LA MISION
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por POCKER123.
Ralph acudió al llamado de su jefe rápidamente. Entró a la oficina de Slash, su jefe, que sostenía en sus manos una taza de humeante café. Le invitó con un gesto serio a tomar asiento. Ralph ansioso, como cada vez que le daban una nueva misión, se sentó.
__Escucha Ralph, tengo un trabajo para ti__ por fin anunció Slash
__Cuénteme señor__ dijo Ralph
__El caso es así…han desaparecido unas pruebas que estábamos haciendo de unas importantes vacunas. Creemos que hay alguien, o tal vez mas de uno en laboratorios militares que trabajan para el enemigo
__Pero y esas pruebas donde estaban guardadas?
__Por ahora te diré que estaban en un pent o dos, todavía no estamos seguros, lo que si sabemos es que alguien de los nuestros, es un traidor
__Bien señor comenzaré ya mismo.__
Ralph y su jefe Slash quedaron en penumbras hablando y pasando información un tiempo mas. Luego el agente especial salió del edificio y se marcho en su auto.
Paso por su amplio departamento. Se vistió para la ocasión. Tomo todo lo que le haría falta y salió nuevamente.
Detuvo su máquina frente a un edificio que era todo cristal y acero. Busco en su tablet y ubico el departamento. Espero unos cuantos minutos, tal vez media hora. El movimiento del edificio en cuestión era muy tranquilo. Se veían un par de guardias enormes como roperos. Que por el momento estaban parados y quietos en la puerta de entrada. Ralph sabía que en algún momento se moverían para hacer una recorrida, ese sería su momento. Si algo requiere este trabajo es la paciencia, pensó.
Una luz se encendió en el departamento que esperaba el agente. Se sonrió para si. Siguió esperando el movimiento de los guardias. Estos hablaron entre ellos, encendieron cigarrillos, y se movieron uno para cada lado. Ralph bajo del auto. Estaba completamente vestido de negro. Miro para todos lados apoyado en el auto. Tomo un pequeño bolso en sus manos enguantadas y camino sigilosamente hacia el edificio. Cruzó la avenida desierta a esa hora. Observo la entrada. Allí venia un anciano silbando una vieja canción, se colocó detrás de el sin que este se percatara en lo más mínimo que tenía compañía. Cuando estaban entrando Ralph se adelantó y sonriendo simpáticamente le habló __Ascensorista, vengo a ver un problema__mientras Ralph ya se perdía dentro del edificio
__¡Oh! Esta bien…__ dijo el anciano despreocupado totalmente.
Ralph recorrió los pasillos mientras se guiaba con su GPS. Tenía marcado exactamente donde iba. Subió escaleras, no utilizó el ascensor. No se oía ningún ruido. Todo era silencioso. Iba alumbrándose con su pequeña linterna ya que no quería ninguna sorpresa. Llegó al piso. Salió muy lento hacia el palier. Eran pisos con dos enormes departamentos cada uno. No era para cualquier salario, pensó Ralph. El Coronel que venía a visitar ganaba muy bien. Por lo menos era lo que veía. No era un edificio lujoso, pero si estaba muy elegante.
Debía actuar veloz. Paso su tarjeta multi aberturas y la puerta se abrió. Observó sin moverse de la entrada. Aguzó el oído, algún animal? No. Escuchó un instante. Avanzo muy despacio. Se encontró en un amplio living. Varias puertas. Siguió avanzando y escuchando. Pasó por una habitación y luego otra. Un estudio o algo así. No había nadie más. Llegó al baño, escuchó la ducha y a alguien que canturreaba despreocupadamente.
En un momento se lanzo sobre su objetivo y lo redujo con apenas un par de golpes, aprovechando el efecto sorpresa. Una vez caído, arrastró el cuerpo desvanecido hasta donde ya tenía previsto en la breve recorrida que había hecho del lugar.
Atontado el Coronel fue volviendo en si. Despertándose no entendía nada. Menos cuando se dio cuenta que estaba atado a su confortable sillón del escritorio. Estaba en su casa, pensó. Estaba desnudo, también se dio cuenta.
¿Quién era ese personaje encapuchado y todo vestido de negro que estaba frente a el?
