No, porqué creo que no te gusta mucho si lo hago, así que solo voy a aquella de Tomás”
“Pero no me molesta para nada, si quieres hacerlo, lo que quieras. ¿La quieres ahora? Mira la tienes aquí” dijo y se la sacó de los pantalones
“No gracias, no me da la ganas ahorita” contesté yo
“Es que os veo los dos siempre juntos ahora, desde que haces esto. O, igual, quieres que te toque yo? Te hago una paja? o te la chupo?” dijo bajando mi pantalón y acercándose con la cara
“Pedro, qué haces? Qué pasa?” dije yo de repente, un poco asustado de su manera rara de hacer.
Con los ojos para abajo me contestó “Es que, os veo siempre juntos, a jugar, mirando tv, hacer eso, hasta os he visto por la noche un par de veces bajo de la sabana abrazados desnudos.”
“Y que pasa, no podemos hacerlo”
“No, es que… ya no existo para vosotros. Los dos es cómo si ya no necesitáis de mi cariño, mis abrazos ni nada. Os echo de menos…ya está”
“Y por eso me la quisieras hasta mamar?”
“Si tengo que hacerlo para que volváis en mis brazos, se la chuparía a los dos comiendo toda la leche, aunque me dé asco. Por cierto, tu ya haces leche?”
“Me sale hace no mucho tiempo, pero no tanta como tú o Tomás”
“Ahy que bueno me alegro mucho!” dijo él con una sonrisa un poco amarga.
“Pero, no necesitas hacer nada de eso para tenernos cómo antes. Lo que pasa es que llevábamos mucho tiempo casi sin hablar él y yo, y creo que ahora lo estamos recuperando todo. Pero tú sigues nuestro hermano super y aún necesitamos de tu cariño. Igual lo necesito ahora, deja que me relaje en tu corazón por favor,”
“Sí señor! Ahora mismo!” contestó él, quitándose todo lo de arriba. Le dije gracias, le dí un beso a lado de la boca y me puse a escuchar su corazón, mientras él acariciaba el pelo.
Me enteré que tenía un poco de frío, así que le dije “No tomes frío, ponte bajo de la cama y yo me voy pa bajo”
“¡Pero así te mueres de calor!”
“No, siempre lo hago con Tomás. Mira!” dije, me saqué todo y me fuí bajo de la manta desnudo encima de él escuchando su pecho. Mientras estaba ahí él seguía acariciándome el pelo, la espalda, y a veces su mano se bajaba un poco hasta mis nalguitas,
Después de un buen rato, cuando estuve bien relajado, saqué mi cabeza a su lado y me puse, quedando desnudo, encima de él, pecho arriba.
De repente me cerró en los brazos y me dió unos besos, claramente no como aquellos de Tomás, pero muchos.
Me quedé así y empezó a acariciarme todo el pecho y barriga, haciendo unas cosquillas que me gustaron.
Después de un rato me acarició las piernas y luego los huevos. Pues me acarició y agarró la polla y me dijo “Joder hermano, ya la tienes muy grande, y está floja. Cuanto te mide de dura?”
“Casi como aquella de Tomás, pero no tan espesa”
“¡Qué bueno! yo sólo soy el único con la más chica aquí” me la movió un poco descubriendo la punta, y la tocó, pues sacó la mano y la olió diciendo “Tiene un buen olor, ya no como esa vez que hice esto en la noche”
“Bueno estamos en el día pero igual me lavo mucho más desde que él me la chupa” dije. Me salió esto sin pensar.
“Él quien? Quien te hace esto? No está bien!” dijó él de tono muy brusco.
“Pero es Tomás! que pasa con esto?” respondí preocupado por su reacción
“Ohhh él!” suspiró “Me tenía miedo que hubiera otro chico o hombre que te hiciera esto que medio. Así que te la hace él también? Vaya, genial así que no solo se aprovecha de tí, ¡me alegra mucho!”
“Sí, a él no le molestaba, así que le pedí hacerlo y lo hacemos a menudo, pero a veces simples pajas. Se que a ti te dió asco así que no te lo iba a pedir”
“No bueno la verdad es que igual que no lo haría con otros chicos, pero no me dió asco mamar a él, el asco fue por la corrida, tiene sabor fuerte y es…pegajosa! ¿Cómo os puede gustar?”
“Pues a mi me gusta mucho chupar y mamar, y también comer todo, pero creo que a él le gusta muchísimo la corrida, siempre la quiere comer, la suya, la mía y hasta la tuya, recuerdas?” dije
“Ya es verdad. Bueno, pero a mi no me gusto para nada la corrida, mamar me da igual”
“Si quieres puedes mamarla a él, te lo dijo, y encima puedes a mi pero cuando te lo pediré yo, ahora no quiero cariños” terminé yo, abrazando él a la vez.
