LA NUEVA PEQUEÑO MARIO PARTE FAMILIA DEL 9 (LA MISA Y EL SUEÑO PROFUNDO)
Al día siguiente Héctor despertó muy temprano, tenía la erección matutina y la vejiga llena; viendo al otro extremo de la cama, observo a su sobrino que aun dormía profundamente. .
Viendo su celular se dio cuenta que eran las 6 de la mañana, muy despacio, se levantó de la cama para no despertar a su sobrino, tomo la toalla que estaba en el piso y de inmediato salió al baño, para descargar aquel liquido amarillento aprisionado en su vejiga; cuando regresaba a su cuarto se topó con su madre quien dándole un beso pregunto a donde iba.
Magdalena respondió que iba a despertar al niño a su cuarto, para llevarlo a misa con ella, Héctor recordó de inmediato, que el niño estaba semidesnudo aun en su cama, por lo que actuó rápidamente.
Héctor: “no lo despiertes madre, déjalo que duerma un poco más”
Magdalena: “lo voy a llevar a misa conmigo”
Héctor: “déjalo conmigo, además los niños ni les gusta ir a misa”
Magdalena: “después de misa, vamos a ir desayunar a casa de tu hermano Elías”
Héctor: “déjalo conmigo y después, nosotros los alcanzamos en casa de mi hermano”
Magdalena: “ok está bien, pero lo llevas”
Héctor: “gracias, te quiero”
La madre de Héctor se fue de la casa, tenía que llegar a tiempo para escuchar el santo rosario como cada domingo lo hacía, después escuchaba la misa; Héctor despidió a su madre en la puerta de la casa y vio esta su oportunidad, para hablar con toda la tranquilidad con el pequeño, acerca del “pepino que estaba en su culo”.
Como aún era demasiado temprano, Héctor regreso a su cama, donde el pequeño Mario aún seguía profundamente dormido, él se acostó nuevamente en su cama Y cerrando los ojos trato de dormir; cuando Héctor parecía estarse quedando dormido, sintió como el pequeño bostezaba y se retorcía, despertando de su profundo sueño.
Héctor abrió un poco los ojos, tenía que ver la reacción del pequeño al verse desnudo, cuando Mario despertó completamente, vio todo a su alrededor, vio a su tío a su lado, por lo que se lanzó fuera de la cama, buscaba su bóxer sin encontrarlo ahí, vio el pepino y tomándolo salió del cuarto de su tío Héctor.
Mario corrió a su cuarto para ponerse un short, luego bajo a la cocina en busca de su abuela, busco por todos lados sin encontrarla, por lo que regreso nuevamente al cuarto de su tío para preguntarle y empezó a moverlo para despertarlo.
Mario: “tío Héctor despierta” ¿Dónde está la abuela? “despierta tío por favor”
Héctor fingió estar profundamente dormido, quería jugarle una buena broma a su sobrino Mario, por lo cual no habría los ojos.
Mario: “tío Héctor ya despierta” ¿dime donde fue la abuela? “tío, tío”
Héctor se estaba aguantando la carcajada y cuando pensó en abrir los ojos, ocurrió algo inesperado, la mano del pequeño empezó a acariciar sus pectorales, fue bajando la mano hacia su abdomen, luego concluyo directamente en el gran bulto que se marcaba sobre la toalla.
Héctor pensó en abrir los ojos para conversar con su sobrino de una vez, pero recordó lo que había sucedido anoche, así que se dejó hacer, el necesitaba ver hasta donde llegaría su pequeño sobrino; aquel pene flácido empezó a despertar, aquella erección cada vez más se hacía notoria y el pequeño, cada vez la sentía más gruesa sobre la toalla.
Mario Con mucho cuidado desamarro aquella toalla, cuando la abrió, se sorprendió al ver aquella verga, era enorme y gruesa, con el vello púbico recortado, las bolas enormes completamente rasuradas; el pequeño no aguantó las ganas de tocarla, la tomo con ambas manos masturbándolo despacio.
