LA HISTORIA DE MI VIDA 6. “La Despedida De Mi Padre”.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Elcoyoludo.
Después de la visita de mi tío Diego, todo volvió a la normalidad en casa.
Ya faltaban pocos días para que mi padre se fuera durante dos semanas a otra ciudad por cuestiones de trabajo, además durante la otra semana en adelante mi madre ya no iba a trabajar en las noches en el hospital e iba a realizar sus turnos durante el día.
Así que en el poco tiempo que faltaba para todo esto, tenía que aprovechar al máximo el tiempo que tenía a solas con mi padre.
Cierta noche al igual que las anteriores, me fui a quedar al cuarto de mi padre.
Hasta entonces no habíamos hecho nada y desde que lo hice por primera vez con él, no lo habíamos vuelto hacer.
Durante esa noche conversábamos de un tema en específico.
Claro conversábamos acostados en su cama, solo con nuestra ropa interior puesta y semi-tapados con las sábanas, viendo el techo.
Papá: Alex, sabes que lo que hacemos no está bien ¿verdad?
Yo: pero ¿Por qué? Si tú me quieres y yo a ti.
Papá: si, pero me refiero a que no es normal que un padre y su hijo de 15 años duerman juntos y hagan lo que hacemos nosotros, eso no está bien.
Yo: lo entiendo, pero ninguno de los dos elegimos esto, lo que paso aquella noche fue algo donde los dos estuvimos de acuerdo, mas no lo elegimos, además nos queremos.
Papá: y ¿Qué pasaría si tu mamá nos sorprende haciendolo?
Yo: para eso hay que ser discretos.
Papá: (mueca de sonrisa y alborotando mi cabello) eres mi putito.
Yo: voy hacer tu hijo de día y tu amante en las noches.
Papá: está bien, pero solo no te enamores demasiado.
Yo: no lo hare, recuerda que tengo novio y solo te voy amar cuando hagamos el amor.
Papá: ha, o sea que no me quieres.
Yo: bien, pero me refiero como tu amante.
Papá: tranquilo, lo entiendo.
Ah, otra cosa que quiero que entiendas es que no vayas a pensar que soy gay, por el motivo de que te beso y te lo hago y todo eso.
Yo: claro que no.
Y claro que entendía a mi padre y que no solo por acostarse conmigo lo hacía menos macho, al contrario, mi padre seguía siendo tan macho como siempre.
Papá: hago todo eso para que entres en confianza conmigo y eso sirve para calentar, además eso es lo que es hacer el amor, como a ti te gusta.
Yo: ha… entonces a ti no te gusta besarme, malo.
Recostando mi cabeza en su pecho y acariciando su pectoral derecho, ya que mi cabeza estaba en el izquierdo.
Papá: claro que si…mi jovencito calenturiento.
Metiendo su brazo por debajo de mi cabeza y dándome un beso en esta.
Bueno ya duérmete que mañana tienes que ir al colegio.
Restregué mi cara en su pecho para acomodarme y después de eso no sentí a qué horas me quede dormido en su pecho al lado de su corazón.
Al otro día ( viernes) por la mañana, mi padre me mando a mi cuarto antes de que mi madre llegara, como de costumbre.
Me fui a mi cuarto y todo ese día hasta la en la tarde había transcurrido con normalidad.
Al llegar la tarde cenamos a temprana hora en familia como era costumbre.
Mi madre termino de comer y luego dijo que iría a darse un baño antes de ir a trabajar al hospital para sacar su turno nocturno.
Mi padre y yo aún no terminábamos de comer, al terminar mi padre me dijo que recogiera la mesa, porque él tenía que irse a bañar para ir a dejar a mi madre a su trabajo.
A mi padre ya solo le quedaban dos días en casa, al igual a mi madre que ya solo le quedaban dos días de turnos nocturnos en el hospital donde trabajaba.
Mi padre fue a dejar a mi mamá a su centro laboral.
