LA HISTORIA DE MI VIDA 8. “Padre e Hijo Me Hicieron Suyo En Menos De 24 Horas”
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Elcoyoludo.
Al otro día (sábado) me desperté a eso de las 7:00am, me vestí, Salí de mi cuarto y me fui a cepillar los dientes.
Llegue a la cocina y ahí estaba mi madre y mi tío desayunando, y conversando.
Mi tío para ser exactos solo tomaba café y vestía la misma ropa del día anterior.
Mamá: ¿vas a desayunar?
Yo: sí.
Mamá: apúrate, porque ya me tengo que ir al hospital.
Mi tío no decía una solo palabra, sólo tomaba su café.
Y yo lo observaba con una mirada de molestia y el pensar que toda la noche la paso con mi madre me ponía furioso; no por celos hacia a él, sino porque era una traición a mi padre, pero tanto mi madre como mi tío Diego tenían la culpa.
Tome asiento y me dispuse a desayunar.
Yo: ¿mi papá va a venir hoy?
Mamá: si, hoy está aquí.
Yo: ¿a qué horas llega?
Mamá: no lo sé.
Tío: bueno, yo me tengo que ir.
Hoy también tengo trabajo.
Mamá: si, bueno.
Mi tío puso su taza de café sobre la mesa.
Y con un gesto de recibir un brazo me dijo:
Tío: Alex ¿no te vas a despedir de tu tío?
No podía estar molesto para siempre con mi tío, mucho menos después de lo que hicimos en aquel motel, y como buen chico me puse de pie y lo abrace.
Nos dejamos de abrazar y fijo a los ojos me miro.
Tío: no olvides lo que hablamos.
Obvio que no lo había olvidado y mi tío tenía la seguridad de que yo no diría nada.
Mi tío también se despidió de mi madre con un fuerte abrazo y a ella le dijo algo al oído.
No tengo ni la menor idea de lo que fue, sólo sé que fue algo corto.
Mi tío salió de la casa y se marchó y luego mi madre.
Yo me quede aseando la casa, después ver tv y también haciendo mis tareas.
También chateando con William, entre otras cosas.
Ya era muy tarde como a eso de las 4:00pm y fracción, llego mi madre, la vi entrar.
Yo me encontraba viendo tv.
Mamá: ¿todavía no ha venido tu papá?
Yo: no.
Mamá: ¿ya almorzaste?
Yo: sí.
Mi madre subió a su habitación y yo seguí en lo mío.
Después de un largo rato como a eso de las 4:45pm.
La puerta principal de la casa se abrió.
– Familia…ya llegue.
Quien dijo eso era mi padre.
Al fin, después de dos largas semanas había regresado.
Yo: ¡papá! Mamá mi pa´ ya llego.
Entusiasmado, me levante del sillón de la sala donde me encontraba y fui a recibir a mi padre con un fuerte abrazo, abrace su ancho cuerpo de hombre.
Él dejo su maleta en el suelo y también me abrazo, en un cálido abrazo de padre a hijo.
Papá: ¡campeón! Cuidado me vas a tirar.
Y dejo de abrazarme y alboroto mi cabello.
Cabe mencionar que mis padres aun me tratan como niño, después de todo soy su único hijo y tengo todo su amor y atención, sobre todo el de mi padre.
Mi madre bajo y saludo a mi padre con un fuerte abrazo y un beso en los labios.
Y mi padre la abrazo fuerte y apretó una de sus nalgas, mi madre solo sonrió y le dio otro beso.
No quiero imaginar que hizo con esa boca la noche anterior con mi tío Diego.
Papá: Alex, ve a dejar la maleta al cuarto.
Mi amor que tienes de comer, tengo un hambre.
Dirigiéndose a mi madre.
Fui al cuarto de mis padres a dejar la maleta que traía mi padre.
Entre a su cuarto y puse la maleta en el piso; y al ver la cama de aquella habitación, me pregunte si por lo menos mi madre había cambiado las sabanas, pues, ahora mi padre tenía que dormir en la que sigue siendo su cama.
Después de formularme esas rápidas preguntas en mi mente, Salí de la habitación.
Mi padre estaba comiendo y yo tome asiento para escuchar lo que mi padre hablaba con mi madre.
Y la buena noticia era que mi padre se había quedado con el trabajo, como era de esperase.
Llego la noche y me fui a mi cuarto para dormir.
Mi padre y me madre se quedaron viendo tv, mi padre estaba acostado en el sofá, junto con mamá, con su cabeza en sus piernas mientras mi madre le hacía piojito y veían tv.
Yo me sentía culpable, pues, no podía decirle nada a mi padre; no lo hacía por mí, sino por él, porque al enterarse seguro su matrimonio se iba a arruinar y con su hermano se iba a pelear de una u otra manera; no era justo para él.
Así que decidí no abrir la caja de pandora, y mi madre de alguna forma estaba convencida que yo no iba a decir nada.
Después de entrar a mi cuarto, acostarme y cerrar mis ojos no sentí; hasta que un algo me despertó a eso de las 10:15pm; al despertar me dolía la garganta y decidí ir a la cocina a tomar agua, sin encender la luz de mi cuarto, ya que la luz de la luna era enorme, me levante y abrí la puerta de mi cuarto.
Cuando estaba fuera de mi cuarto escuche un ruido, me detuve y al parecer dicho ruido venia de la habitación de mis padres.
Aunque, yo sé que no está bien escuchar los ruidos que salen del cuarto de tus padres a bis horas de la noche, no pude resistir a la tentación de poner atención a esos extraños ruidos y por pura curiosidad me fui acercando al cuarto de mis padres.
Iba despacio sin hacer un solo ruido, acercándome lentamente a aquella habitación de donde por el espacio de debajo de la puerta salía una luz tenue.
Llegue hasta la puerta de la habitación de mis padres y un sonido peculiar se hacía escuchar.
Si, unos leves gemidos salían de aquellas cuatro paredes; los gemidos eran más de mujer que de hombre, pero de entre la boca de ambos los gemidos salían entrecortados, queriendo ser apagados.
Al parecer mis padres no querían hacer mucho ruido.
Pero considerando las dimensiones del miembro de mi padre es imposible no gemir de placer; y yo lo sabía mejor que nadie.
