La primera vez que eyacularon en mi cara
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo llegué super caliente, no quería esperar más para poder chupárselo.
Apenas salimos de la primera estación me puse de rodillas, me avalancé sobre su pantalón y se lo desabroché. Estaba tan caliente que estaba fuera de mi. Le bajó el cierre y lo tuve para mi. Lo agarré con mi mano y comencé a chuparlo lentamente, le pasaba mi lengua por el tronco y succioanda su cabeza. Al poco rato ya lo estaba chupando muy rápido., casi deseperada por ese pene que me tenía tan caliente. Les cuento que cuando estoy así de caliente me encanta pasarme cada pene por mi cara. Por lo labios, los cachetes, la frente. Tenía la cara pegajoza con la mezcla de mi saliva y de su liquido pre seminal. Era una sensación fantastica. Mientras se lo chupaba lo veía como gozaba mientras miraba la ciudad desde la altura. Con su manos me agarraba las tetas y me subió la falda. Me dejó el culo al aire y si hubiese querido me podría haber penetrado ya que mi ano estaba mojado y completamente dilatado.
Me di cuenta de que estaba apunto de acabar porque se puso más duro. Eso me calentó y me hizo chuparselo más rapido y más apretado. De pronto su semen comenzó a salir pero él lo sacó de mi boca y se masturbó en mi cara. Jamás me habían echado el semen en la cara pero sentirlo calientito me gustó. No sé cuanto duro su eyaculación pero sé que fue mucho ya que me quedó toda la cara, el pelo y el cuello con semen. Con mis dedos tomé el semen y me lo metí a la boca, fue exquisito. Lo demás, lo limpié con papel ya que estabamos llegando a la estación. Me bajé la falda, me acomodé el sosten y bajamos. Desde ese día, con cada tipo que me he metido, le pido que eyacule en mi cara. Me hace sentir perra y eso me calienta mucho.
Estuvimos una hora arriba conversando de nuestra profesión, él ya trabajando, yo aún estudiando pero poco a poco la conversación varió a lo sexual. Le dije que no era muy buena para hablar de sexo pero que respondería gustosamente todo lo que me preguntara.. Lo primero que me preguntó fue que a que edad había empezado a tener sexo. Le dije que a los 13 años se lo había comenzado a chupar a mi mejor amigo y que pronto seguí con el resto de mis compañeros. Que aprovechaban cada vez que había que hacer un trabajo en grupo para hacerlo conmigo. Sabían que si me calentaba los dejaría que me tocaran y se los chuparía. Así fue como se lo chupé a casi todos en mi curso. Que a los 15 había perdido la virginidad analmente pero que no fue hasta los 16, con mi primer novio, que comencé a tener mucho sexo. Me preguntaba cuantos penes habían pasado por mi boca y yo le decía que no recordaba. Que quizás no habían sido muchos pero si muchas veces porque me encantaba chuparlo, me exitaba mucho chuparlo. También me preguntó si lo chupaba en público y le dije que si, que si estaba caliente me daba lo mismo si hhabía gente o no, que me daba lo mismo el lugar. Le dije que en el bus camino a casa siempre me las ingeniaba para chuparlo aún cuando el bus estuviese lleno . Mientras me pregunatab yo me me iba calentando y me daban cada vez más ganas de volver a meterme su pene en mi boca. Él ya me me había dicho que me lo tendría que tragar, cosa que nunca había hecho, y eso me calentaba aún más.
Le conté que una vez, en un carrete, me tocó quedarme en esa casa y compartir cama con dos amigos a los que se los chupaba mucho. Ellos aprovecharon eso y me doblepenetraron, bueno, casi, ya que la verdad uno de ellos por la boca y el otro por el ano. Es la experiencia más exitante que he vivivo ya que tener un pene en el culo me vuelve loca. Creo que el sexo anal es mi “especielidad”. Me calienta mucho que me pongan en cuatro, me calienta mucho sentir como se acercan a mi y sentir que mi ano se dilata mientras un pene entra es lo máximo y sentir como me lo llenan me vuelve loca. Tampoco sé cuanto penes he tenido en mi culo, solo sé que a todos les ha gustado y siempre me han pedido que se los vuelva a pasar, pero, bueno, volvamos a esta historia.
Nos subimos al teleferico y nuevamente me puse de rodillas y comencé a chuparlo. Como la bajada era más rapida tuve que hacerlo sin mucho preambulo. Le pasé la lengua y me lo metí por completo, lo chupaba y lo chuapaba y él me pidió que me masturbara analmente cosa que tampoco había hecho y accedí. Sentir como mi ano se dilató me calentó y me hizo chuparlo más rapido. De pronto sentí que se ponía duro y un chorro de semen comenzó a salir y comenzó a llenar mi boca. Sin dejar de chuparlo me lo tragué todo. Después de que acabo de eyacular, seguí succionando para que saliera más y más semen. Me comí hasta la última gota. Es lo máximo.
Ibamos llegando al terminal así que nos arreglamos y bajamos. Nos despedimos con un beso en la mejilla pero con la promesa de volver a juntarnos. Le dije que me había gustado mucho y que quería ser su esclava sexual. Que me hiciera suya, que ayaculara en mi como quisiera.
Esas idas al cerro se repitieron innumerables veces y sin bien no siempre subíamos al teleférico siempre encontrábamos un lugar para que yo lo chupara y tragara todo ese semen o lo recibiera en mi cara. Recuerdo una en que nos pusimos a una orilla de camino y me saqué el sostén y la polera. Mientras se lo chupaba pasaron unos ciclistas….pobres, deben haber quedado muy calientes jeje.
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