Yo por otra parte me fui al cuarto de mis padres a esperar a mi papá, para dormir con él.
Tal vez por todas las actividades del día me sentía cansado, que dormido me quede esperando a mi padre en su cama, no sentí a qué horas llego, mucho menos sentí toda la noche.
Al otro día cuando amaneció mi padre como era de costumbre me mando a mi cuarto antes de que mamá llegara.
el sábado llego y con ello la última noche que dormiría con papá, yo me sentía algo triste pues el siguiente lunes mi padre se iba ir muy lejos durante dos semanas y mis noches iban hacer solas y frías.
Durante ese sábado todo transcurrió normal, mi padre y madre en sus asuntos y yo en los míos, comunicándome por mensajes con William quien cada vez estaba más decidido a decirles a sus padres de su orientación sexual.
Mi madre se fue a bañar para ir a trabajar y luego mi padre para irla a dejar, yo me encontraba viendo tv.
Al cabo de un rato bajo mi padre, muy guapo por cierto y con un olor a perfume de macho exquisito, como él acostumbra, mi madre por otro lado iba saliendo de su cuarto.
Yo estaba sentado en uno de los sillones viendo tv, mi padre por detrás se acercó a mí y antes de que mi madre bajara, al oído me susurro: te preparas antes de que regrese y me esperas en mi cuarto.
Yo asentí con la cabeza.
Vamos, dijo mi madre, terminando de bajar los escalones.
Mi padre alboroto mi cabello con su mano y a ambos los vi salir por la puerta.
Al escuchar que el auto de mamá se marchó, apague la tv y fui a mi cuarto, saque mi equipo de limpieza y me dirigí al baño para asearme.
Me hice el lavado rectal con aceite de olivo, tarde lavando varios minutos y al estar seguro de que estaba limpio por completo me fui a bañar muy bien.
Regrese a mi cuarto para guardar todo mi equipo, decidí ponerme un bóxer y pantalón y así sin camisa me dirigí al cuarto de mi padre.
Al ver que mi padre aun no llegaba decidí saludar a William, con quien empezamos una buena charla.
La puerta del cuarto de mis padres se abrió y quien abrió era mi amado padre, yo me encontraba sentado sobre la cama de mis padres con el celular en las manos.
Papá: ya estás aquí.
Cerró la puerta de aquella habitación y coloco las llaves sobre un mueble junto con una bolsa que traía con algo, de inmediato comenzó a quitarse la camisa.
Yo inmediatamente me despedí de William, deseándole feliz noche, me puse de pie y me dirigí a mi padre y el a mí, aun desprendiéndose de su camisa, de la cual se deshizo y tiro al piso, ahora ambos estábamos sin camisa.
El deseo de parte de los dos era notable y las ganas de poseer uno al otro eran inmensas.
Al verlo sin camisa y ver su abdomen plano y pectorales marcados, al igual que su vello rostro, despertaban en mí, mil emociones.
Me acaricio la mejía con su mano y yo puse mi mano derecha en su pecho, me miro con esa mirada de macho cariñoso, cabe resaltar que mi padre es de aspecto amoroso y por supuesto que también lo es y su contraste de macho lo hace muy atractivo que levanta miradas en más de una mujer.
Paso su pulgar en mis labios y bajo su rostro al mío, cabe mencionar que soy más bajo que mi padre, cerró sus ojos y pego sus labios con los míos en un beso tierno.
Yo le correspondí y nos comenzamos a besar apasionadamente, sus labios eran exquisitos, su barba de tres días me hacía sentir estar con un varón de esos que te hacen sentir que estas con un verdadero hombre.
Mi padre me tomo por la cintura con sus fuertes brazos y con ellos me abrazo y me pego a él, yo extendí mis brazos y lo abrace por el cuello.
Sus besos eran embriagantes, además de besar a mi papá, con mis manos acariciaba su espalda, el también acariciaba la mía con sus enormes manos.
Mi pene inmediatamente cobro vida ante tal acontecimiento, mis manos ahora acariciaban los costados de su cuerpo y él mis glúteos por encima de mi pantalón.