Yo, no podía sentir celos, después de todo es deber de mi padre darle su cuerpo a mi madre y viceversa.
Decidí separar mi oreja de la puerta e irme de ahí para ir por mi agua.
Regrese de tomar agua y de nuevo la curiosidad me invadió y decidí ir a pegar mi oreja a la puerta del cuarto de mis padres; al llegar me di cuenta que todavía seguían en su apogeo y antes que se dieran cuenta mejor me fui a mi cuarto y as, me fui a dormir; con una gran erección de solo imaginar que era yo quien estaba en el lugar de mi dichosa madre.
Me acosté y con mi pene como piedra me quede dormido, aunque mi pene excretaba un poco de líquido transparente.
No quise masturbarme y mejor me quede dormido.
A eso de las 4:30am; me desperté de nuevo ese insoportable dolor de garganta me despertó, otra vez.
Seguro una gripe estaba por darme.
Salí de mi cama y de mi cuarto para ir a tomar agua, pero al salir de mi cuarto me percaté de que nuevamente del cuarto de mis padres salía un pequeño ruido y de nuevo la curiosidad me invadió y me fui acercando a la puerta de aquella habitación.
Mi intuición no me fallo y cierto, de nuevo mis padres estaban teniendo sexo y gemían minuciosamente de puro placer.
No tarde más de unos 45 segundos escuchando ya que estaba a punto de amanecer y mejor fui por mi vaso de agua.
Regrese y aunque, yo, sabía que mis padres seguían teniendo sexo, pero ya no quise seguir escuchando y mejor entre a mi cuarto y seguir durmiendo las pocas horas que me quedaban por dormir.
No me sorprende que mi padre le diera placer dos o más veces a mi madre en un solo día o noche, es de esperar de un macho como mi padre; aunque yo no había tenido la oportunidad de recibir tan grande dicha.
Tal vez por el desvelo que tuve durante la noche y parte de la mañana, me desperté muy tarde, como a eso de las 9:20am; solo me puse una camisa y en bóxer (como es mi costumbre algunos días) me levante y fui al baño a mear y también a cepillar mis dientes y luego fui a la cocina tal y como me encontraba (con bóxer y camisa).
En la cocina se encontraba solo mi padre, terminando su taza de café.
Después de todo necesitaba de la cafeína para mantener su energía y más por lo de anoche y no es que la necesitara.
Yo: ¡buenos días pa´!
Papá: ¡buenos días!
Yo: ¿y mi mamá?
Papá: hace ratos que salió al súper.
Tome una jarra para poner agua a calentar, tal vez al tomar algo caliente se me quitaba el dolor de garganta.
Mi padre se me quedaba viendo; y cuando pase cerca de él me dio una suave nalgada, ambos sonreímos.
Papá: ¿Qué vas hacer?
Yo: a calentar agua.
Como me duele la garganta.
Puse el agua al fuego y mientras lo hacia mi padre se colocó tras de mí.
Sentí su bulto en mis nalgas por encima de mi bóxer.
Yo: ¿Qué haces?
Papá: solo quiero este plato.
Dijo haciendo un movimiento de cintura, frotando su bulto en mis nalgas a propósito.
Yo no hice nada y sólo me deje llevar.
Lleve mis manos a su entrepierna, la cual comenzaba a tomar forma por debajo de su pantalón.
Papá: extrañe este culito.
Me susurro al oído.
Yo no dejaba de mañosear su entrepierna y cada vez se ponía más dura.
Volteé mi cara y no pude resistí en pegar mis labios a los suyos y él como buen macho me correspondió.
Y mientras nos besamos, seguí acariciando su verga por encima de su pantalón y ahora ya estaba muy dura.
Mi padre me volteo hacia a él y mire hacia abajo, en su pantalón se notaba perfectamente la forma de su gran verga, pues su pantalón le quedaba ajustado.
Toque toda su verga por encima de su pantalón.
Es increíble que mi padre se pusiera duro en tan rápido y más después de la bienvenida que le dio mi madre anoche, es como si nunca se cansara.
No esperaba menos de mi padre, sí que es un modelo a seguir.
Yo no le quitaba los ojos a su enorme verga de 19cm que se marcaba en su pantalón y también lo miraba a los ojos.
Mi padre me levantó; siendo un hombre fuerte y de brazos gruesos, no le costó nada; me sentó sobre la mesa, me hizo levantar mi trasero un poco para quitar mi bóxer, dejando únicamente mi culito al descubierto, me hizo echarme un poco para atrás deteniendo mi peso con mis codos, dejando mi culito a su disposición; únicamente mostrándole la entrada a mi interior.
No podía creer que íbamos a copular en la mesa de la cocina, pero estábamos muy calientes y el lugar era lo que menos importaba.
Mi padre sin quitarle la vista a mi esfínter comenzó a desabrochar su cinturón.
Pues, sacar su pene erecto por la bragueta de su ajustado pantalones es algo imposible.
Mi pene estaba muy duro y ya quería tener a mi padre dentro de mi cuerpo.
Mi padre termino de desabrochar su cinturón y ahora estaba por desabotonar su pantalón.
Cuando de repente la puerta principal hizo ruido, nos habíamos olvidado de mamá.
Mi padre ni termino de desabotonar su pantalón y rápidamente se abrocho el pantalón; yo de inmediato me baje de la mesa y me subí mi bóxer, no me costó nada, pues, solo lo tenía hasta medias nalgas.
Hice que estaba frente a la estufa y apague la flama; mi padre abrió el refrigerador e hizo que buscaba algo.
Mi madre llego a la cocina y no se dio cuenta de nada.
Mamá: el súper estaba lleno de gente.
Papá: amor, puedes hacer algo de comer; estoy muriendo de hambre.
Refiriéndose a mi mamá y tomando una manzana de la nevera y mordiéndola.
Mamá: si, ya ahorita.
Alex, ya te he dicho que no me gusta que andes así en la cocina.
Papá: Alex, tu madre tiene razón.
Eso es de mala educación.
Sin dejar de comer su manzana.
Yo: si, solo termino mi café y ya.
Le di el último sorbo a mi café y sin más me fui a mi cuarto para terminar de vestirme y cuando terminé bajé y el desayuno estaba servido.
Todo el resto del día estuvo normal, sin embargo mi padre dijo que se iría mañana (lunes) muy temprano para llegar a buena hora a su nuevo trabajo.