__¿Qué pasa? ¿Quién eres?__preguntaba el Coronel
__Shhh, silencio. Aquí las preguntas las hago yo__cortante el agente
__¡Suéltame demonios!, ¿no sabes quien soy yo?
__Oh, si claro que se quien eres tu, eres el traidor que tiene un pent que nos pertenece
__¿De qué hablas?
__Cálmate y piensa, haz memoria
__¡No sé de que hablas!__ volvió a repetir el Coronel tratando de zafar, pero sabiendo que no lo lograría. Tenía las manos detrás del sillón y las piernas atadas a las patas del sillón a la altura de los tobillos. Comprendió que estaba indefenso.
Ralph se acercó al Coronel y le susurró de cerca.
__Vamos piensa, sino tendré que pasar al plan B.
__¿Qué quieres?__ volvió a preguntar el Coronel
__Lo que nos pertenece__ dijo Ralph__Escucho atentamente__ el silencio lleno el lugar. El agente se acercó al barcito. Tomo un vaso y le puso algo de whisky. Bebió un sorbo. Y le acercó el vaso al Coronel. Este bebió un poco y algo se volcó sobre su pecho. Ralph se acercó despacio y le paso su lengua áspera y perversa. El Coronel sintió un escalofrío. Sus sentidos se pusieron alertas.
Ralph apretó sin mucha fuerza las tetillas y el Coronel gimió y lanzo un breve suspiro.
__¿No recuerdas nada?__ volvió a preguntar el agente. El Coronel movió negativamente la cabeza. Ralph apretó más fuerte y un gritito salió un poco mas fuerte. Ralph volvió a darle de beber al Coronel un sorbo más grande.
__Te gusta beber no?
Ralph paso suavemente un dedo por el pecho del Coronel, noto que la piel del Coronel se estremecía, llegó hasta el ombligo y lo acarició suavemente. Los músculos se tensaron
__¡Oh! Veo que te gusta
__¿De que hablas?
Los dedos traviesos de Ralph llegaron a la semidormida verga y acariciaron la cabeza. El Coronel quiso moverse , pero recordó que no lo podría hacer. El agente siguió con las caricias.
__Entonces no recuerdas__ dio por hecho Ralph
El Coronel se movía y no podía detener que su pija se fuera alzando. No podía controlar los deseos que iban elevando el mástil y se volvía poderoso.
__¡Dejame ya, no tengo nada para decir!__ rogaba el Coronel
__Vamos yo sé que sí
__¡Ah!, ¡Ah! ¡no, no dejame, no, no, ahhh!!!_ era mas un gemido que un ruego.
La herramienta del Coronel estaba dura, tremenda, Ralph la acariciaba, mientras el Coronel trataba de soltarse. El agente la masajeaba, se había quitado los guantes y tocaba la carne piel a piel.
__¡Ohhhh! ¡dejame, suéltame ya, por favor!, ¡no se nada de lo hablas!¡Ahhhhh!__ Ralph se había salivado la mano y la paja estaba a pleno, el agente se relamía. Apretaba la masa de carne palpitando. Hecha una furia. Dura. Como una barra de metal venosa. El Coronel bufaba y sus exclamaciones eran más de placer que de negación. La carne iba y venía la mano férrea de Ralph. El Coronel no podía sustraerse al enorme placer que estaba sintiendo con esa mano tomando su verga, así y todo pugnaba por que lo dejaran.
__¡Suéltame ya!, ¡te lo suplico, déjame, no tengo lo que buscas!!__ reclamaba el Coronel
__Tu cuerpo no dice lo mismo, es mas quieres que siga__ contesto Ralph
Ralph dicho esto, se fue arrodillando, muy lentamente, sin dejar de tocar la poronga dura. Se fue acercando con la boca, sin quitarse la máscara que cubría su rostro. Su lengua se alargó. Toco sutilmente la cabeza de la verga. Una corriente eléctrica sacudió, el ya convulsionado cuerpo, del Coronel. La lengua viboreó a lo largo de todo el tronco. El Coronel tensaba sus músculos. Un hilo de saliva caía por el costado de sus labios. El sudor le brotaba por todo el cuerpo. Unas gotitas asomaban por su punta vigorosa, la espada era fogosa. La boca rodeo entonces la lanza. El grito del Coronel se impuso. Ralph mamaba la verga. Tragaba el sable sin piedad. Mientras el Coronel, gemía casi rendido.
__¡Ten piedad de mi!, ¡ya dejame!, ¡Ahhhhhh! ¡¡Suéltame, esto no puede ser, suéltalo!!, ¡Ahhhhh! Ohhhhhh!!!__ el agente especial pasaba la lengua filosa por las bolas grandes del Coronel que sentía en su piel arder las llamas del placer irresistible.
Ralph dejó la verga del Coronel y se puso de pie.