Baje mis manos hasta su entre pierna y por encima de su pantalón comencé acariciar en su bulto, el cual seguía con el mismo tamaño de siempre, que por cierto siempre se nota, y por más que lo toque no logre despertarlo y ni por más que nos besábamos que para esta parte mi padre ya me había besado todo el cuello y yo a él.
Deje de acariciar su entrepierna y pase mis manos a su cinturón, el cual desabroche, para luego desbotonar su pantalón, baje su bragueta y entre su bóxer metí mi mano, pase rozando su vello púbico recortado y llegue a su miembro, lo tome por el tronco, su pene estaba caliente, es grueso y grande.
Al tener su pene en mi mano lo hice para arriba sacando solo la mitad del bóxer de mi padre y comencé a masturbarlo, al parecer el pene de mi padre aun no respondía, se debía a que mi padre es un hombre muy experimentado ante ese tipo de situaciones.
Mi padre sin dejarme de besar y yo sin dejar de masturbarlo, él comenzó a desabotonar mi pantalón, luego bajo el cierre y al hacerlo metió sus manos en mi pantalón por el lado de atrás y con eso bajo mi pantalón hasta por debajo de mis nalgas.
Mi padre comenzó a acariciar mis nalgas suavemente con sus grandes manos: al bajar mi pantalón también mi pene de 12cm salió de un salto y estaba como roca y al estar así era notable mi curva hacia la izquierda, pero yo ya había perdido la vergüenza de estar desnudo frete a alguien.
Mi padre empezó a abrir y cerrar mis nalgas, al parecer eso le gustaba porque su pene comenzaba a mostrar señales de vida.
Sin dejarme de besar y yo de masturbarlo, mi padre comenzó a pasar sus dedos en medio de mi raja, que bien se sentía, luego con uno de sus dedos comenzó a masajear el anillo de mi ano, que rico se sentía eso y al parecer mi padre le gustaba mucho porque su pene rápidamente crecía en mis manos, que ya no lograba abarcar su gran tamaño pues habia alcanzado su rigidez en un 90%.
Comencé a bajar más su pantalón y él el mío sin dejarnos de comer a besos, yo le ayude a mi padre a quitarme el pantalón, me lo termine de quitar junto con mi bóxer y lo deje tirado en el piso y luego me dedique a besar y acariciar a mi padre, besaba sus labios y luego me dedique besar su fornido cuello y acariciar con mis manos sus fuertes pectorales.
Baje besando por su pecho, su plano abdomen, hasta llegar a su vello púbico el cual recibió un beso de mi parte.
Su pene estaba erecto, muy erecto.
Baje su pantalón, el cual le quedaba ajustado, por el motivo que mi padre es de piernas gruesas al igual que todas las partes de su cuerpo; me costó bajarle el pantalón hasta los tibios, donde él con sus pies termino de quitarlo, luego baje su ajustado bóxer color verde obscuro con gris y él termino de quitarlo con sus pies.
Ahí, de rodillas frente a mi padre estaba yo, a la altura de su miembro, viéndolo cara a cara.
Su verga es grande y gruesa con una vena gruesa que recorre todo el tronco y con una cabeza enorme y de ella dos grandes y rosas pelotas cuelgan.
Sujete su gran pene erecto por el tronco y comencé a masturbarlo suavemente, con mi mano derecha no lograba rodear la circunferencia de aquel grueso mástil, lo masturbe durante poco tiempo.
Luego levante mi mirada y mire a los ojos a mi padre y lentamente me fui acercando a su hombría, le di un beso en el ojito en señal de agradecerle por haberme creado; mi padre hizo un gesto de sonrisa.
El olor en esa zona era exquisito al igual al de todo su escultural cuerpo
Abrí mi boca un poco, solo para meter una pequeña parte de la cabeza del pene de mi padre, tan solo la puntita.
Mi padre estaba de piernas abiertas.
