LA NUEVA FAMILIA DEL PEQUEÑO MARIO PARTE 16 (COMPLICES)
El padre de aquel niño había logrado su propósito, por fin había tenido sexo con su pequeño hijo de casi 6 años de edad. .
Emmanuel salió de su profundo sueño, pues había sido despertado por la alarma de su teléfono, así que observando la hora, el reloj marcaba las 7:00 de la mañana, entonces apago la alarma y con el teléfono en la mano marcó a su oficina para informar que no llegaría a trabajar.
Emmanuel giro la cabeza hacia un lado y se quedó viendo a su pequeño hijo, ambos aún seguían completamente desnudos, entonces se acercó al pequeño para darle un beso en la frente y después se apretó la verga, la cual estaba durísima pues siempre despertaba así todas las mañanas.
Emmanuel empezó a bostezar mientras se bajaba de la cama, así que enseguida estiro todo su cuerpo de pies a cabeza y luego caminó hacia el baño para vaciar su vejiga y para cepillarse la boca.
Después de varios minutos Emmanuel regresó, entonces se dio cuenta que su pequeño hijo Mario apenas estaba despertando, así que rápidamente se metió a la cama e inmediatamente lo abrazo y le dio un beso en la boca.
Emmanuel: ¡buenos días mi amor! ¿dormiste bien?
Mario: ¡buenos días papi, dormí muy bien!
Emmanuel: ¡me da gusto mi amor!
Mario: ¡papito! ¿hoy no vas a ir a trabajar?
Emmanuel: ¡no mi amor, este día solo quiero estar contigo!
Al decir esto, Emmanuel mojo la punta de su verga con su saliva y la acomodo entre las nalguitas del pequeño e inmediatamente empezó a penetrarlo, pero Mario apenas se estaba reponiendo de la gran cogida que horas antes le había dado su padre, así que se quejó por dolor, ya que el culito lo tenía muy sensible.
Mario no entendida por qué le dolía su colita, ya que él estaba acostumbrado a recibir buenas cogidas y nunca le había quedado tan adolorido el culito, pero era obvio porque estaba así, pues el nunca en su corta vida había aguantado una gran verga con tal dimensión.
Mario: “aaaaayyyy” “aaaayyy”
Emmanuel: ¿Qué paso mi amor? ¿estás bien?
Mario: ¡es que me duele mi culito papi?
Emmanuel: ¿te dolió mucho mi amor?
Mario: ¡sí, me dolió mucho papi!
Emmanuel: ¡ha de ser porque toda la noche tuviste mi verga dentro de tu culito! “pero voy a ponerte algo para que se te pase el dolor pronto”
Mario: ¡si papi, así me la podrás meter otra vez! ¡porque me gusta mucho!
Emmanuel: ¡si mi amor, a partir de hoy te daré verga cuando quieras!
Emmanuel busco entre sus cajones una pomada que contenía anestesia y después de haber tomado una buena cantidad en su dedo índice, la unto por dentro y por fuera del culito de Mario, pues así aliviaría la molestia e intentaría penetrarlo más tarde.
una vez que unto una buena cantidad de pomada, Emmanuel abrazo a su pequeño hijo, pues tenía que ser paciente y esperar que la pomada hiciera su efecto; entonces al ser aún muy temprano, Emmanuel se volvió a dormir, así que Mario prendió el televisor y se puso a ver las caricaturas.
Esa mañana Héctor llego a su casa con la verga dura, así que de inmediato subió a ducharse e intento bajarla con suaves caricias de su mano, pero aquella erección no cedía, ya que esa enorme serpiente necesitaba de una pequeña cuevita calientita para ser confortada.
Héctor quiso probar suerte, así que cuando termino de bañarse, de inmediato fue a revisar los cuartos de la casa en busca de su pequeño sobrino Mario, pero al no encontrarlo, rápidamente corrió a la cocina y ahí solo encontró a su madre preparando el desayuno.