__¿No tienes nada para decir?__preguntó Ralph
__Ya vete,…no tengo nada para ti…__jadeaba el Coronel
__Sí, claro, tienes, dilo de una vez, dime lo que quiero saber y te dejare en paz, aunque a vistas esta que muchos deseos de que me detenga no tienes…díselo a tu pija que no baja de lo dura que está….__
El Coronel negaba con la cabeza. Ralph se fue quitando los pantalones. El Coronel lo miraba hacer. El agente no tenía ropa interior. Ante el Coronel apareció un cipote recio. Grueso y erecto, desafiante.
__¿Qué? ¿Qué haces? ¿Qué pretendes?
Ralph sonrió en una mueca. Haciendo un leve movimiento se colocó a horcajadas del Coronel. Guió el tremendo garrote del militar y lo apoyó sin preámbulos en su culo, en su caliente agujero. El Coronel se resistía aún moviendo su cabeza de un lado a otro. Sintió chocar la cabeza en la entrada. El agente bajo de su cabalgadura como recordando algo. Buscó su bolsito de allí saco una crema. La abrió y la paso por su cola. Ralph gimió de placer y metió dos dedos en su culito enardecido. Volvió a abrir sus piernas y se fue hundiendo despacio, lentamente.
__¡Ahhhhh! ¡Nooooo! ¡Ahhhhh!! __gemía el Coronel. Ralph hundía sin tregua la vara hecha fuego del Coronel. Está se fue hundiendo en el túnel profundo de Ralph que miraba como el rostro del Coronel se transformaba en una cara de inmenso placer. La lengua de Ralph entro en la boca semiabierta del Coronel que ya no se resistía.
__Dime lo que tienes para mi__ le gemía Ralph
__¡Ahhhhh! No tengo nada para ti, solo esta verga que te coje, ¡Ahhhh!
Ralph lo sacudía, la pija del Coronel iba a estallar, una de las manos de Ralph apretujo las bolas del militar que gritaba de calentura mientras los chorros de leche se metían en el culo del agente que sonreía y mordía la boca del Coronel.
Fue allí que se sintió el ruido de la puerta. Rápido Ralph salió de la montura., la puerta del estudio se abrió y el muchacho que se asomaba no alcanzo a entender nada cuando se trenzó en lucha con el desconocido. Ralph era veloz y aun chorreando semen y todo en unos cuantos giros y golpes redujo al muchacho.
__¡Déjalo es mi hijo!__ pidió el coronel. Ralph lo miro y no creyó que aquello fuera real.
__Bueno entonces ahora me dirás, porque lo voy a hacer gozar a el. Mira lo que tengo para el__ decía agarrándose el pedazo de pija que seguía con vida.
__¡Noooo! Haré lo que quieras, ¡ Déjalo!
__Ya estas haciendo lo que quiero, falta que me digas lo del pent…– mientras decía esto Ralph, se movió rápido y desapareció con el muchacho. Lo ato bien y lo dejo en una cama de uno de los dormitorios. Regreso donde estaba el Coronel.
Miro la pija del Coronel que aún estaba parada. Se acercó a ella y comenzó a besarla, la mordisqueaba, jugaba con ella
__¿Cuanto hace que no tienes sexo que no la puedes bajar?__ la saliva de Ralph bañaba el aparato que no caía, las manos de Ralph la llevaban hacía arriba y hacia abajo, en tanto los gemidos y resoplidos del Coronel aumentaban. Del culo de Ralph aun se deslizaban borbotones de la leche del militar. Estaban haciendo un pequeño charco. La pija de Ralph estaba en su máximo tamaño.
El agente especial, se puso de pie, veloz como un rayo, quito y puso nuevamente las esposas al Coronel. Ahora el militar tenía las manos adelante y el mismo se masturbaba aferrando con ganas el mástil erecto. Ralph tumbó el sillón hacia delante, el militar cayó de rodillas apoyado en sus manos, no entendía que pasaba. Ralph hizo que se encaminara hacia una barra para ejercicios que tenía en el estudio el Coronel. Ató las esposas en la barra y luego soltó los pies del militar. Que suspiro un poco aliviado.
__¿Estas un poco mejor?__ preguntó Ralph
__Sí claro__ respondió el Coronel
Ralph se movió parsimoniosamente y volvió con su crema, embarduno sus dedos. Busco la cola sobresaliente del Coronel y lo masajeó, el hombre dio un respingo, pero mucho no podía luchar.