Yo abrí más mi boca y fui metiendo lentamente el miembro de mi padre en mi boca, metí toda esa gran cabeza en mi boca, tenía ese sabor característico, saque ese glande de mi boca y luego volví a meter y comencé a mamar ese tan rico pedazo de carne.
Al mismo tiempo que mamaba la cabeza, con una mano masturbaba el tronco y con la otra acariciaba sus enormes testículos, los cuales estaban totalmente depilados.
Yo miraba a los ojos a mi padre y él a mí, coloco su mano derecha sobre mi cabeza para guiar mis mamadas.
Al mamarle el pene a mi padre, hacía mucha saliva que por supuesto me la tragaba.
Luego pase mi lengua desde la punta de su pene hasta la base de este mismo y viceversa, lamí cada parte de su verga y mientras lo hacía veía a mi padre a los ojos y el a mí, su mirada era de orgullo hacia mí, al ver las maravillas que podía hacer su único hijo con su boca y lengua.
Deje de lamer su pene, para continuar con sus bolas, pase mi lengua en estas y luego metí una de ellas en mi boca y comencé chupar, son tan grandes que solo una me cabía en la boca.
Deje de mamar su testículo derecho para comenzar a chupar el izquierdo, lo chupe durante cierto tiempo y luego metía el izquierdo y el derecho por separado en repetidas ocasiones, yo mamaba esas ricas bolas y como no hacerlo si un día estuve yo en ellas, además ahora estaban llenas de su néctar.
Pase mi lengua por sus testículos, llegue a la base de su miembro y seguí hasta llegar a la punta, al llegar ahí nuevamente metí la cabeza de esa hermosa verga en mi boca, la seguí mamando como si mi vida dependiera de eso, sentir el glande del pene de papá en mi boca era muy sabroso, su textura, su sabor, el simple hecho de cómo se siente al mamarla era delicioso, es la parte del pene más rica.
Ahora solo me limitaba a mamar el glande de mi padre y con mis manos acariciaba las velludas piernas de papá, mi mirada la tenía puesta en el rostro de papá, quien por cierto, mirándome a los ojos, abría su boca y soltaba leves suspiros.
Mi padre solo se limitaba a recibir placer y sujetar mi cabeza con su mano derecha.
Con una mano deje de acariciar una de sus gruesas y velludas piernas para pasar a tocar su plano abdomen hasta llegar a sus duros pectorales, sin dejar de mamar la cabeza de su verga, ahora mi padre miraba al techo con la boca abierta recibiendo una muy buena mamada de mi parte; ya llevaba varios minutos mamando esa gran cabeza, que me gustaba tanto.
Mi padre, con su mano sujeto la mía (la que acariciaba su pecho) y me hizo ponerme de pie y con una sonrisa me susurro: parece que tu madre te dio clases.
Enseguida supe que mi mamá también le mamaba el pene a mi padre, y como no hacerlo si era delicioso.
Mi padre me abrazo por la cintura y siguió besándome y yo a él, con mis brazos lo abrace por el cuello y nos besábamos como que no hubiera un mañana; su pene duro como roca yacía a la altura de mi pelvis y aplastado por mí estómago, nuestros pechos unidos estaban, al igual que nuestras bocas y lenguas.
Con sus enormes manos me tomo fuerte de los glúteos y con sus fuertes brazos me levanto, sin dejar de besarnos.
Yo lo sujete fuerte con mis brazos del cuello y con mis piernas sujete su cintura, para sostenerme con firmeza.
Mi padre siendo un hombre musculoso y fuerte, y yo un chico no muy delgado, no le costó trabajo cargarme.
Su polla pegaba en mis nalgas y mi pene y testículos tocaban su abdomen.
Mi padre pego un par de pasos en dirección a la cama y cuando estaba cerca a esta se dio la vuelta y al borde de esta se sentó, sin dejar de besarme un solo instante.
Yo estaba sentado en sus piernas, encima de su enorme miembro.