Héctor: ¡buenos días mama! (dándole un beso en la mejilla)
Magdalena: ¡buenos días amor!
Héctor: ¿y donde esta Mario que no lo veo?
Magdalena: “pues, no lo han traído aun”
Héctor: ¿Qué raro verdad?
Magdalena: “porque no le hablas a tu hermano para saber que paso”
Héctor: “no mama, lo más seguro es que Mario ya venga en camino”
Magdalena: ¡hay hijo, todos ya nos encariñamos con ese niño”
Héctor: “si mama” ¡es que el niño se ha dado a querer pronto!
En ese instante Héctor se dio cuenta que ya no tendría tiempo para realizar su fechoría sexual en su casa, así que se despidió de su madre, y camino hacia el trabajo llamó a su hermano Emmanuel con el pretexto de “entregar el obsequio que había comprado para su pequeño sobrino”
Emmanuel había puesto su celular en modo silencio, así que nunca se dio cuenta cuando la pantalla de su celular se iluminaba por las llamadas de su hermano menor, entonces Héctor hizo un par de intentos más, pero su hermano no respondía el teléfono, entonces intrigado por la espinita de la duda, rápidamente se dirigió a la casa de su hermano.
Mientras Héctor conducía, empezó a imaginarse ciertas cosas que podrían estar pasando entre su hermano mayor y el pequeño Mario, pero al tener un cerebro racional, de inmediato fue descartando todo tipo de suposiciones, pero aun así continúo acariciando su dura verga durante varias cuadras, la cual se hacía muy notoria dentro de su short deportivo
Emmanuel volvió a despertar y de inmediato busco a su pequeño hijo, el cual se encontraba cerca de sus pies; el pequeño Mario estaba boca abajo con ambas manos apoyadas en su mentón y en ese instante movía ambos pies en el aire, pues él estaba muy concentrado viendo su serie animada.
Emmanuel rápidamente se colocó detrás de su pequeño hijo y sus grandes manos empezaron a masajear de forma circular aquellas pequeñas nalguitas, así que en ese instante el pequeño Mario volteo a ver a su padre, le sonrió dulcemente y puso su atención nuevamente en el televisor.
Emmanuel de inmediato empezó a masajear el culito de su hijo con su pulgar, lo hacía en forma circular y presionaba un poco para intentar abrirlo, después se mojó el dedo índice con saliva y lo fue introduciendo lentamente dentro del culito del pequeño Mario.
Emmanuel fue metiendo su dedo lentamente, luego lo retiro y lo introdujo un par de veces más en el culito del pequeño, en ese momento se dio cuenta de que Mario no se había quejado en lo absoluto al recibir sus dedos, así que enseguida destapo la botella de lubricante y dejo caer una buena cantidad en sus dedos, luego continúo lubricando el pequeño culito de su hijo.
Minutos después, Mario sintió que su padre se acomodaba sobre él y enseguida con un movimiento de su pelvis, sintió como algo grueso abría su estrecho culito; Mario se quedó quieto, pues esta vez no había sentido dolor o disgusto alguno, entonces el niño se dio cuenta que la crema que le había puesto su padre anteriormente, ya había hecho efecto.
Emmanuel: ¿te dolió mi amor?
Mario: ¡no papi, solo sentí que algo abrió mi culito! ¡pero no me dolió!
Emmanuel: ¡es mi verga que está entrando mi amor! ¡así que disfrútala!
El pequeño solo asintió con la cabeza, luego volteo la cara al televisor y dejo que su padre continuara cogiéndolo, Emmanuel nuevamente estaba sintiendo la estreches de aquel culito, por esta razón enseguida empezó a mover su cintura suavemente.
Emmanuel nuevamente estaba siendo muy cuidadoso con el culito de su pequeño hijo, así que cada centímetro de su verga que empujaba dentro, recompensaba al niño con carisias y muchos besos, esto hacía que el pequeño Mario se estremeciera y que relajara cada vez más su culito.
