La vida en el campo 6
La familia Martínez sella su destino.
Notas del escritor.
- Esto es ficción, fantasía y mucho morbo, tristemente, es algo que podría estar sucediendo en algún poblado alejado de cualquier país en vías de desarrollo.
- Me disculpo por las faltas de ortografía y redacción.
- Intento hacer relatos breves, pero a veces simplemente me dejó llevar .
- Me gusta leer las opiniones, si te gusta lo que lees, comenta, si estás siguiendo la serie, comenta las demás entregas también.
- De ninguna manera busco ofender a nadie, de verdad, esto es, como dije, ficción y fantasía, si no te gusta lo que escribo, lo entiendo.
La buena vida y la poca vergüenza… Sexo de todo tipo sin control, sin moral y sin consecuencias, la vida en el campo tiene lo suyo, tu esposa, la esposa de alguien más, la puta del pueblo, alguna monja, la hija de tus vecinos, tu propia hija, gallinas, burras, alguna perra, si tienes otro tipo de intereses basta con cambiar el género, hasta la puta del pueblo, ese seria el sacerdore de turno.
Dormimos algunas horas los 3 abrazados, eran pasadas las 4 cuando la madre de mis pequeños amantes me despertó sacudiendo mi cuerpo con suavidad.
La señora Martínez me contaba la historia de su familia y la suya, parece ser que el sacerdote además de impartir la palabra de nuestro señor, cojerse algunos monaguillos, otros niños incautos con madres abnegadas e ingenuas, también se dedica a la trata de personas.
Comercializa con los hijos indeseados o insostenibles por padres irresponsables, niños y niñas desde recién nacidos hasta los 3 años, algunos de ellos de uso único, no sé si me explique, otros terminan en el extranjero como pequeñas prostitutas, ambos secos, da igual.
Otros más, los menos agraciados, terminan en fincas como trabajadores y esclavos sexuales, como los que tengo yo.
Todos los padres de familia de aquí tienen el mismo origen, sus padres los vendieron a cambio de algunas herramientas, algo de grano y unas migajas de dinero, no valen mucho por ser feos.
Hombres y mujeres por igual criados por el cura para ser pequeñas putitas mamadoras de verga, sus culitos fueron entrenados para recibir verga desde muy pequeños, eso sí, la virginidad anal y en el caso de las niñas ambas, se las queda quien los compra, el cura solo los amansa.
Su relato me puso la verga tiesa como muerto y caliente como el infierno, al estar desnudo frente a ella pude ver sus ojos de deseo, pero apesta, no sé cómo me la pude coger aquel día.
Le ordene irse a su casa a darse un baño, a partir de ahora la quería limpia todos los días, lo mismo para todos los miembros de su familia, avergonzado me pidió permiso para irse, pero antes le di otra instrucción, quería a ella, su esposo y al menor de sus hijos vestido de niña limpios a las 8 de la noche, asintió con la cabeza, despertamos a su hijo y me dejó a solas con mi favorita.
Desperté con suavidad a mi pequeña amante, sus rasgos, diferentes a sus padres me intriga, ella es bonita, no es una belleza, pero es bonita.
La chiquilla sonríe cada vez que la despierto a besitos, se retuerce en la cama como cachorro a la mínima muestra de afecto.
Su cuerpo desnudo, todos los orificios profanados, la suavidad de su piel me excita, su aroma me envenena, los primeros 6 años desquite y tuve cantidades de sexo suficientes para 3 o 4 vidas, todas esas experiencias con mujeres de otros, sus esposos cornudos observando, limpiando mi pene, cogerme sus varoniles años frente a sus familias, penetrar todos esos orificios de menores, esa como consumir cocaína todos los días.
En el baño lave el pequeño cuerpo de mi amante, era inevitable tener una erección que punzaba contra su cuerpo, mis dedos urgando en sus orificios, escucharla quejarse, esa vocecilla de niña indefensa.
Me ardía en el alma no haber sido el primero, sus padres pagarían el precio por eso, no importa que no haya Sido su culpa.
Después de comer deje a la pequeña ver televisión y me enfoqué en lo mío, anciaba conocer al resto de las familias y al sacerdote proxeneta pederasta homosexual, hombre de Dios que espero lo tenga en su gloria.
Esa tarde me puse en contacto con él, le di las gracias por todo, aliviado de saber estaba en el barco me ofreció visitarme para tener una charla más amena, acepté su oferta solo si esa charla incluía poder cogermelo por el culo, venirme en su boca y se tragara mi semen, jodido puto aceptó.
Puntuales a las 8 llegaron mis 3 invitados a quienes esperabamos desnudos, mi favorita sentada en mis piernas exponiendo su vulvita de 7 años con mi verga bien parada y babeando recostada en mi estómago demostrando el vínculo de confianza que se había formado entre nosotros.
En esa posición sus padres se arrodillaron para tomar turnos mamando mi verga, la chiquilla sonríe al ver a sus padres comerse la verga que la terminó de romper.
Parado en medio de la sala, solo, vestido de mujer aguarda el pequeño niño Martínez, sabe que está noche le tocará de nuevo.