Eso me hizo recordar cuando niño y mi padre me sentaba en sus piernas para hacerme cosquillas y pasarme su barba que antes me picaba.
Sin embargo ahora me sentaba en ellas para hacerme algo que me gustaba más.
Mientras besábamos nuestros labios, yo hacía movimientos de cintura para que el gran pene de mi padre pasara entre mis nalgas, claro sin penetrarme, que bien se sentía eso.
Mi padre dejo de besarme y sin menearse de como estábamos, extendió su brazo y con su mano agarro el bote de lubricante que había traído; por detrás de mi espalda saco el líquido y lo puso en su mano y con la que tenía el lubricante, unto su cetro de carne, le puso bastante lubricante y luego puso el bote de dicho liquido aun lado nuestro y me dio otro beso.
Papá: cuando estés listo.
Yo entendí a que se refería, pero quise seguir besándolo y mientras lo hacía meneaba mi cintura para frotar su pene entre mis nalgas, ahora se sentía mucho mejor por el lubricante.
Mi pene por otro lado hacia ratos que del salía líquido transparente, dejándolo caer en el estómago de papá, pero al parecer mi padre no le importaba.
Deje de besar a mi padre, lo deje de abrazar por el cuello con mis brazos para tomar el lubricante, lo agarre y puse cierta cantidad en mi mano de recha, con mi mano izquierda lo sujete del cuello y con la otra sujete su pene para untarlo aún más con lubricante, unte su gran glande y luego todo el tronco, lo masturbe solo para estar seguro que todo ya estaba completamente lubricado y con lo que me quedaba en la mano unte toda la entrada de mi ano.
Al sentirme seguro, sujete del tronco el pene de mi padre y me levante un poco para darle espacio a tremendo mástil para que quedara parado y yo sentarme en él.
Mi padre me miraba apasionadamente a los ojos y yo los suyos, su pene apuntaba hacia arriba viendo hacia mi anillo, lo sujete fuerte con mi mano y lentamente fui bajando, cuando su pene toco la entrada de mi huequito me detuve para tomar un respiro.
Sujete fuerte el pene de mi padre e intente meter ese tremendo miembro en mi ser, pero no entraba, mi ano se resistía a darle pasa a tremendo intruso.
Mi padre, me tomaba de la cintura con sus brazos, mientras yo intentaba meter su pene en mi agujero, y gracias al lubricante mi padre no tardó mucho en entrar en mí.
La enorme cabeza de aquel pene de 19cm había entrado.
Di un pequeño gemido de dolor cuando metí la cabeza del pene de mi padre en mi hoyito.
Yo: hum.
No sentí mucho dolor, así que sin soltar la verga de mi padre seguí bajando, metiendo cada vez más en mi vacío.
Mi rostro era e dolor, pero seguí sentándome en tan deliciosa verga.
Papá: tranquilo.
Me susurro.
Mi padre se había dado cuenta de mi dolor, pero no era mucho comparado con los anteriores.
Ya llevaba media verga enterrada en mi cueva, mi padre solo se limitaba a abrazarme con sus brazos y yo a sujetar su fornido cuello, sujetar su pene con mi mano e irme sentando en el miembro de mi padre.
Además mientras me iba sentando en su virilidad, nuestras bocas estaban cerca intercambiando aliento.
Al fin, logre meter todo el pene de mi padre en mi hoyo, ahora mi padre estaba completamente dentro de mí.
El dolor no era demasiado, podía sentir como el pene de mi padre estaba dentro de mi cuerpo y podía sentir sus testículos siendo aplastados por mí.
Papa: ¿estás bien?
Yo: sí.
Papa: ¡que rico estas!
Yo: tú también.
Mi pene dejo de estar duro, para pasar a estar flácido, pero aun así lubricaba bastante, dicho líquido caía en el estómago de papá; mi padre se dio cuenta y obvio que no dijo nada, es más, para él era normal.