Emmanuel retrocedía un poco, luego empujaba su pelvis hacia adelante; entonces, con cada suave pero firme embestida, su gruesa verga iba desapareciendo dentro del culito de su pequeño hijo Mario.
Aquella gruesa verga de 22 centímetros, lentamente se fue abriendo paso en el interior de ese apretado culito, por lo cual minutos más tarde, el tronco de esa gruesa verga hizo contacto directo con las nalguitas del pequeño y entonces ahí fue donde el niño sintió por segunda vez el vello púbico recortado de su padre.
El pequeño Mario se sentía completamente lleno, aquella sensación era rara y le hacía sentir algo de molestia en el recto, pero en el momento que su padre empezó a mover esa enorme verga, el de inmediato empezó a sentir un enorme placer tan indescriptible.
El sexo era consentido y Emmanuel estaba completamente feliz por estar disfrutando del culito de su pequeño hijo, pues para él eso era lo que tanto anhelaba en la vida y por fin se le había cumplido.
Emmanuel: ¿te gusta cómo te meto toda mi verga mi amor?
Mario: ¡si papi, me gusta mucho!
Emmanuel: ¡dime mi amor! ¿Te hace daño la verga de papa?
Mario: ¡no papi! ¡me gusta mucho tu gran verga! (con voz entrecortada)
Ambos estaban disfrutando de ese placentero acto sexual y no había prisa por acabar rápido con el coito, ya que aquel hombre había decido no ir a trabajar y así disfrutar más de ese maravilloso placer que le estaba proporcionando su pequeño hijo.
Aquel padre continúo cogiendo de lo más rico a su pequeño hijo y al estar completamente solos en la casa, no había temor de que se escucharan sus fuertes gemidos y ser descubiertos por alguien o al menos eso era lo que pensaba Emmanuel.
A Héctor se le había hecho costumbre ir a casa de su hermano casi todas las mañanas, pasaba antes de irse al trabajo y siempre llegaba después de que su hermano salía hacia su trabajo, Héctor a veces entraba con la ayuda de su pequeño cómplice y en otras ocasiones entraba con llave propia sin que se diera cuenta la señora que limpiaba la casa, ya que en los últimos días se le pagaba un poco más por cuidar de Mario.
Héctor había comprado un regalo para su pequeño sobrino Mario, pues pensó que tenía que consentirlo por dos razones: “él necesitaba seguir disfrutando de aquel rico culito y también quería que el pequeño siguiera guardando el secreto” así que ese era el pretexto perfecto para llegar a la casa de su hermano.
Como siempre lo hacía, Héctor abrió la puerta con el duplicado de la llave que tenía y al entrar a la casa se dio cuenta que todo estaba en total silencio, así que sin perder más el tiempo, cautelosamente y apresurado fue directamente al cuarto de su pequeño sobrino.
Héctor no encontró a Mario y justo en ese momento se percató de que en la habitación de su hermano estaba prendido el televisor, entonces muy silenciosamente se fue acercando y entre más se acercaba, el claramente empezó a escuchar unos fuertes gemidos que provenían de la boca su hermano.
Al llegar a la habitación, Héctor vio que la puerta estaba completamente abierta, entonces el corazón se le empezó a acelerar y entonces decidido por la curiosidad, asomo la cabeza cuidadosamente para descubrir la razón de aquellos gemidos.
Héctor no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, en la cama se encontraban su hermano totalmente desnudo y frente a él estaba su pequeño sobrino Mario, el cual estaba en posición de perrito y detrás de él estaba su padre cogiéndolo.
Aquella escena sexual era tan excitante, que a Héctor le generó mucho morbo, así que de inmediato libero su verga dura de su bóxer y enseguida empezó a masturbarse, observando muy atento como su hermano Emmanuel sometía a aquel pequeño niño.