Yo sabía que eso significaba que no tendríamos ningún encuentro, hasta que regresara otra vez, que saber cuándo seria, posiblemente.
Cuando mi madre nos dejó un momento asolas, mi padre me pregunto de cómo iban las cosas con William y le conté todo lo sucedido, me felicito y me dijo que me portara bien en casa de William cuando sus padres no estuvieran.
Ambos sonreímos.
Entro la noche y la hora de ir a dormir y cada quien fue a su cuarto; no sentí toda la noche hasta el día siguiente.
A las 5:00am alguien toca mi puerta.
Mamá: Alex, tu padre ya se va, ven a despedirte.
Adormitado me levanté y abrí la puerta; mi padre aun no salía de su cuarto.
Salió de su cuarto y se dirigió a mí.
Papá: quedas como el hombre de la casa, cuidas a tu madre, no bayas hacer abusivo con ella y cuidado en andar en malos pasos.
Lo abrace y me abrazo.
Yo: bueno, papá.
Mi madre le acompaño hasta la puerta y yo me regrese a mi cuarto a seguir durmiendo; pensando en saber cuándo volvería mi padre, aunque sabía que vendría de vez en cuando.
Y seguí durmiendo.
Pasaban los días y eran normales.
William me invitaba todos los fines de semana a su casa y apenas habían pasado dos semanas desde que se fue mi padre.
Cierto día nos encontrábamos solos con William en su casa, ya que sus padres habían salido un momento.
Nos encontrábamos en la Sala y como no se encontraba nadie, aparte de nosotros dos, nos comenzamos a besar, sus labios sabían exquisito, uno al lado del otro sentados en el sillón estábamos comiéndonos a besos.
De pronto escuchamos un bostezo, era el papá de William que había llegado y nos sorprendió besándonos; inmediatamente separamos nuestros labios.
El papá de William no dijo nada y solo nos miró con un gesto de no lo vuelvan hacer en mi presencia.
Después de eso todo transcurrió con normalidad.
Con los padres de William teníamos no la mejor relación de suegros y yernos, pero era buena; a veces conversábamos, mi relación era más estrecha con la madre de William, aunque también platicaba con su padre.
Hubo un día en que de nuevo William me invito a su casa y como siempre me iba en un taxi ya que mi madre no sabía porque yo salía todos los fines de semana.
Nos encontrábamos Don Elías (papá de William), William y yo conversando en la sala viendo tv.
A la mamá de William le hablaron por teléfono y le dijo a William que le fuera a ayudar con algo que le estaban exigiendo.
Ella dijo que no tardarían, solo unos minutos.
Esto sucedió tipo 2:00pm y por su puesto había almorzado en casa de William; William no se negó y se fue con ella.
¿Qué opción tenia?
Esto estaba transcurriendo un día domingo de la tercera semana desde que mi padre se había ido.
William me dijo que aún no me fuera, que él regresaría pronto y también su madre me lo dijo.
Solo nos quedamos don Elías, Elías ya que no le gusta que le digan así.
Yo le digo así por respeto no por viejo, pues a sus treinta y siete años, dos años menor que su esposa, se mantiene joven.
Elías, como dije tiene treinta y siete años, es de tez clara igual a William, mide alrededor de 1:78mtrs, de cuerpo grueso no gordo ni nada por el estilo, cabello muy castaño quebrado, ojos verdes; eso explica porque los ojos de William son muy claros como la miel, barba completamente rasurada, espalda ancha, brazos gruesos, piernas gruesas y su rostro es bastante guapo.
Al parecer mi novio había heredado la belleza de sus padres porque su madre también era bastante hermosa a sus treinta y nueve años.
Tal vez el padre de William (mi suegro) me parecía bastante guapo, pero nunca me había sentido atraído sexualmente por él.
Nos quedamos viendo tv solo mi suegro y yo, una película para ser exactos; dicha película era de terror, era la del tipo del machete y como sabrán hay muchas escenas de sexo.
En una escena estaban teniendo sexo una joven y un joven, ella gemía como perra mientras y él jugaba con sus senos.
Elías: ¡que rica se miran esos pechos!
Yo no sabía ni que responder.
Elías: ya me imagino que debe tener una conchita bien apretadita.
Yo no decía nada y sólo miraba la tv.
Elías: jue, se me olvidaba que no te gustan las mujeres, disculpa.
Yo: no tenga pena.
Elías: se me había olvidado.
Dijo algo apenado- y a ustedes ¿Por qué no les gustan la mujeres si son bien ricas?
Yo: es que es algo que no se elige.
Elías: decís eso porque no has probado una, si la probaras tal vez ya no te gusten los hombres.
Yo: yo también le puedo decir lo mismo, usted dice que las mujeres son bien ricas pero no sabe cómo se siente estar con otro hombre.
Elías: tampoco, pero no creo que me guste tener algo adentro del culo.
Jajaja…
Yo: jajaja…-no dije eso, porque puede penetrar si usted quiere.
Elías: no creo que me guste.
Yo: y si no quiere meterla por atrás le pueden hacer sexo oral.
Ya había pasado una hora desde que William y su madre se habían ido.
Mi teléfono comenzó a vibrar era mi madre que llamaba para preguntar que si ya iba a llegar y donde estaba, yo le dije que dentro de un rato y que estaba en casa de un amigo y colgué el teléfono celular.
Era día domingo.
Elías: dices que si no quiero cogerme a algún tipo por atrás me puede hacer sexo oral.
Retomando la plática.
Yo: exacto.
Elías: jajaja…mira, el problema es que no quiera meterla, sino que no creo que alguien me aguante.
Yo: pues, despacio todo se puede.
Mientras teníamos esa rara conversación de suegro a yerno, mi suegro se rascaba los huevos o eso me parecía que hacía.
Su celular comenzó a sonar, alguien le estaba hablando.
Y luego colgó.
Elías: llamo William, me dijo que iban a tardar un poco si quieres los esperas.
Yo: bueno…no creo que tarden mucho.
Elías: retomando el tema.
Te digo que apenas me han aguantado las muchachas de 17 a 20 años y es que cuando se los hice y ya no eran vírgenes.
Yo: si las mujeres por nada se quejan.
