La vida en el campo VII
Las perversiones con la familia Martinez llegan a su punto maximo .
Notas del escritor.
- Esto es ficción, fantasía y mucho morbo, tristemente, es algo que podría estar sucediendo en algún poblado alejado de cualquier país en vías de desarrollo.
- Me disculpo por las faltas de ortografía y redacción.
- Intento hacer relatos breves, pero a veces simplemente me dejó llevar .
- Me gusta leer las opiniones, si te gusta lo que lees, comenta, si estás siguiendo la serie, comenta las demás entregas también.
- De ninguna manera busco ofender a nadie, de verdad, esto es, como dije, ficción y fantasía, si no te gusta lo que escribo, lo entiendo.
Una vez que pruebas lo prohibido se vuelve en el más dulce de los placeres, imposible de dejar aunque te cueste todo lo que tienes en la vida.
Todos estos años que he estado aquí me han permitido servirme toda clase de manjares, desde duraznos tiernas inmaculadas, hasta manzanas podridas, no sé si me explico.
La noche siguió, esa primera noche la señora Martínez, de en ese entonces 5 años, fue violada sin piedad por ambos hombres, cuando el sacerdote terminó en su mancillado ano, la pequeña descansó unos minutos, en su relato narra como su ahora esposa mamo con ahínco los dos penes de esos hombres.
El niño de 9 años mamo verga hasta ponerlas duras de nuevo, una vez erectas, la pesadilla continúo.
El sacerdote volvió a follar su pequeño y recién desvirgado anoto, ese hombre no toma papaya ni en licuado, le gusta coger culitos, de preferencia tiernos, o que se lo cojan a él.
Mientras la pequeña niña soporta la violación anal, el pequeño niño Martínez se come el ano del anterior dueño, todos los inquilinos saben cómo dar un buen masaje de próstata, años de práctica y una sabía instrucción por parte del sacerdote.
Otros 12 minutos de violación anal y una nueva descarga de semen en su recto marcó el final de su tortura, confesó saber que vendría otra más, pero no se imagino que ahora le tocaba el desflore de su vulvita de 5 añitos.
Con mucho profesionalismo el pequeño niño Martinez recogió con su boca del sueño todo el preseminal derramado por su anterior amo, el sacerdote procedió a recostar a la pequeña boca arriba en su abdomen sujetando sus brazos y tórax.
Su nuevo amo le dió a probar su verga, ella supo que hacer mamando como le habían enseñado para beneplácito de su dueño.
El pequeño niño Martinez le regaló un delicioso sexo oral a la que sería su esposa, un oral cargado de preseminal en su virgen vagina, la mezcla de saliva y nectar de pene lubricaron el exterior e interiores, confesó que disfruto de esa mamada de pucha a sus tiernos 5 años, no con placer sexual, solo cosquillas infantiles producidas por la lengua al tocar el exterior e interior de su coñito.
2 hombres y un niño abusando de una pequeña de 5 años que en ese momento ya había olvidado el dolor anal, por algún motivo, todos los hombres de este pueblo tienen pitos chicos, el mío, como ya les dije, apenas si pasa los 16 centímetros, se podría decir que rosa los 17, no es tan grueso y pese a eso, es un monstruo comparado con todos los penes de la región.
Es decir, en otros lados hay cientos de penes como el mío de largo pero mucho más gruesos, ni que hablar de penes incluso más largos o más cortos, pero mucho más gruesos.
Siempre me levanta la moral saber que soy el hombre con la verga mas grande de la región.
Volviendo al relato, el pequeño niño Martínez se acostó boca abajo en medio de las piernas de la niña, el amo desde arriba apunto su verga a la virgen puchita de 5 años de su futura esposa, el hombre fue testigo de como le reventaron el virgo a su esposa, dichoso él, curnudo maricón de mierda, pero alemos el si pudo probar la virginidad de su mujer.
Abrace hacía mi y hacia abajo un par de veces a mi pequeña favorita metiendo un poco más mi dura verga en su culito estrecho, gruñiditos de incomodidad se escaparon de su boquita, no obstante, inclinaba su culito para canalizar la presión en el lugar correcto.
La madre detuvo su relato a mi petición, le pedí abrazara a su pequeño que se veía muy triste y solo, al mismo tiempo el flamante señor Martínez le dió calor, amor y mucha saliva a mis huevos.
