La historia de Julio Capítulo4
Sigue el cuento del pequeño Lulito, ahora con menor miedo y más colaboración aún.
Capitulo4
Ahora que Pedro ya lo sabía todo, estaba mucho más libre de hacer mis cosas a Tomás sin miedo que él descubriera. Tomás nunca me pedía que hiciera nada, solo me dejaba tomarlo cuando me daba la ganas. A veces tenía un sabor más fuerte, pero nunca más sabor podrido como esa noche. Se lo dije y me contestó que desde esa vez cada vez que corría se lavaba bien.
De hecho, a veces lo despertaba por la mañana con besitos, y me gustaba mucho.
Nunca me pidió que se la chupara como mamada igual que ese día, pero después de unas semanas estábamos solo en el cuarto y Pedro en la sala, yo mismo le pedí si podía intentarlo.
Me dijo que sí, así que se sacó todo y se puso de pie delante de mí.
“Ponte desnudo tú también, para no mancharte” sugirió, y así hice.
Empecé con mis besitos y, cuando se puso dura la puse en la boca moviendo la lengua. No estaba recién lavada pero igual no tenía sabor demasiado fuerte, ya estaba acostumbrado creo.
“Ahy me da escalofríos! Pero sigue!” dijo él
Así que, pensando al día que me enseñó Pedro, me puse a mover mi cabeza adelante y atrás, pero cada vez que movía, la punta me tocaba el paladar en lugar que la lengua.
Me enteré que no estaba aprovechando mucho, así que pregunté “No te está gustando mucho, ¿verdad?”
“Ummm no muchísimo, lo siento, me da algo de molestia. Me gusta mucho más cuando solo la chupas o besas” dijo con tono triste, como si no se atrevía a decírmelo.
“Pero la vez pasada te había gustado, es cierto?”
“Sí mucho, más que una paja, hasta más de los besos”
“Ojalá me equivoque de algo. Puedo preguntarle a Pedro?”
“Cómo quieras, pero si no puedes no te preocupes, haz lo que quieras aunque no me gusta mucho”
“No, quiero entender y aprender. Espérate ya” dije, y tal cual como estaba, desnudo y empalmado, me fuí a llamar Pedro.
“Pero qué haces por la casa así?” dijo él riendo
“Necesito que me ayudes, porfavor”
“Mira” dije señalando Tomás de pié cerca de mi cama “Quise intentar hacerle la mamada como me enseñaste pero equivoco algo. Qué tengo que hacer?”
“Ahy que preguntas me hacéis! No sé, ¿qué te equivocas?”
“Creo que cuando muevo adelante atrás la cabeza no puedo chupar bien, toca mis dientes y el paladar”
“Uhmm a ver, muéstrame cómo haces”
Así me puse sentado e hice como antes. Pero seguía igual, así que Pedro pensó un rato y dijo “Pues déjame entender” y se puso en mi lugar, y la tomó en la boca, pero sacando muy en seguida dijo “Pero que asco, Tomás no te has limpiado antes de dejarlo chupar?”
Tomás se puso con cara sorprendida y mortificada, pero yo contesté “Pero a mi no me da asco, está bien”
“Perdona Pedro, me voy a limpiar bien primero” dijo Tomás y se iba a ir al baño
“No, da igual, no estás tan terrible” dijo él, y volvió a ponérsela en la boca. Después de unos movimientos la agarró con la mano, bajándola un poco y sigo así. De pronto Tomás cambió de cara, con más placer, así que Pedro se quitó y me dijo “Mira, la tienes que agarrar así porqué se va hacia arriba y si no la agarras te toca pa arriba. Intenta, ahy espera que la limpio”
“Pero si tú también has puesto en boca después que yo y llevaba mi bava. No hay que limpiarlo. Intento otra vez, vale?”
Hice como dijo y a Tomás le gustó mucho, pero después de un rato, en el que Pedro seguía sentado a mi lado mirándome con sonrisa, le pregunté “Me dejarías intentarlo contigo también?”
