La obra II
Dos obreros de la obra me hicieron gozar.
En mi relato anterior, yo habia quedado sentado a upa sobre el primer operario y con la boca llena de semen del segundo, que me la había metido hasta acabarme. Yo me habia ido en seco de la calentura y empapado mi ropa interior. Despues de unos minutos y tomarnos una gaseosa, yo con 12 años no tomaba otra cosa, el primero me dijo que el se tenia que descargar, pues se había contenido para no acabar.
Como les había dicho, yo habia debutado con mi primo, pero hacia mucho tiempo y cuando vi la verga del muchacho supe que me iba a partir. Le dije que tenia miedo por el dolor y que en mi casa se iban a dar cuenta. Quizás terminaba rengueando del dolor.
El me tranquilizó y me dijo que tenia manteca en la heladerita de la obra. Eso me iba a lubricar, yo estaba recaliente y acepté. Me hizo acostar de costado sobre unas camperas en el suelo, le empecé a chupar el pene mientras el me untaba mi hoyito con manteca y me metía los dedos. Eso me fue excitando de tal forma que despues de un rato, yo le pedí que me cojiera. Me dijo, viste nena como te iba a gustar, ahora te voy a abrir bien para que quedes lista para cojer siempre sin temores. Me puso boca abajo, empezo a refregar la cabeza en mi agujerito, hasta que de a poco fue entrando, finalmente dio un empujón y me la metió hasta la mitad, ahi pegue un grito, pero me tapó la boca y trato de calmarme.
Me la dejo un rato adentro mientras yo intentaba relajarme para que no me doliera. Luego de un ratito empezó de nuevo a empujar mas suavemente hasta que me la enterró toda. Senti sus pelos y los huevos apretados contra mi cola. De a poquito empezó a bombear hasta que finalmente me llenó la cola de leche. Yo acabé de nuevo, esta vez gritando de placer.
Fue una hora de goce, mamando primero y luego penetrado y llenado de leche.
Finalmente nos despedimos, me recomendaron que no le contara a nadie y que si quería repetir ellos estarian un tiempo mas en esa casa en construcción. Obviamente que pasaba casi todos los días cerca del mediodia para recibir mi ración de verga y leche.
Luego de un tiempo se fueron del barrio, pero me dejaron un hermosos recuerdo.
Con el tiempo cada vez que pasaba por una construccion, observaba a los hombres y trataba de hacerme ver discretamente. En algunos casos tuve suerte y fui cojido muy bien. Los operarios son gente fuerte y acostumbrados a llevar peso, asi que yo que era culon pero menudito, resultaba ser un bocadito que ellos gozaban con mucho placer.
Espero que les haya gustado mi experiencia de jovencito
Muy rico!! Es cierto los obreros son muy ardientes…