Mientras la madre consuela al recién cogido nene que escurre el semen paterno caliente de su culito, la madre nos contó como su anterior amo tomó su ultima virginidad.
Su futuro esposo sujetaba con fuerza el pene apuntando exactamente a la puchita, el amo abría las piernas y se concentraba en bajar, el sacerdote sujetaba con fuerza a la nena, si bien era un maricón come vergas culo roto amante de los culitos tiernos, particularmente de niños, también era un sádico de mierda que disfrutaba con el dolor de las niñas al ser desvirgadas.
La madre nos narra cómo veía aterroriza los ojos de sádico lujurioso del sacerdote intercalando entre los ojos de su amo que ardían de placer y morbo por reventarle su puchita, su última cuevita virgen.
En primera fila el cornudo maricón de 9 años contempla como la verga hace presión separando los labios vaginales que opinen resistencia luchando por frenar al invasor.
El niño hace fuerza apretado el culito sacando un poco de semen del sacerdote mezclado con peditos.
Los hombres, acostumbrados a esto, mantenían la concentración de lo que hacían.
La madre cuenta que gritó, forcejeó, pataleo, pero nada pudo evitar que la verga de su amo se clavara en su estrechisima y virginal puchita de años.
El chiquillo que ya había visto a su amo cogerse otras niñas, no pudo evitar tener una erección, nuestro señor Martinez es un puto traga vergas, pero que también le gusta clavar su penecillo en vaginas de vez en cuando.
Sin poder hacer nada la niña lloro y gimió de dolor a cada metida de verga, la violación inaugural duro modicos 12 minutos, tiempo que le tomó a su amo vertir lo que le quedaba de semen en la puchita de la niña de 5 años que acababa de comprar.
Tras la violación la pequeña pudo respirar aire fresco libre de la fuerza prensil de los dos adultos, tirada en la cama, recuperándose del evento traumático la chiquilla respira tranquila.
En medio de sus piernas su futuro esposo se bebe el semen de su amo directo de la puchita, pequeño paréntesis, la mayor es hija de ellos dos, mi favorita es hija de un hombre bien parecido que se cogió a la madre y el niño es hijo del anterior dueño.
La chiquilla suspira agradecida, los lenguetazos y pequeña succión del niño le causa alivio, afortunadamente para ella, para todos ellos, el anterior dueño tenía un pene delgado.
Al terminar su merienda, el pequeño niño Martínez recibió la instrucción de meter su penecillo en la puchita de su futura esposa, fue en ese momento de copula que les dijeron su futuro como esposos.
Al terminar el relato la señora Martínez era el turno para su esposo.
Dejó de mamarme los huevos, su lugar lo tomo su pequeño hijo que tenía la falda puesta en la cintura, el niño sentado en el restro de su madre dejó salir el remanente de semen parte indirecto a la boca de su madre que lo retuvo en su boca para después jugarlo con su saliva y los huevitos de su hijo.
Las ideas perversas venían a mi en cascada, en todos los años por venir los hice hacer una cantidad de cosas tan pervertidas que hasta yo me sorprendo.
El padre Martinez es uno de esos bebés con mala suerte, su madre era una prostituta barata que apenas si tenía para comer, vendió a su hijo apenas nació, el sacerdote pagó $1300 pesos mexicanos por un bebé de días de nacido.
Sus primeros recuerdos son de él mamando alguna verga, sobre todo la del sacerdote, al ser tan feo y tener pocas posibilidades de venta, el sacerdote se lo quedó como su puta favorita.
Nunca supo en qué momento le reventaron el culito, pero seguramente fue a los días o semanas de nacido, si yo soy un cerdo, el sacerdote es algo peor, fue vendido a los 7 años, edad en que ya no le parecía atractivo al sacerdote pasando a ser propiedad del anterior amo y la putita de todos.
Su fama de mamador de vergas y de maricón se esparció entre los otros hombres de la pequeña comunidad, si bien los demás también maman verga y reciben por sus culos, el señor Martínez parece disfrutarlo.
Para cuándo llegó a las manos de su amo, el pequeño niño Martínez ya se había comido 13 vergas diferentes por su boquita y culito.
Sentí decepción de saber que el señor Martinez no sufrió el trauma de la violación, seguramente sí, pero era tan pequeño que no lo recuerda.
Esa noche que se cogió a la señora Martínez a sus 9 años, esa fue la primera vez que probó puchita de mujer y en sus propias palabras «le gustó tanto como comerse una verga por el culo».