Elías: jajaja…eso es cierto, pero por ejemplo ¿Cuántos años tienes?
Yo: 15 años.
Elías: por ejemplo: alguien como tú no me podría aguantar.
La conversación se salía de contexto y empezaba a tener mejor forma, al parecer a mi suegro lo estaba dominando su instinto de macho y la tentación de probar algo nuevo, las tentaciones de la carne es algo difícil de dominar.
Y lo que no sabía era que yo no solo ya me había metido con su hijo, sino con hombres adultos realmente machos y con unas pollas enormes.
Además, esa conversación estaba provocando en mí, un deseo hacia mi suegro, un deseo de quererlo poseer y que me dejara amarlo por lo menos un instante.
Yo: la verdad; no sé.
Pero había grandes posibilidades que resistiera, ya lo había hecho antes.
Pero no sabía cómo dar el primer paso con mi suegro y el ser rechazado no era una buena opción.
Elías: por ejemplo: ¿ya has follado con William? Pregunto algo inseguro.
Yo: eso no se dice.
Dije con un gesto de sonrisa y me sonroje; a pesar de la confianza que habíamos acogido.
– pero de hacerlo, sería el amor.
Elías: jajaja…amor…sí, claro.
Yo: pues, si, así no duele.
Elías: jajaja… eso lo decís solo con William, pero conmigo saber cómo te iría, por más despacio que lo haga.
Definitivamente, ese hombre me estaba vacilando, pero de algún modo él tampoco podía dar el primer paso.
Todo estaba en mis manos, este era el momento de arriesgar todo.
Si fallaba mi relación con William se acabaría, pero si lo lograba tendría un buen macho dándome toda su verga y afecto, o tal vez más.
Yo: pues, eso solo sería probando, a ver si es cierto.
Eso último fue mi seguro de vida, ya que los machos no les gustan que menosprecien su hombría.
Y para variar también puse mi mano en su pierna.
Nos miramos fijo a los ojos, mi suegro también miraba mi mano sobre su pierna, ambos estábamos nerviosos, pero yo más, pues si accedía no sabía que escondía su pantalón y ropa interior.
Elías: ¿estás seguro? Me preguntó serio.
Yo: ¿y usted?
Elías: asintió con la cabeza en sí.
Vamos a mi cuarto y llámame de tu.
Yo: bueno.
Nos levantamos de donde estábamos y nos dirigimos a su habitación subiendo los escalones, él iba delante de mí, guiándome a su cuarto donde dormía con su esposa (mi suegra).
Llagamos a la puerta de su habitación, abrió y me hizo pasar.
Aquella habitación era más grande que las demás, al igual que todas las habitaciones principales de las casas en el mundo.
Al centro del cuarto se encontraba una enorme cama con sabanas de ceda limpias, todo estaba ordenado en aquel cuarto y huele bien.
Elías: ¿y bien? tu eres el experto.
Dijo estando de pie, viendo hacia las cabeceras de la cama.
Deje la puerta entre cerrada y me aproxime a él.
Puse mi mano en su pecho y me dispuse a besar sus labios rosas, pero cuando estaban mis labios próximos a los suyos, él me evito y volteo su cara.
Entendí que su fuerte no son los besos con chicos, pero eso no evito que comenzara a besar su cuello, lo bese como si mi vida se fuera a esfumar, me gusta besar su nuez de adán, es tan varonil y ya que no me lo impedía disfrutaba del momento.
Sin embargo, él no hacía nada y solo se dejaba hacer lo que yo hacía hasta el momento.
Antes de que se arrepintiera y me dijera que saliéramos del cuarto, sabía que tenía que calentarlo y la mejor manera de calentar a un macho es frotar sus genitales.
Mientras besaba su cuello rasurado, baje una de mis manos a su entrepierna y comencé a frotar sus genitales por encima del pantalón; su pantalón no le quedaba muy ajustado, pero podía sentir sus dimensione y son bastante grandes.
Su miembro comenzaba a ponerse duro.
Deje de besar su cuello y deje de frotar su intimidad, y me disponía a quitarle su camisa.
Elías: ¿es necesario quitarme la camisa?
Yo: pues, supongo que sí.
¿O no quieres?
Elías: bueno, ya que.
Él, por si solo se quitó su camisa, dejando al descubierto todo su torso.
Su pecho es ancho, en todo su pecho yacía una gruesa capa de pelos negros y rizados, una línea de pelos que bajaba hasta su ombligo y del ombligo hacia abajo un grueso camino de vello, que llevaba hacia la felicidad, que se perdía en la cintura de su pantalón.
Se notaban algo sus pectorales y tiene un plano abdomen, no marcado pero plano.
Toque su peludo pecho, sus gruesos pelos al hacer contacto con mi mano, me gusto.
Acaricie todo su pecho con min manos y los entrelazaba sus pelos entre mis dedos y baje por la línea de vello que bajaba hasta su ombligo y seguí hacia abajo; los pelos del ombligo hacia abajo cada vez eran más oscuros, mientras jugaba con esos pelos, también acariciaba su parte baja, la cual cada vez tomaba más dura.
Tome su cinturón y comencé a desabrocharlo.
Mi suegro no hacía nada, nada más ver lo que mis inquietas manos hacían.
Termine de desabrochar su cinturón, desabotone su pantalón y baje su bragueta y su pantalón callo hasta sus tibios, quedando casi desnudo y dejándome ver sus gruesas y algo velludas piernas.
Ahora solo se encontraba en ropa interior, tenía puesto un slip color corinto con elástico azul y en el se formaba un gran bulto, la gruesa fila de vello se perdía en el elástico de su slip, su pene estaba muy duro se notaba perfectamente y parecía que iba a salir de la manga de su slib.
Ver su blanca piel, que hacían un buen contraste con sus pelos oscuros y sus ojos verdes, me parecía el hombre perfecto para el momento.
No dude mucho y sobe con mi mano por encima de su slib, sabía que algo enorme se escondía allí, pero antes de bajarlo me quite mi camisa.
Estando con medio cuerpo desnudo, ahora si iba a descubrir que se escondía bajo esa tela; hale el elástico de su slib hacia abajo y una enorme montaña de vellos oscuros y rizados se hicieron presente, lo baje y deje al descubierto un enorme tronco rodeado de mucho vello púbico, lo baje hasta media pierna y una enorme capa de pelos rodeaban aquella obra de arte.