Héctor de inmediato supo que la verga de su hermano estaba completamente dentro del culito de su pequeño sobrino, ya que Las embestidas que daba Emmanuel, hacían que su pelvis chocara con las pequeñas nalguitas del niño y esto hacía que se escuchara aquel sonido tan excitante del coito.
Emmanuel: ¿te gusta la verga de papa mi amor?
Mario: ¡si papi! “mmmmmm» ¡siiiiii, me gusta mucho! “mmmmm”
Emmanuel: “dime amor” ¿y también te gusta la verga de tu tío Héctor?
Mario: ¡si papi, también me gusta mucho la verga de mi tío Héctor!
Emmanuel: ¡ya escuchaste al niño hermano! ¡sal de ahí que ya vi lo que estás haciendo!
Al escuchar estas palabras de su hermano, Héctor quedo totalmente sorprendió, pues nunca pensó que esto fuera a pasarle en la vida, pero aquella invitación ya estaba hecha, así que Héctor entro a la habitación masajeando su dura verga con la mano derecha.
Héctor: ¡que rico se están divirtiendo! ¿me dejan participar?
Mario: ¡si tío, ven a la cama con nosotros!
Emmanuel: ¡pues ya escuchaste a tu sobrino hermano!
Héctor: ¡no se diga más, hay que complacer a mi sobrinito consentido!
La ropa completa de Héctor fue arrojada al piso, después él se subió a la cama y se arrodilló frente a su pequeño sobrino; justo ahí se dieron un rico beso en los labios y luego puso su dura verga en la pequeña boca de Mario.
El pequeño niño de inmediato empezó a engullir esa verga adulta, el cual ya estaba acostumbrado a comerla tanto con la boca como con el culito; entonces Mario no tuvo otra opción que poner todo de su parte para complacer a esos dos machos, así que centímetro a centímetro empezó a tragar la enorme verga que se cargaba Héctor.
Emmanuel: ¡no mames hermano, no sabía que él podía hacer eso!
Héctor: ¡pues ahora ya lo sabes hermano!
Poco a poco, la mitad de aquella enorme verga se fue alojando en la garganta del pequeño niño y entonces Héctor empezó a retirarla un poco para que Mario tomara aire y luego volvía a introducir un poco más de aquel enorme pedazo de carne.
Emmanuel: “wooooooo” ¡se ve tan genial!
Héctor: ¡y se traga completo mis 21 centímetros! ¡se siente muy rico!
Emmanuel: ¡si no lo estuviera viendo, no lo creería hermano!
En ese instante Héctor empezó a retirar su verga de la garganta del niño y cuando la tuvo toda fuera, juntó sus labios con los labios del pequeño y así, ambos se quedaron dándose un rico beso, como de los que ya estaban acostumbrados a darse.
Cuando el beso concluyo, Héctor sujeto su verga con la mano derecha, después lentamente paso la punta un par de veces por los labios del niño y segundos después, lo vio directamente a los ojos y le dijo ¡vamos mi amor, muéstrale a papa lo que tu tío te ha enseñado!
El niño no tuvo que esperar una segunda orden, entonces abrió nuevamente su boquita y empezó a dar cabida a esa enorme verga, así que en poco tiempo logro engullir media verga; entonces Héctor al darse de eso, rápidamente empezó a contribuir.
Héctor continúo empujando su pelvis hacia adelante sin retroceder, entonces aquella gruesa verga empezó a alojarse en el esófago del niño y con estos movimientos centímetro a centímetro fue desapareciendo por completo, hasta que el pubis lampiño de aquel hombre musculoso hiso contacto con los pequeños labios de Mario.
Emmanuel: ¡wooooooo! ¡se la trago completita!
Héctor: ¡ya vez que sí la traga completita! ¡y fui yo quien le enseño!