Mi erección palpitaba en el culito de mi favorita, sin moverme me es imposible venirme, pero la presión de su culito me impide perder la erección, pobrecilla de mi favorita, contando el tiempo mi nena a soportado mi verga en su culito por aproximadamente 20 minutos.
Respira agitada cansada de tener mi verga en su ano, pero debe aguantar, debe aprender a satisfacer a su amo.
Susurrando en su oído le pedí se moviera como gusanito, la chiquilla movía sus caderas tímidamente estrujando el fierro caliente que abre su recto.
Un mete y saca discreto estimula mi verga, frente a mi otros 3 miembros de la familia, el padre parada a media sala, sumiso, contempla como me cojo a su hija, su hijo se come mis huevos, su esposa se come los huevos de su hijo impregnados con su leche.
Por un momento hacemos contacto visual, el maricón de ojos sumisos sonríe perverso, disfruta con lo que vé, le pregunté si le gustaba lo que veía y me respondió con un tímido sí.
Quise presionar un poco más y le animé a pedirme lo que quisiera, esa noche me sentía generoso, su familia me estaba dando mucho placer, así que era justo que le compartiera un poco.
Al maricón le aflojaron los colores, le punzaba la cola, necesitaba sentir una verga en su interior, pero ni de coña le sacaría la polla a su hija para metérsela a él, por tal motivo opte por una opción más viable y lo mandé a la cocina a buscar cualquier objeto que se quiera meter por el culo.
Corriendo fue y volvió en menos de 3 minutos con una zanahoria delgada pero larga, el maricón se puso a 4 patas a un lado de mi ofreciendo su culo y la zanahoria para que yo hiciera los honores.
Con una mano me cojo al señor Martinez con una zanahoria, su hija me coje usando su culito, el niño Martinez me come los huevos, la señora Martinez se come los huevos de su hijo y se masturba.
Le advierto a todos que cuando me venga todo habrá terminado, más les vale llegar a sus orgasmos o se irán a casa con ganas.
El señor Martínez comenzó a hechar sus caderas buscando la zanahoria para darse placer, la señora Martínez usaba su mano para sobar su clítoris con ganas, la pequeña Martinez seguía a su ritmo buscando darme placer y que llegue al orgasmo para poder irnos a dormir.
El señor Martinez fue el primero en gemir anunciando su orgasmo gracias a mi mano y la zanahoria, la señora Martínez le hizo segunda casi al unisono, por mi parte solté la zanahoria y me concentré en mi propio placer, los huevos me dolían, el pequeño se notaba cansado de tanto mandarlos, jugando con mis dedos en la inmadura vulva de mi amante sentí el orgasmo aproximarse, sin pensar demasiado metí 2 dedos en la tierna vagina y con el otro brazo la abrace con fuerza empujando hasta el último milímetro de mi caliente pito en el culito que me exprime.
La chiquilla gimió de dolor y sorpresa, todos sabían lo que pasaba, la fiesta había llegado a su fin, mis huevos dispararon su contenido en forma de proyectiles que llegaron hasta lo más profundo de mi pequeña putita personal de 7 años.
Saciado, les ordené a todos que se fueran, pedí a los padres que me mandarán a su hija mayor solo si no olía mal, los padres asintieron y se retiraron desnudos de mi casa dejandome a solas con mi princesa que comía a besos sin sacarle la verga del culito.
Tímidamente me dijo que le dolía su culito, me pidió haciendo un puchero que se la sacara, le pedí aguantar unos minutos más a ver si llegaba su hermana.
El tiempo de espera valió la pena, la mayor de los Martínez llegó con su fea cara y una estúpida sonrisa de nervios, a partir de ese día trate como ganado a esa zorra, valió la pena porque me deshice de ella como mencioné en un relato anterior.
La zorra era más degenerada y obediente que nadie, pero su fealdad no ayudaba, le pedí se acostara bajo su hermana, se iba a comer todo lo wue de ahí saliera, la perra sumisa obedeció, saque mi flácido y un pesado grumo de semen mezclado con heces salió del dilatado y rojo culito de mi favorita quw cayó justamente en la boca abierta de su hermana.
La desagradable zorra se lo trago de una sin rechistar, esto me causo un morbo enfermizo y me ensañe con la pobre niña como no tienen una idea, pero eso se los contaré en otra ocasión.
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