La Relación con mi Tío

Lo que voy a relatar a continuación es mi experiencia real de como inicié mi vida sexual a los 7 años gracias a mi tío, con quien viví desde que tengo uso de razón y hasta los 20 años. El hombre al que más he amado en la vida.
Todo comenzó cuando tenia 8 meses y mi madre me dejo al cuidado de mi tío, entonces de 25 años. El vivía sólo en un departamento, al parecer por entonces con su novia, pero al poco tiempo termino con ella y terminamos viviendo solos. El departamento era pequeño, básicamente una sala grande donde estaba el living y la cocina, otra pieza como dormitorio, y el baño.

Desde que tengo uso de razón, vi a mi tío desnudo. El solía andar en casa completamente desnudo, y por tanto crecí viendo su pene como lo más natural del mundo. A veces me quedaba viéndolo, y el lo notaba y se le erectaba, y siempre me pregunté el porqué a veces estaba flácido y a veces duro como un poste de cemento. Creo que ya en esos años (alrededor de los 4 o 5 años) sentía que me atraía él. Dormíamos juntos, desnudos, y el me bañaba por las mañanas. Además, hacía que yo le lavara su pene, y por alguna razón ya en esa temprana época me encantaba la idea de poder tocarlo, duro, y masajearlo.

Nunca se me hizo raro dormir con mi tío, ni que nos ducharamos juntos, o verlo desnudo. Era cosa de todos los días. Con el tiempo, durante las noches comenzó a  besarme, diciendo que eso era una muestra de amor que los padres tenían hacia sus hijos. Por las mañanas antes de irme a la escuela, me besaba rico en la boca, y me decía que ya queria que fuese tarde para que nos volvieramos a ver. Yo en la escuela era un niño normal, pero reconozco que deseaba con toda mi fuerza volver a casa para verlo de nuevo. Sentía que necesitaba estar con él todo el tiempo. A veces se sentaba y me pedía que me sentara en sus piernas, y sentía como su pene presionaba mi culo. Había días en que el usaba boxer o algo que le tapaba sus genitales, y mi mente anhelaba con todo su ser que se los quitara y andubiera desnudo como siempre. Creo que dentro de mi inoscencia, yo estaba enamorado de él y lo deseaba. Hasta que ocurrió.

Tenia 7 años cuando una noche mi tío me dijo que habia llegado el momento de mostrarme la forma de amor mas grande que alguien podía tener para con otro. El siempre me abrazaba por la espalda cuando dormiamos, pero esta vez me empezó a besar completo, y de repente sentí que mis entrañas se abrían. Pregunte qué pasaba, y me contestó que su pene estaba dentro mío. Fue de a poco, obviamente. Me dolió, pero me aseguró que me gustaría, y que con el tiempo me acostumbraría. Recuerdo muy bien que me dijo:

– He visto como te quedas mirandolo siempre que me paseo por la casa. Y he visto también como lo masajeas en la ducha. Es hora de que sepas lo que es tenerlo dentro.

No les mentiré. Fue maravilloso. Ese día fui penetrado por primera vez, y comencé con mi tío una hermosa relación sexual, se diría que fue una relación tipo paternal-sexual que duraría 13 largos años. El entonces tenía 32. Yo 7. No hubo día en que no me penetrara, y también practicabamos a diario el sexo oral. Solía hecharle a su pene todo tipo de exquisiteces (crema, salsas, etc) y así disfrutaba más mi premio. Era rico cuando las salsas se mezclaban con el semen, un sabor unico que me volvía loco.

Cuando llevábamos 3 años de relación, nos juramos el uno al otro que siempre estariamos juntos, y sellamos nuestro amor con un lazo, una tira roja que amarramos a nuestra muñeca. Aquel dia hicimos el amor como nunca, y ya en la noche, mientras yo, con 10 años, descanzaba con mi cabeza apoyada en su pecho ancho y peludo, pensaba que esa era la vida que quería, que lo amaba y que deseaba tenerlo conmigo para el resto de mi vida.

La rutina se volvió mágica para mi. Cada mañana solía despertarlo mamando su hermoso pene que siempre amanecía erecto. Luego me cogía y terminabamos en la ducha. A las 8:00 me iba a la escuela, y volvia a casa a las 15:30n donde debia esperar a que el llegara del trabajo a las 18:30. Por la tarde soliamos hacer distintas actividades (ejercicio, bicicleta, mirar una pelicula, etc), pero lo mejor es que siempre había un toque erótico en lo que hicieramos. El solia estar desnudo, y yo por supuesto no dejaba pasar oportunidad para lamer su verga y sus huevos. Nos besabamos mucho por entonces. Ya en la noche haciamos el amor en la cama, o nos metíamos en la tina. Todo era muy rico.

La relación terminó cuando yo tenia 20 años. A pesar de dejar de vivir juntos, hasta el dia de hoy (tengo 27) hemos tenido encuentros casuales, donde recordamos viejos tiempos. Puedo decir con certeza que, a pesar de haber tenido muchas parejas desde entonces, él ha sido el gran amor de mi vida.