Esa situación era tan morbosa y excitante para esos dos hombres adultos, pues ambos estaban satisfaciendo su deseo sexual con el pequeño Mario, así que en ese momento, ambos hermanos se vieron directamente a los ojos y “crearon un vínculo de complicidad”
Minutos después, el orgasmo llego primero para el padre de Mario, entonces Emmanuel se aferró fuertemente a la pequeña cintura de su hijo y estando aun de rodillas detrás del niño, sus embestidas se aceleraron a tal grado que se hicieron cada más fuertes.
Con cada empuje que hacía Emmanuel, sus enormes bolas se empezaron a contraer y su pelvis chocaba con más fuerza en las pequeñas nalguitas de Mario, así que sin poder aguantar un segundo más, cerro sus ojos y mientras daba unas ultimas embestidas, su gruesa verga empezó a expulsar una gran cantidad de leche directamente en la tripita de su pequeño hijo.
Emmanuel: “aaaaaaaaahhhhhhh” ¡que culito tan rico tienes mi amor! “aaaaaaahhhhhhh”
Héctor se excito en sobremanera al ver como su hermano Emmanuel le llenaba el culito de leche a su pequeño hijo; así que Héctor empezó a coger con más fuerza la pequeña boca de su sobrino, pues en realidad estaba disfrutando sentir como su gruesa verga traspasaba la pequeña garganta de Mario.
En ese instante, Héctor sujeto fuertemente la cabeza de su pequeño sobrino y su pelvis dio un par de empujes más, en ese momento su pubis totalmente afeitado hizo contacto con los labios de Mario y entonces su gruesa verga empezó a convulsionar derramando varios chorros de leche directamente en el esófago del pequeño.
Héctor: “aaaaaaahhhhhh” ¡me encanta tu boquita bebe! “aaaaaaahhhhh”
El pequeño niño solo se quedó quieto, pues sentía como aquellas enormes vergas se expandían llenando su interior con una buena cantidad leche, pero eso no era lo único que Mario sentía, pues percibía como las enormes manos de su padre le masajeaba las nalguitas y las grandes manos de su tío Héctor le acariciaban la cabeza, ya que ambos agradecían aquel rico acto sexual consentido.
Cuando la última gota de leche fue deposita en el esófago de Mario, Héctor fue retirando su verga lentamente de aquella estrecha garganta y entonces el pequeño al verse libre, respiro profundamente para llenar sus pulmones de aire, pues esto siempre lo hacía para así lograr aguantar más la respiración.
Segundos después, aquella verga rápidamente volvió a deslizarse la garganta del niño, entro y salió un par de veces más, luego Héctor fue retirando por completo su enorme verga y después la dejo a la disposición del pequeño.
Héctor: ¡gracias pequeñín! ¡me encanta que me saques la leche!
Emmanuel: ¡esto es demasiado rico! ¿verdad hermano?
Héctor: ¡de lo mejor que he probado hermano!
CONTINUARA… «saludos y sigan escribiéndome en telegram @Angelblacks»
buen relato gracias a dios que aparecio pense que se habia muerto sigo sus relatos muy bueno pero tarda tanto y con esto de la pandemia pese que estaba muerto espero publique pronto el rancho de david y el de los abuelos se merese 10 estrellas lastima que solo deja dar 5 muchas gracias por su relatos siga asi
sigue asi publica rapido lkas parte del racho de david
Felicidades como siempre los mejores relatos
De lo mejor este relato al fin se unen estos hombres para darle gusto al pequeño mario…ojala continuacion siga desde ese mismo punto porque el padre tiene dia libre y hector conecto con su hermano de una manera especial en su gusto por su pequeño familiar.
por favor mas de esos tres juntos !
5 estrellas y 5 pajas te di
gracias por sus comentarios, para conversar y recibir sus sugerencias estoy en telegram @Angelblacks
De los mejores relatos que he leído. Por favor debes de continuar con esta saga!
Me he venido a chorros tras chorros leyendo ésta saga es meramente increíble r
Leer un relato tan rico