La primera vez con un hombre, en la escuela
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por muco69.
Hola soy Alex de Chile, esto sucedió cuando tenía 17 años en la enseñanza media o secundaria.
Ya en mi último año en el liceo, pensaba que nunca cumpliría mi fantasía de penetrarme a un tipo en los camarines. Siempre soñé follar salvajemente a un chico en las duchas, mamarle su polla, besarlo hasta dejarlo sin aliento, meterle mi polla en su boca hasta la garganta y en su culito esparcir mi leche tibia rica y llena de gozo. Pensé que ese momento nunca llegaría, y me quedaría con las ganas, me inscribía en cada equipo de deportes con el único fin, de mirar culitos jugosos en los cuales pensar para partirme la polla a pajazos, pollas enormes con la que soñaba mamándolas. Aprovechaba cada instante de poder tocar esas pollas, típicas bromas de camarines de hombres, toqueteos, ponerse detrás de un compañero y simular que lo penetran, todo eso yo lo hacía, a ver si así podía cumplir aunque sea un poco mi excitante fantasía.
Un día vi a un muchacho, de tercer año, creo que de mi misma edad, moreno, pelo negro semi ondulado, cara de inocente pero macho a la vez, unos buenos bíceps, se notaba que hacía deporte, un culito para delirar, y un paquete que se que ocultaba algo maravilloso.
No podía dejar de mirarlo, me fije la idea de que con el tenía que cumplir mi fantasía, era el ideal, pero ¿Cómo acercarme a él sin decirle mis verdaderas intenciones?, no halle respuesta a esa pregunta en varios meses, así que me olvide de la idea de follarme a ese papito rico.
Ya me había retirado de muchos talleres, pero pronto quería retomar uno, era hora de uno de esos tediosos y estúpidos actos académicos, pensé que iba a ser la típica basura de siempre, y así lo fue, hasta que apareció el, sin polera, solo con unos shorts blancos, bailando, movía sus caderas suavemente, veía sus pectorales, sus abdominales su cara, volvió con fuerza a aquella loca idea de follarlo, y con determinación, decidí averiguar si estaba en algún taller deportivo, y también saber su nombre.
Asi supe que estaba en taller de basquetbol, que su nombre era Sebastián, bello nombre, de santo. Me reintegre al taller de básquet y el primer entrenamiento le busque conversación, me dijo su nombre, hablamos de deportes todo bien, intercambiamos mails y números de teléfono.
Fuimos a las duchas, y comenzó a desvestirse, pude mirar más de cerca su rico cuerpo, bien marcado, lo hacía más sabroso aun el brillo que le daba el sudor, además del toque varonil que le da, me vuelve loco, pero quedaba más, se saco su pantalón, bellas piernas musculosas, y como guinda de la torta, la ropa interior despojada, completamente desnudo, y una enorme polla, morena, perfecta no pude evitar no mirarla, se dio cuenta; toco y tiro mi polla diciendo que lo dejara de mirar con una sonrisa, tal era mi excitación que salió una buena cantidad de liquido pre seminal después de ese roce. Cada uno se fue a bañar, y se fue a su casa. Al llegar a mi casa, me encerré en mi pieza, tome mi celular y vi una foto completamente desnudo que le saque a ocultas, no pare de pajearme ese día. Primera fase lista: Ganar la confianza.
La segunda fase era, generar más confianza aun y llegar al tema de interés sexo. Así por MSN, conversamos de diversas cosas hasta que llegamos al tema del millón, el me confesó que le gustaba pajearse en lugares que no fueran de su casa, y me confesó que le gustaba mucho pajearse en los camarines, sabía que detrás de esa cara escondía algo. También me pregunto si tenía algún prejuicio contra los gay, le dije que no, y también me confesó que le gustaría probar follar y ser follado por un hombre, estaba en el cielo, iba a hacer más fácil de lo que pensaba cumplir mi fantasía. Le dije que a mí también me gustaba pajearme, y que le proponía que nos quedáramos a practicar más tiempo, para asi estar solos en las duchas y poder masturbarnos juntos.
Ese día nos quedamos practicando una hora más de lo habitual, el profesor nos dijo, que era suficiente por el día, que nos fuéramos a bañar. Fuimos, nos desvestimos, y comenzamos a concretar lo que acordamos, nos pajeamos un rato, poco después el acerco su mano a mi polla y comenzó a pajearme, hice lo mismo nadie decía nada. Paso un buen rato, cada uno llego a expulsar su leche, nuestros gemidos revelaban el placer que sentíamos. El se levanto, y me dijo que se iría a bañar.
Esta era mi oportunidad, lo tome del brazo lo arrastre hacia mí, con una mano en su cabeza y otra en su rico culito, le planté un beso, apasionado, con lengua, se dejo besar, estuvimos así más de un minuto. Lo deje de besar, y le dije:
-No quieres, saber que se siente ser follado por un hombre?-
Su respuesta me sorprendió, me di un beso, ese fue más rico aun que el anterior, y me dijo:
-Hazme saber, que se siente el placer entre dos hombres-
Comencé a besarlo, por su cuello, su cara, recorrí su cuerpo por completo, llegue a su linda polla, aun con rastros de su leche por la paja anterior, la mame con dureza, gemía de una forma, lo gozaba lo sentía, eso me excitaba aun mas, y hacia que con más dureza chupara su linda polla. No aguanto tanta lujuria y se corrió en mi boca, quedo llena de su rica leche. Lo bese, mescle su saliva, con su leche y mi saliva. Lo bote al suelo, abrí su lindo culo moreno, y escupí su leche en su ollito, lo dilate y prepare, metí mi polla, y comencé suavemente a meterla y sacarla, poco a poco aumente la velocidad, gemía con mas gozo aun que cuando lo mame, entre mas gemía, mas rápido lo follaba, pasaron 5 minutos, explote de gozo y placer, derrame toda mi leche dentro de él, salía de su ollito sin parar, lo lamí mucho tiempo, luego lo bese, cuando le dije, que nos fuéramos a bañar, me detuvo, se agacho y comenzó con furia y lujuria a mamar mi polla flácida, que al poco tiempo ya estaba erecta, era yo ahora el que gemía de placer, no pasaron más de dos minutos y explote en su boca, se trago mi leche, me beso y nos fuimos a duchar en el mismo cubículo, seguimos besándonos, incluso nos pajeamos, no sabíamos de donde sacábamos tanto semen para explotar de esa forma. Al final nos despedimos y cada uno se fue con un gran recuerdo de ese día.
Ese fue el primero, de tantos polvos que nos dimos. Algún día le contare cuando él me follo a mí, por ahora aquí acabo.
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