Al día siguiente se lo conté todo, menos lo que me había tocado un poquito, a Tomás, y se enteró él también que no estábamos mucho más con él.
Ese viernes estábamos solos en casa, Lali estaba de viaje de escuela y nuestros padres en una cena de trabajo. Decidimos ver una película en el ordenador, los tres en el cuarto.
Sin decirle nada antes, después de ponernos bajo de la sabana Tomás y yo nos quitamos todo y lo abrazamos juntos. Pedro se puso a reír, una risa feliz.
“¿Te puedes quitar tu ropa cómo nosotros? Tu hermano radiador te va a calentar” dijo Tomás, y el sin parar de reir lo hizo, y nos pusimos los tres desnudos bajo la manta mirando la peli. Después de un tiempo Tomás dijo “Lulito me dijo lo de que hablásteis. Lo siento si te hemos dejado como alejándote. Ya estámos aquí”
“Gracias Toto” le dijo él con un beso en la cara
“Me dijo también lo que dijiste que habrías hecho para que volviéramos cercanos. No lo necesitas sin que lo quieras de verdad. Pero quiero que sepas que si quieres intentarlo otra vez, de despiertos, y a cualquiera de los dos, puedes hacerlo si te apetece, ok? Igual parando antes de correr, sé que te apetecería pero te dió asco”
“Sois realmente dos buenos hermanos, sabéis? La verdad es que no es que me gusta la polla, lo que te hice esa noche fue para comprobarlo. Pero tampoco me molesta o me da asco. Lo que me gustaría es poderle darle placer a mis hermanos” contestó Pedro
“Puedes hacer lo que quieres con nosotros, igual no tanto como hacemos nosotros porque no te gustaría pero si quieres puedes intentarlo” dije yo
“Creo que sí, si me dejáis”
“Pues, a mi ya me la habías mamado, a él no, o que si?” preguntó Tomás
“No, a él nunca en la boca, solo tocado”
“Vaya, si quieres ahí la tienes. Ahora puedes” dijo señalando a mi polla, después de quitar la manta.
“Woh pero está re grande! Casi cómo la suya!” dijo Pedro, mirando la de Tomás a lado de la mía, las dos erectas hacia la barriga.
“Primero el saludo de Lulito” dijo Pedro, y le dió un besito en la punta de Tomás y uno en la mía.
Pues la puso en la boca, movió un poco la lengua, y se puso a reír así que Tomás preguntó “Qué pasa? No quieres?”
“Ahy no, quiero quiero, solo me da rara sensación hacer esto, pero está divertido, me gusta”
“Espera, me pongo así” dijo Tomás, poniéndose bajo de mí, con su verga empalmada pegada a mis nalgas y los brazos cerrando en abrazo.
Pedró sonrió, se acordó de cómo tenía que hacer y me la agarró con la mano. La puso toda en la boca y comenzó el movimiento arriba abajo, moviendo su lengua alrededor.
Muy pronto sentí placer, se movía muy bien y con la mano libre me acariciaba el abdomen dando cosquillas que me daban más placer.
Mientras él chupaba yo movía mi cuerpo, acompañando sus movimientos. De esa manera se había puesto por lo largo entre la pliegue de mis nalgas y con mi movimiento frotaba entre mi espalda y su barriga.
Me di la vuelta con la cabeza y lo encontré jadeando igual que yo, así que acerqué mi boca y empezamos a besarnos sin importar que Pedro nos pudiera ver.
Nos quedamos así hasta que sentí detrás de mi espalda los churros de Tomás, mientras me apretaba con los brazos.
Esto, junto a su temperatura que parecía de una estufa, y al trabajo de Pedro que no paraba con su lengua, me dió un montón de placer y dije “Quítate Pedro! Ya estoy!”
Pedro quitó su boca pero no dejó la mano y sigo moviendo hasta que exploté con una corrida muy larga, la más larga que tuve hasta ese momento.
Cuando acabé se la puso otra vez en la boca para limpiar y dijo “Nada, no me gusta!” y se puso a reír.
“Ahora os dejo limpiaros cómo os gusta!” y se sentó en su cama mirándonos mientras nos pasábamos la lengua en el cuerpo, pero sin intercambiar, eso era algo privado.
Después de esto nos fuimos también en su cama, sin reponernos la ropa, entre sus brazos. Noté que la tenía floja y mientras se la tocaba dije “No te se ha empalmado para nada mientras lo hacías, ¿verdad?”
“No, eso porque yo no tengo atracción para vosotros, solo me gusta jugar y daros placer” contestó
“Pero cuando te he chupado vez pasada se te había puesto dura” dijo Tomás
“Eso porqué me dabas placer y así se puso dura. Pero no porque me gusta la polla o los machos.” explicó
“¿La próxima vez te la podemos chupar Tomás y yo?”
