La instrucción – Parte 1
El inicio de un pequeño niño en actos que van más allá de su comprensión por parte de su instructor de escuela..
Hola, antes que todo quiero agradecerte por animarte a leer mi primer relato, nunca he escrito uno antes así que no sé que tan bien vaya a quedar.
Quiero recalcar que todo esto es una mera historia de ficción, lamento de antemano la presencia de algunos errores de redacción.
Alex, es un niño de 5 años de edad, de cabello castaño y de piel blanca, en cuanto a su cuerpo, era más o menos lo que se podía esperar de alguien de su edad, delgado y con un suave cuerpo en desarrollo.
Alex iba a una pequeña escuela con no muchos alumnos, se encontraba en pre-escolar, era un niño algo timido y odiaba la idea de llamar la atención, aunque eso no impedia que le fuera muy bien en el desarrollo de sus actividades; con respecto a sus padres, ellos se encontraban con problemas en su relación y el resto del tiempo se lo pasaban en sus respectivas actividades laborales, lo cual a menudo se traducia en mucho tiempo a solas para el pequeño.
Habían pasado unos meses desde que Alex inicio la escuela cuando repentinamente, su profesor de educación física dejo de presentarse a clases, pronto se descubrio que tuvo algunos problemas con la dirección (aparentemente, hubieron problemas con el sueldo acordado), por lo que Alex estuvo casi 2 meses sin un profesor en ese curso, su maestra principal los dejaba jugando todo el tiempo correspondiente, aunque Alex se la pasaba sentado la mayor parte del tiempo.
– Mientras tanto, en la oficina de la directora.
Anabel, una mujer de aproximadamente 35 años, se caracteriza por ser una mujer serena, pero con mucha ambición, aunque se muestra como la victima de una vida frustrada y, recientemente, con una enorme carga de estrés debido a que su – aparentemente – brillante idea de poner su propio centro educativo, que brindaba educación en los niveles de pre-escolar y primaria, no estaba dando los resultados que esperaba. No contaba con muchos alumnos por nivel, practicamente conocia a todos; para empeorar la situación, las ganancias a duras penas alcanzaban para cubrir los gastos del personal, por lo que sus ahorros también se estaban viendo afectados.
Recientemente el maestro de educación física que contrato para todo el año fue el protagonista de su ultima carga de estrés, esto debido a que Anabel le había reducido el sueldo que previamente habian acordado de palabra, pese a que ella le explico que no podia cumplir con lo prometido por problemas economicos, el tipo simplemente dejo de presentarse a sus clases, lo cual genero en una crisis en las horas academicas.
La directora no podia encontrar a ningún profesor de educación física dispuesto a tomar las riendas de las clases en pleno año escolar, sin mencionar que el sueldo que ofrecia era demasiado bajo para la mayoría de interesados. Anabel recordo a un viejo instructor militar de 57 años llamado Ernesto, era un hombre que conocia de sus primeros años de docente y pese a los «extraños rumores» que recordaba haber escuchado de él en ese centro educativo, no dudo en llamarlo.
– Más tarde ese día, en alguna habitación de la ciudad
Ernesto, un hombre de 57 años, de 1.82, algo robusto y de cabello canoso, es un instructor militar retirado que en sus ultimos años ha estado trabajando como docente de educación física en diversos centros educativos, aunque no dura mucho en ninguno debido a que tiene que ocuparse de no dejar muchas «evidencias» de sus verdaderos gustos; resulta que Ernesto tiene un gusto particular por la carne joven, el cual ha sabido ocultar al menos de las principales autoridades de la mayoría de centros educativos, solia mantener todo bajo control debido al buen trabajo que mostraba con su estilo para conducir las clases.
El ultimo trabajo que Ernesto habia tenido fue hace más de 1 año y se encontraba desempleado, decidio irse y dejar la docencia un tiempo cuando un padre de familia lo encontro acariciando de manera muy cariñosa a su pequeño hijo – quien se habia quedado hasta tarde, debido al retraso de su padre – de 7 años, el padre solamente tomo al niño y se fue, aunque volteo para mostrar una mirada algo amenazante a Ernesto; el tema no llego a mayores pero para evitar posibles rumores, decidio dejar su puesto y tomar un año sabatico.
