LA PANDILLA DE VICTOR (2) La Acampada de Jaime
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ZLASKO.
LA PANDILLA DE VICTOR (2)
La Acampada de Jaime
Jaime, me pidió quedarse en mi habitación para dormir conmigo, por mi no hubo problema, al contrario, estaba encantado de tenerlo a mi lado, así que le dije a Luis que quería a hablar con Jaime esa noche, y explicarle bien las normas y las ventajas de nuestro grupo.
Nos pusimos a hablar de todo un poco, .
su moto, la mia … su familia, la mía … las pivas, los tíos, .
y ahí, es donde yo quería llegar.
Le pedí que me contara, la primera vez que se lo hizo con un tío, y la verdad, no tuve que rogarle mucho para que empezara a relatarlo.
Jaime: ¿Tu sabes quién es el champi? … ¿El tío este, que lleva la cabeza rapada y muchos pendientes en la oreja?
Victor: Si, lo he visto varias veces contigo … ¿Es un colega tuyo, no? .
que por cierto está cañón el colega, menudo morbo tiene el mamón.
Jaime: Pues con este colega, es con quien me voy de acampada, y con otros amigachos mas.
Nos organizamos un fin de semana, preparamos las tiendas de campaña, y cada uno se encarga de algo.
Unos de la comida, otros de buscar el sitio, de montar el campamento, en total somos nueve tíos, y cuando todo está mas o menos listo elegimos el día, y nada a pasarlo bien en plena naturaleza.
Victor: Entonces tendrás muchas batallitas para contarme … ¿no?
Jaime: Si te refieres a las que te gustan a ti, esas de folleteo, tengo alguna que otra para contar.
Victor: Pues cuenta, colega … cuenta por esa boquita de mamón.
Jaime: Te cuento con una condición.
Victor: Dime .
¿Cual?
Jaime: Que tu me cuentes después, una de tus folladas con Luis y David .
¿Hay trato?.
Victor: Deacuerdo, mi nuevo amigo .
Trato hecho.
Jaime cuenta .
Bueno, a mi colega le llaman el Champi por la forma de su polla.
La tiene gorda y cabezona, con un capullo rojo granate y la raja del prepucio bastante pronunciada, y de ahí el mote, que no se yo quien se lo pondría … el se llama Oscar, pero todos le decimos Champi.
Normalmente, montamos tres tiendas y nos repartimos como queremos, hay veces que duermo con unos y otras veces con otros … no hay sitios adjudicados.
La acampada que te voy a contar fuimos ocho al final, por que Lolo un colega, tenía una boda y no pudo venirse con nosotros.
Nos repartimos las tiendas tres tíos en una, otros tres en la otra, y en la que quedaba me tocó con el Champi.
Por un lado guay, pero por otro no sabía yo, si tendría problemas con el.
La verdad es que no sabia de que palo iba, siempre estaba chuleando por todo, que si mi moto corre mas que ninguna … que si las tías les encanta follar conmigo … que no veas que bueno estoy …, en eso si llevaba razón, bueno no … buenísimo.
Esa noche estuvimos hablando bastante de nuestras cosas, nada importante que resaltar, bueno si, .
lo que mas resaltaba era su paquete, que cada vez se le hinchaba mas.
No parábamos de darle buchitos a la botella de ron miel, que me había traído de casa, y no veas el pelotazo en la cabeza que me había dado, y como me estaba poniendo de cachondo y calentón.
Estábamos cómodos a lo que se refiere de ropa, solo teníamos puesto los calzoncillos blancos estilo militar, y el colega no se si lo hacia a propósito, pero abría las piernas de una forma enseñando ese bulto, .
que temía, que se percatara de mi calentón.
Ya estábamos algo colocados y el Champi, empezó a contarme la follada que le había pegado a una piva, a la cual la había estado persiguiendo y todo.
Bueno, mas que una follada aquello que me estaba contando era un violación a lo bruto … y no te quiero ni contar, como me ardía el cuerpo de la calentura que yo tenía.
Mientras me contaba la follada a la tía, permanecí casi todo el tiempo tendido boca abajo, para no delatarme y que se diera cuenta, del estado en el que se encontraba mi cipote.
Mis calzoncillos estaban literalmente chorreando de las gotas de pre-cum, que se me escapaba por el capullo, y al saco de dormir le iba hacer un boquete de lo dura que tenía la polla.
El no paraba de hablar … el coño de la tía, … que si las tetas gordas, … me la chupó a la fuerza, … bla, bla, bla.
De pronto dijo
Champi: No veas colega, cuando le metí la polla por el culo, .
¡Como me gusta joder! .
¡Que placer tío! .
Me volví loco follarme un culito, y a esa putilla, se lo destrocé a pollazos.
¡Joder! .
La boca se me hizo agua solo de pensar en esa polla, entrando en mi culo y jodiéndome a diestro y siniestro.
Mis ojos no los podía apartar de su verga, que a esa altura ya estaba fuera, y bastante magreado por su mano.
Su relato se paró en seco, me miró a la cara, y me dijo sin cortarse ni un pelo.
Champi: ¿Me la quieres chupar Jaime? … Si, lo se .
eso quieres, y lo estás deseando tío … ¿Tu te crees, que no me he enterado que te gusta comer vergas? .
¡Pero que maricona eres colega! Cuando me lo dijeron nunca lo habría pensado de ti, tan chulito, tan machote .
pero me mola la idea y me pone muy caliente … ¡Chupame la polla!
Se acercó a mi cara, y se restregó todo el paquete por mi careto, agarraba mi cabeza con sus manazas, y el cabrón apretaba cada vez mas fuerte.
Tenía la sensación de que me iba a sacar la polla por la nuca, que me iba a romper la dentadura de lo que presionaba el bastardo.