El contacto de aquellas pequeñas manos, hizo que Héctor respirara profundamente, sin abrir los ojos, dejó que el pequeño siguiera con su juego, explorando su hombría que ya estaba completamente dura, Mario no apartaba la mirada de aquel miembro humano, pues en verdad era grande y gruesa. “en ese momento deseo tenerla dentro de su pequeño culito”
“mmmmm” Héctor gimió, cuando la punta de su verga fue atrapada por aquella pequeña boca, este era el momento preciso para abrir los ojos y aclarar las cosas con su sobrino de una vez, pero no lo hizo, pues aquella pequeña boquita se sentía tan bien succionando su verga y Mario como todo un experto mamador, trataba de engullir lo más que podía de aquella verga, hasta que le provocaba arcadas.
Héctor se quedó quieto, disfrutando de lo que aquella pequeña boca le hacía a su verga, diciendo mentalmente “woooo, que rico chupa la verga este niño, uff que rico, si sigue si acabare pronto”, Aquella boquita infantil, siguió devorando aquella gruesa verga, tratando de obtener su rica recompensa y en un segundo, Mario de repente se detuvo, se acercó a su tío moviéndolo nuevamente para despertarlo, pero este no lo hizo, el fingió seguir dormido.
Héctor todo un astuto no despertó, quería que el pequeño siguiera con lo que ya había empezado, El corazón le latía aceleradamente, los huevos le dolían por querer coger de una vez por todas a su sobrino, pero no era el momento, así que dejo que el pequeño continuara chupando su verga.
Héctor se estremeció cuando sintió nuevamente aquella boca, lamia toda la longitud de su verga, se metía lo más que podía hasta topar con su garganta, el pequeño la sacaba de su boca para masturbarlo y apretaba con ambas manos aquella verga, luego se metía a la boca aquellas enormes bolas llenas de leche.
el pequeño cual experto mamador de vergas, sabia como complacer a un hombre con la boca, Héctor apretaba fuertemente los dientes para no dejar escapar sus gemidos de placer y de vez en cuando empujaba su pelvis, para que el pequeño sintiera aquella verga de un macho.
El momento del clímax se acercaba, Héctor un fingiendo estar aún dormido, apoyo fuertemente ambas manos en la cabeza del niño, donde empezó a penetrarlo rápidamente, el pequeño se quedó quieto, viendo como su tío le penetraba la boca sin meterle toda su verga.
Un par de minutos bastaron, para que Héctor derramara su leche en la boca del niño, el pequeño sintió como aquella verga se expandía, derramando aquel liquido caliente directamente en su garganta; cuando Héctor termino de eyacular libero al niño y respiro profundamente “fingiendo aun seguir durmiendo”
Mario de inmediato trago aquella gran cantidad de leche, después fue retirando lentamente aquella verga de su boca, cuando pudo respirar profundamente, continúo succionando aquella verga hasta exprimir la última gota, luego la dejo completamente limpia y así cuando “su tío Héctor despertara, no se diera cuenta de lo sucedido” después de que termino, Mario salió del cuarto.
Mario bajó a la cocina aun en pijama, se sirvió un poco de leche con cereal para desayunar; mientras el pequeño veía la tv, Héctor se bañó rápidamente, se puso un bóxer blanco ajustado y fue a la cocina en busca de su pequeño sobrino, tenían hablar del tema. El pequeño se sorprendió, al ver a su tío entrar en la cocina casi desnudo, quien inmediatamente se sirvió una taza de café.
Héctor: ¡hola pequeño! ¿Qué desayunas?
Mario: “estoy comiendo cereal”
Héctor: ok, te voy hacer compañía en lo que termino mi café. ¿Dormiste bien?
Mario: “si tío, muy bien” ¿y tú?