Un enorme pene de 20cm arqueado hacia arriba, muy arqueado, (no hacia arriba, sino arqueado arriba), con una cabeza al descubierto, la cabeza era puntiaguda, pero todo el resto muy grueso, con unas enormes venas que se hacían notar, unas bolas grandes y peludas.
Tome su pene por el tronco y comencé a masturbarlo, mi mano no podía envolver el grueso de su verga; estaba tibia y su dureza era como roca.
Escupí directamente en el tronco de su miembro y con mi mano unte lo más que pude y comencé a masturbarlo moderadamente.
Decidí que era hora de probar su sabor y textura, baje hasta ponerme de rodillas frente a mi suegro, sujete su miembro por el tronco y lentamente fui acercando mi boca a su escultural hombría.
Mi suegro solo rascaba su pecho y se dejaba llevar por mis mañas.
Abrí mi boca y fui metiendo su trozo de carne a mi boca lentamente, chupe su glande, tenía ese sabor característico y es delicioso; en definitiva fue ese miembro quien hizo a William, debería de sentirse orgulloso de venir de esa obra de arte, chupe ese rozado glande como un caramelo.
Elías: ffff…mmm… mordiéndose los labios del placer que mi boquita le daba.
Metí un poco más, casi hasta la mitad de su verga.
Chupe y chupe, su puntiagudo glande paseaba en mi boca, mi lengua disfrutaba de la textura de su carne.
Sabia delicioso.
Elías, mi suegro, ya estaba muy caliente que puso una de sus manos en mi cabeza, metiendo más de su verga en mi boca, pero me dolía la quijada, pues, su pene es muy grueso del tronco y por la curva hacia arriba rozaba mi paladar, aunque se sentía muy bien.
Elías: mmm…aahhh…
Yo tragaba y tragaba ese delicioso pedazo de carne que le dio vida a mi novio, pasaba mi lengua en todo el tronco sin dejar de saborear un solo lugar, no quise meter sus grandes y aparentemente ricas bolas en mi boca ya que el pelo en la boca no se siente bien.
Pero si mamaba como si mi vida dependiera de ello, tratando de darle la mejor mamada de su vida a mi suegro y el disfrutaba del momento igual que yo.
Mientras mamaba su rica verga, que era un poco menos de la mitad, masturbaba el resto de su grueso tronco.
Elías: oohhh…mmm…siii…
Mi suegro estaba disfrutando de mi húmeda boca y yo de su rico sabor y de su gran tamaño; que mientras mamaba esa ricura, extendía mis manos para entrelazar los vellos de su pecho con mis dedos.
Que rica sensación.
Elías: ohhh…ffff… ¿quiero cogerte?
Deje de mamar y me puse de pie, para quitar de mi pantalón y recibir a mi suegro.
Mientras me quitaba mi pantalón y bóxer, mi suegro estaba terminando de deshacerse de sus últimas prendas.
Nos terminamos de quitar hasta los zapatos y calcetines.
Mire a mi suegro y me parecía que estaba ansioso de cogerme.
Yo: ¿tienes lubricante?
Elías: no.
Con saliva pasa.
Me dijo mientras tocaba su gran pene.
Yo: la saliva no resbala mucho ¿y cremas tienes?
Elías: espera.
Fue a sacar un bote de crema para piel de su esposa y me lo dio- aquí esta.
Yo agarre el bote y saque una buena cantidad en mi mano y luego lo puse en su verga y unte en especial en la punta y mientras lo hacia mi suegro me miraba y yo a él.
Deje de engrasar su grueso mástil y también puse un poco en mi esfínter.
Mi suegro sonrió, al ver que lleve mis dedos a mi culito.
Mi suegro, me hizo subir a su cama y luego él; venia directo hacia mí, me hizo abrir mis piernas y se puso en medio de estas.
Se apoyó con sus dos brazos, su pene pegaba a mis nalgas.
Elías: no vayas a gritar.
Me dijo.
Dejo caer su cuerpo, únicamente apoyándose con uno de sus codos para no dejar caer todo su peso y con la otra mano sujetó su pene y lo guiaba a mi entrada.
Mi suegro pasó por alto la dilatación y se disponía a penetrarme de una.
No dije nada y esperaba que lo hiciera de la mejor manera.
Sentí como pasaba su pene entre mis nalgas, provocando a mi hambriento culito.
Que bella imagen el ver a un adulto grande como mi suegro encima de un joven de 15 años de corpulencia norma.
Allí me tenía de piernas abiertas (misionero) matándome de ganas.
Comencé a acariciar su espalda y él frotaba mi esfínter con su glande; se sentía muy bien pero ya lo quería tener adentro.
Mi suegro hizo presión, pero el anillo de mi ano se resistía darle paso a un nuevo intruso y este se deslizo a otro lado; nuevamente lo puso en la entrada de mi esfínter e hizo presión con más fuerza y mi esfínter cedió el paso, mi suegro había logrado su cometido.
Al menos no fue difícil que entrara, se debía al glande de su pene, pero al entrar metió un poco más que la cabeza y eso sí que es muy grueso, casi metió media verga de un solo en mi hoyito.
Mi suegro soltó un gemido de gusto, por lo fuerte que le apretaba mi esfínter.
Elias: ahhh…
Yo: haaa…despacio…por favor.
detente.
Me había dolido mucho que sentí que me estaba partiendo en dos, el dolor era inmenso que parecía que había roto algo dentro de mí y mi pene pasó a estar completamente flácido.
Desde que mi padre me lo había hecho por primera vez no me había dolido así, pero en ese tiempo era casi virgen; ahora tal vez me había dolido así porque no había tenido relaciones con nadie en tres semanas, desde que mi tío me hizo suyo o tal vez por la falta de experiencia de parte de mi suegro, ya que de un solo había metido casi media verga en mi interior.
Ahora me daba cuenta que su pene era el primer culito que penetraba y estaba disfrutando estar en mis entrañas.
Sus 20cm estaban gloriosos de estar casi todo dentro de mí y siendo apretado por mi esfínter.
Elías: ¿te la saco?
Yo: no.
Sigue pero despacio.
Elías, mi suegro, no perdió tiempo y siguió avanzando en mi interior centímetro a centímetro.
