La primera vez de mi niño Domingo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era un día sabado, lo recuerdo bien, porque tocaba entrenar en las canchas de tierra asignadas para ese día. Desde hace algunos años soy entrenador de fútbol infantil, me ha ido bastante bien, incluso he logrado algunos campeonatos de futbol junto a mis pequeños guerreros; en ocasiones, ayudo a las divisiones infantiles de 13 o 14 años ya que me apasiona este deporte desde muy pequeño. Tengo 34 años y una pareja, no tenemos hijos, y nuestra vida sexual siempre ha sido plena, y muy variada, abiertos a experimentar cosas nuevas lo que nos ha traido felicidad plena en ese ámbito.
Aquel sabado soñado, fue un día que marcó el antes y después en mi vida, la cual creia definida. Terminaba mis entrenamientos normales cuando apareció Domingo, un muchacho de 13 años que se presentaba a entrenar como cada fin de semana. Medía aproximadamente un metro con sesenta cms, de contextura muy liviana, una hermosa tez morena, pelo castañ, labios carnosos y unos ojos color miel de ensueño; un torso único, con todo el abdominal marcado y un culito firme y redondito que sobresalía en demasía por sobre su delgado cuerpo; venía vestido con una playera sin mangas, unas pantaletas en extremo cortas luciendo sus piernas libres de cualquier vello, y su pequeño paquetito se alcanzaba a distinguir a pesar de sus 13 años. Aunque he sido hetero toda mi vida, la presencia de Domingo me alteraba cada vez que lo miraba fijamente, cada vez que estrechaba su frágil y delicada mano para saludarlo temblaba por dentro, y cuando volteaba para regresar a las prácticas, miraba cómo ese culito virgen se movía al ritmo de su trote. No entendía bien qué ocurría dentro de mi, hasta que en una ocasión mientras me duchaba y recordaba a ese niño soñado, no podía evitar tener una erección hasta que inevitablemente y con ayuda del gel de baño, terminaba masturbándome y chorreando leche por montones.
Ya me iba a mi casa, cuando Domingo me corta el paso:
– profe ya se va??
– si, ya he terminado…necesitas algo??
– sabe usted si se hará el entrenamiento de los chicos de mi serie??
– Mmmmmm la verdad es que no lo sé, nadie me ha avisado nada, pero si quieres me esperas un momento y vamos a la oficina a consultar.
– Ok profe, vamos
Subimos a las oficinas de la Dirección del fútbol, que quedan justo en el mismo recinto, y uno de los delegados nos informó que el entrenador de las series de Domingo había enfermado y no asistiría, pero que había avisado oportunamente a todos los jugadores.
-Pues a mí no me llego ningun aviso a mi mail, ni menos al teléfono- me comentó Domingo.
-Bueno, antes que se te haga más tarde mejor te vas a tu casa y aprovechas la tarde para ponerte al día con tus deberes del colegio…recuerda que no nos gustan los jugadores que académicamente no rinden.
– Pero profe, pasa que vivo solo con mi madre y en estas horas se encuentra trabajando, y no saldrá hasta dentro de dos horas más…siempre pasa a recogerme cuando el entrenamiento termina.
– Y no tienes llaves de tu casa?
– No, perdí las copias de la llave hace unos días…ssabía que debía pedirle a mi madre otro juego de llaves.
Lo miré…su mirada tierna y suplicante pedían en mí un auxilio. Mi mujer hacían días que se encontraba fuera de la ciudad, en un seminario de capacitación de su especialidad, nunca me permitía llevar a alguno de los chicos a casa, pero esta vez haría la excepción.
– Mira Domingo, la verdad es que vivo a pocas cuadras. Si quieres vas a mi casa, ves tv, o juegas play station, te sirves algo de comer y llamas a tu madre para decirle que te pase a buscar allá…si quieres.
El rostro de Domingo dió un suspiro de alivio, ya que la ciudad es peligrosa y según me dijo, realmente no hubiese sabido qué hacer si no se hubiese encontrado conmigo.
Le presté mi celular, y se comunicó con su madre, quien me agradeció la ayuda con su hijo y prometió pasar por él en un par de horas. Ya en mi casa me parecía increíble tener a ese hermoso chico de 13 años conmigo, solos él y yo, aunque muy dentro creía que nada pasaría entre ambos jamás. Le preparé un sándwich y le ofrecí un refresco, el cual aceptó gustoso, después me pregunto tiernamente si podía ver televisión.