__ ¡Disfruta! que eso es lo que quieres
__¡Noooo! ¡No lo hagas!__ bufaba el Coronel
__¡Cierra la boca!!__ dijo Ralph en tanto apoyaba la pija en el hoyo del hombre que cerraba instintivamente la cola. Pero el agente especial empujaba inclaudicable, poniéndole una mano fuerte sobre la boca al militar que blasfemaba y se contorsionaba haciendo más profunda la ensartada fatal. El sudor hacía que los cuerpos se pegaran mucho más. Los huevos golpeaban las nalgas del Coronel, que pasado el primer sofocón estaba gozando a lo loco de la enorme pija que lo clavaba sin piedad. La boca de Ralph mordía y jugueteaba con la oreja y el cuello del hombre. De vez en cuando apretujaba los huevos y la verga del militar que se hundía a más no poder la espada en su canal. Ralph no tardó en vaciarse dentro del Coronel que gemía escupiendo a su vez con su pija sobre las manos alocadas de Ralph que lanzaba gemidos y suspiros pegado sobre la espalda del Coronel, que se extasiaba sintiendo latir dentro de el la poronga del agente.
La verga salió chorreando de su estuche. Por las nalgas del Coronel caían gruesas gotas de semen, manchando el piso. Ralph tomo una toallita y limpió su pija brillosa, aún latiendo en sus manos. La pija del militar iba cayendo por fin. Cuando se dio cuenta Ralph había desaparecido.
El agente ingreso en la habitación, desnudo como estaba. El muchacho se revolvió en la cama, boca arriba como estaba no entendiendo que pasaba.
__¿Quién es usted? ¿Qué ha hecho con mi padre?__ pregunto el muchacho.
__Tu padre está bien, tranquilo__ dicho esto se acercó al muchacho y pasó una vez su verga por la cara de este, que quiso correr su rostro pero no pudo. La verga se arrimo a los labios del muchacho que empezó a lamer.
__¡Así se hace, Chúpala!!__ Ralph noto que su herramienta volvía a crecer de forma descomunal
__¿Te gusta como te la mamo?__
__¡¡Siiii, Hazlo perra!!, ¡Ahhhh!¡Así!
La verga era tragada por la boca del muchacho que estaba acostumbrado a estas pijas. Ralph fue quitándole la ropa y se apoderó de la pija del chico que tenía dimensiones salientes, era mas bien larga pero se notaba potente y rígida a más no poder. Ralph incursionó en el anillo del chico que comenzó a gemir desgarradoramente. Un dedo atravesó el agujero y luego otro, no le hizo falta la crema a Ralph cuando lo atravesó con su daga afiebrada. La cola del chico se abrió como una flor y los huevos del agente golpearon en las duras nalgas del chico que levantaba las piernas sobre los hombros, con los brazos abiertos sin poder abrazar, pero si besar. Las lenguas de los dos se chocaban.
__¿Dime si te gusta?__cuestionaba Ralph
__¡Oh! ¡Sí ¡¡sigue dándomela no la saques!!
__¿Dónde está la caja fuerte?
__¿Qué?
__Tu padre…donde guarda las cosas importantes
__¿Para que quieres saberlo?
__¡Tu dímelo amor, anda!__ y diciendo esto Ralph sacó bruscamente su pija del culo hambriento
__¡Métela!!, ¡¡anda, por favor!!, ¡¡Mételo!!
__Dime__ decía Ralph mostrando su pija roja y parada como una estaca.
__Allí__ dijo el muchacho
__Dame la clave__ Ralph lo había conseguido. Ensartado como estaba el chico paso la clave, mientras Ralph descargaba la leche en las profundidades del muchacho que se retorcía descontroladamente caliente.
Abrió la caja tomo algunos papeles que encontró interesantes, el pent no estaba. El muchacho miraba los movimientos del ser enmascarado que le había dado tanto placer hacía un momento.
Ralph lo miró antes de irse se acercó al chico. Tomo su verga dura y se la metió en la boca. La chupaba con fruición. La lamía escuchando los gemidos calientes del muchacho. Se bebió hasta la última gota de leche que emanó el chico. Quedó entre dormido. Del bolsito de Ralph salió una intravenosa que durmió al chico así el agente tranquilamente saco las esposas del muchacho que se durmió profundamente.
Volvió al estudio donde estaba el Coronel, aún chorreando leche de su culo, agotado. La inyección lo dejo fuera de combate y Ralph lo soltó también a el.
Ralph subió a su auto lo puso en marcha y se alejó velozmente del lugar.-
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