La primera vez que sentí algo muy rico.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tenía casi siete años, era muy inquieto y me gustaba mucho jugar con la pelota recién comprada que mis padre comerciante me había regalado, mi hermano Rosendo tenía un año y medio no jugaba mucho conmigo y me resignaba a jugar solo en el patio de mi casa, mi pelota pasó el cerco y no podía subir para tenerla de nuevo, ya me entraban ganas de llorar
Le mostré desde la ventana a mamá donde estaba la pelota, le dije que me acompañe al lado a pedirla pero me dijo que vaya solo nomás porque estaba ocupada bañando a mi hermanito que de acá ella me vigilaba, corri a casa de los vecinos, llamé a la puerta principal de la casa, el que me atiende es Isidro, que desde adentro de su casa me preguntó qué deseaba, yo le dije que me diera permiso para que me permitiera entrar a recoger mi pelota que estaba en su patio entre unos montes, dejó escapar una abierta carcajada y me dijo desde adentro donde estaba que abriera la puerta del jardín, la abri y caminé a la puerta principal, me preguntó si venia solo, le dije que si, miró por la ventana a los costados abrió la puerta y me hizo entrar rapidito tomándome de la espalda, al acercarme más me frotó dulcemente el pelo, tenia puesta solo la trusa, yo le hablaba y él tenía la mano metida en la trusa, se restregaba el pene, por la forma de su pene creo que Isidro tendría más de catorce años por aquel tiempo.
En lo que me conducía al patio de su casa noté a su abuelita muy entrada en años que estaba acostada sobre un gran sofá boqueando de dormida. Seguía moviéndose el pene pero ahora la mano la movia más rápidamente dentro de la trusa, se metió la otra mano dentro de la trusa para restregarse el culo, no dejaba de mirarme fijamente y de sonreirme, se detuvo y me dijo que me daba la pelota si hacía con él un jueguito muy lindo, pero que no debía decírselo a nadie, si yo decía algo de este jueguito lindo, en la próxima vez si mi pelota cae en su casa, no me la devolvía, me puse un poco nervioso y de nuevo le dije que si, yo realmente quería tener mi pelota, me dejé llevar por Isidro hacia un cuartito semioscuro, desde la ventana podía ver mi pelota y mas allá la parte alta de mi casa, al llegar me sujetó de la cintura llevándome hacia su cadera moviendo nuestros penes vestidos yo tenia el pelo muy crecido que cubría el pecho caliente y sudoroso de Isidro, me hizo para atrás se bajó la trusa se cogió el pene que lo tenia rojo que lo movia rapidito me admiraba verle la cara roja con la boca abierta y los ojos cerrados me hizo dar media vuelta me tendió en la cama estiré los brazos y piernas para que Isidro rápidamente me sacara la ropa quedándome totamente desnudo, sentí vergüenza de que Isidro me viera, él se dio cuenta y me lanzó una sonrisa piadosa, me dijo que eso era parte del jueguito lindo que íbamos a hacer.
Se acostó de lado junto a mi, ambos esábamos desnudos nos mirábamos los cuerpos, no dejaba de mirar su pene grande en comparación con el mio que era pequeño, se puso a jugar con mi pene esos dedos recorrían mis testículos llegando a las nalgas sentía una sensación extraña de gustito, creo que fue mi primer orgasmo, no sé.
Se acostó encima de mi cuerpo vi su pene acercarse al mio y cuando se unieron comenzó a movérmelo con el suyo lo subia o lo bajaba muy despacio, parecía que hacia lagartijas encima de mi cuerpo, mi pene y mis testículos recibían desde lo alto el pene grueso de Isidro, me estaba culiando con dulzura de entrada lo sentí raro pero mientras iba pasando por mis testículos sentí un gustito, era la primera vez que un chico me culiaba, fue la primera vez que alguien me tocaba mi pene, mi cara chocaba con el pecho de Isidro, en custión de segundos me dio la vuelta y me jaló hasta el filo de la cama, mi pecho tocaba el colchón y mis piernas abiertas algo arqueadas estaban sobre el filo del colchón miré a ver hacia atrás para saber qué seguiría haciéndome cuando vi que se sujetaba el pene y me lo acercaba a mi culo me costaba trabajo ver lo que me hacía pero sentía que era riquísimo los rápidos roces de ese pene en mis pompis, Isidro se agitaba sobre mi cuerpo, se detuvo y de inmediato sentí mojadas mis pompis me pasé una mano que la vi de un liquido blanco, ese liquido lo sentí chorrear pòr mis piernas, Isidro me dijo que no me moviera, lo vi irse desnudo hacia una repisa trajo papel higiénico y me lo pasó por las pompis y por los muslos de mis piernas, me dijo que ya se había terminado el jueguito lindo, me vistió él se puso una camiseta y un short me preguntó si me había gustado, yo me quedé callado sin mirarlo a los ojos, y fuimos a ver la pelota.
