La Hora de Desayunar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de la noche que pasé, con tanta fiesta y mucho sexo por medio, me levanté con ganas de más.
Resulta que lo que me hizo levantarme fue el timbre de casa, picaban a la puerta.
Estaba solo en casa, mis compañeros de piso se habían ido a la playa y me dejaron tirado.
Picaron repetidamente hasta que abrí la puerta, era el cartero.
Era muy guapo, moreno de piel, chico de 1, 90m y se notaba que hacía deporte, estaba fuerte y la camisa de trabajo se le destacaba mucho el abdomen.
Llevaba unas botas altas y negras.
Me dijo sensualmente: -Sr.
López, traigo un gran paquete para usted.
Yo contesté: -Tú me puedes llamar Pepe con toda la confianza, cerdo, dame tu paquetorro que me has traído.
¿Donde tengo que firmar?
Lo cogí de la corbata fuerte y lo metí en mi casa.
Al no desayunar tenía ganas de comer un poco de leche con galletas.
Le ordené que se desnudara, y con rapidez, llevaba cartas se las tiré al suelo.
Me dijo: -¿Que quieres de mi?.
Me lo
Le contesté: -Quiero que seas mi perraca sumisa.
Cogí su cinturón y lo agarre fuerte del cuello haciéndole un poco sufrir.
Luego con el mismo cinturón dándole azotes fuertes por todo el cuerpo.
Estaba todo el cuerpo rojo.
Cogí unas esposas que tenía en mi armario, lo arresté y solo tenia libres los pies.
Me masturbó con los pies como se lo ordene, tocándome el glande con la yema del dedo gordo y con el otro pie siguiendo masturbándome.
Al estar arrestado yo tenía todo el dominio de ese perro sudoroso.
Lo cogí del pelo y le metí mi rabo hasta el fondo.
Sacaba su babosa lengua y comía como un desesperado.
(Le deje una pausa porque lo deje cansado, yo fui a la cocina, cogí un brik de leche fresca y galletas con chocolate)
Abrí el brik de leche y se lo tiré entero por todo el cuerpo, humillándolo luego le tiraba a la cara las galletas, el chocolate de las galletas se derramaba ya que al estar en el cuerpo ardiendo de ese cabronazo cartero hacía que se fundiese.
Empecé a lamerme todo el cuerpo de la leche y luego comerme las galletas, le escupía en la cara las galletas que estaba comiendo.
Luego le besaba que mi lengua llegaba hasta su garganta.
Lo gire y a cuatro patas le hice un masaje anal, metiendo 4 de dedos de golpe.
Gozaba y baboseaba mi sofá-cama.
Se la metí entera de golpe, quería verlo sufrir y petarle el culo a ese imbécil.
Gozaba como nunca, le deje el culo rojo a más no poder.
Me ponía mucho su culo, era blandengue, respingón y un poco peludito.
Me corrí en su cara y mi leche se la tragó entera.
Le tiré toda su ropa de trabajo, lo saque al rellano en boxers.
Más tarde tuve que irme de casa y lo vi por una rendija del cuarto de contadores, se estaba cambiando de ropa con prisa.
Horas más tarde, allá por la tarde, volví a casa y al abrir mi buzón me dejó una nota, dicha nota decía así: "Ha sido el mejor reparto que he hecho, cuando venga a esta comunidad no dudaré en llamarte para que me hagas sentirme tuyo, mi amo"
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