“Uhm, si te dejaría pero ojalá otra vez? Ahora Tomás quiere acabar creo, a que no?” contestó con dudas.
“No, vaya hermano, deja que haga lo que quiera. Yo acabo luego, no pasa nada”
“Pero no se si huele mal, quizás tengo que ducharme o…”
“Vaya tío cuántas quejas” como la vez pasada, de un solo golpe le quitó calzoncillos y pantalones, se la agarró y la olí como esa noche, y dijo “No tiene ningún mal olor, puedes!”
Tomás se puso detrás de mí, como Pedro la vez pasada, él de pié frente a mí y yo sentado entre las piernas de Tomás.
Ahora estábamos los tres desnudos, Pedro se había quitado la camiseta también, pero solo Tomás y yo estábamos empalmados, la suya la podía sentir contra mi espalda, mientras me tenía pegado a él con un abrazo,
Empecé dándole besos en la punta floja, pero como no se ponía dura tomé la cabeza en mi boca y moví la lengua por todos lados. Tomás tenía razón, no tenía mal olor ni sabor, y dentro de un minuto se había empalmado por fin.
Comencé la mamada moviendo como me había dicho. Fue mucho más fácil que con Tomás porque la tenía erecta adelante y cabía bien en mi boca. La verdad era realmente más pequeña que la de Tomás, lo podía sentir ahora.
Detrás de mí Tomás parecía un radiador más caliente que nunca, y su polla parecía muy dura y algo mojada, pero igual era mi sudor.
“Lo estás haciendo muy bien Lulito, ¡hasta mejor que aquellas de mi novia!” dijo sin pensar, y Tomás y yo nos reímos de gusto.
Después de unos minutos me dijo que parara porque iba a correrse muy pronto.
Así yo hice, y me puse más atrás, más pegado aún a Tomás, y pide “Me dejas comer la corrida Pedro?”
“Ahy si como quieras, haz lo que quieras. Espera, tenía derecho a venganza a que si?” contestó riendo mientras aceleraba su paja.
“Venganza?” pregunté yo, pero ya tuve respuesta en un par de segundos.
Tomás estaba totalmente detrás de mí, pero tenía la cabeza apoyada en mi hombro.
Cuando fue a punto de correrse, dirigió la polla hacía su cara, y explotó ahí toda su corrida.
Bueno no toda, porque algunos chorros se cayeron en mi hombro y pecho.
Tomás reaccionó diferente de él, y se puso a reír como loco, con todo el semen que le colaba en el cuello y hasta en la boca.
Muy rápido me dí la vuelta y lamí todo lo que colaba con la lengua que parecía la de un perro.
Tomás no paraba de reír, intentó chuparse la corrida que colaba en sus labios, pero de la misma manera la recogí yo, lamiéndole su misma lengua.
En ese momento paró de reir, me subió con los brazo y me miró con cara enojada. No sabía que esperarme, si hice algo malo, así que paré de lamer, pero de repente con la lengua se puso a lamer en mi cuello y a lado de mi boca donde aún habían los churros.
“Ahy que hermanos locos tengo! Tenía que ser una venganza y al final te la comiste solo!” dijo riendo Pedro. Así que me dí la vuelta y le lamí limpiando la punta con algunas gotas pendientes, mientras se estaba poniendo floja.
“Espero que os haya gustado a los dos…ahora puedo volver a mis tareas?” preguntó Pedro
Tomás no se pajeó ni nada, solo nos quedamos un rato en su cama, yo con el oído en su corazón, y después de un rato nos fuimos a duchar los dos.
Una mañana sin escuela yo desperté primero entre los tres. Como que me daba la ganas y Tomás me dijo que podía hacer como más me gustaba, me fui silencio a su cama y empecé lamiendo y chupando. Dentro de unos minutos se despertó, pero ya antes eso se le había puesto dura.
