La princesa de papá: Revelando secretos
Lo que se consideraba un secreto se unía al hecho de que la última persona que podría tener una situación más íntima y el comienzo de una posible historia.
La princesa de papá
No se que me orrillo u originó que empezara a poner ropa de mujer cuando tenía apenas 12 años, será que esa vez me confundieron como chica por mi pelo que estaba algo largo, será por que envidiaba en secreto la ropa de mis primas tan así que llegaba a robar una qué otra prenda que dejaban de usar incluso esa vez que me mire al espejo no mire un niño si no una niña con pene? Lo unico que sabía es que yo no era igual a las demás personas. Me comencé a vestir de niña casi de manera religiosa cuando llegaba de la escuela y revisaba qué mi papá aun no llegaba, me ponía fadas, medias largas, caminaba por la casa sintiéndome la más bella del lugar tan así que la forma que lo hacía fue tal mis ganas de sentirme mujer que buscaba por línea como las chicas de auto- satifiacian pero al no tener esa cuevita qué muchas mujeres tienen me conformaba con mi ano apretado así que fui de apoco primero fueron mis dedos de uno en uno hasta que llegar meterme un bote de desodorante qué mi papá tiró, tenía el tamaño perfecto qué me hacia gemir como una pura que era llegaba al clímax sin tocarme con eso en mi culito.
Mi camino hacia el amor de una sola persona fue tal que empecé a oler la ropa sucia de mi papá, no es que quisiera cogerme a mi propio padre pero muchos blogs mencionaban qué el olor podía ayudar a tener mejores climax, que olor de los hombres tenían algo que algunas chicas las eloquecia. Sacaba sus boxers, aveces calcetibes sudados del gym o cualquier prenda que te y viera un poco de olor, me ponía olfatearlo esa esencia de macho me ponía a mil más mi dildo improvisado llegaba a ver las estrellas pero no sabía que lo hacía de alguna forma, me hizo sentir uan conexión entre tener sexo con el olor de mi padre salido del gimnasio. Cada vez que el volvía de sus entranientos en su equipo de basketball, mi mente se prendía aun si no tuviera mi ropa puesta o incluso el bote cerca, pensaba en otra cosa incluso me iba al baño para bajar mi erección pero nada tenía un efecto como tal en que de forma incosiente cogerme a mi padre, sentir su verga en mi culito entranado para ello.
Al mes de seguir bajando esas ganas seguiendo mi rutina de vestirme mientras huelo su ropa me puse a verlo bañarse, observarlo en secreto por la apertura minúscula de puerta, era todo un espectáculo un hombre moreno robusto de cuerpo enorme peludo como oso con su barba frondosa un macho de revista que hacía un contraste con su «hija» una niña blanquita, sin pelo alguno, de pompas paradas y cuerpo pequeño como delgado, de solo pensar en la imagen tan atrevida como pasional que mi mente me creaba me empecé a masturbar hasta venirme pero si hacer ruido. Era el martes más tranquilo según yo para mi ese día estaba nublado y con una posibilidad de lluvia pero decía que era algo baja, mi padre estaba en su entranamiento con su equipo de basketball mientras que yo me arreglaba incluso me di cuenta que mi pelo creció un poco más en el espejo observe una niña usando una camisa de tirantes de Hello Kitty, una falda plisada de colegiala con unas medias largas blancas pero algo detrás de esa niña quien era yo estaba su padre viéndola de arriba hacia abajo, no mentiré que me excito eso pero algo en mi decía que estaba en problemas pensé que el estaba allá con su equipo no acá, como no escuche la puerta abrirse? Por que no revise antes de hacer eso? Me decía a mi misma pensando en que hice mal, pero de él salieron unas palabras que nunca olvidaré —Qué linda se ve mi «hija»— me di la vuelta viéndolo a los ojos preguntandole —Desde cuando sabes esto?— algo me decía que el ya sabia antes puesto que no se impresionó o algo —Desde hace tiempo, por eso te deje crecer el pelo y demás cosas. Lo único que me llego a impresionar fue que tu me espiaras mientras me bañaba— Fue un balde agua fría sobre mi cuando escuche que mi supuesto secreto no era tan un secreto incluso el estaba al tanto de ello —primero porque no estas en el entrenamiento? Segundo no estas enojado? — quise más respuesta puesto que el velo de vergüenza se dejó caer sin haberme dado cuenta y solo era cuestión de tiempo —No, se cancelo por eso que podría haber lluvia y no estoy enojado que descubras tu sexualidad conmigo pero… —dijo todo calmado pero el resto volteo su cabeza mientras se rascaba la parte baja trasera de esta y cerraba la puerta con llave.