Héctor: ¡de maravilla y lo mejor fue hace un rato! (viéndolo fijamente a los ojos)
Mario: ah bien ¿y la abuela donde esta?…. (tartamudeando nervioso)
Héctor: “fue a misa, dijo que nos espera en casa de tu tío Elías”
Mario: ¡qué bien!
Héctor tomaba su café mientras buscaba algo en internet, el de vez en cuando veía de reojo a su pequeño sobrino, quien no dejaba de ver su entrepierna, estuvo a punto de decirle si quería más de su verga, pero se detuvo; prefirió no decir nada por el momento y así, seguir disfrutando de la buena compañía de su pequeño sobrinito, que en cierta forma le había encantado lo sucedido.
Héctor tuvo una erección a propósito, luego se levantó para lavar la taza donde había tomado café, a Mario se le abrieron más grande los ojos, casi de inmediato dejo de comer, no perdía de vista el enorme bulto de su tío y él, se apretaba la verga sobre el bóxer “provocándolo”
El pequeño se levantó para dejar su plato en el fregadero, caminó sin quitar la vista de aquella verga, Héctor se puso atrás de Mario e indico que lavara su plato, ya que así estaban acostumbrados en casa, Héctor pegó su dura verga a la espalda del niño, lo ayudaba a lavar el plato y al mismo tiempo, se movía para que el pequeño sintiera lo dura que estaba su verga.
muy despacio fue deslizando el pantaloncito del pijama del niño, dejando desnudas sus pequeñas nalguitas, Héctor fue doblando las piernas un poco, hasta que su pelvis, quedo a la altura perfecta de las nalguitas de su sobrino y mientras tanto, Mario se quedó quieto con el plato entre las manos sin decir nada.
Héctor libero su dura verga, mojo la punta con su saliva, luego la acomodo entre las nalguitas del pequeño, Mario deseaba ser penetrado por aquella verga, por lo que de inmediato empujo el culo hacia atrás, sintiendo como la punta se acomodaba en la entrada de su cerrado agujerito; Héctor dio un par de estocadas más y luego se detuvo.
Acomodo su verga en su bóxer y subió el pantalón del niño diciendo: “ve a tu cuarto a vestirte, es hora de irnos con la abuela”, el pequeño de inmediato corrió a su cuarto a vestirse; Héctor se quedó riendo, al mismo tiempo se apretaba la verga, pues confirmo que ya tenía el pequeño a su disposición, ahora ya podía disponer de ese culito y cuando estuvieron listos, partieron a casa de su hermano Elías.
Toda de la mañana, Mario había disfrutado de la compañía de sus primos Anthony, Gael y Ximena. Después de comer, la abuela magdalena dijo que tenían que regresar a casa pues tenía algo pendiente que hacer, camino a casa, Héctor paro en un centro comercial a comprar algo y algunas golosinas, luego llegaron a casa.
Cuando dieron las 4 de la tarde Araceli paso a recoger a su madre, pues irían a visitar a una amiga entre otras cosas, cuando la abuela magdalena estaba a punto de salir, dio orden al pequeño Mario de irse a bañar y se despidieron; Mario estaría solo con su tío, por lo que deseaba que el intentara algo nuevamente.
Mario: “tío voy a bañarme y después me dormiré un ratito”
Héctor: “si pequeño, ve”…. (mientras mensajeaba en su celular)
El pequeño se metió a la regadera, después de bañarse muy bien se quedó solo con su trusita acostado en la cama, después de un rato tocaron a su puerta, sin duda era su tío Héctor, cuando la puerta se abrió, Mario de inmediato se hizo el dormido; Héctor se acercó al pequeño y moviéndolo del hombro empezó a hablarle
Héctor: “pequeño despierta, Mario despierta” “despierta” (sin tener respuesta)
Aquel adulto se dio cuenta de inmediato, “el niño estaba fingiendo estar dormido” entonces le siguió el juego e intento despertarlo nuevamente sin poder lograrlo. “pequeño despierta” “Mario despierta” ….