Me llamó a subir en la cama con él y me preguntó “¿No tiene mal sabor por la mañana así? Yo creo que sí!”
“No, está bien. Es algo más fuerte pero no me molesta para nada, me gusta despertarte así”
“Uhm no lo creo, dejame sentir tu aliento” me dijo, y así le respiré cerca de la nariz
“Wah pero es olor a meo! como puedes chupármela así?” dijo él con cara de asco
“A mi me gusta, no me molesta esto” respondí naturalmente
“La de Pedro tiene el mismo sabor por la mañana? o solo la mía?” me preguntó
“No lo sé por la mañana, solo lo hice esa vez de despierto
“Pues, ven” dijo, tomó mi mano, se levantó y se fue con cuidado a la cama de Pedro.
Con mismo cuidado se la sacó del calzoncillo, la olió descubierta y dijo “Pruebala, puedes? Quiero saber si sabe igual”
“Pero…él está dormido ¡no se lo he pedido!” respondí preocupado
“Bah, ya se lo habías pedido, pues está bien para ahora también. ¿Quieres?” me preguntó, moviendo la verga floja cómo si fuera un trozo de pan que me ofrecía.
Me quedé algunos segundos con dudas, pero como no la dejaba de la mano me decidí y la tomé en la boca, lamiendo y chupando por un rato.
“La verdad, aunque la tuya no me molesta, esta tiene mucho menos sabor que la tuya. Está más dulce creo” contesté.
“Ahy pero cómo puede ser que no sabe a meo? Dejame probar” dijo, y por primera vez lo ví hacer lo mismo que yo, se quedó unos diez segundos moviendo su lengua alrededor de la cabeza. “Joder no lo puedo creer, no sabe casi a nada! Y la tuya? Es como la mía?” preguntó
“Pues no sé, ¿cómo puedo saber?” contesté, obvio.
Se la colocó a su sitio la de Pedro y me llevó a mi cama, pues dijo “Déjame oler la tuya, puedo?”
Dije que sí, entonces me la sacó, se puso a oler y dijo “Ummm creo que esté mucho más fuerte. A ver…” y sin decir nada más la tomó en su boca, un par de segundo, pero rápido se quitó y le salió un golpe de náusea como se pasó a mi”
«Disculpa!» dije yo
“Anda no pasa nada, la vamos a limpiar bien juntos” me respondió. Nos fuimos al baño, tomó el jabón y me limpió y fregó alrededor de la cabeza. Aclaró bien y secó, todo él mismo. Luego nos volvimos al cuarto. La olió otra vez y la tomó en la boca despacio.
Esta vez, pero, la quedó ahí lamiendo bien con la lengua. Dentro de poco se puso dura, y yo empecé teniendo escalofríos.
“Te gusta?” me preguntó. Era la primera vez que alguien me hacía esto, no sabía responder “Creo que sí, está raro. Ahora ya no huele mal?”
“No, está como aquella de Pedro. Y casi está grande igual que la suya ya!”
“Dejame oler si no sabe a malo” dije, y él hizo lo mismo que hizo yo antes, y no sabía a nada.
“Tú aún no te pajas, no te sale corrida, verdad?” me preguntó
“A veces he intentado hacer como haces tú, pero no sale nada” contesté
“Sigue intentando, un día saldrá. Yo fui precoz, tenía poco más que tú ahora cuando me salió mi primera corrida”
“Vale, sigo intentando, ya te diré cuándo será”
“Me gustaría ver cuándo será la primera. A ver, cómo que tú me haces esas cosas, yo de cambio te hago pajas, vale? ¡No lo hagas tú solo!”
“No me las puedo hacer?”
“Hasta la primera corrida me gustaría hacerlo yo, puedo?”
“De acuerdo, está bien. Pero ahora quiero hacerte mamada yo y sacar tu corrida, puedo?”
“Ya la tienes lista, mira” dijo, y se la sacó muy dura y un poco húmeda. Será que se había puesto cachondo chupandosela a Pedro y a mi, quizás.
