La vida de mi hijo adoptivo parte 7
Todavía es demasiado pequeño para entender los actos que está realizando o se están realizando sobre él..
La vida de mi hijo adoptivo parte 7
Está historia es ficticia.
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El día transcurre normal, hacemos cosas en la casa, y le digo que haremos unas compras.
Ya en el centro comercial vamos al área de ropa infantil, le seleccionó alguna ropa cómoda y otra para la escuela.
No podía faltar la ropa interior, mientras el se probaba lo demás le escogí unos calzones de su talla y unos más pequeños para nuestros momentos de ‘juego’ que lo hicieran lucir más putito.
Así llegamos a la casa y fuimos a cenar al comedor y despues a la cama… Caímos rendidos.
Me despierto alrededor de las cuatro de la mañana, los sonidos de disparos resonaron en mi cabeza. Miro a mi alrededor y la habitación está en silencio.
Isra está acostado a un lado de mi en una posición que parece muy incómoda: su pecho presionado contra el colchón de rodillas y su pequeño culo hacia arriba en el aire.
Me doy cuenta de que nunca le quité los pantalones por completo, así que me acomodo detrás de él y tiro de ellos jalando también sus calzoncitos sobre sus pies y los lanzo al piso. Ni siquiera se mueve, en lugar de eso, se acuesta suavemente en la misma posición.
Incluso en la oscuridad de la habitación, puedo ver su culo abierto y expuesto, su hermoso ano de niño. Me inclino para hacer una inspección más cercana, inhalando su olor, saco la lengua y la deslizo sobre su agujero…su pequeño cuerpo se estremece por la sensación, lo hago de nuevo provocando la misma reacción.
Abro más sus piernas y me coloco entre ellas, me agarro mi verga que está durísima y apunto la cabeza a su hoyito.
Mis deseos están ganando mientras agarro la pequeña cintura de mi hijo adoptivo, empujando mi verga contra su agujero increíblemente pequeño.
La cabeza de mi miembro presiona hacia adelante tratando de abrirlo.
El gemido de Isra me devuelve la realidad; suelto sus caderas, me alejo y salgo de la cama. Y escucho salir de su voz:
» Por qué te detienes Papi?»
Dejé escapar un pesado suspiro.
Ni siquiera estoy seguro de que sepa lo que dijo, pero me encantó.
‘Es hora de ser padre’, suspiro para mis adentros mientras me acuesto en la cama.
Se acurruca cerca de mí,descansa su cabeza en mi pecho y juega con el vello que tengo. Pone su pierna pequeña sobre mi muslo grande, así que me estiro.
para acariciar su pierna. Él gime como yo, no puedo soportarlo más, así que me muevo entre sus piernas separándolas y luego pasar mi lengua a lo largo de
su muslo interno hasta llegar a sus testiculos causando que el niño se estremezca y su pequeña verga se endurece casi al instante.
Lamo su pequeño saco de bolas antes de tragar su pequeño pene en mi boca mientras Isra gime con la cabeza rodando de un lado a otro y las piernas retorciéndose.
Continuó chupando, pasando mi lengua sobre su verguita lamiendo sus bolas, deslizando mi lengua hasta abajo para volver a subir. Me meto de nuevo su pene en mi boca, mientras el gime y se retuerce por las sensaciones que siente a través de su pequeño cuerpo.
Lo observo mientras se acerca más y más al orgasmo, pero me detenga y me subo para besarlo.
Se queja, sabe que lo que estoy haciendo lo hace sentir bien, pero no puede articular lo que necesita. Sigo besándolo y bajo por su pecho, chupando sus diminutos pezones, los muerdo un poco y avanzo deslizando mi lengua por su vientre antes de llegar a su ingle sin pelo.
Vuelvo a meter su verguita en mi boca, chupándola lenta y tranquilamente, sintiendo como vuelve a aparecer su orgasmo y justo cuando está a punto de explotar vuelvo a subir para
besarlo de nuevo. Su gemido es más fuerte esta vez con un toque de frustración, justo lo que estoy buscando.
