La Primera vez que Chupé "Una"

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Bien, comenzaré a contarles.

Ese día fue Día de la Bandera aquí en México, nunca lo olvidaré.
24 de febrero.
Recuerdo que estábamos en clase de Historia.
Como de costumbre, yo estaba divagando y sin prestar atención, fue en ese entonces cuando me vino a la cabeza algo de lo que tenía ganas de hacer desde hace mucho.
Como estábamos haciendo un trabajo de equipo y yo tenía de equipo a un chavo llamado Jonas del que según se rumoreaba era gay (para ese momento me atraían mucho los hombres y ahora igual) se me ocurrió preguntarle si era eso cierto.
De mi también se decían cosas por ser algo "amanerado" en algunas ocasiones, sin embargo, de Jonas se decían más cosas.
Discretamente me le acerqué tantito, porque estábamos sentados juntos y comencé a preguntarle cosas; pues, como supondrá, yo andaba bien caliente y me apetecía mucho coger con alguien, mínimo chupársela.
No tenía nada que perder así que.

-¿Que haces?-le pregunté en voz bajita.

-Nada-me respondió él.

-Oye, ¿Te puedo preguntar algo?-dije.

-Qué cosa?

Fue en ese momento cuando me lancé al ataque.

-¿Es cierto que eres gay?

-¡Offf!-se quejó en voz baja-¡Y dale con eso! ¿Por qué todos siempre molestan con lo mismo?

-Porque eso es lo que se dice y la verdad yo tengo mucha curiosidad de saber si es verdad.

-¿Cómo que curiosidad?

-Bueno.
yo estoy a favor de los gays y todo.
no me molestaría tener un amigo gay.

-Estás loco-dijo sonriendo.
Creo que pensó que lo estaba trolleando.

-No, es en serio.
¿Es cierto eso de que te gustan los hombres? Porque.
no tendría nada de malo.

-¿Y que ganas con eso? Además, de ti también dicen cosas.

-Pero conmigo no es cierto-la verdad es que si era cierto, solo quería que el me dijera si era gay para yo confesarle que era bisexual y así poder coger.

-No te creo ni media palabra de lo que dices.
mejor hagamos un trato.

-¿Qué?

-Si tu me dices, yo te digo.

-No.
Tu dime primero.

Fue en ese momento cuando inicio una discusión de como diez minutos.
yo gané.

-Bueno.
sí.
me gustan los hombres.
Ya lo dije.
¿Y tú?

-También.
pero también las chicas.

-Mmm.
creo que debemos seguir platicando se esto en el receso-me dijo con una sonrisa picarona.

Ya en el receso, nos apartamos de nuestros amigos de siempre y nos fuimos a platicar a una banca.
Como estábamos solos, aprovechamos y hablamos en voz alta.
El me había dicho que se masturbaba siempre metiéndose cosas al culo y jalándosela, que hasta se comía su semen.
Bueno, fue ahí donde descubrimos que teníamos un par de cosas en común.
No lo pensamos más y de tan calientes que estábamos comenzamos a hacer planes para revolcarnos con cualquier oportunidad que tuviésemos.
Durante una semana completa seguimos platicando sobre eso, compartimos muchas fotos en WhatsApp y en otras ocasiones, hasta nos dábamos escapaditas para besarnos.

Hubo una vez en que tuvimos una clase de taller muy interesante.
Ese día fue día de la bandera.
Era la secundaría y obvio todos llevábamos un taller.
El caso es que desde entonces fuimos muy unidos y ambos eramos un par de flojos, por lo tanto, en el taller siempre estábamos juntos sin hacer nada.
Y como no hacíamos nada, resulto que el maestro nos mandó por unas cosas a la bodega de la escuela, esa fue nuestra oportunidad.
Rápidamente nos fuimos como rayo a la bodega y llegamos a lo que llegamos.
Ambos ya traíamos unas erecciones de a mil, y se nos notaba mucho en el pantalón.
Más a él que a mí, puesto que yo traía un suéter amarrado a la cintura que me tapaba.