Sin dejar que los padres lo vean le sigo al niño se ponga a gatas y con la faldita en la espada, justo como la vez anterior, a 3 metros de mi pude ver su culito aún rojo de la cojida de la noche anterior, pero lo que más me gustó fue su obediencia, ya no me veía feo, ya no protestaba, solo obedece.
Teniendo el rifle bien ensalivado le pedí al padre que cargara el cuerpo de su hija y a la madre que apuntara mi verga al culito.
Sosteniendo mi miembro por la base la madre pudo ver como mi verga entró poco a poco en el culito de su hija, el padre hizo un excelente trabajo bajando despacito a su hija dándole tiempo al culito de expandirse.
Gruñidos de dolor se escapan de la niña que es empalada en mi verga hasta la base por sus propios padres, suspira de alivio y dolor al saber que ya había entrado toda.
Antes de seguir con la violación anal de mi favorita le pedí a los padres que me contarán su historia, primero las damas, así mientras disfruto el calor y presión del canal anal de mi favorita, la madre me cuenta lo que sabe de su vida, pero necesito más y el padre ve con ojos de lujuria el culito de su hijo.
Disfruto sodomizando a una menor de 7 años, el padre hace lo mismo con su hijo de 6 a quien prepara escasos metros de mi lamiendo el irritado orificio, profana a su hijo con su dedo dejando saliva deslizarse a las profundidades, mientras eso pasa, la madre me cuenta su historia.
Es la menor de una familia de 12, 3 de sus hermanas ya han sido vendidas, ella será la siguiente y solo tiene 3 años.
No tiene recuerdos exactos, pero en algún momento llegó a la iglesia y estuvo a los cuidados de las monjas y el sacerdote.
De los 3 a los 5 aprendió a mamar puchas, vergas, culos, huevos y todo lo que le ponían en frente, más de una vez vómito, algunas veces por la peste de loa genitales, otras por la peste de los culos, otras más por qué empujaban las vergas muy profundo en su pequeña garganta de infante.
En su 5to cumpleaños fue traída a la finca, ya había otros niños, todos más grandes que ella, esa noche el anterior dueño le reventó el culo sin piedad, las monjas la habían entrenado con dedos, pero una verga es otra cosa, le escupió el oscuro agujero, la perforó un par de veces con uno y después dos dedos, finalmente sin avisarle o darle tiempo a reaccionar la violó de un empujón que la hizo gritar.
Un gemido suave alertó a todos, el señor Martínez penetró a su hijo por el culito, le decía cosas sucias, es evidente que su hijo es su juguete favorito, lo coje con pasión, insultos, comenzó a llamarlo su puta, era evidente su felicidad al ver a su hijo «transformado» en una nena, supongo que reafirmaba su hombria o algo.
La mujer siguió con su historia, el anterior dueño disfruto de su virgen ano por unos minutos y se vino muy adentro de ella depositando su semen que se mezclo con sangre y heces.
Esa noche el sacerdote estaba presente, su actual esposo de en ese entonces 9 años mamaba con ahínco la verga de su mentor, al terminar su primer violador, el sacerdote apartó al pequeño y con paso veloz se subió a la cama, pidió permiso al dueño de la niña quien se lo concede y sin miramiento ensartó su verga en el recién deflorado ano de 5 años batiendo en su interior la sangre, semen y heces.
Impresionado por el relato de la madre abracé a mi pequeña amante, en la sala el padre eyacula con fuerza en el ano de su pequeño quedando exausto y escurriendo sudor, el pequeño por su parte resopla con el rostro rojo por el esfuerzo de recibir los empujes y el peso de su padre.
Antes de seguir con la escena besé a mi pequeña en la boca, poco a poco vamos entendiendo como besarnos, su aliento de niña, la pequeña lengua, todo en ella es delicioso, tanto como su culito que aprieta mi verga incrustada hasta el fondo de su gruta anal.
Consternado por el poco parecido de la menor con sus padres la mujer me cuenta que en más de una ocasión ha tenido sexo con hombres que van de paso o con huéspedes del anterior dueño, la mejor es hija de alguno de ellos.
Maricon, cornudo y sumiso, el señor Martínez me cae bien, motivado por la conversación le dije que seguiría cogiendo con ella de vez en cuando, pero a cambio necesito que sea la puta del pueblo, necesitamos dinero extra para algunas cosas, y de paso, le dije que promocionara a su otra hija, a esa putilla le encanta coger pero a mí no me gusta, debemos sacarle provecho a su putería.
Ambos padres agacharon las cabezas y dijeron que sí sumisos, le aclaré al padre que si algún otro hombre quisiera cogerse a su nueva princesa tendría que compartir, si tenía algún problema con eso tendría que lidiar con ello el mismo, de lo contrario me deshaceria de él.
Obediente aceptó, su pequeño y encogido pene goteaba semen dela cogida que le dió a su pequeño, fui generoso con él y le pedí al niño limpiará el pene de su padre con la boca y a su madre le pedí me mamara los huevos…
La historia del padre se las cuento en otra ocasión, el día de hoy tengo dura la verga a mi edad hay que sacar provecho…
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