Isidro me dijo que si podíamos jugar con mi pelota un ratito en su patio, me encantó la idea yo la hacía de portero y el de cobra penales, mi mamá se asomó por la ventana del piso alto, estaba viéndonos jugar, me dijo que ya regrese a casa y le dije que si podía estar un ratito más y ella aceptó pero sólo media hora, seguimos jugando unos minutitos, Isidro me tomó suavemente del brazo y me dijo en el oído que nos fueramos a hacer otra vez el jueguito lindo que era nuestro secreto, yo muy entusiasta por mi carácter de ser un niño inquieto y alegre le dije que si, corrimos con la pelota hacia el cuarto donde antes me había hecho sexo por primera vez, pero ahora fue un poco más rápido porque teníamos poco tiempo, me dijo que iba a ser más rico, nos desnudamos velozmente, me sentó con las piernas abiertas en el filo de la cama, me pajeó el pene con los dedos, mi pene se estiró mucho
Cual fue mi sorpresa de ver acercarse la boca de Isidro a mi pene, esos labios besaban mi pene y los testículos, esa lengua la corria por mi pene y testículos de arriba hacia abajo y lo mas delicioso fue cuando introdujo todo mi pene en su boca me lo mamaba tan rico que en cada mamada mi pene se estiraba màs, me decía que le gustaba el sabor sudado de mi pene, escuchamos los gritos de mi mamá que me llamaba, rapidito me vestí arreglándome mi pelo alborotado de tantos besos y manoseos de Isidro, salimos, él le dijo a mamá que yo ya iba y que estábamos hinchando la pelota, mamá sonrió y aceptó que fuera pronto, de nuevo entramos al cuarto y nos desvestimos, Isidro siguió mamándome el pene y el culo, al ratito mi espalda estaba sobre el colchón mis piernas dobladas y abiertas a los lados, mis pies a filo del colchón, mi culo abierto por una de sus manos recibia su pene que punteaba y me hacía sentir delicioso ese cosquilleo de su glande en la raja de mi culo su pene lo dirigía con la mano para arriba y para abajo haciéndome sentir delicioso aunque algo extrañado también por ser la primera vez que me lo hacían
Veía la cara de Isidro muy relajada, sus ojos cerrados, se mordía los labios y el sudor recorriéndole su piel, él estaba inclinado a mi cuerpo, sus pies en el piso y su cadera arqueda, acercó su pene al mio, mis piernas dobladas se topaban con las caderas de Isidro, al momento que empezó a sobar nuestros penes fue muy rapidito esa postura porque salió semen del pene de Isidro cayendo en mi barriga, me dijo que no me moviera, segui con mis piernas dobladas abiertas y arqueadas, me pasó el papel higiénico por mi barriguita, trajo una jarra con agua y jabón, me limpió con una toalla mis pompis, piernas y barriga, recogió las sábanas, me abrazó y me hizo recordar que este jueguito lindo no lo debe saber nadie, asentí, me abrazó unimos nuestros penes vestidos nos sonreímos, me tumbó en la cama a manera de luchitas y me volvió a culiar vestido por mi frente y por detrás, nos levantamos y nos despedimos.
Cuando estaba jugando solo con mi pelota, Isidro se encaramaba en el cerco y me invitaba a que juguemos en su patio, me gustaba la idea, pedia permiso a mamá que tenía gran amistad y confianza con los padres de Isidro, corria a su casa, pero antes de jugar con mi pelota hacíamos el jueguito lindo y para despedirnos también, eso se transformó en una rutina, nunca me lo hizo a la fuerza yo simplemente me dejaba que me lo haga porque me gustaba, ese pene que fue el primero que probé y que me enseñó a mamar suavemente, hasta ahora en mi mente sigue siendo especial, también por la delicadeza con la que Isidro me trataba y me hacía el sexo en mi culito, lo interesante de todo era que siempre me invitaba cuando por lo general no había gente en su casa y claro, con el tiempo supe que era para hacer con calma ese jueguito lindo que me enseñó a jugarlo de diferentes maneras, pasaron casi dos años de hacernoslo cuando supe que se mudaban, sentí tristeza saber que no iba a seguir jugando con Isidro pero al crecer mi cuerpo ya ese espacio que me dejó Isidro lo iban ocupando mis primos y los amiguitos de la escuela y de la ciudadela, desde que me pasó esto por primera vez hace como casi quince años atrás, tengo que decir que pene como el de Isidro no habrá igual por ser el primero con el que tuvo contacto mi cuerpo y por haberme enseñado a besar delicadamente.
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