Llegando lo primero que hicimos fue buscar las herramientas del maestro, ponerlas en una mesita y dedicarnos a lo nuestro.
Comenzamos a besarnos como unos locos, tocándonos el culo con fuerza, casi, casi queriéndonos meter los dedos al ano a través de la tela del pantalón.
Entre tanta calentura comenzamos a decirnos cosas sucias como esto:

YO: Sí.
papacito.
(mientras nos besabamos).
amor, dame toda tu leche calientita.

ÉL: Si.
quiero que me la chupes toda.
y te tomes mi leche.

YO: Amor, te quiero lames los huevos.
y hacerte una buena paja.

ÉL: Hazlo.
quiero cogerte.

YO: Cógeme.
cógeme por el culo.
hazme tuyo.
llenamelo de leche.

Y todo ese diálogo, mientras nos besábamos entre suspiros y mientras nos tocábamos el pene por encima de la ropa.
No demoré mucho en ponerme de rodillas y comenzar a desabrochare el cinturón del unirme, seguido de ello los pantalones y bueno.
lo dejé en boxers.
Comencé a besarle el vientre y a bajar lentamente hasta su "parte" entre besito y besito.
Por encima de la tela comencé a palpar su miembro grueso y húmedo, hasta que, lentamente, me decidí a bajarle los boxers despacito para ir admirando ese enorme pene que me iba a devorar.

Debo admitir que el chico tenía y tiene un pene hermoso, muy bien cuidado y sumamente sexy.
Era largo, como de 17cm, con poco bello púbico, evidentemente depilado y con líquido pre-seminal goteando.

Le dí un par de besos a la cabeza de su pito y con mi mano acariciaba la pequeña mata de pelos semi-depilados de su pubis.
Tengo un fetiche de acariciar bello púbico.
me excita.
Mi boca comenzó a tomar acción y rápidamente me metí esa enorme verga en la boca.
Comencé a chuparla con un "hambre atroz", temiéndola y sacándola constantemente de mi boquita.
Comencé a masturbas su pene primero lento y luego rápido, lento, rápido, lento, rápido.
así por mucho tiempo.
Luego volvía chuparla y a masturbarla de nuevo hasta que el chico comenzó a eyacular.

Abrí la boca y dejé que Jonas se viniera en mi boca.
Saboreé su semen y posteriormente comencé a limpiar su pito con la lengua.
Creo que de tanto que lo excito mi mamada y a pesar de haberse venido, no lograba que la erección le bajase.
Seguí con el trabajo oral, ahora con los huevos.
Primero uno y luego otro, lamiéndolos y obligando a mi chico a que de plano se sacara todo el pantalón.

Le sonreí y le dije:

-Quiero culito.

-Entonces come culito-me contestó.

El chico sabía perfectamente a lo que me refería, no a penetrarlo, sino a "comer culo".

Se dio media vuelta y se posó sobre una vieja mesa.
Se abrió de piernas y dejo al descubierto todo su ano, el cual con todas las ganas del mundo, también comencé a chupar.
Me encantaba meter mi lengua en ese ano tan sabroso; lo llenaba de saliva y meneaba la lengua rítmicamente dentro de él mientras gemía.
Terminé y me bajé los pantalones, él también me la chupó por unos segundos.
Yo eyaculé en su cara más rápido y más o menos hizo la misma operación que yo.
Después de eso oímos como nos llamaban a lo lejos.

Comenzamos a subirnos los pantalones y nos limpiamos con unos papeles de baño que habían en la bodega, los tiramos a la basura, tomamos las herramientas del maestro y salimos huyendo del taller.

Desde entonces, durante el último año de secundaría seguimos haciendo travesuras y conociendo chicos "mayates" de nuestro mismo salón.
quien lo diría.
Actualmente seguimos siendo amigos y como ya no nos vemos mucho, compartimos fotos e incluso hasta planeamos quedar algún día.

Si les gustó el relato comenten y publicaré una segunda parte con más "recuerdos de la secundaría".
Gracias por leer.