Con ambos brazos, abrace a mi papá por el cuello, mientras él me abrazaba por la cintura y espalda, al ver su bello rostro cerca del mío no pude resistirme en pegar mis labios a los suyos y comenzamos a besarnos y a medida que nos besábamos, comencé a menearme suave, sacándole un gemido a mi padre.
Yo frotaba suavemente el pene de mi padre y podía sentir como se movía dentro de mí, sin dejar de besarnos, seguí frotando con agilidad el enorme pene de mi padre.
Que rico se sentía frotar tremendo mástil y sentir sus grandes testículos en mis nalgas, además de que mi polla rozaba su estómago.
Mi padre dejo de besarme para ver mi rostro de placer, el cual era total, al igual al de mi progenitor.
Yo: mmm…mmm…
Papá: ufff…ufff…
Tan grande era la excitación de mi padre que dejo de abrazarme, para llevar sus manos a mis nalgas, las cuales abrió aún más.
Mi ano estaba totalmente abierto, así que mientras lo tenía abrazado por el cuello, deje de frotar el pene de mi padre en mi interior y comencé a subir y bajar en su pene.
Podía sentir como el glande de mi papá rozaba mi recto.
Papá: ha…ha…ha…
Yo: mmm…haaa…
Allí estaba mi padre, sentado al borde de la cama y yo en sus piernas, ensartado en su estaca (flor de loto).
Yo no paraba de bajar y subir en las piernas de mi padre, metiendo y sacando ese delicioso pedazo de carne de mis entrañas: con su gran tamaño podía sentir como su glande tocaba mi próstata.
La enorme cabeza del pene de mi padre rozaba las paredes de mi recto, provocando en ambos un enorme placer.
Las piernas de mi padre eran enormes y sentado en ellas estaba yo, viéndolo a los ojos, los cuales brillaban de la excitación.
Mi padre me hizo parar, y siendo tan fuerte y yo un chico de 15 años, de corpulencia normal.
Sin salirse de mí, se apoyó con sus manos y brazos, para hacerse para atrás, yo no soltaba su cuello y él no se salía de mí, con sus pies se terminó de apoyar para quedar sentado a media cama, mi padre me beso un pequeño momento.
Mi progenitor se tiró a la cama, quedando acostado y yo encima de él, ensartado en su gran pene.
Acaricie su pecho y abdomen, acomode mis piernas, quedando de rodillas sentado en el pene de mi padre; puse mis manos en su duro pecho y comencé a bajar y subir, lento.
Yo: ha ha ha…
Papá: mmm…mmm…
Y mientras lo hacíamos nos mirábamos fijo a los ojos.
Mi padre estaba con sus manos detrás de su cabeza, disfrutando del placer que su hijo le deba.
Ambos gemíamos de placer.
Papá: oh…oh…oh…
Yo: ah…ah…ah…
Papá: ooh…ohh…
Yo: mmm…mmm…
Mi rostro lo tenía al techo, con los ojos cerrados disfrutando del cuerpo de mi padre, él solo se limitaba a recibir placer y gemir como macho con las manos detrás de su cabeza.
Papá: oooh…oooh…
Yo: mmm…mmm…
Mi padre, coloco sus manos en mi cintura para guiar mis acelerados movimientos.
Su enorme pene vagaba libremente en mi recto, podía sentir las venas de su pene en mi ser y también lo caliente que estaba que estaba.
Mi padre levanto un poco su cuello para ver como su pene era tragado por mi agujero.
Las venas de su cuello se exaltaron y unas gotas de sudor en su frente empezaban a notarse.
Yo no paraba mis centones, al contrario al ver lo maravilloso que lucía mi padre al follar, me hacía poner más cachondo y aceleraba mis movimientos.
Papá: no pares.
Sigue.
Yo: mmm…haaa…
Papa: ¡que rico! Sigue así.
No pude resistir de bajar mi rostro para besar a mi padre y así lo hice, mi padre me correspondió y nos besamos y yo no paraba de moverme.