Héctor: “está bien dormido, ojalá no se dé cuenta que me lo voy a coger”
Fue rápidamente a su cuarto por el lubricante que había comprado, en cuanto regreso, se dirigió al pequeño, el vio claramente cuando Mario cerro los ojos, pero no dijo nada, sus manos deslizaron aquella pequeña prenda fuera del cuerpo del niño, dejándolo completamente desnudo, Héctor rápidamente se quitó la ropa y cuando se quitaba el bóxer, logro ver al niño con los ojos abiertos, pero casi de inmediato los volvió a cerrar.
Héctor totalmente desnudo, jalo al pequeño hacia el borde de la cama, lo coloco boca abajo sobre una almohada, las piernas del pequeño colgaban al piso sosteniéndose con sus pies; Héctor separo aquellas pequeñas nalguitas, sintió de inmediato el olor a jabón, vio muy de cerca aquel culito pequeño y dudo que pudiera entrar en el con su gran verga.
Pero recordó lo de anoche, eso lo motivo a continuar, con su dedo índice empezó a tocarlo en forma circular, luego lo humedeció con su saliva para después irlo introduciendo muy despacio, vio claramente como aquel esfínter perdía resistencia dándole paso a todo su dedo, lo movió en forma circular, metiéndolo y sacándolo un par de veces.
Dejo caer más de aquel lubricante entre sus dedos, ahora continuó con otro dedo más, poco a poco sus dedos se fueron adentrando en aquel culito infantil y después de varios minutos, aquel culito había logrado alojar 3 de sus grandes dedos, Héctor sorprendido y excitado no podía esperar más en probar ese culito.
Héctor se puso de pie, coloco abundante lubricante en su verga que escupía liquido transparente en gran cantidad, colocando la punta de su verga en la entrada del culito de su sobrino, fue empujando lentamente; su cuerpo se estremeció, cuando sintió que la cabeza de aquella verga, había entrado por completo, sacándole un gemido de placer “aaaaahhhh”, el pequeño solo se retorció al sentir la verga de su tío entrar en él.
Héctor al sentir que ya había entrado en aquel culito, coloco sus manos sobre el colchón sin aplastar al pequeño, estiró un poco las piernas para estar mejor en esa posición y empezó a penetrar al pequeño muy despacio, Héctor poco a poco fue empujando su pelvis, haciendo que su gruesa verga entre más y más en aquel culito tan pequeño.
Héctor: “woooo, que rico culito tan apretado tienes sobrinito, aaaahhh rico”
Héctor siguió empujando su gruesa verga, siempre lo hizo muy despacio para no lastimar al pequeño, cuando tuvo la mitad dentro de aquel apretado culito, vio el rostro del pequeño, quien tenía los ojos abiertos mordiéndose los labios para no gemir, el rostro de Mario era de placer y no de dolor, una vez más, el pequeño cerro los ojos, quedándose muy quieto, se dejó llevar por el placer.
Héctor: “aaaahhh, ahora que ya te tengo, siempre será mío este culito”
Aquel hombre adulto empezó con el mete y saca muy despacio, él podía sentir como aquel culito, le apretaba la verga cuando se quedaba quieto, el calor de aquel culito apretado era nuevo para él, además de lo más placentero; entonces Héctor continúo cogiendo muy despacio aquel rico culito.
