La puta del taller
A mis 10 años, fui a la capital durante las vacaciones de verano a trabajar en el taller de mi tio, no me costó nada acostumbrarme al cambio, mi tio me tenía paciencia y también su ayudante, Javier un muchacho de 24 años. .
A mis 10 años, fui a la capital durante las vacaciones de verano a trabajar en el taller de mi tio, no me costó nada acostumbrarme al cambio, mi tio me tenía paciencia y también su ayudante, Javier un muchacho de 24 años. El único tema que no se me daba tanto era hablar de mujeres, a esa edad me parecía normal que no me gusten aún las chicas, pero era un tema tan recurrente en el taller, hombres cachondos que no podían ver mujeres aunque a Javier no se le daba tan bien con las chicas, tenia una cicatriz en el rostro a causa de un accidente, prácticamente le cubría todo el cachete izquierdo, no usaba barba porque no le salía de manera uniforme de ese lado del rostro, Javier compensaba con el gym, era un hombretón de no 1,85 bastante robusto y musculoso, por los brazos y piernas grandes, musculados, pero al parecer eso no era suficiente, era un poco tosco con el trato, era un simple aprendiz de mecánica, pero ni estaba seguro si llego a terminar la secundaria.
Alado del taller, yo tenía mis propios aposentos, mi habitación con baño privado, aunque mi tio y Javier usaban el mismo baño, para ducharse y salir limpios del taller. Posterior a las 4am a mi ya me tocaba descansar, tampoco hacía gran cosa, a veces me quedaba más tiempo, incluso había días que mi tío nos dejaba a Javier y a mí a cargo del taller. Una tarde, en uno de esos días que estábamos encargados, terminamos tarde como a las 6pm, entre primero a la ducha, luego de unos minutos escucho que la puerta se abría, normalmente no cerraba con llave y nunca nadie entraba. cada quien esperaba su turno, me dio un poco de tímido que Javier me vea totalmente desnudo solo cubierto por la espuma de jabón, yo tampoco vi incluso sin remera a Javier, aunque era musculado se reservaba incluso hasta sacarse la camisa: cuando lo vi en el baño sin remera me imagine la razón, tenía cicatrices en la espalda y pectoral, eran cicatrices grandes rosadas cicatrices grandes, incluso sexys pero Javier se los guardaba.. me habla, me avisa que va a entrar a ducharse conmigo porque tiene futbol más tarde.
Se quitó toda la ropa y se empezó a duchar alado mío, tenía el cuerpo todo musculado, con algo de vellos en las piernas y brazos, que eran fuertes y gruesos, de los que te dan una patada y falleciste. Yo no podía comprender como es podía ser cierto lo de su problema con las mujeres, ahora de grande opino que podría ser más problema de tacto social y autoestima. Y su pene, incluso flácido era un miembro grueso y largo. Yo a mi edad, no sabía mucho de sexo, pero ya había visto porno y me habían explicado de qué es lo que causa placer a los hombres, y en mi inocencia y el fuego de las locuras de la pre adolescencia, jugando le agarre el pene y le empecé a acariciar igual a un movimiento lento de masturbación, Javier se dejó, y segundos después siento que su pene empieza a crecer y ponerse bastante duro, posa su mano sobre mi hombro, y ambos inexpertos en el tacto social y en mi caso incluso en el sexo, entendí que debía hacer lo que le hacían las mujeres a los hombres en las películas porno, meterse el pene en la boca y chupar, tenía el pene grande y grueso, como de 18cm, peludo sin rasurar, me lleve el pene a la boca y empecé a chupar, suave y intentando darle ritmo, por los gemidos de Javier, notaba que disfrutaba, yo chupaba aunque trataba que no fuerce el ingreso hacia mi garganta, pero Javier se emocionó, me agarro con sus grandes y fuertes manos detrás de la cabeza y me empezaba a meter su pene dentro de su garganta, yo trataba de aguantar, pero el reflejo de expulsar me ganaba, hasta que llego el momento que me apretó con más fuerza, y de la fuerza de Javier era imposible librarse, me empezó a coger por la garganta, yo lagrimeaba me quedaba sin aire, pero me percate que si no respiraba podía aguantar más, el movimiento fue más violento hasta que sentí en la boca un líquido viscoso y caliente, y escuche una especie de rugido de macho que emitía Javier, era semen y me trague todo, mire la cara de Javier y estaba cerrando sus ojos, no me miraba, pensaba en otra cosa, no en mí.
Luego él me da la espalda, termina de ducharse, me agarra fuerte del brazo, y me advierte que no cuente a nadie de lo que paso. Sale de la ducha, se viste y se retira, y yo me quedo dentro de la ducha intentando procesar lo que había hecho.
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Al día sgte fue sábado, se trabajaba hasta el mediodía, y todo transcurrió normal, ya mi tío con nosotros, no note ningún cambio en la relación en el trabajo con Javier.
El lunes mi tío volvía a viajar y dejar el taller a nuestro cargo:….
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ufff ke chido
Que rico, cuenta más me super calentó imaginar a los dos en esa escena de la ducha.
Que rico