-Claro Domi, ten el control para que puedas ver lo que quieras.
– Gracias entrenador…es usted muy bueno.
Mi corazón palpitaba a mil…lo dejé en el living de mi casa mientras yo me había retirado a mi habitación, sentía que no podía contenerme, sólo quería mirar esos ojos miel, fundirme en esos labios carnosos y sentir con mi lengua la dureza de su torso…pero no podía.
De pronto, sentí que extrañamente el volumen del televisor había bajado, me acerqué para ver y pude verlo sintonizando el canal PlayBoy…la ereccíon del sexo del muchacho se hizo notar, abultó su corto short deportivo y comenzó a masajear su miembro por sobre la ropa, mientras su vista se perdía en una pareja de actores que disfrutaban del sexo oral.
Sintiéndose descubierto, y con algo de verguenza, cambió rápidamente de canal por uno de fútbol, pero era evidente que ya le había sorprendido.
– Profe, emm yo….lo siento profesor- dijo con tristeza.
– No te preocupes hijo, no tienes nada de que avergonzarte, de hecho es normal que los chicos de tu edad sientan ese tipo de estímulos…si hasta yo los tuve.- dije divertido
– De verdad?
– De verdad Domi
– Vaya, yo pensaba que no era normal, trataba de evitarlo a toda costa.
– Es normal Domingo, que acaso no hablas estas cosas con tu padre??
– No tengo padre…dejó a mi madre cuando yo era muy pequeño…acaso no recuerda que le dije que vivía sólo con mi mamá??.- dijo con algo de fastidio.
– Lo siento Domi, no quise que te sintieras mal, lo había olvidado.
– Está bien, no tiene importancia.- dijo el chico, aunque inexplicablemente pude ver su miembro aún erecto.
– Veo que aún sigues algo excitado, sabes qué, si quieres puedes darte una ducha de agua fría, en verano sale con temperatura caribeña y te hará bien para que bajes las pulsaciones.-
Domingo se largó a reir, lo embarazoso de la situación ya había pasado para él, se sentía con mucha más confianza hacia mí, se aproximó y me dió un fuerte abrazo. Le devolví el abrazo, no sin antes sentir su ereccíon junto a mi ingle, lo que provocó inevitablemente que comenzara la mía.
– Ya ya.- le dije palmoteandole suavemente en la zona de sus genitales, que aún permanecía dura.- El baño está por allá.
– Gracias profe- me dijo, y me devolvió el mismo toque en mi verga, haciendo fluir mis primeras gotas de líquido preseminal.
Quedé pasmado…qué había significado aquello? Este niño de 13 años, con las pulsaciones a mil se había dejado palmotear, y por si fuera poco, me había devuelto el mismo gesto. Debió ser, según yo, porque asimilaba hacia mí una figura paterna ausente para él toda su vida.
A los pocos minutos, sentí el correr del agua que venía de la ducha. Domingo había entrado a la bañera dejando la puerta abierta, y al entrar pude ver sus prendas por el piso. Cogí su boxer, el cual tenía un hilito de líquido preseminal, y no pude evitar oler todo su aroma a chico virgen, aspire profundamente hasta que escuché su dulce voz:
– Profe??
– Si Domi, soy yo, tranqui…sólo te traía una toalla
– El agua está genial profe, pero no sé ni cual es el shampoo con tanto producto que tiene usted aquí adentro.
– Es éste Domi, el frasco azul.
Como había corrido un poco la cortina para alcanzarle el shampoo, pude ver su descomunal cuerpecito mojado, brillante, lleno de vida…en su tostado y dorado cuerpo, tenía la zona de bóxer de un tono más claro, lo que le daba un toque aún más hermoso.
– Profe que hace-
– Nada, sólo te alcanzaba el shampoo…lamento haberte visto
– Mmmmmm, está bien, no se preocupe….si quiere se queda y así conversamos.
Pero la verdad es que no podía conversar coherentemente…tenía a la vista ese culo blanco, redondo y parado que me estaba volviendo loco. Domingo aún no se había volteado, no permitiéndome ver su verguita.