Héctor se mantenía apoyando en la cama, para no aplastar con su peso el frágil cuerpo de su pequeño sobrino, aquella imagen era excitante, un hombre adulto de 1,85 metros, con cuerpo marcado por el ejercicio, totalmente desnudo, cogiéndose a su sobrino de 6 años con tremenda verga. “excitante por supuesto”
Héctor empezó acelerar sus embestidas poco a poco, estaba tan excitado que también cerro los ojos, disfrutando de ese magnifico momento, sin poder detenerse, su pelvis empujaba cada vez más fuerte, haciendo que aquella verga, se clavará cada vez más dentro de su pequeño sobrino, quien permanecía quietecito
Al acelerar sus embestidas, Héctor empujaba cada vez Mas su gruesa verga en el culito de Mario, la cama se movía a complicidad de él, rebotando el cuerpo del pequeño, con una embestida más, su pubis hizo contacto con las nalguitas del pequeño, Héctor se quedó quieto de inmediato, miro a su entrepierna, donde se percató, que efectivamente, sus 21 centímetros de hombría, estaban dentro del culito del niño.
Héctor no podía creerlo, El culito del niño se había tragado su gran verga, de inmediato vio la cara sonrojada del pequeño, quien no tenía ningún rastro de dolor, aquella imagen lo excito aún más, Héctor sentía el maravillo calor que le proporcionaba aquel culito infantil y sabía que terminaría en poco tiempo.
Nuevamente reanudo sus embestidas, al principio despacio y luego un poco fuertes, siempre viendo el rostro del pequeño, por si presentaba algún gesto de dolor, pero Mario nunca abrió los ojos, solo se mantuvo quieto con las mejillas rojas, mordiéndose Los labios, sintiendo cada centímetro de aquella verga entrar en su culito y gimiendo muy quedito “mmmmmmm” “mmmmmmm”
Minutos después, con el cuerpo todo sudado y con un par de embestidas más, Héctor derramo una gran cantidad de leche dentro de las tripas de su pequeño sobrino, sus estocadas fueron fuertes, hasta que la última gota salió de su verga, el pequeño solo apretaba las sabanas fuertemente, mordiéndose los labios para no gemir fuerte. “mmmmmmmm, mmmmmmm”
Hector: “aaaaaahhhhh, que rico culito” “aaaahhhhhh”
El coito había terminado, Héctor fue retirando su verga flácida del culito del pequeño, Mario al sentir que salía por completo, apretó fuertemente el culito, para evitar que la leche de su nuevo amante no se saliera; Héctor limpio al pequeño con su bóxer y después de acomodarlo en la cama, se fue al baño a duchar.
En la ducha Héctor se hacía muchas preguntas, pero viendo su gruesa verga, comprobó que el pequeño fue bien entrenado para ser bien cogido, cuando se terminó de cambiar, bajo a la sala para tomarse una cerveza, 5 minutos después, El pequeño Mario bajo feliz de su habitación.
Héctor: ¡hola, hola campeón! ¿dormiste bien?
Mario: ¡si tío, muy bien!
Ambos se quedaron en la sala viendo el televisor, como si nada hubiera pasado, más tarde llego la abuela magdalena trayendo pizza para cenar y cuando se hizo de noche, todos se fueron a sus respectivos cuartos para dormir.
30 minutos después, se abrió la puerta de la habitación de Héctor, el escucho unas pequeñas pisadas, pero no dijo nada, la habitación estaba oscura y Mario rodeo la cama, parándose frente a su tío lo movía fuertemente.
Mario: “tío, tío”
Héctor: ¿Qué paso campeón?
Mario: ¿puedo dormir contigo?
Héctor: ¡claro que si campeón! ¡cuando quieras puedes venir a dormir conmigo!
Moviéndose un poco, Héctor levanto la sabana para que el pequeño entrara a la cama, el pequeño de inmediato tomo la posición de cucharita, pegando su cuerpo al de su tío, Héctor se sorprendió, al sentir el cuerpo totalmente desnudo del niño; de inmediato sonrió pegándose al pequeño, pues él también estaba completamente desnudo y con la verga dura, por lo que inmediato la acomodo entre las nalguitas de su pequeño sobrino.
Mario dijo: TIO, ¿CUÁNDO ME VAS A VOLVER A COGER?
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Que rico tener un sobrinito así