Los días se habían vuelto aburridos, Ernesto paso su año libre buscando jovenes que satisfagan sus deseos, para el recepcionista de la habitación en donde vivia era común ver al viejo Ernesto entrar con un nuevo nene a su habitación por semana, él sabia lo que pasaba, pero no decia nada porque era demasiado obvio, sin mencionar que el instructor era amigo suyo. Ernesto no se sentia muy satisfecho con la mayoria de jovenes que rentaba, le encataban los nenes de la escuela porque los conocía y formaba un vinculo con ellos, habia tomado la inocencia de unos cuantos a lo largo de su vida como docente, aunque solia desaparecer después de esto.
La vida de Ernesto tomo un giro repentino cuando recibio una llamada telefonica…
Ernesto: ¿Quién podrá ser?
Anabel: Hola. ¿Con el instructor Ernesto?
Ernesto: Sí, ¿Con quien tengo el gusto?
Anabel: Soy Anabel Gutierrez, directora de un centro educativo local.
Ernesto:¿Como obtuvo mi número?
Anabel: Usted solia trabajar en un centro educativo en donde yo ejercia como docente; le pedí a la directora, quien es una amiga mia, que me de su número telefónico si es que aún lo tenia.
Ernesto:¿Qué es lo que desea?
Anabel: Mire, yo sé que usted actualmente se encuentra sin trabajo.
Ernesto: Estoy tomando un año libre.
Anabel: Sucede que tenemos un puesto vacante
Ernesto: Interesante, por ahora no me llama la atención.
Anabel: Por favor, podriamos llegar a un buen acuerdo si se acerca personalmente a mi oficina.
Ernesto:Mire, el dinero para mi no es algo importante, sobre todo a mi edad.
Anabel: Sé que usted tiene otros gustos…
Ernesto: ¿De que habla?
Anabel: Bueno, algunos rumores sobre usted.
Ernesto: Creo que nuestra conversación termino.
Anabel: ¡No, espere! No fue mi intención ofenderlo, pero creame que le encantará este acuerdo, pienselo.
– Una semana después, en la oficina de la directora.
Tras unos días de debate consigo mismo, Ernesto decidio presentarse a la oficina de la directora, sabia que se arriesgaba mucho, pero sentia que no había mucho que perder a su edad y con su cada vez más bajo nivel de emociones.
Anabel: Es un gusto Ernesto
Ernesto: Vayamos al grano, quiero aclarar que los rumores solamente eran eso.
Anabel: Por favor, no crea que solamente me limite a rumores, he visto lo que usted es capaz de hacer.
Ernesto: ¿Estuvo espiandome? ¡Me largo de aquí!
Anabel: Escuche, la verdad no me interesa lo que hizo, mi emprendimiento esta por irse al drenaje y el sueldo de un docente de educación física es algo que no puedo costear.
Ernesto: ¿Entonces por que me rogo que viniera?
Anabel: Porque sé que usted podría ser pagado con otra cosa…
Ernesto: No entiendo a que se refiere.
Anabel: Vamos, usted es un hombre que gusta del sabor de la juventud.
Ernesto: Resulto ser más siniestra de lo que pense.
Anabel: Le propongo esto, usted dará clases y a cambio podra tomar al niño que quiera, conozco a casi todos, este no es un colegio con muchos alumnos.
Ernesto: ¿Que ventaja tiene el que no tenga muchos alumnos?
Anabel: Conozco a los padres de la mayoria, confian mucho en mi, es un buen punto a favor.
Ernesto: ¿Se da cuenta de que su propuesta es arriesgada?
Anabel: Más miedo me da la idea de irme a la quiebra.
Ernesto: ¿A partir de que edad puedo elegir?
Anabel: La que quiera, me da igual.
Ernesto: Veo que no le molesta que pueda lastimar a sus alumnos.
Anabel: Solo pongase a trabajar lo más pronto posible, por favor.
En ese momento, Ernesto se retiro con una sonrisa de la oficina, decidido a iniciar la siguiente semana con nuevas expectativas.
– Una semana después
Ernesto se presento como docente en la mayoría de salones, paso por todo el nivel de primaria haciendo que los alumnos realicen ejercicios en donde podría fijarse en los mejores atributos de los niños. Hubieron muy buenos especimenes, con culos y cuerpos muy bien apetecibles, pero Ernesto estaba decidido a probar algo más inocente.
Llego el momento de la clase de pre-escolar, Ernesto se presento a clase y observo al alumnado, del cual la mayoría estaba compuesto por niñas, esto no le molesto porque vio que los nenes que se encontraban ahi eran más que suficientes para seleccionar. Ernesto los ponia a hacer ejercicios simples, esperaba ver que tan flexibles eran los nenes.
Se enfoco en Rafael, un pequeño trigueño con un buen par de nalgas para su edad.