“Ahy vale, pero ahora volvimos a poner la peli, ya se ha acabado y no hemos visto nada!” dijo Pedro
De acuerdo entre nosotros, después de eso Tomás y yo a veces íbamos a la cama de Pedro para darnos un poco de cariño, igual solo uno de los dos, y ahora él se le veía mucho más feliz que antes.
Encima yo inventé un juego, en la mañana el primero que se despertaba le daba el “saludo de Lulito” a los dos demás aún dormidos.
Pero, muchas veces Tomás y yo actuamos de dormidos para que le tocara a Pedro hacerlo, y me enteré que, mano a mano que lo hacía, a veces se quedaba a chupar algo más que solo un beso.
Por un largo tiempo no nos quedamos solos en casa nosotros tres, más que un mes, así que solo hacíamos cosas entre nosotros dos silenciosamente.
Pero un domingo por la tarde finalmente conseguimos estar solos, así que, apenas se fueron todos, nos desnudamos y esperamos que Pedro volviera en el cuarto. Cuando entró le hicimos un ataque diciendo “ataque de dulzura!” le tiramos a la cama y le quitamos la ropa quedando igual que nosotros.
Abrazandolo uno por lado le dimos muchos besos en la cara, los dos juntos, luego bajando por el cuello y el pecho. Ahí le lamemos y besamos los pezones, que él tenía bastante gruesos y carnosos, y eso le dió cosquillas pero que dijo agradecer.
Nos quedamos así un rato con caricias y besos,pues nos bajamos para el saludo de Lulito, y yo le pregunté “Nos dejarías hacer lo que queremos?”
“Cómo les podría decir que no a mis angelitos?” contestó, así que igual que esa mañana el la que nos pilló empezamos con besos y chupadas, tomando a turno uno y el otro, hasta que se puso dura, esa vez no tardó mucho.
Cuando se empalmó empezamos a mamar a turnación, pero sin nunca quitar la boca de su rabo o huevos mientras el otro le mamaba.
Tomás y yo estábamos re empalmados pero no nos tocábamos, estábamos ahí para él.
“Sois maravillosos! Me está encantando, nunca nadie me ha chupado así….ohh cuidado no voy a tardar mucho así ohhh” dijo él así que, cómo habíamos hecho pruebas de esto, nos pusimos los dos besandonos pero con la cabeza entre nuestras bocas, lamiendo todo sin parar.
“Cuidado niños ya estoy…ahora cuidado!” dijo él de repente, pero nosotros nos quedamos así mientras disparaba no se cuantos cargos de corrida, que obviamente algo escapó pero lo chupamos todo muy rápido, y nos movimos en su pecho sin parar de mover las lenguas en nuestras bocas.
Mientras tanto él, después de correrse, pareció dejar de existir por casi un minuto, y luego dijo acariciándose las espaldas “Hasta os besáis para intercambiar mi corrida? ¡Genial!”
Bajó sus manos a tocar nuestras pollas y dijo “Las tenéis que va a explotar. Pero ahora ya no tengo fuerzas para haceros algo yo”
Así que me bajé para chuparsela yo a Tomás, y él dijo “No, deja, hago yo primero”
“Pero, hagáis 69 ya así está al mismo tiempo” dijo Pedro, y después de nuestra mirada interrogativa nos explicó y yo me puse de un lado y Tomás del otro, y chupamos de esta manera nueva y muy rica. Nos quedamos en la cama de Pedro que, ahí sentado, nos acariciaba las nalgas bajando y subiendo hasta los huevos.
Fue genial esto también, y nos hizo durar muy muy poquito, igual ya lo llevábamos mucho desde antes, yo fui el primero en explotar en su boca, pero él sigo chupando todo hasta que unos diez segundos más tarde él hizo lo mismo, llenando mi boca de semen. Tuve que tragar un poco antes de irnos en el pecho de Pedro, que para eso se había acostado aposta para que lo hiciéramos.
Con la cabeza en su pecho nos besamos largamente, recogiendo lo que se caía en su pecho para luego volver a intercambiar.
“Y yo? Ningún beso al hermano viejo?” dijo él de repente después de un minuto
Tomás un poco sorprendido se subió a su cara y le dió un beso en la boca pero él la abrió sacando la lengua, así que lo besó como conmigo por un segundos, hasta que yo hice lo mismo, y nos volvimos apoyados en su pecho. “Pero, me toca decir que tiene sabor mucho más diferente después que ha estado en la boca. Me gustó” dijo Pedro, antes de cerrarnos en un abrazo.
Si os gusta este cuento, voy a seguir mis relatos en el próximo capítulo
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