Estábamos encerrados en mi cuarto y sento sobre mi cama —Estas segura, de que yo soy el indicado—No me fije en el hecho que me empezó a llamar de forma femenina, me sente a su lado y el puso si mano sobre la mía —No se la verdad, tu y unas personas me gustarían que me dieran ese paso— le comente algo asustada —Quien más?— mi corazón latía tanto que podía escucharse en la habitación y tomé algo de valor para decirle quien más —Bueno esta Mariano de mi escuela y tu papá— el me miró unos segundos respiro ondo como si pensara algo, mi ansiedad corría por mi mente pensando algo malo podría ocurrir pero mi mente se despejó al ver que saco su verga de sus shorts de basketball rojos de satin estaba flácida ese pedazo de carne pero era de buen tamaño —Entonces que dices hija? Te gustaría hacer feliz a tu papá?— empujó mi cabeza hacia su mástil, me decía que lamiera como paleta helada así que eso hice ya había leído como hacer buenas mamadas pero me encantaba el juego de ser la chica inocente qué le enseñan como hacer las cosas, daba besitos en la cabeza y podría oír a mi padre hacer pequeños gruñidos qué me hacían saber que hacía un buen trabajo —Metela en tu boca— me soltó para relajarse en la cama sosteniendose con sus brazos con sus piernas abiertas mientras yo chupaba aquel aparato que me trajo a la vida —Estas segura de que no la habías hecho esto antes? Chupas muy rico mi pene hija— saber esas palabras me llenaron más de pasión y comencé a mamarla más fuerte usando todo mi repertorio, succionando solo la cabeza, meterla en entera en mi boca hasta jugar sus bolas. Mi papá no se quiso quedar atrás por lo que chupo sus dedos me los metió en mi culito —Esta niña merece su premio pero antes debes… Ouh que niña mala ya esta preparada, quien te enseñó— cuando dijo eso me tomo del mentó interrumpiendo la mamada qué le estaba propinando quería saber por si hija era tan puta —Tu bote de desodorante fue quien me enseñó— el solo hizo una expresión sonriente lasiciva mostrando los dientes sacando una risa leve para darme un beso de lengua, descubrir su lengua en una palabra es enorme me tomaba del cuello nos acostabamos sin soltarme incluso sin sacar sus dedos enorme de mi cuevita, lamia mi cuello volvía a mis labios —Ya es hora— me dijo por lo que me acomodo acostándome en la cama abriendo mis piernas en par dejando al descubierto mi entrada rosada lista para recibir su premio, fue entrando de apoco anunciando cada parte —Primero va el glande…. Aagh entra perfecto— creo que haberme metido tantas veces ese dildo de mentiras era el tamaño perfecto para la verga de mi padre fue asi hasta sentir sus bellos púbicos en mi entrada —Ya estoy adentro, princesa— yo solo podía gemir al sentir su enorme mástil en mi interior —Me fascina tu verga papá— mi padre saboreo un poco el momento de donde se encontraba desvirgando a su hija para dar paso a las embestidas, el sonido era tan excitante ese sonido viscoso como mojado cada vez que su mástil arremetia contra las paredes de entrañas una sinfonía de sexo donde mis gemidos tenía el mismo ritmo con el rechinaba la cama, los gruñidos de mi papá se acomodaba en la orquesta de incesto qué se llavaba como pienras sobre sus hombros y la flaxivilidad qué tengo yo puesto que callamos nuestra bocas con otro beso mojado con su sudor que se fusionaba con el mio, acariaba los fuertes brazos de mi progenitor pero fueron detenidos por uso su fuerza para detenerlos con sus manos así entrelazaron sus dedos con los míos. La imagen que se hacía en mi cama era sublime un padre tomado la poca virginidad qué hacía en su hija, como un granjero probando de su cosecha, estrenaba a su nuevo juguete, quien le importaba estar separado de su mujer quien los abandonó, ya solo era el con su hija fue tal la pasión que sentía por sus interior ya descubiertas qué paró el beso que su vez sus movimentos fueron mas rápidos y la boca de su hija como la de el llenándose de gemidos anunciando su nuevo amor viniendose el dentro de su hija llenado su cuevita de la leche de sus hermanos sin nacer mientras que su hija su lechita acabo en su pecho casi llegando a manchar su rostro, se quedaron unos segundos que se sintieron como minutos mientras recobraban la consciencia, su pene flácido salió por su cuenta dejando salir la leche del ano que mancho toda la cama —Papa?— dijo la hija —Si dime princesa, que paso?— viéndola a sus ojos ese día murió Martín pero renaciara como Martina, que en segundos se volvió su amante —Me encantó, sentir tu pene dentro mio— le dije, el se acosto a mi lado teniendo su pene aun de fuera procedió a darme otro beso lleno de pasión en mis labios para quedarnos dormidos esa noche abrazados.
Espero les haya gustado y si quieren saber de Martina con su padre hágamelo saber
Hola me encantó tu relato, me gustaría saber más de Martina y su papa
como sigue
Que hermosa y exitante historia!