Se la mamé por un buen rato, pareció que le gustara mucho. Cuándo estuvo a punto me dijo de ponerme encima de su pecho como la vez pasada,y ahy llegaron muchos churros, un poco adentro de mi boca, un poco en su pecho, pero la mayoría en mi cara.
Lamí todo lo que había en el pecho y barriga, le limpié la punta donde habían gotas, y me volví hacia él.
Él me tomó con dos manos y primero me dió besos en la cara chupando su semen, luego empezó a lamer con la lengua mi cuello, subió a mi cara y alrededor de mi boca.
Cuando llegó a los labios yo saqué un poco la lengua, que aún llevaba su semen, y él empezó a lamerla como para comer un helado, mucho más allá que solo para recoger su semen.
Luego nos quedamos un rato así antes que él volviera a su cama.
Después de esa mañana, casi cada día en el que estábamos solos, mayormente la noche, Tomás intentaba hacerme una paja, pero normalmente después de un rato se me ponía floja o me molestaba así que paraba.
Nunca me lo hizo si yo no quería. Cuando lo dejaba, porque floja o por que no quería más, antes de dejarlo le daba un besito, como despida.
Me había enterado de que muchas veces, cuando me tocaba, se empalmaba él mismo, creo que le gustara mucho.
Cuando yo despertaba primero, iba a la cama de Pedro y le daba un besito, y luego a Tomás.
Igual a Tomás me quedaba un poco más, y luego volvía a mi cama.
Una de esas mañanas, cuando colocaba la polla de hermano en el boxer y volvía a mi cama, Pedro despertó y me hizo sentar en su cama, preguntándome “Se lo haces cada mañana?”
“No cada mañana, solo cuando soy el primero a despertar”
“Te obliga a hacerselo por sea caso?”
“No, nunca me pide nada. Solo hago lo que quiero cuando quiero. Está mal esto? Soy malo que yo solo decido?”
“Ahy no, no digas eso, tú eres el mas pequeño, no está mal, solo me preocupo que te pida que no quieras de verdad. Pero veo que ni se despierta, así no puede ser. Pero como puede que no despierte si se la chupas?”
“Pero tú tampoco cuando te lo hago”
“Cómo eso? Me la chupas cuando duermo?”
“Sí, cuando dormís los dos. No puedo? Disculpa” dije bajando mi mirada
“Vaya no, me da igual, si te gusta hazlo, pero nos huele mal por la mañana, no tienes que hacerlo”
“La tuya nunca huele mal, la suya a veces está más fuerte pero normalmente no, igual hoy está parecido a la tuya”
“Umm no sé. Espero que esté así.”
Después de esto cambió el tema y no hablamos más sobre esto con él.
Mientras tanto cada día Tomás seguía intentando con mi polla pero nada, no pasaba nada.
Una mañana ví que Pedro me miraba mientras la chupaba a Tomás sin que despertara, pero no dijo nada y yo volví a mi cama.
La mañana siguiente, muy temprano, estaba girado de espalda y sentí que alguien me llamaba dulcemente. Pero no quise abrir los ojos y no dije nada. Una mano me acarició la cintura y puso una mano en mis calzoncillos, me movió un poco tocando la punta pues la sacó.
En el silencio pude oír claramente el ruido a alguien que huele a algo. Seguro era Tomás, pero que raro que haga así con la mano, pensé.
Cuando lo oí que se volvía a su cama me di la vuelta lentamente y vi Pedro de pié cerca de la cama de Tomás.
Lo escuché llamarlo, pero no so movió. Miró hacia mi pero yo actué dormido, así que hizo algo raro.
Le bajó el boxer, le olió todo, los huevos, la polla y la descubrío.
Miró antes hacia mi y luego hacia la cara de Tomás, y luego la puso en la boca. Antes le dió una saboreada, se quitó pero no se fue, luego otra y otra más.
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