la segunda vez con daniel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Luego de una semana viéndonos en el colegio, peso sin hablarnos, Daniel me llamó una tarde a mi casa. El mensaje fue claro: “Estaré solo el fin de semana”.
Como era día jueves, la ansiedad para que llegara el viernes se apoderó de mí. Me prepare durante 24 horas. Comí poco, y me depile los pocos pelos que tengo en las piernas. Les conté a mis padres que Daniel estaría solo el fin de semana, y como no era la primera vez, no se extrañaron cuando les dije que pasaría tres días en su casa.
Llegó el día y a las 18 horas de ese viernes toqué el timbre. Me abrió la reja eléctrica y pase. ME abrió la puerta de la casa y le pregunté “ ya estás solo?”. Me agarro fuertemente de la cintura, y mientras con el pie cerraba la puerta, me plantó un beso muy profundo… lo que contestó automáticamente mi pregunta.
Sin dejar de abrazarnos y besarnos nos dirigimos al living. Dios, como me besaba, mi verga palpitaba ya entre mis piernas, y lo mejor de todo, sentía como la suya también lo hacía. Nos tiramos en el sillón a comernos la boca…”te extrañé” le dije…él me dijo: “Barbie, no he dejado de pensar en ti en toda la semana”
Me senté a horcajas sobre el y aunque estábamos con ropa, yo me movía como se follaramos… metió su mano bajo mi polera y empezó a acariciarme los pezones… me tenía loco… De pronto paró y me dijo: “vamos a hacer algo que llevo pensando toda la semana”. Me corrió para el lado y se fue a buscar algo. Mi corazón latía fuertísimo, pero mi calentura me llevo a quítame toda la ropa mientras el no estaba. Cuando volvió venía con una bolsa de tienda en la mano, y al verme desnudo dijo “veo que acortaste el camino”, a lo cual solo reí.
Me dijo “tengo unos regalos”. Abrí la bolsa y vi algo que me excitó a mil. Pantis con encaje, un peto, un calzón de hilo dental y tacones rojos. Todo para mí? Le pregunté…”para nosotros” dijo el.
Delante de él y sin perder un segundo, me puse el peto. Luego abrí la bolsa de las pantis y me las puse, para terminar con el calzón. Los zapatos me apretaban algo, pero era tal mi calentura, que me los puse igual y comencé a modelar delante de él. Ahora me sentía realmente Barbie, y aunque nunca había pensado hacer de mujer, el calzón difícilmente escondía mi crecida verga.
Luego de un par de vueltas por la pasarela imaginaria, volví a montarme a sobre él, pero esta vez era distinto: Mis gemidos eran más agudos, mis movimientos más sensuales. Nos comíamos la boca mientras el apretaba mis nalgas con una mano, y con la otra acariciaba mi espalda.
Levante mi peto y comenzó a comerme las tetillas (o las tetas de Barbie)…No aguante más y me baje con la intención de comerle la polla. Abrí su pantalón y salió el objeto de mi deseo. Comencé lamiéndole la cabeza en forma circular, para luego lamerla desde la base a la punta. El gemía mientras acariciaba mi cabeza…”Oh, Barbie, eres la mejor”. Luego me la metí a la boca mientras que con una mano le acariciaba los cocos…que sabor, que dulce manjar era su verga en mi boca. Le Bajé los pantalones sobre la rodilla y dándole la espalda, comencé a empujar para que su verga entrara en mi culo. Nuevamente el dolor apareció, pues parece ser que ahora más tranquilo su verga era más grande. Pero era la segunda vez, y el dolor fue menos. Mis nalgas chocaron con su entrepierna, signo de que ya estaba totalmente dentro de mí.
Paso su mano izquierda sobre mi muslo y me agarro la verga, mientras yo me sentaba sobre él. “ay, Daniel, soy tu perra” “dame más adentro” eran mi forma de decirle que estaba disfrutando como una perra. El sonido de su verga húmeda contra mis paredes anales era exquisito. Me sentía lleno y pleno. Daniel me agarraba la verga…
Me dijo, cambiemos, y me puse en cuatro en el suelo. Abrí con mis manos mi culo y se lo ofreció. Su glande entro lentamente, para dar paso al mástil. Nuevamente sus cocos y pelos contra mi culo fueron señal que lo tenía dentro. ME agarró las caderas y me empezó a bombear…Ya no podía hablar, solo gemía….él me decía “exquisita, eres una perra”…. De pronto, cuando su pene empezó a dar espasmos, lo sacó y en menos de 1 segundo sentí como me llenaba el culo de leche.
Me dejo así, en cuatro patas con el culo en pompa….Y metió su mano entre mis piernas mientras me acariciaba la espalda, el culo y el ano. Su paja me hizo correrme rápido entre gemidos, mientras me besaba la espalda.
“y eso que recién e viernes” dijo….el fin de semana recién comenzaba.
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