¿Este podría ser el indicado? – decía Ernesto en su cabeza – para verse repentinamente interrempido por los sonidos de un nene que estaba teniendo problemas para hacer los ejercicios.
Ernesto: ¿Que sucede jovencito?
Alex: No puedo estirarme – con una pronunciación bastante buena para su edad – no soy bueno en esto.
Ernesto: Solo es cuestión de practica, para eso tomas clases.
Alex: No me gusta esta clase, es aburrida.
Ernesto: ¿Te parece que mi clase es aburrida? – con un tono aparentemente enojado.
Alex: No, no quise decir eso, por favor no se enoje.
El que haya dicho esto practicamente de rodillas causo un repentino interes en Ernesto, la actitud del niño le parecia bastante sumisa y manejable, estaba acostumbrado a jovenes curiosos y extrovertidos, pero este nene era timido. Ernesto jamás intento tomar a un nene así antes porque eran más dificiles de manejar, pero con el apoyo de la directora esto seria pan comido, sin mencionar que el nene estaba en la edad que él buscaba.
Ernesto: ¿Cuál era tu nombre, pequeño?
Alex: Me llamo Alex, por favor no le diga a mi papi que lo hice enojar o me castigara.
Ernesto: No te preocupes, no pasara nada.
– Más tarde, en dirección
Ernesto se acerca a la oficina de la directora, listo para hacer algunas consultas sobre el nene que había seleccionado.
Anabel: Bueno, supongo que ya elegiste tu pago.
Ernesto: Eso parece, dime que sabes de ese niño Alex, del aula de pre-escolar.
Anabel: Es un pequeño bastante inteligente, pero muy timido, al parecer sus padres estan pasando por problemas de relación y pasan poco tiempo con él.
Ernesto: Vaya, eso lo hace aún mas manejable.
Anabel: Tiene 5 años ¿No te parece demasiado pequeño?
Ernesto: Dijiste que podia tomar a quien yo quisiera.
Anabel: Esta bien ¿Tienes algún plan?
Ernesto: Mira, al parecer crees que esto es tan facil como llevarlo a una habitación y tener sexo con él ¿Crees que es una fantasía erotica?
Anabel: Bueno, no soy una experta en la matería.
Ernesto: Un niño de esa edad necesita todo un proceso de entrenamiento.
Anabel: No me interesan los detalles.
Ernesto: A lo que me refiero es que necesitare tenerlo muchas horas, muchos días.
Anabel: Eso no será posible, las maestras notarán su asuencia en clases.
Ernesto: Tengo una genial ideal, simplemente organizaremos un taller de educación física.
Anabel: No parece muy brillante brindar más horas de clase gratis.
Ernesto: No seas tonta, Alex sera el único alumno que recibira esas clases, obviamente no se le comunicara a ningún otro alumno.
Anabel: ¿Planeas hacer todo el entrenamiento en mis instalaciones?
Ernesto: Claro que no, es muy molesto hacer esto aquí, me lo llevare a mi habitación de hotel, esta muy cerca de aquí, lo traere a tiempo.
Anabel: ¿Que hacemos si dice algo a sus padres o si estos sospechan de las clases?
Ernesto: Por la situación que están viviendo, estarán encantados de no tener que preocuparse por el pequeño al menos unas horas.
La directora redacto el comunicado en donde los alumnos tendrían un taller de educación física casi toda la tarde durante 4 meses, obviamente los unicos que recibieron el mensaje fueron los padres de Alex, los cuales encantados dejaron al pequeño en las instalaciones de la escuela para que pase toda la tarde sin tener que estar solo en casa.
Alex llevaba puesto un conjunto deportivo de chándal rojo, saludo a la directora con un beso en la mejilla y esta le dijo que espere al instructor, esto asusto un poco a Alex pues había desarrollado cierto temor a su profesor por el incidente que tuvo recientemente en clase.
Ernesto se presento ante Alex con una sonrisa y una mirada de lujuria, mientras que la directora le dijo con un tono autoritario al pequeño que a partir de ahora tendría que obedecer en todo al instructor, quien es el encargado de la sesión de clase.
Anabel se retiro rapidamente y Ernesto no perdio tiempo, le dijo a Alex que lo siguiera; subieron a su auto y procedio a conducir al hotel.
Alex: ¿A donde vamos?
Ernesto: A un lugar en donde podremos entrenar tranquilos – decia mientras acariciaba el rostro de Alex.
Alex se sentia asustado, sus padres no sabian a donde iba, pero le habian dicho que tenia que obedecer al instructor ante todo y era lo que iba a hacer, a menos que quisiera recibir un castigo.