Mi padre sin dejarme de besar, llevo sus manos y me tomo de las nalgas, abrió sus piernas y comenzó a empujar su pene hacia adentro y a fuera, lo hacía con tal fuerza que sus grandes testículos chocaban en mi trasero.
¡Qué sensación tan rica!
Mi ano estaba tan abierto que solo podía sentir placer.
Dejamos de comernos a besos, sin embargo mi padre me abrazo fuerte, pegando mi pecho al suyo y me penetraba a gran velocidad.
Yo: haaaa…haaaaaa… con los ojos cerrados y apretando mis dientes.
Papá: ooooh…ohhh…
Mi padre era un experto en hacer el amor.
Su gran pene no tenía dificultad alguna en entrar y salir de mi cueva.
Mi pene excretaba gran cantidad de líquido transparente, el cual yacía en el estómago de mi padre.
Papá: ffff…ahh…sss…ahhh…
Yo: ha ha ha…
Mi padre en un movimiento, me hizo quedar debajo de él, a piernas abiertas y él en medio de ellas, dentro de mi (de misionero) mi posición favorita, pues me hace sentir dominado.
Se apoyó con sus brazos y mirándome a los ojos, comenzó con tan conocido vaivén a gran velocidad.
Yo: haaaa…haaaa…
Papá: mmm…haaaa…
Sus testículos chocaban constantemente en mis nalgas.
Yo acariciaba sus duros pectorales y con una mano apretaba uno de sus pectorales y con la otra acariciaba su fornido cuello, en el cual sobresaltaban sus venas.
Su grueso pene rozaba mi recto, provocando en ambos una inmensa sensación de placer.
Podía sentir cada vena de su enorme verga dentro de mí, mi ano estaba a más no poder.
De la boca de mi padre y de la mía salían gemidos de puro placer y los sonidos de su pelvis al chocar con mis nalgas no se hacían sordos.
Yo, mientras gemía a más no poder, también, acariciaba la ancha espalda de mi papá o hasta donde mis brazos llegaban.
Su piel comenzaba transpirar, era una magnifica sensación lo que su sudor que al ser combinado con el mío me hacía sentir.
Mi padre dejo caer por completo su cuerpo y siguió penetrándome como que si quisiera combinar nuestros cuerpos en uno solo.
Era magnífico el poderlo tenerlo dentro de mi cuerpo, ya que con cada embestida podía sentir cuanto me quería.
Yo solo me limitaba a abrazarlo y acariciar su espalda.
También ponía una de mis nanos en uno de sus glúteos para halarlo más hacia dentro de mi cuerpo, apretaba fuerte su pompa haciéndolo más hacia dentro.
Como si se pudiera.
La respiración de mi padre era aguda, ya estaba llegando a su clímax, podía sentir su respiración en mi oreja y él la mía.
Comenzó a menearse más rápido y su pene me hacía sentir de maravilla, que solo podía cerrar los ojos y gemir como si mi vida dependiera de ello.
Sentir como su glande rozaba las paredes de mi ano, sentir su respiración de macho, escuchar el rechinido de la cama mientras hacíamos el amor, el tan solo tenerlo dentro de mi cuerpo me hacía sentir el chico más afortunado del mundo y sentir una gran satisfacción.
La respiración de mi padre ya no daba a mas, pude sentir como su pene engrandeció llegando a su punto máximo, mi ano se abrió a mas no poder y el cuerpo de mi padre se estremeció.
Papá: haaaa…haaaa…
Yo: mmm…
Papá: ooooh…ooooh…
Yo: mmm…ohh…
Mi padre había llegado a su clímax.
Sentí como mis hermanitos eran expulsados violentamente del miembro de mi padre para ser depositados dentro de mí, eran calientes y fueron enviados a lo más profundo de mi ser.
Papá: ooohhh…ffff…ahhhh…
Yo: ahhh…
Mi padre había sacado la última gota de su abundante leche.
Yo me sentía vivo y sobre todo amado por aquel hombre que había depositado su semilla en mí, el cual era mi propio padre y su semilla jamás iba hacer fecundada.
