La primera vez que me cachó mi primo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me acerqué a observar el baño del perro, llevamos al perro a una mesa a secarlo, Miguel le pasó los dedos por el pene del animal, le escuchamos decir que con esto la culea a la perra del vecino, no le di importancia a ese comentario seguimos jugando en el jardín con mis hermanitos y mis primitas, me dio sed, yo le pido permiso a mi tia para tomar agua, en el camino a la cocina lo veo a Miguel que miraba muy detenidamente por la ventana y se reía, me acerco a él, vimos a fideo cachando a la perra del vecino, me dice que vayamos a un lugar en donde se los puede ver mejor para lanzarles piedras con las resorteras, estuve de acuerdo con la idea y sin que nos vieran entramos a un cuarto donde guardan las cosas viejas, me acerqué a la claraboya a seguir viendo cachar a fideo con la perra
Miguel a mi lado lanzaba proyectiles pero no le atinaba, se puso detrás de mi, me dijo que no me moviera sentí su mentón sobre mi cabeza, empecé también a sentir movimimientos en mi cadera, mi cadera se pegó junto a la pared, me dijo otra vez que no me moviera, ahora se movia más fuerte sobre mi y más rápido, me preguntó si me gustaba ver lo que fideo le hacía a la perra, le respondi que si, me preguntó si me dejaba hacerlo, me sentí sorprendido, me daba algo de vergüenza contestarle, giré a un lado mi cara y vi que me estaba cacahando haciéndome para adelante y para atrás, mi respuesta fue una risa muy timida que me salía por lo que me estaba haciendo, el brazo rodeó mi cadera sacándome de la claraboya y llevándome a un rincón, me acostó abriéndome la cremallera me bajó la trusa por dentro del pantalón ancho que vestía quedando descubierto mi pene, Miguel se bajó la cremallera y me dejó ver su pene que salía por su trusa se acostó encima mio y comenzó a cacaharme me apretaba mucho haciéndome pujar. Me hizo parar me bajó el pantalón a las rodillas, me hizo acostar sobre el piso, mis cachetes topaban el frio del suelo me abrió las piernas
Miguel se bajó más su pantalón, sentí ahora respirar su pecho sobre mi espalda y una sensación deliciosa que hacia el pene de Miguel en mis nalgas, me decía que me quedara quieto que el era fideo y yo su perrita y que me estaba cachando, me tuvo asi por un ratito después levantarme y besarme el pene a la vez que me pasaba los dedos suavemente por las nalgas y me lo metia entre la raja. Me ayudó a vestir, mi primo no se separaba de mi todo el tiempo que quedaba de la tarde de mi visita en casa de mi tia, al despedirme me dijo que no dijera nada de eso a mis padres.
Pasaron varias semanas y me volvi a encontrar con mi primo que me pidió le ayudara a bañar a fideo, me hizo pasar mis manos por el pene del perro, vi que se alargaba ese pene, mi primo me dijo que a todos nos pasaba igual y que si yo quería me lo iba a enseñar porque se siente rico, simplemente me sonreí, pero para mi primo esa sonrisa era de aceptación porque conocía mi personalidad de chico humilde y tímido.