Tras llegar al hotel, Ernesto llevo a Alex de la mano a la entrada del hotel, en donde el recepcionista lo miro tanto a él como a Ernesto.
Recepcionista: Veo que cada vez buscas nuevos niveles – dijo con un tono algo burlón
Ernesto: Es bueno experimentar cosas nuevas jajajaja.
Ernesto subio con Alex a su habitación, en donde se podian ver un buen numero de juguetes y una consola de Nintendo, su plan era relajar al pequeño antes de iniciar todo. Alex se puso a jugar y hablar de los problemas de casa con Ernesto, a este le sorprendia lo despierto que era para su edad con respecto a la comprensión de sus problemas familiares.
Ernesto no quiso perder tiempo y sento a Alex entre sus piernas mientras este seguia en su consola, el pequeño se sentia raro al tener al instructor acariciando todas las partes que podia, también sentia como se ponia a oler su cabello y darle besos.
Alex: ¿Que hace?
Ernesto: Disfrutar del momento
Alex: ¡No me gusta!
Ernesto: A mi me encanta
Alex: No me toque, me hace sentir raro y mis papis dicen que nadie debería hacerme eso.
Ernesto procedio a apagar la consola y con una mirada amenazante procedio a dirigrse al pequeño, con un tono de voz autoritario y elevado, de sus días de instructor.
Ernesto: Escucha mocoso, te dijeron que tenias que obedecer todo lo que yo te ordene, más te vale hacerlo o tendre que reportar esto a tus padres.
Alex al borde del llanto rogo que no hiciera nada, que lo obedecería en todo.
Ernesto no podía creer lo facil que era manejar a este niño, así que procedio a tomar al pequeño y ponerlo de pie frente a él, no había notado hasta ahora lo apetecible que se veía, era una presa indefensa lista para ser devorada.
Procedio a quitarle la parte superior de su ropa, dejando su torso desnudo, unicamente dejando al pequeño con sus pantalones de chándal. Vio los pezones del pequeño muy apetitosos y procedio a jugar con ellos; su lengua saboreaba los diminutos y tiernos pezones de Alex mientras con su mano acariciaba las nalgas del pequeño por encima del chándal.
Tras estar un rato con eso procedio a dejar a Alex completamente desnudo, lo puso en cuatro y comenzo a darle un muy buen beso negro, el pequeño solo reía por la nueva cantidad de sensaciones que estaba experimentando.
Alex no sabia que estaba pasando, pero esto aún le parecia muy extraño y fuera de lugar, pero tenia que obedecer las ordenes o seria castigado.
El instructor intento meter un poco de su dedo en el apretado ano del pequeño Alex, pero este no cedia nada, sin mencionar que el nene mostro su incomodidad por medio de leves gritos. Ernesto le restaba importancia a esto, pues tendría un buen tiempo para entrenar al pequeño.
El resto del tiempo se lo paso acariciando al pequeño y disfrutando del sabor de su culo, lo devolvio a las instalaciones en donde su madre procedio a recogerlo a la entrada del centro educativo, se veia muy agradecida por el tiempo libre de su pequeño. Obviamente el pequeño Alex fue advertido tanto por su directora como por su instructor que el entrenamiento era estricto asunto de la escuela y que no debia decir nada, más alla de eso, el pequeño Alex no tenia muchas opciones.
La directora intento consultar a Ernesto sobre el desempeño de Alex, a lo cual este solo se animo a decirle que el entrenamiento apenas empieza…
Quiero disculparme por la poca acción que hubo en este capitulo, pero decidi que era mejor sentar las bases de la historia.
Siguiente parte, proximamente…
Una historia muy exitante, apesar de ser ficción, no deja de ser un echo que pasa en la vida real., así como me paso a mi, en primaria a mis 5 añitos donde mi profesor me quito mi inocencia. Espero los siguientes relatos. Saludos.
oh cuenta mas detalles si te acuerdas
Y te gustó?
Ufff que morbo! Desep ya el siguiente! Saludos!
Va bien pero para mi gusto le faltan detalles, algo mas de morbo no le vendría mal.
esta muy bueno tu relato pero le faltan muchísimos mas detalles, mucho mas morbo no le vendría mal. y espero que Alex el único alumno en el taller de educación física.
esta muy bueno tu relato pero le faltan muchísimos mas detalles, mucho mas morbo no le vendría mal. y espero que Alex no sea el único alumno en el taller de educación física.
Recuerdos del cura que me entrenó a partir de los 9 años.