La isla de los niños 3 / Los dos clanes (6)
Los niños se dividían básicamente en dos tribus: los que les gustaba follar… y los que disfrutaban siendo cogidos.
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DADORES Y RECIBIDORES
Llegando a una edad, los muchachos de la isla de los muchachos se decantaban por recibir a uno u otro clan, aunque los había que hacían de todo, pero básicamente la isla se dividía en ‘dadores’ que preferían follar, y recibidores, que preferían ser follados. Los dadores estaban a la izquierda del complejo mientras que en el ala derecha estaban los recibidores, y en medio estaban las instalaciones comunes de los muchachos que o aún no se habían decidido o que les daba igual follar y ser follados.
Los dadores se creían superiores a los recibidores, y creían que era una humillación ser follado o incluso mamar penes, por eso lograban chupar el semen vital de los cuerpos de los muchachos a los que se follaban, haciendo que, previamente, se corrieran sobre su pecho. Aprendían todas las técnicas para cascarles pajas, estimularles analmente, que recibieran gran placer al ser follados que se corrieran antes que lo hiciera su follador en su interior. El truco era excitar mucho al muchacho que se iban a follar o tocarle con su pene la próstata para crearle un orgasmo. Y si fallaban algunos utilizaban sus manos para, mientras lo estaban penetrando por detrás, a lo perrito, acariciarle las tetas o el pene para hacer que se corriera de placer y necesitase ser otra vez follado. Había que afianzar las relaciones de dependencia, de poder y sumisión, de control. Y el control se ejercía básicamente haciendo que dependiesen de tu semen.
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Si bien los dadores solían tener grandes huevos y grandes, los recibidores por su parte eran muchachos a veces bien dotados o con huevos muy grandes, pero con grandes culazos. Tenían predilección por ser follados o mamar penes y lo hacían al cabo del día varias veces si estaban excitados.
Así pues, en la isla, todo el mundo quería ser follado o mamar penes. Y si recibías cinco corridas seguidas aumentabas de nivel.
El nivel o rango lo daba, a parte de la edad, la experiencia, con lo que aunque todos los chicos empezaban igual, algunos muy aplicados enseguida ascendían a un rango superior.
Cada nivel te daba la posibilidad de recibir penes más grandes en tu ano, empezando por los de tu raza hasta ser follado por negros y árabes. A más experiencia sexual más cosas podías hacer. El grado o nivel lo marcaba el color de tu bañador como dijimos en el primer episodio. El rango superior era el speedo negro ribeteado de blanco, plata o dorado. Quien poseía este bañador podía follar con todo el que quisiera. De hecho todos los muchachos de la isla aprendían a ser sumisos a los chicos de rango superior y accedían a lo que les pidieran sin pensarlo, es más, arrodillándose como vasallos y estando agradecidos a sus superior porque les hubiera elegido para ello –que podía ser cualquier cosa sexual, incluso depravatoria, o simplemente sólo follarles el ano.
Había parámetros y restricciones para todos los grados inferiores de bañador, desde edad a quien te podías follar o con quien podías ser follado, hasta raza o tamaño de pene, pero con cada grado superior podías tener nuevas experiencias sexuales. Los que lo tenían más fácil eran los negros y árabes, ya que al tener penes más grandes empezaban pronto a ser follados. Sin embargo no a follar, porque por el tamaño de sus penes al principio sólo tenían restringido el follar a alguien de su edad y raza.
Los chinos, al contrario, por sus finos y pequeños penes podían empezar a follar a chicos de razas negras y blanca bastante temprano. De hecho eran los penes que primero probaban muchos pasivos por ser de un pequeño tamaño y estrecho diámetro. Sin embargo para ser follados lo tenían difícil, y al igual que los del clan negro, empezaban sólo con los de su raza yendo avanzando a penes blancos de más y más tamaño.
La raza blanca estaba en intermedio de tamaño de pene, por lo que podían follar o ser follados antes que las razas que se encontraban en ambos extremos. Un blanco podía ser follado por un chino antes que por uno de su propia raza, después podían experimentar con el pene de otro blanco y una vez avanzado podían follar con un negro.
Había trucos para avanzar de rango… aunque muchas veces todo se basaba en la práctica y en experimentar: quien más veces se dejaba ser follado más rápidamente avanzaba y podía ir ascendiendo de nivel. (como veremos en el próximo episodio)
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En los vestuarios había dos tipos de dildos, que te permitían avanzar en lo que podías recibir analmente. Muchos chicos experimentaban como clases particulares con ellos. Los dildos estaban en las instalaciones comunes de los vestuarios (estos normalmente eran los que te inyectaban supositorios para follar y ser follado), y había de otro tipo de dildos en cubículos individuales. Estos te inyectaban semen y a ellos recurrían los muchachos en última oportunidad cuando no conseguían ser follados ni mamar y necesitaban semen sí o sí para no fallecer tras perder 4 ó 5 dosis en sus corridas.
Dentro de los cubículos había el dildo de suelo y el de la pared. Tu podías entrar en el cubículos y empotrarte con el dildo de la pared inclinado 90 grados, como si te estuviesen follando por detrás, o sentarte en cuclillas sobre el cubículo del suelo. Podías elegir incluso el tamaño y el grosor del dildo con el que ibas a ser follado, empezando por 11 centímetros y terminando en 22, con lo cual muchos muchachos iban probando y probando poco a poco hasta introducirse los más grandes.
El problema es que estos consoladores inyectaban en tu interior, sin que fueses consciente de ello, una droga de dominación, que te hacía cada vez más y más dependiente al crearte adicción. No ocurría así en los dildos de los vestuarios, que sólo te inyectaba supositorios, pero sí en los cubículos. Y no cuando los usabas para dilatarte tu ano probando centímetros, sólo cuando los usabas para recibir semen en tu interior (por lo que la mejor manera de recibir semen era de otro hombre).
continuará
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