Podía sentir como su grueso pene rozaba las paredes de mi ano.
Mi suegro estaba disfrutando de la temperatura de mi interior y yo disfrutaba sentir como su pene avanzaba dentro de mí; aunque el dolor era inmenso, pero no quería que se detuviera hasta tenerlo por completo dentro de mí.
Para olvidarme del dolor comencé a acariciar su ancha espalda.
Sentí como su vello púbico hizo contacto con mis nalgas y se apoyo con sus dos codos para sostener su cuerpo y no aplastarme.
Yo: no te muevas, por favor.
Elías: ¿Por qué?
Yo: todavía me duele.
Elías: te dije que no ibas a aguantar.
Yo: lo que pasa que casi me la metiste toda de un solo y tiene que ser despacio.
Mientras deslizaba mis dedos en su espalda.
Elías: es que estas bien rico.
Ambos sonreímos.
Mientras conversábamos, Elías meneaba su cadera más hacia adentro, ya no había parte de su pene al descubierto, toda esa verga yacía en mi interior.
Elías: ¿ya?
Yo: si, cógeme pero despacio.
Si no voy a ensuciar de sangre la cama.
Elías comenzó a mover lento su cadera, sentí como una pequeña parte salió y volvió a entrar con mucha suavidad y de nuevo.
Elías: que rico culito.
Yo: que rico se siente.
Qué bueno que mientras lo hacíamos teníamos buena comunicación.
Cada vez sacaba un poco más y lo volvía a meter.
Sentir como su puntiagudo glande rozaba mi recto se sentía muy placentero y el resto de su gruesa y gran verga de 20cm, es realmente muy delicioso.
Sentir los pelos de su pecho en el mío y los de su estómago en el mío, se siente muy bien, y sobre todo sentir su vello púbico chocar con mis nalgas es realmente sabroso, se siente como un cojín pegando constantemente con mis nalgas.
Y también sentir sus grandes y peludas bolas chocar con mi cuerpo es muy suculento.
Yo: ya no me duele.
Le dije para que me penetrara a su modo.
Aunque solo un poco pero era mas presión que dolor.
Mi suegro al escuchar eso se apoyó en sus dos manos, separando nuestros pechos y comenzó a menear su cintura moderadamente y en acenso.
Yo: mmm…aahhh…
Elías: oohhh…ooohhh…
Yo: mmm…siii…oohhh…
Elías: oohhh…puta madre que rico…ohh…
Escuchar la voz de mi suegro mientras me penetraba una y otra vez me ponían muy cachondo.
Mi pene excretaba líquido transparente y mis piernas las quería tener más abiertas.
Elías se movía rápido, provocando sonidos al chocar su pelvis con mis nalgas y nuestros gemidos eran de gran placer.
Elías: oohhh…que rico…mmm…
Yo: si si si si…
Yo acariciaba su pecho y quería besar a mi suegro pero a él no le gustaba la idea y me tenía que conformar con tener toda su hombría dentro de mí; aunque eso es más que suficiente.
Su pene se sentía en la gloria, vagando libre por todo mi recto del amor, sentía como su pene me llenaba por completo y tocaba mi próstata.
Y todo el cuerpo del pene de mi suegro rozaba mi recto, me sentía lleno de amor y lo expresaba excretando pre-cum.
Elías.
Mierda, que estrechito, que rico se siente.
Yo: que rico.
¡Qué grande me gusta, mucho!
Elías: di que te gusta mi verga.
Yo: Elías me gusta tu verga.
Me gusta tu gran verga.
Elías.
¿Te gusta? Sus ojos brillaban de lujuria.
Yo: si, si…
Mis piernas estaban tan abiertas que me empezaban a cansar, pero no quería que mi suegro se detuviera un solo momento.
Hasta que una de mis piernas se acalambro.
Yo: au,au, espera, espera…detente.
Elías se detuvo.
Elías: ¿Qué?
Yo: se me acalambro la pierna.
Puse mi mano en su pecho indicándole que saliera de mi cuerpo.
Mi suegro entendió y se fue saliendo de mi poco a poco; cuando Elías salió de mí, por completo sentí un gran vacío, vacío que pronto iba a estar lleno.
Estiré mi pierna, mi suegro aún estaba en medio de estas.
Me di la vuelta, quedando boca abajo, ofreciéndole mi culito a mi suegro; abrí mis piernas, me puse haciendo un cuatro dándole la puerta libre a mi querido suegro.
Mi suegro entendió el mensaje y se puso encima de mí, con una mano sostuvo su peso y con la otra sujetó su pene y lo puso en la entrada de mi cueva y sin más empujo; su gran y gruesa verga no tuvo ningún problema en entrar esta vez, que rico se sintió cuando lo metió todo casi de un solo golpe, provocando en ambos un gemido.
Me sentí completo de nuevo.
Yo: mmm…
Elías: aahhh…
De inmediato comenzó con tan conocido vaivén.
Sentí como su verga rozaba las sensibles paredes de mi ano y me sentía en la gloria.
Yo: a ha ha ha…
Elías: oohhh…uffff…ahhhh…
Yo: no pares.
Elías: que culito tan rico…ohhh…
Yo: no te detengas, se siente muy rico…
Le estaba diciendo la verdad.
Era increíble que el mismo pene que tenía y vagaba en mi interior, fuera el mismo que le dio la vida a mi primer amor y ahora mi deber era complacer a mi suegro hasta sacar a los hermanitos de William (mis cuñados).
No parábamos de jadear.
La respiración de mi suegro comenzó a agudizarse, pronto me iba a llenar con su leche.
Elías: ffff…ohhh…
Yo: mmm…
Yo apretaba con fuerza las cobijas de aquella cama y voltee mi cara para ver el rostro de mi suegro, sus ojos verdes estaban dilatados como que se iba a desmayar y su boca abierta dejaba salir sus gemidos de macho.
La respiración de mi suegro era cada vez más aguda, como la de un toro en celo.
Elías: ooohhhh…fffff…ohhhh…
Yo: mmm…ha ha ha ha…
Elías: ha ha…oohhh….
me corro…
Yo pare más mi culito; el cuerpo de mi suegro se estremeció y sentí como su pene se hizo más grueso dentro de mí.