Todos estabamos en el jardín asando carne para el almuerzo, Miguel me hizo señas para ir a la bodega, yo me sonreía y bajaba mi cara al piso, a lo lejos en forma simulada me lo pedía y me decía con mucha insistencia que me esperaba, yo seguía con lo mismo de bajar mi cara en señal de vergüenza, en unos segundos que me distraje y al volver mi mirada a Miguel, él ya no estaba alli, sentí un poco de angustia y curiosidad pero también recelo que lo venci con la decisión de ir al lugar donde Miguel me esparaba para cacharme, efectivamente estaba sentado en un rincón esperándome con su pene descubierto muy largo y gruesote, sin diálogo y sin perder mucho tiempo corrió a poner seguro a la puerta, nos quedamos desnudos, Miguel fue el primero que se masturbaba el pene, sus manos tomaron mi pene y al poquito sentí un gusto enorme que eso estimuló para que mi pene se estirara, me dijo que asi se le ponía a fideo y a todos, le di la razón y me gustó mucho, le deje que siguiera haciéndome esa delicia, me enseñó a como hacérmelo con mis manos
Luego me tumbó al piso, se montó encima de mi pecho y me besaba con dulzura al principio no quería porque sentía raro probar su saliva en mi boca, nuestros penes cacahaban entre si con mucha suavidad, las piernas algo velludas de mi primo rozaban sobre las mias, nuestros pies se unian y se rozaban, me decía que le gustaban mis pies y me los besó al mismo tiempo en que me viró, me metió un dedo en mi trasero que lo sentí incomodo, le dije que me dolia y me lo metia poco a poco al decirle que sentia molestia se detenia, le preguntaba porque me hacía esto y me decía que era para que sintiera mejor la cachada que me iba a hacer, regresé a ver mi trasero que era rozado por el pene de mi primo, su glande gruesote trataba de meterse entre mis nalgas buscando el túnel de mi traserito el dolor que sentí fue inmediato, estuve a punto de llorar y le rogué que no siguiera, aceptó mi clamor y me hizo sentar sobre sus piernas, ahora su pene rozaba mis nalgas, él me besaba el pelo, cuello, hombros, nuca, diciéndome palabras dulces como que era un niñito precioso, dulce, tranquilo, en fin, las manos de mi primo recorrían suavemente mis piernas, espalda, vientre, pecho hasta llegara mis cachetes, su cara se apoyaba en mis hombros, me dio un beso en uno de mis cachetes y me dijo al oído que lo cacahara, se acostó, me monté sobre su cuerpo, rodeo mis caderas para sujetarme firmemente yo movi las caderas y le caché el pene, eso me dio confianza y me dijo que ahora me daba su culo, uso sus manos para abrirse las nalgas, mi pene entro un poquito en su hueco me empujó mis caderas para que mi pene entrara un poquito más pero sentí algo de molestia y se lo dije, me aparté de él, me tomó de los brazós y me hizo acostar, el pene pasaba por mi espalda hasta que al llegar a mis nalgas y a las rajas de mi trasero lo movio tan rapidito que se detuvo para botar el semen en mi espalda, luego me limpió con un trapo, nos vestimos y nos acercamos muy cautos al jardín, la mayoría no había notado nuestra ausencia a excepción de mi tia que lo había estado llamando a Miguel para comprar
Miguel me dijo que lo acompañe a comprar y en el trayecto muy lejano a la tienda me dijo que no debería decir de lo que hicimos a nadie, de regreso de la tienda a casa nos topabamos las nalgas me hizo detener frente a un solarr abandonado, me metió con los mandados para que lo acompañe porque me iba a mostrar un lindo lugar, por curiosidad lo seguí, llegamos al fondo de este lugar cerrado donde la gente no nos podía ver lo que ibamos a hacer pues ya me imagine que queria cacharme nuevamente, nos bajamos los pantalones y las trusas nos agarramos de la cintura, arrimó mi espalda al cerco, mi primo se inclinó un poquito para poner su pene junto al mio a la misma altura y cacharnos, no aguantamos mucho tiempo asi de estar parados y me hizo acostar en el piso, su pene volvia a cachar mi trasero
Otra vez sentía ese gusto delicioso de ser cacahdo por un rico pene, mi primo ladeó su pene por mis nalgas y vi un poquito de semen, algunas gotitas estaban en mis nalgas que las limpió con un trozo de papel del mandado que hicimos, nos levantamos, nos vestimos, algo nos limpiamos la ropa y fuimos a dejar el mandado antes que nos regañen.
Desde ese día le pertenecí a mi primo y con el tiempo ya cachaba con mis primitos menores y con otros amiguitos, estas cosas que me hizo mi primo Miguel las llevo dentro de mi mente como algo único e insuperable.
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