En el transcurso de una media hora sigo llevándolo al borde y luego paro, esto hace que este sumamente excitado y desesperado porque lo deje acabar; está jadeando, retorciéndose, tratando de tocarse a sí mismo, pero le inmovilizo las
manos a la cama.
«Tranquilo, bebe», le digo mientras su creciente orgasmo se retira lentamente.
«P-p-a p i» tartamudea teniendo dificultad para formar palabras «Necesito…»
pero no sabe lo que necesita.
Todavía es demasiado pequeño para entender los actos que está realizando o se están realizando sobre él.
«Dime qué necesitas, bebe», le pregunto de nuevo mientras sus jadeos se tranquilizan.
«Yo …necesito orinar», dice.
«No, no hijo», es todo lo que digo.
Quitó mis manos de sus muñecas e inmediatamente se inclina para tocar su penecito, no sabe por qué solo sabe que eso lo hará sentir bien, pero le aparto las manos de un manotazo indicándole que no se toque,
mientras llego al buró y agarro el lubricante.
Está respirando normal, su orgasmo ha bajado de nuevo, me lubrico el dedo medio y lo meto en su ano. La punta se desliza dentro, Isra gime y se retuerce cuando empujo pasando su cavidad anal, deja escapar un gemido cuando empujo más adentro, siento su interior suave y caliente succionado mi dedo.
Empujó todo mi dedo hasta encontrar su próstata, la cuál sobó causando en el un gemido y se retuerce cómo puta en celo.
«¿Estás bien bebe?» Pregunto mientras él jadea , pero asiente con la cabeza.
Saco mi dedo y lubrico un segundo, presionando ambos en su ano, una vez que entran le provocan un gemido más fuerte. Empujo más profundo encontrando su próstata de nuevo y masajeandola, haciendo que su espalda se arquee mientras deja escapar un grito, no de dolor si no de puro placer.
Decido que llegue al orgasmo, así que chupo su penecito duro, succionado tanto que sé que no durará mucho. Isra empuja sus caderas en mi boca, y baja, al hacerlo, se estrella contra la cama
cogiendo su propio agujero en mis dedos, los cuales mantengo firmes, cada movimiento de cadera que hacer se penetra en mis dedos.
Dejo de chupar y empiezo a masturbarlo con mis dedos mi mano libre diciendo:
«Eso bebé , tragate esos dedos con tu ano».
Está tan cerca que puedo sentir como su agujero se está apretando, su verguita se contrae mientras todo su cuerpo se agita en el aire, luego se estrella contra la cama, mis dedos empalan su apretado agujero mientras grita y se retuerce tratando de expulsar el fluido que todavía no produce.
Retiro suavemente mis dedos de su sensible hoyo, lo que hace que se retuerza y gima.
Mientras voy a lavarme las manos con la intención de que me chupe la verga ya que quede bien caliente, pero cuando vuelvo está profundamente dormido. Lo cubro con las cobijas y me voy a la sala
Empiezo a masturbarme pensando en lo que será cogerme su dulce agujero. Antes de que pueda terminar escucho pasos frente a la puerta de la casa.
Max entra a la sala viéndome con mi verga bien dura en la mano, él
sonríe mientras lo miro y digo:
«ponte de rodillas y chúpala».
Continuará…
Esta historia me da la vida, espero que dure
100% de acuerdo, esta serie es de las mejores, Los personajes me fascinan y cada escena me pone durisimo. Ojala que dure muchos capitulos mas.
Felicitaciones, Amarano!!!
Hola muchas gracias!!! Espero sigan disfrutando de la historia! Saudos
Hola acabo de leer toda la serie de relatos y hasta hoy me atrevo a escribirte la verdad está buenísima me encantan los personajes y como vas llevando la historia mucho morbo mucho sexo rico porfavor no tardes en regalarnos la siguiente parte. Contiua
Gracias por tus comentarios! Me da gusto que te esté gustando