La unión de los novios Part 2 – La señora de la limpieza y el accidente
Esta ocasión me pasa un accidente que nunca olvidare.
Espero que la historia este siendo de tu agrado, mi telegram es @DanDanielcazdor por si gustan dejarme un mensajito
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Esa noche sentía ardor en mi culo, pero también quería seguir sintiendo el placer que me daba la verga de Don Serch en mi culo y quería seguir sintiendo el placer que me daba su verga en mi culo, pero mis papás no me dejaron quedarme a dormir en casa de Don Serch, solo me dejaban quedarme a dormir con él los fines de semana, pero entre semana no me daban permiso. Al siguiente día como era de costumbre tenia que regresar de la escuela con Carolina para que comiera con Don Serch y conmigo y cuidarla, primero paso al local con Dafne para que la saludara y llevármela al departamento de Don Serch. Don Serch ese día le tocaba estar de vigilante, así que lo encuentro en el cubículo.
Don Serch: ¿cómo les fue en la escuela?
Carolina: muy bien señor
Daniel: bien Don Serch, gracias
Don Serch: Carolina, adelántate al departamento toca la puerta y te va a abrir tu abuelita, ahorita te alcanza Dany
Carolina: no, lo espero
Don Serch: Obedece, necesito hablar a solas con mi bebé
Carolina se va y yo me quedo pensando en por que la abuelita de Carolina estaba en el departamento de Don Serch. Don Serch me explica que Doña Iveth la abuelita de Carolina y mamá de Dafne empezó a trabajar con él haciendo el aseo del local y de su casa y aparte de hacer la comida para nosotros, debido a que la familia de Dafne estaba pasando una mala racha económica y es por eso que le dio trabajo a su mamá para que puedan mejorar económicamente, pero doña Iveth tenía ciertas reglas, entre algunas que recuerdo era que no me podía regañar, no podía entrar al cuarto de Don Serch ni hacer limpieza, no tocar los electrodomésticos que estaba arreglando Don Serch, y no mover ni un solo tornillo, cable etc de su desorden de la mesa donde se ponía arreglar sus electrodomésticos.
En ese lapso Don Serch y yo tuvimos muchos encuentros sexuales donde ya me metía la verga completa en mi culo y yo me volví adicto a las metidas de verga de Don Serch, pero con el tiempo Doña Iveth se sintió la dueña del local y de la casa de Don Serch, ya que Don Serch a mi hermano y a mi no nos cobraba por usar computadoras de su local, Don Serch siempre hacia su despensa personal y entre su despensa personal metía cosas que me gustaban a mi como jugos, yogurts, dulces, en cuestión de comida sabia que yo el pollo solo comía la piernas o el muslo y doña Iveth empezó a tomar cosas de la despensa de Don Serch para dárselas a Carolina, como si Carolina debía tomar un solo jugo de la despensa de Don Serch y yo podía tomar los jugos que quisiera, cambio eso, ahora yo solo podía tomar un solo jugo y Carolina los que quisiera y aparte su abuelita le metía dos jugos extras en su mochila porque cuando no estaba en la casa de Don Serch ella se le antojaba y por eso se llevaba mis jugos, la pierna y el muslo de pollo se lo comía Carolina y yo me tenia que conformar con la alita o alguna otra pieza de pollo menos la pierna o muslo. Todo este asunto me llego a enojar mucho y se lo mencionaba a Don Serch, pero Don Serch siempre las defendía diciéndome que ellas a lo mejor estaban deseosas de cosas que no se podían comprar y que les tuviera paciencia.
Hasta que un día yo ya no aguante este asunto, yo exploto, esto pasa justo cuando Carolina y Doña Iveth rompen una de las reglas que había impuesto Don Serch, mi salida de tener una privacidad de Doña Iveth y de Carolina era el cuarto de Don Serch, esa vez me enoje por que Doña Iveth lanzo una hablada sobre mi hermano y de mi hermano, diciendo que existía gente que abusaba de la bondad de Don Serch no pagando lo correspondiente del uso del internet y que todavía le hacíamos comprar despensa innecesaria para gente mal agradecida y mal educada, yo solo me levante de la mesa y me fui al cuarto de Don Serch, pero Carolina quería jugar conmigo y yo no quería lo cual la puerta del cuarto de Don Serch se encontraba cerrada y Carolina tocaba la puerta para que le abriera pero no le abría, cosa que le molesto Doña Iveth y fue y abrió la puerta del cuarto de Don Serch y entro y mete a Carolina al cuarto.
Doña Iveth: Niño no escuchas que mi nieta quiere jugar
Daniel: no quiero jugar
Doña Iveth: Carolina quédate aquí y juega con él y si no quiere jugar contigo me dices
Daniel: Señora se le olvida que aquí no pueden entrar
Doña Iveth entra al cuarto y se sienta en la cama
Doña Iveth: ¿y quien me va a sacar?
Daniel: …
Doña Iveth: con razón Don Serch no me deja entrar aquí, esta muy sucio y huele feo este cuarto
Daniel: señora salgase o le diré a Don Serch que entraron al cuarto
Doña Iveth: pareces una niña chismosa, corre y dile, no creo que nos diga algo
Me levanto de la cama y salgo de la casa de Don Serch a buscarlo, pero para mí desgracia no estaba en su cubículo, Don Serch se había ido arreglar un refrigerador a algún vecino y yo no lo sabía, así que prefiero irme a mi departamento en vez de regresar a la casa de Don Serch. De rato Don Serch va a tocar a mi departamento.