Elias: ¡me corroooo! Haaaaa…
Sentí unos potentes chorros de semen en mis entrañas y pare aún más mis pompas, para recibirlo a todo dar.
Yo apreté más fuerte las cobijas y no perdía de vista el rostro de mi suegro; el cual era de entera satisfacción, con su boca abierta y cerró los ojos.
Elías: ooohhh…ohhhh….
ffffff…
Yo: mmm…mmm…
Elías: haaa…ooohhh…
Yo: mmm…
Elías: ooohhh….
fffff…ahhhh…fffff…lanzando las últimas gotas de su caliente néctar en mi interior.
Elías dejo caer por completo su cuerpo sobre el mío y estaba muy pesado, su pecho peludo me hacían recordar con quien estaba y me hacían sentir confortable.
Deje de apretar las cobijas con mis manos y bese las manos del hombre que acababa de depositar sus genes en mi interior.
Deje exhausto a mi suegro, y lo deje descansar sobre mí el tiempo que necesitara para recuperarse; aunque pesaba demasiado que apenas podía respirar debajo de él, pero con su pene dentro de mi cueva me sentía seguro.
Elias: ahhh.
aahh.
ffff… recuperando el aliento.
Mi suegro aún seguía duro dentro de mí.
Yo: ¿le gustó?
Elías: si, pero de esto ni una palabra a nadie.
Elías se apoyó en sus dos brazos separando mi espalda de su pecho y se disponía a salirse de mí.
Yo: espere, no me la saque de un solo.
Elías: ¿Por qué?
Yo: porque al sacármela se va a salir su semen y va a manchar las cobijas.
Sáquemela despacio.
Elías: cuando te la termine de sacar no te muevas.
Mi suegro se fue saliendo de mi poco a poco, tomo su pene de la parte que ya había sacado de mí y lo sujeto con su mano y lo termino de sacar muy lento; se terminó de salir y se bajó de la cama, sentí como su abundante leche comenzó a salirse de mi cuerpo, intente cerrar mi esfínter pero era imposible, tenía mi esfínter muy abierto, gracias al grueso pene de mi suegro.
Elías tomo su bóxer y con eso me limpio sin ascos, después de todo era su propio semen.
Abrió mis nalgas y limpio hasta la última gota de su semen y observo lo abierto que me había dejado, su mente no podía creer que mi culito había resistido por completo su enorme verga, a diferencia de las jóvenes mujeres con que se había metido.
Mi líquido transparente había manchado un poco sus sabanas de tanta fricción por sus embestidas.
Y quería masturbarme para expulsar mis líquidos en mi abdomen pero mi suegro me dijo que no me masturbara en su habitación, tenía que obedecer y me quede con las ganas de expulsar mis líquidos.
Y mi erección se bajó.
Elías: ¿no te duele?
Yo: no.
Al voltearme pude darme cuenta que su pene estaba muy rojo por tanta fricción a mi recto, eso es normal.
No podía imaginar cómo estaba el contorno de mi culito.
Elías: cámbiate que ya no tardan en venir.
Yo me levante y comencé a vestirme, mientras mi suegro me veía detenidamente del borde de su cama donde estaba sentado.
Elías: ¡que rico estas! ¿A ver cuándo lo volvemos a repetir?
Yo: tu, mandas.
Elías: ¿William fue el primero o fue algún otro?
Yo: sonreí- no, fue William.
William había sido el primero, pero quien en verdad me había roto fue mi propio padre y yo estaba orgulloso de eso.
Me termine de vestir y él se puso de pie y fue a jalar una toalla.
Elías: ¿podes caminar?
Yo: sí.
Elías: ándate para la sala porque si te hayan aquí, te mata la mujer (su esposa).
Yo me voy a vañar.
Yo: bueno.
Él recogió su ropa y su bóxer manchado de su leche y lo llevo a lavar.
Yo Salí de aquella habitación, me sentía incómodo al caminar, eso es normal.
Salí de aquella habitación que resguardaba un secreto más.
Fui a la sala y mientras mi suegro se terminaba d bañar y mi novio y su madre llegaban me puse a ver tv como si nada hubiese ocurrido.
Para todo esto eran como las 4:00pm, unos cinco minutos más tarde llego William y su madre.
Mamá de William: ¿y Elías?
Yo: dijo que se iba a ir a dar un baño.
Con William comenzamos a conversar mientras su madre y padre estaban en sus asuntos, y mi suegro salió en el único auto que tenían, no sé dónde.
Yo seguía charlando ahora con William y mi suegra, sobre un tema en específico.
Se me estaba haciendo tarde y mi suegro no llegaba ya que antes de que saliera él se había ofrecido a llevarme a mi casa, como era de costumbre.
Ya eran las 5:20 y mi suegro no llegaba, le dije a mi suegra que mejor me iba a ir en un taxi y ella respondió que esperara a mi suegro porque seguro no tardaba en llegar.
Pasó una hora más y al fin mi suegro llego, para todo esto mi suegra ya había preparado la cena.
Y me hicieron que me quedara a cenar y después mi suegro me llevaría a casa.
Terminamos de cenar, para todo esto casi eran las 7:00pm.
Mi suegro me dijo que ya era muy tarde y que si quería me quedara en su casa, solo que le avisara a mi mamá porque seguro estaba preocupada; llame a mi mamá y le dije que no llegaría a dormir a casa porque me quedaría a dormir en casa de un amigo, mi madre no hizo a averiguaciones sólo me dijo que no vaya a ser con algún mal amigo y estuvo de acuerdo.
Esa sería mi primera noche en casa de mis suegros.
Cuando era de dormir, mi suegra se fue rápida a acostar y en la sala solo quedábamos mi suegro, William y yo, mi suegro me dijo que me podía quedar en el cuarto de William, porque el de huéspedes estaba sucio y el que era de su hija estaba bajo protección.
Yo feliz de la vida.
Después cada quien se fue a su cuarto, yo, por supuesto al de William.
Cuando ya estábamos en su cuarto, el estar ahí me recordó de mi primera vez, el cuarto de mi novio estaba iluminado y todo estaba ordenado y limpio.
William comenzó a desvestirse para ir a dormir, yo estaba sentado al borde de la cama viendo como mi novio se desvestía para ir a dormir.
