La sorpresa

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Soy casado, mi esposa hace tiempo se busco un amante, pues decia que yo no la llenaba, y es cierto pues tengo predileccion por los hombres.

En ocasiones salia, y me decia que no la esperara, pues llegaria tarde. Pero ya sabia yo que saldria con su amante, esas noches me masturbaba pensando en que mientras yo estaba en mi cama, a ella se la estaba cojiendo su amante, el solo pensarlo me calentaba demasiado.

Cierto dia, debido a un corte de luz en la oficina, me retire temprano a casa, al llegar a casa, me percate de que frente a la puerta se encontraba un auto que yo no conocia. Ingrese y me dirigi a mi rercamara, de donde salian ruidos cachondos de mi esposa, al abrir la puerta lo que vi me dejo perplejo.

Mi esposa se encontraba dandole sexo oral al descomunal pene de su amante, al verme ella se separo y pude admirar el cuerpazo de su amante. Intente reclamarle su actitud, pero no podia separar mi vista de ese enorme falo que se estaba comiendo mi esposa.

Al ver mi reaccion, ella me pregunto,- ¿ te gusto la verga de mi macho verdad?- yo aun sin palabras solo movi la cabeza de manera afirmativa. Ella con una risita sarcastica, solo comento – ¡ya sabia yo que eras un puto de primera!, ven acercate para que veas lo que es un verdadero hombre-

Instintivamente me aproxime a la cama y mi esposa me ordeno -Volteate y bajate el pantalon para que te vea tu trasero Ivan, a ver si se le antojan tus nalgas- Obedeci y me baje los pantalones, ofreciendole a Ivan mi trasero, el me comenzo a acariciar las nalgas y me pregunto.

-¿ Haz probado la verga ?-

– No, nunca he estado con un hombre –

– pero si se te antojo mi camote ¿verdad?-

– No habia visto una tan grande –

En esto, mi esposa intervino diciendo – Ven mi amor, arrodillate para que le des una buena mamada-

– Deveras me vas a convidar-

– Andale, dale rienda suelta a la putita que llevas dentro-

Por fin me anime y como una puta golosa me meti en la boca ese supergarrote, comenzando una fenomenal mamada. Aunque nunca habia tenido un pene en mis manos, recorde lo que habia visto en las peliculas porno y logre que Ivan se exitara hasta lograr un orgasno inundadndo mi cara de semen.

Me encanto la sensacion de dureza, calor, sedocidad y su olor a macho, y me comporte como una zorra, volvi a la carga, hasta que logro una nueva y mas tiesa ereccion.

Al verla mi esposa, me comento -Me saliste toda una puta cojelona, ahorita vas a saber como se siente tener una verga adentro-

– Si, quiero que veas como le entrago mi virginidad a nuestro Papucho. Quiero que me hagas tuya Ivan meteme la verga y convierteme en tu puta; cojeme por favor.

Al verme tan caliente, Le dijo a mi esposa, ve como le meto la verga al puto de tu marido, pero antas me tiene que suplicar.

Ivan me puso sobre sus rodillas y me comenzo a dar una tanda de nalgadas muy fuerte mientras me decia

-Siplicame perra, dime que quieres verga-

– Por favor meteme la verga, demuestrale a mi mujer lo puto que soy, de hoy en adelante solo tu te cojeras a mi esposa, y yo sere tu puta, pero ya metemela.

– Suplica mas puta.

-Por favor, no me hagas sufrir mas, ya no soy hombre soy puto, me gusta la verga, y cada que tu lo desees sere tu puta, pero metemela ya.

Mi esposa saco unos condones de la mesita, se lo puso en la verga mientras me ordenaba lubricarme el culo para prepararme. Depues de esto, me puse en cuatro patas ofreciendole mi culo a Ivan.

Cuando por fin me la metio, senti que me moria por el dolor, el cual fue pasando poco a poco y comence a disfrutar las arremetidas de esa gran herramienta, mientras mi esposa observaba y se masturbaba viendo a su marido convertido en una puta a las ordenes de ella y su amante.

A partir de esa fecha, tengo ordenes de mi esposa de estar dispuesto para atenderlos en lo que se les ofresca, y solo usar ropa interior de mujer en todo momento, para estar segura e que no salgo con mujeres, a cambio puedo disfrutar de las arremetidas sexuales de Mi Macho Ivan. Nunca he vuelto a tener sexo con una mujer, solo con Ivan y mi jefe de oficina, quien sabe que me he vuelto maricon.