– Profe y esto para qué sirve??
– Ahhh, es un gel de baño, ponte un poco si quieres
-Nunca he usado uno de estos- me dijo
– Te deja el cuerpo perfumado…permíteme.
Y así, sin poder evitarlo, puse esa locíon en mis manos y empecé a recorrerlo, primero en un brazo, después en el otro, en su espalda, hombros y cuello, hasta que bajé paulatinamente hasta la zona de su colita, y sin más ni más comencé a tocarle sus nalguitas en círculo, apretándolas de vez en vez. Pude escuchar un gemido sutil.
– Ven Domingo, voltéate.
– Me da verguenza- dijo
– Por favor Domi, voltéate- dije casi suplicante
Y se volteó. Tenía su verguita parada a full, palpitante, virgen, y hermosa, de un tono rosado y con el glande a medio salir. Casi no tenía pelitos, sus bolitas estaban apretaditas, y su tenso torso me mostraba sus casi 8 calugas sobresalientes. Su pechito también estaba bien formado, paradito como su colita.
Puse más loción en mis manos y lentamente recorrí su pecho, su abdomen, sus piernas sin vello, tomé uno de sus pequeños pies y comence a masajearlo también.
– Te gusta Domingo??
– La verdad no lo sé…siento como si mi cuerpo se hubiese vuelto más pequeño y lleno de cosquillas
– jajajajajajajajajajaja
– Profe, le pasa algo?- preguntó al notar que con la mano libre trataba de acomodar mi erecto paquete que ya hasta sentía dolor de ser contenido.
– Lo siento Domi, creo que iré al otro baño para darme una ducha fría también.
Ya me estaba marchando avergonzado, cuando Domi me dice:
– A mi no me molestaría compartir la ducha con usted, al parecer también tiene pulsaciones que bajar
Y no me hice de rogar, me desnudé de mi buzo sintético, de mi camiseta, de mis calcetines y bóxer. Pude ver mi verga parada como nunca, y entre a la ducha con Domi.
– Entrenador, es enorme- me dijo mirando ávidamente mi miembro.
– Lo siento Domi, hay veces en que los hombres no lo podemos evitar
-Pues está bien, al menos no me siento tan avergonzado.
Reimos de buena gana.
Así como lo iba recorriendo con mis manos para perfumarlo de loción, Domi comenzó a hacer lo mismo. Su colita de gacela me tenía vuelto loco, en especial cuando sin querer lo rozaba con mi glande. Hasta que decidió enjuagarse y me dió la espalda, el jabón le recorría como cascada por su parada colita, apoyó sus manos en la pared de la ducha y se dejó regar por el agua. Mi pene ya no daba más, estaba como poseído, no pude evitarlo, sentía que iba a desmayarme de placer. Lo cogí por la cintura con las dos manos, alcanzando su tenso abdomen, atraje finalmente ese culito hacia mi, le besé la oreja y le susurré al oido:
– Eres muy hermoso Domingo
Y sin más ni´más, cerró los ojos y soltó un suspiro retenido por el placer.Lo abracé con más fuerza, lo besé en la mejilla, en el cuello, en su pelo mientras jadeaba con mi cadera en un movimiento de sube y baja, rozando con mi verga dura la raya de sus nalguitas. Mis manos alcanzaron su pecho de niño y fueron bajando hasta encontrar su verguita de 14 cms. Lo di vuelta, lo tome de un brinco mientras sus piernas enrollaron mis caderas, lo bese en esos carnosos y rojizos labios encontrándome con su lengua corrediza, sabroza, dulce y suave, mientras mi pene encontraba sin querer la zona de su ano. Mi glande estaba entrando casi sin esfuerzo, cuando Domi me dice:
– Bájeme profe, por favor.