Mi padre pego su frente a la mía y ambos cerramos los ojos.
Increíblemente su pene no perdía su firmeza.
Mi padre ya habiendo terminado de depositar hasta el último esperma, se apoyó con sus brazos, separando nuestros pechos, y cuando se disponía a salir de mí, lo detuve, poniendo mi mano sobre su pompa, yo aún no había culminado y quería hacerlo con mi padre adentro, mi padre entendió y se detuvo.
Escupí mi mano y me comencé a masturbar.
Claro, aun con la estaca de me padre adentro, la cual no perdía toda su dureza.
Yo me masturbaba con gran placer y más con mi padre dentro, mi padre dándome más placer comenzó a menear su cadera, penetrándome lentamente, que rica sensación.
Gracias a que mi padre seguía dentro de mí su semen no podía salir y tener su semen dentro se sentía de maravilla.
Yo: oohhh…aahhh…
Lanzando mi semen en mí pecho y estómago, que bien se sentía llegar a mi punto culminante con mi padre dentro, es una sensación indescriptible.
Termine de lanzar todo lo que tenía retenido que solo quede muerto de placer viendo a los ojos a mi padre, quien seguía dentro de mí, y me miraba con orgullo y amor.
Al fin, mi padre había perdido su dureza y por si solo salió su miembro de mi cueva.
Mi padre salió de la cama y fue por pañuelos desechables, inmediatamente me los dio y me dijo que me limpiara bien.
Tome los pañuelos y me limpie el hueco.
Que por cierto el semen de papá ya había salido y por suerte no había caído a las sábanas.
Me limpie bien de mi culito y luego limpie mi semen.
Mi padre se sentó al borde de la cama y me dijo que fuera a tirarlos al baño.
Mi padre se acostó así como estaba, completamente desnudo, y yo me levante para ir a tirar la evidencia de lo sucedido, al baño.
Al regresar, mi padre estaba acostado boca arriba con su cabeza sobre sus manos a piernas abiertas.
Parecía un adonis en esa posición.
Me subí a la cama y me dirigí a él, me subí en él, tal cual estaba y nuestros cuerpos desnudos estaban juntos.
Yo: ¿en qué piensas?
Papá: nada, solo pensaba que el lunes me voy.
Yo: cierto, ¿te gusto?
Papá: ¿Qué?
Yo: lo que acabamos de hacer.
Papá: claro.
¡estás bien rico!.
Me dijo con una pícara sonrisa.
Yo: igual tú.
Después de eso nos acomodamos para dormir y nos dormimos, uno junto al otro abrazados completamente desnudos.
Al otro día por la mañana me desperté y mi papá aún seguía dormido, lo abrace pero me percate que entre las sabanas había una gran erección, baje la sabana que lo cubría de la cintura para abajo y cierto; mi padre estaba muy erecto, ambos teníamos la erección matutina.
Baje mi mano y sujete su hombría, despacio fui bajando hasta su miembro, haciendo un camino de besos en su abdomen hasta llegar a su masculinidad, a la cual le di un beso y fui metiendo lentamente a mi boca.
Empecé a chupar esa reluciente cabeza y sabia deliciosa.
Mi padre al sentir lo húmedo de mi boca despertó, se estiro y bostezo.
Papá: haaa… ¿Qué haces Alex?
No dije nada y solo seguí en mi labor.
Papá: para, ya es suficiente.
Tu madre no tarda en llegar, ve a tu cuarto.
Tenía que obedecer a mi padre, así que, deje de lamer tan delicioso pedazo de carne.
Yo: bueno.
Papá: llévate también el lubricante y acomodas mi ropa.
Yo: bueno.
Me baje de la cama; acomode la ropa de papá, le pase el bóxer para que se lo pusiera, recogí el lubricante y mi ropa y me fui a mi cuarto.
Fin.
Espero lo hayan disfrutado.
No olviden comentar.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!