Primero quito su camiseta, dejando al descubierto su joven torso, en él se medió marcaban unos pectorales y un abdomen con pequeños cuadros algo marcados, luego quitó sus zapatos y después el pantalón, quedando solo en bóxer.
Un bóxer color rojo con negro que combinan con su piel blanca y un joven bulto se formaba en dicho bóxer.
Se subió a la cama y me dijo:
William: no piensas dormir.
Yo: bien.
Me comencé a desvestir y cuando quede solo en bóxer me subí con él a su cama, no sin antes apagar la luz de aquella habitación.
A oscuras susurrábamos de cosas que no podíamos hablar enfrente de sus padres, pero ahora sí.
Él comenzó a platicarme de las ganas que tenia de hacer el amor con migo y yo con él.
También nos besábamos, decidimos seguir conversando y besándonos mientras se hacía más de noche calculando que sus padres estuvieran dormidos para hacer el amor.
Ya eran como las 10:00pm y entre beso y beso ya estábamos tan calientes que podíamos sentir nuestras erecciones.
Mi novio encendió una pequeña lámpara.
Nos estábamos comiendo a besos, yo encima de él, fui haciendo un camino de besos por su pecho hasta su ombligo donde una delgada línea de vellos desaparecía en el elástico de su ajustado bóxer.
Metí mi mano en su bóxer y toque su rizado vello púbico y agarre su polla, hacía mucho tiempo que no la tenía en mis manos y me gustaba sentir su suave piel.
Su pene es de 14cm y podía cubrir fácilmente su circunferencia, en mi novio no era su tamaño que me importara sino lo que hacía especial a su pene era que era de él, mi novio, mi primer amor.
Retire la piel que cubría su glande y por dentro de su bóxer lo comencé a masturbar.
Baje su bóxer para hacer mejor mi trabajo, hasta la mitad de sus piernas.
Pude notar perfectamente la forma del pene de mi amor, pase besando su vello púbico y pase mi lengua en su rozado glande.
William pego un suspiro.
Después comencé a meter su glande en mi boca y comencé a chupar y mi novio se estremeció al sentir la humedad de mi boca.
Definitivamente, su pene era la primera lengua que sentía.
Su glande cabía perfectamente en mi boca y mucho más que eso, metí todo lo que pude en mi boca, prácticamente sus 14cm cabían en mi boca.
Su pene sabia delicioso, su glande a gloria.
Acostado, William abría su boca y dejaba salir grandes sus piros sin hacer mucho ruido, pase mi lengua en su pene y baje hasta sus testículos, los cuales metí a mi boca y los chupe, luego descendí con mi lengua hacia abajo.
Pues, yo también tengo mis necesidades de querer penetrar un culito y mi novio era mi única opción ya que solo me había metido con puros machos, que jamás se iban a dejar penetrar y mucho menos por un chico de 15 años.
Pero cuando casi tocaba su ano, William me detuvo y halo mi cabeza a su pene, entendí que no estaba preparado para que su ano fuera penetrado, así que seguí mamando su pene.
Sabia delicioso y su blande me encantaba, mi novio se estremecía, sentía estar en la gloria.
Su pene no estaba acostumbrado a esos placeres y su falta de experiencia en el sexo, podían hacer que se corriera tan rápido.
Deje de mamar su delicioso pene, porque se podía correr y faltaba que me penetrara y me hiciera el amor.
Subí para besar sus labios y mientras lo besaba él se colocó encima de mí y se metió en medio de mis piernas e hizo que su pene rozara mis nalgas (de misionero).
Sujeto su pene y lo puso en la entrada de mi culito y sin más empujo hacia adentro, su pene no tuvo ningún problema en entrar y yo tampoco.
Su pene no tuvo problema en entrar gracias a mi suegro y su gran verga que horas atrás me había abierto el culo y me había hecho sentir en el cielo.
William había entrado por completo dentro de mí.
Yo no sentía más que placer, al igual que mi novio.
William: ahhhh…
Yo: mmm…
Ambos soltamos unos leves gemidos.
No era el pene más grande que yo había recibido, pero con William no eran solo sus dimensiones que me hacían sentir placer, sino porque era mi primer amor, mi novio y eso compensaba su tamaño, para hacerme sentir muy bien.
William, ni cuenta se dio que mi ano estaba tan abierto y que por eso no tuvo ningún problema en entrar, creo que su objetivo era solo recibir placer.
William comenzó con tan conocido movimiento.
William: ha ha ha ha…sin hacer mucho ruido.
Yo: mmm…mmm…
Nuestros gemidos eran leves, ya que mis suegros podían escuchar nuestros gemidos.
Hacíamos el amor de lo más rico, nos besábamos para apagar nuestros gemidos y mientras lo hacíamos yo me masturbaba.
Podía sentir como el pene de William se movía libremente en mi interior y me hacía sentir muy rico.
No creo que mi novio se haya dado cuenta de que mi ano estaba tan abierto que no apretaba como la primera vez a su pene.
Pero tanto yo como él, estábamos recibiendo placer de nuestros cuerpos.
Yo: mmm…ha ha ha…
William: ahhh…ahhhh…
William no resistía con tanto placer que su pene comenzó a convulsionar dentro de mí, derramando su caliente semen.
William: haaaa…ahhhhh… lanzando su semen en mi recto, sin hacer mucho ruido.
Su pene siguió expulsando su semen al mismo tiempo que su cuerpo se estremecía.
Yo no aguante con tanto placer otorgado por mi novio, y mi suegro horas atrás y mi pene lo expresaba lanzando chorros de semen sobre mi abdomen.
Yo: aahhhhh…
William: hhhh…aun dentro de mí.
Yo: aaahhhh…ahhhh….
lanzando mis últimos chorros de leche.
El pene de William perdió su dureza y por si solo salió de mi hueco y también su semen y posiblemente lo que de mi suegro quedaba.
William se acostó al lado mío y seguíamos respirando agudamente.
Yo: ¿te gusto?
William: sí.
Después de unas palabras y besos más, dispusimos dormir.
Tal vez mi suegro no me quiso ir a dejar a mi casa porque tal vez quería que su hijo disfrutara, al igual que él lo hizo de mí, horas antes.
Estaba seguro que mi suegro, estaba seguro de que esto sucedería.
Gracias a mi suegro había hecho el amor con mi novio.
Dejen sus comentarios…acerca de mi relato.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!