Me hizo babearle el calzoncillo entero a lametazos, todo super mojado y lleno de saliva, desprendiendo un olor a macho, que mas cachondo me ponía.
Bajé los calzoncillos liberando su cipote, y pude comprobar con mis propios ojos, que era verdad lo que decian de su rabo, .
era exactamente como un champiñon .
pero de los buenos.
Me la metí en la boca tragándomela hasta el fondo, se la jalé devorándola entera, degustando, saboreándola .
y que sabor cojones, .
a hombre, a macho rompe coños que te dejaba el gustillo, pegado en el paladar.
Sin parar de babear por el cabezón se fue abriendo paso a lo largo de mi boca, descapullando el glande que cada vez estaba mas hinchado y gordo.
Era salvaje … un animal el hijo puta, me iba ha echar los dientes abajo, de las embestidas que me estaba metiendo.
Me apretaba todo lo que podía su polla dentro de la boca, hasta el punto de dejarme sin respiración en varias ocasiones.
Me hizo lamerle los huevos un buen rato e introducirmelos en la boca, primero de uno en uno y luego los dos a la vez.
Por lo visto le encantaba que le tirara fuerte de los cojones con la boca, mientras con la mano le estiraba la polla hacia arriba … y el cabrón de mierda me pedía mas, … mas fuerte.
Recuerdo que a esas alturas, yo seguía semi tumbado en el suelo de la tienda, y el Champi se había puesto de rodillas, sin dejar por supuesto de sacar el nabazo de mi boca.
De vez en cuando sacaba la polla y me levantaba la barbilla con los dedos, y me escupía dentro del boquino para luego volver a meterla dentro … unas cuatro o cinco veces me lo hizo.
Sus manos no paraban de tocarme, me magreaba como un pulpo todo el cuerpo, en especial la raja del culo.
En el ojete es donde mas se entretenía … metía los dedos, … lo mojaba de saliva, … pasaba la mano entera de arriba a abajo magreando el ano.
Champi: Putilla chupa pollas, colocate a cuatro patas como una perra caliente, … que eres muy putó, maricona … ahora vas ha saber como folla el Champi, … te voy a dejar el culo en carne viva, guarrona .
te voy a violar el ojete, como se lo violé a la putilla que te he contado.
Y te digo una cosa mamón de mierda, .
como se te ocurra decirle a alguien, o .
a algún colega nuestro que has follado conmigo, … te juro que te parto la boca.
Y eso sería una pena, con lo bien que chupas la polla.
Me puse a cuatro patas como el me ordenó, y el chulazo no tardó mucho en colocase detrás de mi.
Empezó a meter la polla despacio, introducía un poco y la sacaba … así varias veces, y cuando me tenía mas confiado de su delicadeza … la clavó en mi culo sin piedad.
Si no me hubiera tapado la boca con la mano, del grito habría despertado a todo el campamento.
Un dolor intenso recorrió mi esfinter, me dolía el culo a rabiar, me dolía el cuerpo, me dolía hasta los dientes.
Tenía la sensación que aquella polla que me follaba, me iba a explotar en el culo de un momento a otro.
Hizo con mi ano lo que le dio la gana, metía el cipote hasta el fondo para luego sacarlo entero … volvía a meterlo .
volvía a sacarlo … así me tuvo hasta que se hartó de esa postura.
Luego me tumbó boca arriba, con el culo apuntando al techo de la tienda, agarró con sus manos mis piernas haciendo fuerza contra mi, y colocó su polla a las puertas de aquel agujero destrozado.
No encontró ninguna resistencia, tenía el ojete super dilatado, aquella polla entraba como pedro por su casa, ya no dolía … ya solo daba placer y gusto.
Champi: Hazte una paja en la polla y correte mientra te follo el culo, colega … disfruta tronco, que esta follada que te estoy dando no se pilla dos veces.
Hice caso a lo que me dijo, y comencé a pajearme como loco.
Poco mas aguanté sin eyacular y vaciar mis cojones de semen.
Salía goterones del capullo salpicando mi pecho, mojándome el cuello y llegando algunas gotas hasta los labios, las cuales relamí con la lengua.
Ver esto lo puso a mil por hora, lo sacó de sus casillas, y sin decirme nada … colocó su pollón dentro de mi boca.
Ya te puedes imaginar, el hijo de puta que se corrió disfrutando de lo lindo, todo el lefazo inundando mi garganta, dándome arcadas y él apretando con las manos mi cara contra su pubis, sin dejarme sacar su polla de mi boca hasta que no me la bebiera.
Después de que se corriera, le limpié con la lengua el cipote, y relamí hasta la mas pequeña gotita de semen que hubiera quedado en su nabo.
Jaime: Esa fue la primera vez que lo hice con el Champi y con un hombre.
Victor: Tío, ha sido bestial … no veas como me has puesto de caliente.
Jaime: Ya te veo el paquetón … vas a reventar los calzoncillos.
Victor: Pero, aunque esa fuera la primera vez, a ti te iban los tíos, ¿no?
Jaime: A mi, siempre … pero hasta ese día nunca me había atrevido a follar con un hombre.
Es mas ya sabes que lo llevo a escondidas, y por su puesto no quiero que se entere nadie que yo no quiera.
Victor: Claro … claro, como nosotros tres.
Lo que hace el grupo se queda dentro del grupo.
Jaime: Cojonudo, colega … estoy seguro que voy a encajar super bien con vosotros.
Victor: Bueno, mira el calentón que llevo encima … y pienso que hay que ponerle remedio.
Jaime: ¿Quieres que te chupe la polla un poco, haber si se te baja la calentura?
Victor: No … te lo agradezco, pero se me ha ocurrido otra cosa.
¿Te apetece algo del servicio de habitaciones?
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