Y lo bajé, pensando que se había asustado y que se quería ir, y no iba a retenerlo contra su voluntad. Pero grande fue mi sorpresa cuando se arrodilló y de una mamada se tragó toda mi verga, era impresionante como lo hacía, llegando con su dulce boquita a la zona de mis vellos, mientras que mi glande ya tocaba lo más profundo. Su lengua recorría con vil impetuosidad toda mi carne, lamiendo mis testículos, podiendolos en su boca (provocandome cierto dolor y a la vez placer) y volviendo a mamar mi verga a punto de estallar. No pude resistir más, ´hasta que mi pichula explotó de una en su rostro mientras lo sostenía de sus cabellos, y con sus dedos capturaba toda la leche y la llevaba a su boca, donde debía estar. Me siguió lamiendo la pija por unos segundos más, hasta que me tire al suelo y lo puse de pie, meti esos 14 cms en mi boca sedienta de su pequeña pija y chupé hasta más no poder.
– Profe, aaaaah profe, creo que me pasará lo mismo que a usted!!!
– Eso es lo que quiero Domi!!
Y estalló. tenia mis dos manos sosteniendo ambas nalgas mientras su cadera se meneaba para acabar en mi boca….tragué todo ese dulce néctar, asegurando que la última gota de su semen fuera para mi. Me puse de pie para besarlo, con su semen en mi boca y mi leche en la suya aun, nos fundimos en un beso eterno, hasta que nuevamente mi miembro volvió a la vida.
– Domi, quiero penetrarte
– Dolerá?? pregunto temeroso
– No lo sé Domingo, nunca lo he hecho con un chico, ni menos tan hermoso como tu, te cuidare lo prometo.
– Está bien- dijo, con la respiracion a mil
Y lo di vuelta, con su cuerpo aun jabonoso y ebrio de excitacion, le puse más gel en su culito, el cual estaba tan estrecho que ni siquiera mi dedo podía entrar.
-Tienes que relajarte Domi
Y lo hizo. poco a poco se empezo a dilatar dando suspiros de placer, que pasaron a gemidos y quejidos. Mi segundo dedo entró cuando me dijo:
-Profe, la verdad no estoy seguro.
– Tranquilo Domi no temas- dije con la respiracion agitadisima
Y de golpe, sin saber que su interior estaría húmedo a mil, mi pene fue entrando por esa caverna inexplorada. Estaba tan calentita, que sentia a mi verga hincharse aún más. cuando iba a la mitad, comence a moverme más, y de una, entré en su impúber cuerpo hasta que mis testiculos chocaron con ese culito bambi que tantas pajas me habia provocado anteriormente.
– Profe, me duele, me duele, me duele demasiad, por favor saquela!!
– No puedo Domi, perdóname pero no puedo!!
– Ay, ay, ay ay ay profe noooo, ayyyyyyy!!!
– Oh Domi, oh Domi, mi Domi, mi Domingo… por fin eres mío
Los quejidos de dolor de Domingo dieron paso al placer, hasta entonces desconocido para él. Puso su colita más parada aun, su espalda curva y su cabeza hacia atras, mientras lo cogía de las caderas y besaba sus labios apenas.
– Ay profe, ay profe, ay ay ay ay aaaaaaaaah!!!!!
No habia notado que Domi tenía otra erección….y sin que le hubiese tocado su vergita siquiera Domi se vino, chorreando por todos lados. Alcance un poco de ese jugo celestial para mojar mis labios y lengua.
– Oh Domingo, oh Domingo, oh Domingo, ah, ah. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhh!!!!!
Mi semén fluyó y regó internamente a Domingo hasta las entrañas. Nos seguiamos moviendo, al ritmo de una cópula soñada, con mis manos recorria su durito cuerpo,y besaba lo que encontraba a mi alcance.
– Te quiero Dominguito
Y con los ojos cerrados, volteó a besarme. Estuvimos un buen rato asi, yo aún dentro de él, de ese culo de gacela desvirgado por mi.
Su madre pasó a retirarlo a eso de las 9 de la noche, con su madre aún en el auto, Domi se devolvió y me besó nuevamente con su lengua traviesa, me miró y me dijo:
– Puedo venir el próximo Jueves entrenador???- casi con una mirada suplicante
– Claro Domi.- dije con alegría
Domingo se fue entonces…para el próximo jueves, no sé cómo le haré, mi mujer estará en casa, pero solo pienso en él, en esos bellos ojos miel, en ese cuerpo terciado de 13 añitos, y su culito de bambi que me hizo vibrar como jamas lo hizo mi mujer…no sé cómo le haré, ni en dónde, pero lucharé por el amor de Domingo cueste lo que me cueste.
FIN
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