Don Serch: bebé me espantaste, te estaba buscando por toda la unidad y no se me ocurrió que podrías estar aquí
Daniel: si aquí estoy, es que no quise regresar a su departamento por que esa señora en verdad que me cae muy mal
Don Serch: pero no hizo nada malo bebé, ya me dijo que te enojaste por que entro al cuarto y ella solo quiso barrer y trapear el cuarto
Daniel: no es cierto Don Serch ella se enojó porque no quise jugar con Carolina y entro al cuarto y me dijo que nadie la podía sacar de su cuarto y hasta se sentó en su cama
Don Serch: bebé no creo que ella haga eso
Daniel: es verdad, cuando está usted conmigo ella es muy amable, pero cuando no esta me hace cosas y hasta dijo que éramos unos encajosos mi hermano y yo por no pagar el uso de sus computadoras del local
Don Serch: ¿enserio dijo eso?
Daniel: si
Don Serch: mañana descanso y hablare con ella, baja al cubículo hacer tu tarea
Daniel: ¿Carolina va a estar?
Don Serch: no, como te fuiste su abuelita se la llevó a su casa, así que estaremos solitos
Me bajo con Don Serch hacer mi tarea y empezamos hacer travesuras en su cubículo, se la mamaba, lo masturbaba y el me tocaba las nalgas y el culo. Al siguiente día Don Serch le reclama a Doña Iveth del comentario que hizo de que yo y mi hermano abusábamos de su confianza, y le dijo que los juegos y la comida que había en su casa era para consumir en su casa y no para llevar, Doña Iveth dijo que yo mal interprete el comentario que era para algunos clientes que Dafne había dicho que luego se van sin pagar y que no volvería a pasar que se llevaran comida del departamento de Don Serch a su casa.
Don Serch: Bebé mañana es mi cumpleaños, ¿me acompañaras a festejarme?
Daniel: Si Don Serch mis papás ya me dieron permiso, ¿haremos lo de siempre?
Don Serch: si bebé
Carolina: Yo también quiero ir
Don Serch: Lo siento Carolina, pero tu no puedes venir, ya que donde vamos es un lugar que solamente los hombres podemos pasar y no pueden pasar mujeres ni niñas
Doña Iveth: ¿a dónde van?
Don Serch: vamos a un baño de vapor exclusivo para hombres, me gusta mucho el baño de vapor por que me relajo mucho
Doña Iveth: pero por aquí no hay baños de vapor
Don Serch: no, nosotros vamos hasta el distrito (nombre del estado de CDMX antes de llamarse así)
Doña Iveth: pero no te preocupes Carolina, pasado mañana le entregas el regalo que le hiciste a Don Serch
Carolina: si está bien
Llega el día del cumpleaños de Don Serch hacemos el tradicional festejo de ir al vapor a tener sexo y relajarnos y después ir a su restaurante favorito y como siempre en la noche mis papás le compran su pastel y mi mamá hace atole para acompañar el pastel y nos la pasamos con Don Serch un rato, yo les pido permiso a mis papás para quedarme a dormir con Don Serch y se niegan, pero Don Serch les pide permiso a mis papás para que me dejen quedarme a dormir con él y terminan por darme permiso.
Don Serch: bebé ¿quieres jugar beisbol otra vez?
Daniel: si
Don Serch: quítate la ropa
Nos empezamos a desnudar y yo empiezo con mis mamadas, a chupar los pezones, sus axilas y Don Serch me empieza chupar el culo y me pide que le mame otra vez la verga y que le deje mucha saliva en su verga para metérmela, empiezo a montar a Don Serch y los dos gemíamos, Don Serch cambia de posición de patitas al hombro y empieza otra vez el mete y saque yo como siempre estaba en la gloria, estuvimos por un rato hasta que nos llega un olor extraño pero ignoramos el aroma y Don Serch seguía con el mete y saca, (a los que hemos sido pasivos puede que esto les suene similar pero la penetración es como una sensación de hacer de la popó pero de una forma diferente, como si hiciéramos popó pero al revés como si hiciéramos popó por dentro, o no sé como explicar esa sensación) yo me confíe de esa sensación pero cuando Don Serch saca su verga para cambiarme de posición no solo sale su verga si no sale mi propia popó y obvio siento como salió de mi cuerpo
Daniel: Don Serch, discúlpeme
Don Serch: no pasa nada bebé, no te preocupes
Daniel: es que no creí que me anduviera del baño
Don Serch: ya te dije que no pasa nada bebé
Al revisar, veo la verga de Don Serch llena de mi popó, y obvio manche las sabanas de mi propia popó y yo me apeno mucho y Don Serch lo nota.
Don Serch: jejeje no pasa nada bebé fue un accidente, además recuerda que nosotros nos vemos cuando cagamos y hasta olemos nuestros pedos y nuestro aroma de caca, no pasa nada
Daniel: yo mañana lavo la sabana
Don Serch: no yo lo lavo, ya te dije que no pasa nada bebé fue un accidente
Don Serch me abraza y me besa
Don Serch: no pasa nada bebé, no tienes por que preocuparte deja traigo algo para limpiar, y yo mañana lavo la sabana, mejor ve al baño hacer bien del baño, mientras yo limpio, y ahorita nos metemos a bañar para estar limpios de nuevo y seguimos.
Yo me voy al baño a vaciar mis tripas, mientras Don Serch limpiaba.
Don Serch: vamos a bañarnos bebé
Daniel: lo siento mucho Don Serch
Don Serch: bebé ya te dije que no pasa nada, anda vamos a bañarnos
Nos metemos a bañar y Don Serch quiere seguir teniendo sexo, pero yo ya no quise, debido al accidente vergonzoso que tuve. Lo cual Don Serch se resigna me abraza y nos quedamos dormidos. Debo aclarar que siempre Don Serch y yo dormíamos abrazados.
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